OSCARYS OCANTO
Carora, Venezuela 1993. Inicia su transitar por la palabra a los diez años siendo integrante del centro de creación literaria ¨Carora¨ de la escuela bolivariana ¨Carora¨ educada a la luz de la teoría de abstracción de la palabra poética. Fue invitada especial al 4to festival de poesía en el año 2007. Ganadora del 2do lugar en el concurso de poesía ¨Letras Nacientes¨ 2006 y 3er lugar en el concurso de poesía ¨Cheo Rodríguez¨ 2010. Ganadora del primer lugar del concurso de poesía ´´ José Numa Rojas´´ en el año 2013. Actualmente es integrante del centro de creación literaria ¨Arte y Poesía¨.
Hace poco, publica su cartilla poética ¨Cuatro alas para la cena¨ bajo el sello editorial LibrOris, de la serie verde de la colección Detrás del Sol, de la fundación República de Guarimure y en ella nos muestra un compendio de metáforas que perforan con un grito la memoria y el silencio, traspasando paredes literales y simbólicas para volar con la fuerza de sus imágenes, a través del espacio y el tiempo.
Tú eres ese girasol
Puedo irme tan solo sin palabras y rellenar los espacios con un poco de cartulina, engrosando la pared de silicón que desnutre un par de mejillas rosadas.
Recoger un girasol que nace a los 16 días de cada mes desde aquel septiembre de miradas cautivas y sin luz
Es un valle, y quedan abismos y vistazos designados
Solo se fue y amar o querer no es suficiente, la brisa nos reencarna y puedo ver como sus lágrimas caen, y yo simplemente callo.
Ella sigue sembrando rosas en el jardín con su vida fragmentada de ilusión, de pigmentos de cartón, de un abrazo que le robo tantos alientos, como decir basta y querer continuar.
Todos hacemos un círculo que viene y va, es iluso como transportar miel en un roce de papel, y tocar designios esquizofrénicos
En un punto sin final atravieso la puerta, el paisaje lo describe, ella llora y le recuerda.
Le lleva rosas, palpa su fotografía en un suspiro que la calla y llena de lágrimas.
Recorro el cristal de la ventana y me devuelvo
Su sonrisa se describe en un sonido que clasifica la historia de ese girasol que sigue naciendo en un mundo fugado de razones fastidiadas.
Para ella todo el universo le transporto la vida en un juego de azar y el más mínimo de sus sueños devora su ímpetu y penetran la canción dislocada de los sordos cuando caminan.
S/T
Todo puede verse desde una perspectiva gris que agota el deseo de construir una mirada enamorada
Llega una tarde ojos náufragos que me llenan de estrellas y construyen un par de rosas rusticas, como perseguir un fragmento de luz en un trozo de pastel.
Cada recuerdo describe un pedazo de pensamiento que se cristaliza como un poco de cielo improvisado.
Yo me guardo de lágrimas desechas y cada astro moldea las rosas de la despedida
Los nervios detonan el vértigo fulminante del horror, y la calle se ensancha a mentiras sordas y condenadas.
Soy impaciente una y otra vez sin clemencia
Me ato de los girasoles rotos que la tarde descobija y en un amplio recuerdo transita a medias, como la tercera parte de un bostezo encarcelado
No puedo acabar con la ira que se detiene a media tormenta y el tiempo indecente mengua un par de letras uniformes.
S/T
Era despertar y perpetrar el norte que se dispersaba al condenar los mosaicos dibujados en el piso.
Todo se atraía de olores claustrofóbicos y unas cuantas lunas se detenían en el olor de la noche
Esa que sus ojos mordían al reflejo sublime de muchas luces rotas, o sencillamente esas que se perdían en una de sus observaciones vacías, que engañan hacia otra dirección.
Yo volvía sumida de olvido y estaba perdida
No sabía quién era
Ni porque la obscuridad era como algodón
Inexperta
Inexacta, pensativa
Concluyendo ese olvido oxidado que repercutía bajo soles raros
Muertos
Y diluidos que constituían un anhelo delineante
Describía un par de petunias que se impregnaban en el amplio firmamento sobreprotector de los astros, y el turquesa esplendor que su rostro dibujaba, me amarraba a una sonrisa sin luces, descalza e indecisa.
Mías tus alas
Le regale mis alas para que volara a ciegas en su profunda placidez
Sin importar que mis fuerzas desmayaran
Solo fragmentaba sus sonrisas en mis ojos y no importaba nada
La distancia me contenía suavemente mientras una lágrima rosaba alguna mejilla...
Te fuiste
Te regale las alas que llevaban tantos sueños abrazados
Mis sueños inertes y desmaquillados
Se me hizo un eclipse en la mirada y deje de luchar en una guerra que me enmudecía y hacia persistente.
Sin embargo, no sabía cómo romper esa rara unión que aun te ataba a mí
Esa frágil sensación que un solo beso despertaba
La que sus ojos dibujaban en mi rostro cuando la tarde nos despreciaba un par de sonrisas.
