Diana Laurencich
(1963, Buenos Aires, Argentina)
Vivió en América, Europa y frente a África. Pintó y expuso su obra por el mundo. Fue escenógrafa,activista cultural, asesora medioambiental. Participó de libros de arte correo, pintó graffitis, generó y dirigió Centros de Cultura y Fundaciones, impartió seminarios de creatividad y pintura, ecología y escritura automática. Volvió a Argentina y vive en Mar del Plata con su hijo. Es delegada en Argentina, del ITR, asociado a la UNESCO y OMT.
Al este de la cordura
La belleza se encuentra en cualquier parte
en un pino coronado por un pajarraco amarillo
en la voz desesperada de los que no pueden cantar
en un penal atajado con halopidol en las venas
en la hormiga que levanta diez veces su peso en la tarde de invierno
ajena a patrullas y ratis
ajena a los gritos que ya no escucha la tía Darinka con su eterno rodete de trenzas
ni el viejo que no estira la pata en la clínica privada al lado de Juan de noventa y seis años
todo mi malestar doctora-dice-
todo mi mal yo sé lo saco por el ano
traiganme por favor el alcohol que tengo a la derecha en mi cómoda
me froto el vientre doctora
y me siento al sol a esperar
nada más
la hormiga está al sol
que pidieron varios esta semana
die sonne -femenino en alemán-
alivio al corazón
destierro de melancolía
aún
la belleza se nos aparece igual
inaudita y fugaz
en un desequilibrio del tiempo
tregua de dios en su ahorque
el viento
los ojos
el viento
el llanto
el viento
y la reja que se cierra dejándonos de este lado
al este del paraíso
-cerrá- ordena alguien
y me voy
¿Estoy afuera?
Día de la madre
Hubo un día
en que el padre le golpeó a la madre
entre la heladera y el horno
el pollo y el fuego
el hombro y el corazón
hubo un día
mucho después
en que el hijo del padre
empujó a la madre
contra la heladera
cerca del horno
le golpeó en el hombro
y el corazón
mientras el pollo se asaba al fuego.
Maldad diaria
Qué descuidado fue el día
me cerró su mano justo
cuando pensé que ya éramos amigos
Un día como tantos
Hay días que marcan noches
y noches que marcan días
cielos con lluvia que se repiten dos años después
abrazos que se repiten diecisiete
rumbos que toman las vidas
fines que dan las muertes
bombas que estallan en medio de la noche pagana
festejos de júbilo
de ignorancia
o mala memoria
regreso a la cocina
blanca y sola como así estaba
me hago un thai como siempre
el vapor el ruido
el agua que salpica
tu ausencia que duele
como duelen tantas
en ese agujero negro de la calle
donde un ruido hizo que todo parara
un grito?
un rezo?
thanatos vino a llevarse a alguien
y no me encontró
no te encontró
sabía que nos debía una encendida más en la vela de la vida
esa que hoy se quiere apagar por el viento
por la lluvia y el llanto de la pena silenciosa
de la cueva donde agazapada espero que se termine el día
que la noche se lo lleve
que la noche se lo lleve
y con él mi recuerdo
tan agudo y picante
como el mosquito del verano
así duele
como el balazo que entra
así duele
como la esquirla clavada
apago la luz y otra vez la casa a oscuras
nadie me espera ya
en ningún cuarto
no hay risa no hay nombre
no hay pañal meado
sólo fotos que dicen
que cuentan lo que alguna vez vieron
y que nadie les cree debajo de ese vidrio
o entre los libros
así de escondidas están
marcando tinta que se olvidó aquel
aquella tan otra
que en su sonrisa amaba
confiada en un mundo no tan atroz
donde el hermano le diese su mano
el hijo le diera el suspiro
el padre su bendición
y el amor
la coronara de brazos fuertes
labios serenos
y sinrazón.
Eclipse
Hay fiesta en España hoy.
El eclipse anular viene a ocultarnos algo.
Quizá los cuerpos que quedaron anoche
colgados de las púas de Melilla .
Por las dudas, hay que mirar al sol
con gafas de soldador. ¿O de soldado?
Hoy tormenta
El trueno, la gárgara
Y el plomo
Tres cuerpos acribillados
dice la radio.
Tanto escribir
los ojos rojos,
no ven el ratón pintado
en la bolsa de regalo.
Fue el día de la madre.
El perfume de los jazmines
de Marucha
reventando en mis latidos.
La conquista del desierto en sociales.
Genocidio, m’hijito,
Genocidio.
Tus armas son de papel,
se doblan como estornudos.
Mamá no está loca hoy,
le falta el rondodedron .
Le llora el techo.
La muerde el trueno.
Ayer pizza,
hoy tormenta.
¡Hola, Fernando! te quería avisar que la poesía El día de la libertad no es mío, sino de mi hijo, Baltasar García Laurencich. Lo escribió cuando tenía once o doce añitos. Yo lo subí a mi blog, pero no es mío. Un abrazo y gracias por subir mi poesía y mi pintura a esta fantástica antología de poetazos.
ResponderEliminarquerida Diana, gracias por tu observación, y puedes enviarme más poemas cuando lo desees a mi correo sabido49@gmail.com, abrazos
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