Odaliz de León
Cuba, 1962. Licenciada en Artes y Letras y Bibliotecóloga. Actualmente dirige la Asociación Cultural Latinoamericana Arte Insomne y la Editorial Por el ojo de la aguja, con sede en Miami. Ha publicado el Libro/objeto: Doce deseos y una esperanza (Kalendario Poétiko).
EL HOMBRE VA AL POLVO SIN REMEDIO
El silencio me acompaña a todas partes
y ya no sé que hacer para ahuyentarlo.
Yo tan llena de ruidos y sinsontes, de voces y palabras altas
a dónde me conduce esta sed insaciable
esta marcha tortuosa por ciudades desconocidas
estoy ya tan lejos del verde, de la luz y de las olas,
del abrazo inconfundible de mis árboles, en realidad
estoy tan lejos de mí misma que ya no puedo hallarme.
Las noticias de catástrofes corren despavoridas por los parques
el miedo se agolpa en mi garganta, quebranta mi esperanza
la esperanza huye moribunda hacia la aurora,
nadie ya puede curarla, qué será de los muertos y su pompas
se aprestaran a defender con furia sus dominios
donde no hay espacio para el hombre portador
de plagas, xenofobias, deudas impagables.
Pobre hombre, consumidor de narcóticos publicitarios
que no hacen más que atrofiarles el amor y lo alcanzable.
El hombre va al polvo sin remedio, hace como que lo esquiva
pero se dará de frente con sus garras, yo escucho la brisa
y me desbordo, la acumulo en mi alforja y me la llevo
así iré haciendo con el agua, los recuerdos y las sombras
el gris permanecerá instalado en mi memoria
pobre gris en subasta sin deseos contenidos ni arrebatos.
Quien avista el holocausto lo dan por loco o por suicida
ganado tengo el sitio junto a aquellos
que giran en diferentes espirales.
Levanto mis puños en señal de desafío,
insto a los incrédulos
a revocar lo irrevocable
a salvar a la humanidad de la barbarie.
Enséñanos Dios mío a perdonarnos,
Enséñanos Dios mío al menos,
en este trágico final
Cómo poder auxiliarnos.
Soy yo hombre o mujer
Soy yo hombre o mujer,
igual me da,
porque cuando con corazón de hombre
camino por tu vientre
y te tumbo y te abro las piernas
con toda la rabia del mundo acumulada
se me salen los ojos de mis orbitas
y entro por el ojo de la aguja
que es tu sexo abierto a la mentira
al maltrato de mis uñas clavándose en tus no pocas razones
y meto el dedo en la llaga profunda
de tus misterios lánguidos
removiendo las paredes
de tus húmedas cavernas
esas donde caben mis ansias,
mis argumentos,
y pongo a dormitar
a veces a mis pestañas.
Tú te revuelcas como fiera herida
mientras a latigazo limpio
yo te domo las orejas
y te respiro fuerte una paloma
que te surca el cuello y te estremece
y roza tus pechos cuando bate sus alas
y hace que mi lengua se descuelgue
hacia el pozo que es tu ombligo,
ese que lleno de semen limpísimo cada tarde
pero el pozo que es tu ombligo o mi perdición
se reboza de alegrías y lamentos tardíos
que le causan envidias azules a tu sexo suspirante,
ardiente mariposa que se abre de patas al mundo
y ahí vienen las miles de mujeres que habitan en mi
a libar de la savia de tu pozo que es ahora mi pozo
donde tantas lenguas han bebido de tu semen milenario
ese que derramas por los muslos del mundo
porque el mundo es también un hombre
que me ha penetrado de espaldas tantas veces
haciendo gemir y gritar de puro coraje
a la bestia maldita que no apacigua su hambre,
y vomita fuego como lava de volcán
haciéndote derramar de complacencia
a ti, a mi, al mundo
y a las miles de fieras insaciables
que habitan en mi piel.
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