miércoles, 22 de octubre de 2014

RUBÉN QUIROZ [13.798]


Rubén Quiroz

Rubén Quiroz (Lima, Perú  1975) 
Autor de los poemarios Niño vudú (2001), Imago mundi (2002), Rotación (2004) y Médula (2006)




10 De aquí

Podemos llegar a cualquier sitio.
Brotan larvas buscando un retablo los tobillos amarrados en las copas de los árboles malos esos que aparecieron en tus alucinaciones insignificantes esos que formaron arboledas en las cuencas lacrimales y dijimos salten de los aviones huyan de los barcos escapen de los camiones no miren atrás ni adelante solo adentro froten sus maléolos detenidos a patadas según escuchamos contar a los bizcos y los anulares sueltos en la tina de mamá por que no teníamos qué destruir en las madrugadas deslunadas ::::un varón dislocado en variación calcárea expone:::
:::cuando tengas un labio roto échale sal y vinagre verás como asciende un árbol una pecera un ruido un animal curvo que se emociona al reparar en su tumor insípido asomando en los testículos verdes en el bálano muerto por incapaz :::
:::los peces nunca asistieron a ver tu despedida huesa bronca y despiadada y ya no ciframos cernícalos en las membranas del sol que no salió de su turbación y estuvo temblando en las esferas manadas de la ingle ya insustancial :::o monte a veces venusino que sale de las traqueas y sus inversas porque señalamos al niño muerto en las curvas amarillas mientras sus alvéolos eran cocidos en grandes ollas cerúleas/el disco no devuelve las vísceras/ introduce las astillas en el esfínter de tu hijo y reza para que salgan por los oídos protervos:

10.05 rige la mandíbula su contorno malo
rómpelo al interior del armario
retazo vuelto por excesiva su procedencia
rombo no construido al amanecer pero sale
risa de su memoria unida en recubrimientos
rumba para los muñecos desorbitados
rezumando su torcedura marina
rojo como el que habitó raudo
rumiando el círculo menor y su morriña
torniquetes a la pierna
sin contacto al estambre
pero la fisura en la superficie apenas mostrada uniése a la vibración la ruina evitaría del reflejo su sonoridad

10: 10 se apresuraron a huir como un daño que sucede a la zarpa su bruma
o su corteza errada
con su soplo en la mejilla
replegado en el agua
hecho un borde
o cuervo doblado
en crecientes nudos
y sale desierto
desprendido de iluminación
retícula opacando el colibrí
dátil parpadeo y cornada a la claridad que se rompe de nervuda y su congoja menos inasible para el manglar una bruma que a centímetros de la insolación se sumerge junto al mosquito acordonado en la densidad del agua ( roemos códigos binarios y jugamos silabeando un baldío reflejo o un instante semejante a la muda paralela a la permanencia)
:::ello se vuelve inaudible al lado de los artefactos que permanecen en los diseños variados en el taller de pescuezo humano:::tu virtud e incierto ensalivamiento del riñón toma un gesto del cambio de la hendidura boqueada contra un trapo:::

10:15 golpea tu mandíbula contra el codo
y tira los dados al rinoceronte eso escucharás al saber que huyeron de varias maneras. Unos por los ductos y las tuberías, otros eligieron menores miedos pero igual se desbarataron en signos, manchas, arañazos, Sin embargo, los que se quedaron, distribuyeron aguas santas a los sacerdotes y los obligaron a copiar lo que les dictaba con su daga en la mano muerta y el brebaje dispuesto para su ingestión, fue cuando rubén, ese embustero de imago mundi que paseaba a su niño vudú mientras crecía corvo hacia los candelabros hurtados de las salas subterráneas justo cuando cruza tu casa un roncal extraviado desde el arca que de pronto decidió acompañar al feligrés y su cálculo renal pero celeste ya que deviene astrónomo en las arcadas de sus futuros enemigos

ojo del niño el ojo menor el ojo malo el ojo suelto el ojo esperado el ojo final el ojo sin rostro el ojo miedoso el ojo triste el ojo cómplice el ojo vacío el ojo colgado

10:33 (AL MUSICO PRINCIPAL EN NEGINOT MASQUIL DE DAVID)
volverán a la tarde y rodearán el planeta ya quemado estigma que alisa el cerebro
después no sigue en los vértices
cenizas separadas por sexo y mínimos estados de la trituración de los huesitos
un estertor que envuelve los ojos::metafísica neuronal asimilación urgente de las distancias:: idénticas zonas de las formas::: una alergia adherida a los abúlicos :::
magmas brotan oblicuas
boreales e iridiscentes
espurio lagarto convocado y no cierto
entonces tus anulares daban para alcanzar el temblor la membrana la sucesión
alcanzaban el cabello con rencor
impregnaban de latidos moluscos una lámina
que llevaba un ojo bronceo fluyendo a las encías que recuperaban su resplandor en juncos desprendidos en flecos y orzuelos e iluminados por la barriga de la salamandra:::

10:45 el ojo del cerebro el ojo del cuervo el ojo del pájaro el ojo del rostro el ojo callado el ojo lascivo el ojo colorado el ojo caído el ojo volteado el ojo muerto el ojo abierto

rumores ante los herejes. El traidor deglute a los iluminados en innumerables tubillos que reemplaza la impresión visual. Criba de flatos dirigiéndose nervioso a cumplir requerimientos.

