Mario Santagostini
Nació en Milán en 1951. Ha publicado como poeta: Uscire di Città (Ghisoni, 1972, Stampa, 2012), Come rosata linea (Società di poesia, 1981) L’Olimpiade del ’40 (Mondadori, 1994), L’idea del bene (Guanda, 2001), La vita (Lietocolle, 2004), Versi del malanimo (Mondadori, 2007), A. (Lietocolle, 2011) e Il vento, ma inteso come forma di vita (Quaderni di Orfeo, 2011). Es autor del ensayo Manuale del poeta (Oscar Mondadori). Ha traducido del latín (Himnos ambrosianos, Himnos cistercienses) y del alemán (Goethe, Kleist, Chamisso). Colabora en las páginas literarias y artísticas de diversos periódicos.
Poemas de Mario Santagostini
Traducidos por Emilio Coco
Un giorno, di quanto è avvenuto
sul Sinai non ricorderemo
né Dio, né gli uomini.
E nemmeno i rovi fulminati. Solo
le rarissime capre:
animali-rottame, e pronte
a digiuni interminabili
o a nutrirsi con radici di ginestre.
Sembrano nate dal niente.
Un día, de lo que ocurrió
en el Sinaí no recordaremos
ni a Dios ni a los hombres.
Y ni siquiera las zarzas fulminadas. Sólo
las rarísimas cabras:
animales-chatarra, y dispuestas
a desayunos interminables
o a alimentarse con raíces de retamas.
Parecen nacidas de la nada.
*
Seduto al bar di viale Sarca,
guardavo il giovane cercare un passaggio
verso la camionabile,
dei muti al tavolino quando
si scambiavano segni, e uno diceva
‒tra non molto, anche qui.
Gli altri assentivano.
E intorno, solo delle mosche.
Mi sono chiesto se c’è qualcosa
di meglio che essere vivo.
Sentado en el bar del bulevar Sarca,
miraba al joven que buscaba a alguien
que lo llevara a la carretera de camiones,
a algunos mudos en la mesa cuando
se intercambiaban signos, y uno decía
‒dentro de no mucho, también aquí.
Los demás asentían.
Y alrededor, sólo moscas.
Me he preguntado si hay algo
mejor que estar vivo.
*
Queste erano le mie zone
di allora: viale Sarca, le strade
vicino alla Pirelli, Sesto san Giovanni.
Mi chiedo se nei cortili
c’è sempre uno straccio di bandiera,
o almeno un megafono.
E tanti altri, i segni d’un quarto stato
che saliva al potere.
E cadevano brecce, e
non si vedeva dove. In aria, forse.
Le notizie da un’altra periferia
dicevano: qui volano
sassi, molotov, sanpietrini.
C’è un gran casino, compagni.
Éstas eran mis zonas
de entonces: el bulevar Sarca, las calles
cerca de Pirelli, Sesto San Giovanni.
Me pregunto si en los patios
hay siempre un rastro de bandera,
o al menos un megáfono.
Y muchos otros, los signos de un cuarto estado
que subía al poder.
Y caían brechas, y
no se veía dónde. En el aire, tal vez.
Las noticias desde otra periferia
decían: aquí llueven
piedras, cócteles molotov, adoquines.
Aquí hay un follón terrible, compañeros.
*
C’è chi ha già rubato
tutto il rame dal tram ridotto
a carcassa smetallizzata.
Certo, non dovrebbe mai succedere,
però è così. Amen.
Intorno, la passione per quanto
è dismesso ha toccato
l’apice. Si sente che nemmeno
la materia ama finire.
E delegherebbe me a farlo, se potesse.
O l’intera massa umana.
Hay quien ha robado ya
todo el cobre del tranvía hecho
un cascajo desmetalizado.
Claro, nunca debería suceder,
pero es así. ¡qué le vamos a hacer!
Alrededor, la pasión por lo que
está inutilizado ha llegado
al ápice. Se percibe que ni siquiera
la materia quiere acabar.
Y me delegaría a mí para que lo hiciera, si pudiese.
O a la masa humana entera.
*
Ricordo come in tanti si mandavano
dei segnali. Lasciavano
finestre spalancate, poi
rinserrate. O persiane semichiuse.
O sveglie ferme sulle sette.
E una testa d’angelo
impagliata, messa sul mio, sul tuo balcone
e già sparita a sera
voleva dire ‒ti sto aspettando
da ore, forse da giorni.
Recuerdo que muchos se enviaban
señales. Dejaban
ventanas abiertas de par en par, luego
atrancadas. O persianas entornadas.
O despertadores parados a las siete.
Y una cabeza de ángel
disecada, puesta en mi balcón, en el tuyo
y ya desaparecida en la tarde
quería decir ‒te estoy esperando
desde hace horas, quizás desde hace días.
*
Diceva che io ero un santo
e che avrei fatto
almeno un miracolo, prima di morire.
Decía que yo era un santo
y que haría
al menos un milagro, antes de morir.
*
Se penso all’anima come
a un collettivo, a due o tre stormi
di rondini sui pali,
a uno sciame di cavallette,
a tutti fiori di Manet,
o a una qualsiasi maggioranza
(quella che c’è oggi
dei vivi sui morti, per esempio)
io quasi ci credo.
Si pienso en el alma como
en un colectivo, en dos o tres bandadas
de golondrinas en los postes,
en un enjambre de saltamontes,
en todas las flores de Manet,
o en una mayoría cualquiera
(la que existe hoy
de los vivos sobre los muertos, por ejemplo)
yo casi lo creo.
*
Il mio sogno era: macchine,
e parassitismo operaio.
Qui, anche la politica ha fallito.
Allora ho dipinto il futuro quando
non ama nessuno.
Nemmeno questa città,
dove si sente arrivare il temporale
con giorni d’anticipo
dai nervosismi di vespe,
libellule, di qualche mimosa.
Mi sueño era: coches,
y parasitismo obrero.
Aquí, incluso la política ha fracasado.
Entonces he pintado el futuro cuando
ya nadie ama.
Ni siquiera esta ciudad,
donde se oye llegar la tormenta
con días de antelación
por los nerviosismos de avispas,
libélulas, de alguna mimosa.
*
Negli ultimi anni,
pensavo a una luce più diffusa,
a una specie di neon
che viene dai gigli, quei fiori-imitazione
dei lampi estivi.
E la luce stessa, forse,
è rottame. E non so di cosa.
Meglio non saperlo.
Ma ha a che fare con il fulmine.
En los últimos años,
pensaba en una luz más difusa,
en una especie de neón
que viene de los lirios, esas flores-imitación
de los relámpagos estivales.
Y la misma luz, quizás,
es chatarra. Y no sé de qué.
Mejor no saberlo.
Pero tiene que ver con el rayo.
*
Da anni, ripeto
che i gerani mi guardano
dentro casa. Astiosi
e supplichevoli, hanno sbagliato
in qualcosa, sono
delle bestie mancate.
I petali, ali malfatte.
Non vivono, reagiscono.
Desde hace años, repito
que los geranios me miran
dentro de mi casa. Rencorosos
y suplicantes, se han equivocado
en algo, son
unas bestias frustradas.
Los pétalos, alas contrahechas.
No viven, reaccionan.
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