Fuiste solo un espejismo y te vi partir lentamente de su mano y yo solo quede con las secuelas de un par de fragmentos de la despedida.
S/T
Estoy a salvo
Guardada de los recuerdos
Sumida en el silencio
Y acuartelada de la sensación de verte...
Es imposible renunciar a alimentarme de sus sonrisas y observar el esplendor de sus ojos neutros
Todo tan disperso guardado en un par de miradas náufragas.
Y el tan cercano a volar cuando el agua podía verse caer bajo la ventana.
S/T
Se le ha marchado la espera que le dedica inestabilidad, como un par de sombras atrapadas en el espejo.
Esto se puede convertir en ausencias
En calle…
Y en noche pero hay designios que recortan el recuerdo por donde marchas
Transitas en una porción de tempestad y yo puedo pensar en nada, como silencios.
Voces rotas a la distancia me intrigan y me hago de burbujas perladas.
Ya no estoy, y le doy título a los nervios que me encarcelan, aturdida y algo desorientada.
Vidas y espectros
La razón se hace tertulia y la brisa no es más que un tulipán desterrado
Todo huele a sed y despedida
A la nada cuando se pierde en mi eco... ¿o en el suyo?
Una porción de tempestad amarga le consuela sus versos y le hace recortar el único amanecer que puede despertar a la luz de sus pesadillas.
S/T
El sol seguía su curso y en la distancia la sed y el sudor eran mayores
Era extraño como una sonrisa poseía mi rostro sin una explicación exacta
No sabía cómo la brisa viajaba sin mover siquiera alguno de mis cabellos
La verdad mi mente seguía blanquecina
Todo era raro…
Por un momento la calle se inundó de sueños, pero no eran los míos.
La lejanía era superior
No estabas aquí, tu olor se alojaba en otra prenda de vestir, y aun lo peor era el momento de pensarte en soledad
En mi mente le sentía, tu regreso insoportable
Y poco a poco la calma resucitaba
Estabas cerca…
Así nacía un poco de brillo en la mirada
Tan solo tú decía, y guardaba la mirada que se detenía.
Plenitud
Pensamientos disparatados sostienen mi alma sin razón, y el delirio de mis ojos obscurecidos convierte en enigma la tarde
Cuando su voz quebrantada se desliza en la amplitud de la soledad atrapada.
A lo lejos divaga mi horizonte perpetuo bajo el sol de sus ojos de cielo y arboleda
Su norte podría ser mío, transparente y manipulado
Pero no lo es
Se despide, guarda y se hace tierno de sonrisas lentas.
S/T
Se puede adivinar el paisaje que le cubre su espalda y consolar más que los restos de agonías
Cuando la tarde se ata a demencias mutiladas y el recuerdo se ensancha de olas tristes a sal y a verbos desintegrados
Yo puedo obedecer a una vieja mirada y contagiarme de pocas ausencias. Las ironías contemplan los restos del piso y hay huellas mordidas que huelen a cal y cenizas.
Se acaba el recuerdo, sincronizando el espacio cuando vestías de cielo rojo y distorsionado.
Ausencias
Hoy me he excedido hasta propagar tu mirada en aguas profundas y hacer de tu piel una gota de fe
Poco a poco, y sin apuro he extendido tu aroma en los pajizales, y dejado que tu sonrisa sea hipnotizadora y serena
Como ese beso ficticio loco que mis labios inventan
También he tratado de no mirarte y socorrer mi dignidad, pero el apuro de quererte se hace evidente
Tanto así, que el mirarte partir sin decir adiós despertó las ganas de hacerte sentir igual para que vuelvas
Aun tu rostro lo he pintado mil veces en mi escritorio.
En el fondo se que solo soy alguien mas y me aterra
Es un dilema, no hay razones específicas, pero apareciste allí, llevando la razón de los demás
Volviéndote un atajo para meditar y sentir paz, mas allá del vuelo de los halcones
Puesto que decir que no estoy es delirante
Aquí me encuentro, para volver a ver los ojos de aquella mirada ausente.
Hoy he nacido para ti aunque no lo sepas, he callado miedos y contenido la codicia de besarte, siendo solo aquella expresión que espera detrás de la puerta.
También he sofocado uno, y muchos delirios ajenos; triturado en el instante la angustia de no mirarte.
Te he soñado abstracto y con la mirada firme, naufragando bajo la sombra que acaricia cada uno de tus suspiros.
Te he disuelto en la brisa y coloreado en la marea viva, tan sublime y poderoso.
Una melancolía difásica se posa
La tarde se va muy ajena y suscitada, y yo he vuelto a escribirte en mi rostro y a guardarte en mi pared.
Tato así, que las palabras son de agua marchita.
Hoy existe la fuerza que ronda mis delirios, y que aturde en cada silencio la obscuridad de ser superior, porque la vida batalla en una sola estación clandestina el norte se fuga, los parpados se estacionan y la verdad esta sujeta en un solo contenido.
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