10:50 allí está la visión en el cactus que alerta una red enterrada junto a los frascos y los cráneos atados a un grillo que por momentos me ciega y pide que vuelva en medio de dos puntos dando señas y traga un río un coágulo

10:56 frío dado al oído medio y todo aquello que brota de las gotas y los índices malogrados en la mora maldecida por mi padre y por supuesto pisoteado por los amantes desde embrión
una coda vegetal
un ruido pétreo apenas descrito
un miedo también vegetal
y una planta siempre de piedra
una piedra que es un ruido
y allí estás con tu agua de piedra
pero no quieres decir nada
porque has encontrado tu latido
y eso te asusta
entonces caminas con tu aliento también vegetal
los jardines a un centímetro de llenarse de nuevos animales
de manar clavos
de untar lonjas de carne
y todo por las formas acaecidas esta tarde
en las extremidades detenidas
en las grandes salas donde cohabitan las máquinas del Señor
o sino las articulaciones ofrecidas como llantos
descuajaringándose
saliendo cual impares habitantes
o rojos esqueletos
brillantes en su frontis
ahora qué importan sus nudos
sus aortas
sus lejanas torceduras
sus trompas de aceite

(de ROTACIÓN, 2005-2006)






FRAGMENTOS DE MÉDULA

2

la furia es genital y el estertor la simetría
por eso morirás
irreparablemente como la enredadera sobre los restos de la vizcacha como la sordera en las habitaciones como el soplo de un dios equivocado a un hombre aún más equivocado

deja de morder el agua
deja de golpear el río
deja de comer tu pelo
no hay salvación
nadie podrá salvarte

ni las armas que entonaste una larga noche donde abriste pechos y medusas y corazones de caballos mosqueándose en las alturas con tu mirada terrible con tus tubos carmesí ululando sílabas oscuras que ni siquiera entendías
qué esperas ahora si te quedaste solo
qué verdad quieres latir en la tierra venenosa
qué cuerno quieres tocar que no sea una sombra

deja al perro que sea una abeja
deja a la abeja que sea un ratón
deja al perro que abandone a su perra que coma piedras que vomite que expulse todos los huesos que comió que sople la pólvora que tiene en su contorno

no podrás huir
aunque te gusten los frutos que crecen en los cráneos
aunque devores la lluvia que crece en los cráneos
aunque mires la trucha siniestra que cuelga en los cuellos de los gatos

es tan elemental como negro

solo que esta vez lo has hecho tú

por eso no podrás huir
el río está sucio la tierra está sucia
adónde irás con tu cuchillo goteando
adónde esconderás el cuerpo abandonado derrumbado arrastrado
ya es tarde
el cielo de madera reclama una ceniza
nada se reanuda después de tu invierno no hay suficiente iluminación para renunciar a tu furia no
hay siquiera un pez de betún navegando en tus ojos
solo sollozo
solo sollozos


10

la Herida continúa y traspasa los corales
va descubriendo tegumentos en cada poro

la Herida ahora es bendita porque no mancha
y mi rostro humanísimo responde por cada hueso y su beso
por cada cabeza bordada con musgo
no me rehuso al escombro ni al sorprendido firmamento de azufre

aunque la madre de mis hijos no entienda
la perdono lo mismo que al mono planetario
orgulloso en el manglar y en el humo
Padre mío que estás en los sueños
Quisiéramos un hueso blanco como respuesta a la soledad
Un árbol bifurcado en los escondrijos
Un trasgo liberado por tu semejante

Como una plegaria olvidada en mitad del río hablador

Veo mi alma distribuida entre la noche
En una mitosis interminable hasta completar el humo y el abdomen

Después de la herida ya no se puede gritar.
Y las lianas en la quietud perdida tras los fragmentos o la remembranza de la crepitación
O el ave que no reconoce el fondo de la criatura
Con rastros de canela y cebú en el lecho nupcial
Es la desembocadura hacia el hollín hacia el designio en la yema
Y oigo verter en los arrozales unas huellas hexagonales
Una cara con alfileres en los ojos
Pero
Qué tengo que ver con ese lenguaje
con la congoja del paisano
y la cornamenta que se desliza desde la tumba
con su letanía yerta y su hoja de afeitar
con un calambre que empieza en la médula
que acaba en la médula
bifronte a su yerro desatendiendo el concepto mismo del misterio
alternado a un alfabeto de vacíos
un arco de pasto se levanta al sur
donde se hierve la yuca en la boca
y el tímpano se enamora de la ciénaga
y tendré hijos como heridas
pero no te perdonaré
aunque por la ranura imagines un estornudo sobre el matadero

(de MÉDULA, 2006)








la furia es genital y el estertor la simetría
por eso morirás
irreparablemente como la enredadera sobre los restos
de la vizcacha como la sordera en las habitaciones como
el soplo de un dios equivocado a un hombre aún más
equivocado
deja de morder el agua
deja de golpear el río
deja de comer tu pelo
no hay salvación
nadie podrá salvarte
ni las armas que entonaste una larga noche donde abriste
pechos y medusas y corazones de caballos mosqueándose
en las alturas con tu mirada terrible con tubos carmesí
ululando sílabas oscuras que ni siquiera entendías
qué esperas ahora si te quedaste solo
qué verdad quieres latir en la tierra venenosa
qué cuerno quieres tocar que no sea una sombra
deja al perro que sea una abeja
deja a la abeja que sea un ratón
deja al perro que abandone a su perra que coma
piedras que vomite que expulse todos los huesos que
comió que sople la pólvora que tiene en su contorno
no podrás huir
aunque te gusten los frutos que crecen en los cráneos
aunque devores la lluvia que crece en los cráneos
aunque mires la trucha siniestra que cuelga en los cuellos
de los gatos
es tan elemental como negro
solo que esta vez lo has hecho tú
por eso no podrás huir
el río sucio la tierra está sucia
adónde irás con tu cuchillo goteando
adónde esconderás el cuerpo abandonado
derrumbado arrastrado
ya es tarde
el cielo de madera reclama una ceniza
nada se reanuda después de tu invierno no hay
suficiente iluminación para renunciar a tu furia no hay
siquiera un pez de betún navegando en tus ojos
solo sollozo
solo sollozos




6

como te dije
no me esperes en las ruinas o en las frentes carmesí
ya no podrás reanudar nada
menos aquí arriba donde la abeja quiere contar todo
desde la larga querella que tuvimos detrás de las tiendas de campaña
desde el clima interminable que abandonaste entre las pierdas
desde el oscuro domicilio donde los heridos escupen
y juegan a las cartas
desde las formas divididas ante cada aparición del hielo
ante cada desorden que aumenta
y esta conciencia
examinando las objeciones a la vida
y te veo innecesario en la oración
adversario de súbito trastornado. Estás sangrando. Arañas como
islas próximas donde se puede conversar sobre la historia de las
almas de la emigración del ensimismamiento de la célula terrestre
como una disposición a lo inexacto
no te olvides
de la infelicidad del alba desencadenada cilíndrica cada que pisas
porque nadie te salvará
tu pie es pequeño y en la cocina unos insomnes describen una sopa
incluso supera tu codicia tu azafrán escarlata tu ronquido
tu pie sigue siendo pequeño
y establece el nuevo dolor las nuevas representaciones de la
desaparición
así es que me concierne la digestión
eso me dijeron mis maestros en la escuela donde yo recitaba a
la patria
y brillaban mis ojos ante un coro de niños conspiradores.
He ido perdiendo el ardor la preñez el delirio
Algo ha desaparecido en la calcinación algo
extremo en los jardines
Algo ha cambiado mientras separaba la mitad de mi pierna
Y fornicaba sobre las embarcaciones
Profundamente arrodillado sobre la Gran Mosca
Y no se podía reunir sino el hierro la ausencia
la humedad
Pierdo la acumulación del desierto
La hebra incesante que se empeña en saber su origen en
cesar de sumergirse
En quebrarse y no crecer como una vocal
Nadie te salvará
Aunque a veces si reconoces bien el estiércol
Si trasladas las máquinas detrás de las puertas
Y si tras el desmayo tu muslo vertical
me frota la boca
Es posible
Solo de esa manera es posible
Que alguien venga sin sordera
Y las maravillosas algas no tengan que ver con el olvido
Y los peces, eso les enseñaron sus hermanos caballos,
abandonen su esqueleto




13

por eso al final
sin más crueldad que el sol
sin más saliva que en el estrago
y con todos los huesos faltantes
no evitaré mi boca ni la altura que depende de la
invisibilidad tras tu lluvia negra
y ante la posible pregunta
de tu carne verde
de tu alma lila
te ofreceré mi Herida
tan azul cual indicio de violencia
no tengas miedo
no moriré
por lo menos antes que los huesos del hermano perro
vuelvan a crecer






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