Petr Král
Escritor y poeta checo (Praga 1941). Poeta de sensibilidad refinada, un amante del cine mudo. Král participa en las actividades del grupo surrealista de Praga, pero después de la ocupación soviética de 1968 se trasladó a París, donde trabajó con los surrealistas franceses. Para la historia personal y la formación, escribe indistintamente en checo y francés, pero hasta 1990 sus libros sólo se publicarán en el extranjero. Su poesía, altamente discursiva, condicionada por los recuerdos del pasado, llama la atención por su capacidad de imaginación fértil, el refinamiento de las imágenes, los enfoques obsoletos, la melancolía velada que lo acompaña.
Petr Král, se ha convertido en escritor en lengua francesa.
Entre sus libros: & Co. (1979), Per un'Europa blu (1985), PS ovvero Viaggi in paradiso (1990), Il diritto al grigio (1991), Sentimento di anticamera in un caffé di Aix (1991), Il miele delle curve (1992), Vita privata (1996) e le prose liriche dell' Era dei vivi , pubblicate nel 1989 in un'ampia antologia. Král ha anche pubblicato l'importante antologia Surrealismo in Cecoslovacchia (1983), una rievocazione lirica della capitale boema ( Praga, 1987) e un volumetto di annotazioni e aforismi: Quaderni parigini (1996).
Escritor y poeta checo (Praga 1941). Poeta de sensibilidad refinada, un amante del cine mudo. Král participa en las actividades del grupo surrealista de Praga, pero después de la ocupación soviética de 1968 se trasladó a París, donde trabajó con los surrealistas franceses. Para la historia personal y la formación, escribe indistintamente en checo y francés, pero hasta 1990 sus libros sólo se publicarán en el extranjero. Su poesía, altamente discursiva, condicionada por los recuerdos del pasado, llama la atención por su capacidad de imaginación fértil, el refinamiento de las imágenes, los enfoques obsoletos, la melancolía velada que lo acompaña.
Petr Král, se ha convertido en escritor en lengua francesa.
Entre sus libros: & Co. (1979), Per un'Europa blu (1985), PS ovvero Viaggi in paradiso (1990), Il diritto al grigio (1991), Sentimento di anticamera in un caffé di Aix (1991), Il miele delle curve (1992), Vita privata (1996) e le prose liriche dell' Era dei vivi , pubblicate nel 1989 in un'ampia antologia. Král ha anche pubblicato l'importante antologia Surrealismo in Cecoslovacchia (1983), una rievocazione lirica della capitale boema ( Praga, 1987) e un volumetto di annotazioni e aforismi: Quaderni parigini (1996).
Poemas Petr Král
Traducción: Delphine Simonin
Con la ola
No hay verano, solo los brazos tendidos para siempre
en su nombre, el grito del pájaro que mide con su vuelo
el desierto original. En algún lugar, sin embargo, una
desconocida, de una sola sacudida,
liberará su cabellera rubia, dejándola caer
sobre su nuca, sus hombros cálidos, salpicados de
pecas,
cuando ya su frente penetra en la frescura
del instante próximo
—y antes que entre, antes que la ola de oro oblicuo que
recorre la bahía se convierta en iglesia, de pie sobre la roca,
el silencio asoleado de los corredores en las escuelas
desérticas beberá el estrépito de las guerras púnicas,
el grito de las madres entrará en las hojas
de los cuadernos, vírgenes otra vez,
y la memoria de las tormentas en las cintas de anisado
enrolladas, conciliadoras, en el fondo de los vasos
esperando aquí y allá,
en el jardín;
el engaño fugaz del partido de fútbol se borrará ante la
lenta verdad de las sombras que se arrastran detrás de
los jugadores, sobre el pasto cada vez más oxidado.
Más allá del invierno
Subir, abrirse paso a través de la noche.
En lo alto de la escalera, bastará
con tropezar, con beber un trago de noche distante
como un chillido
que llega de pronto de lo hondo.
Dientecitos blancos que se burlan, aparecen
entre los lirios.
La primavera no llega todavía, solo el aplazamiento
seco de una promesa de tormenta
se desliza —¿dónde?— detrás de las arcadas
que bordeamos al subir.
El crepúsculo apaga bajo nuestros pies la pendiente
tendida
y deja, insistente, renacer en nosotros un bulto de
silencio bajo las palabras.
El viento lejano habla en las estatuas, hace brillar
en su masa una lámpara helada,
hasta el blanco, color de lo que fue y de lo que seremos.
Dientecitos se burlan en las cenizas.
Después de años de espera
en las venas, corredores desérticos,
ahora apenas, en la oscuridad, los temblores de una
rama;
hasta tu dedo es un ser pálido, lleno de ansiedad,
cuando sigue en la noche las lineas de las fisuras
en los costados de las casas. No leas nada, sin embargo,
escucha solo el deslizamiento ensordecedor de las
bibliotecas, avalanchas de terciopelo.
El tintineo algo nostálgico de las credencias vendrá a
unirse
de lejos, el futuro bosteza siempre, helado, sobre el
pedestal vacío.
(En el taxi el volante es de antemano un circulo
carbonoso
trazado temblorosamente sobre la penumbra de la
posguerra, de nuevo hasta las llanuras nevadas
hasta las promesas provinciales de verde. Detrás del cristal
de bordes ennegrecidos
el paisaje en jirones blancos sera un armario
lleno de ropa; bastará iluminarlo un poco
con nuestras frentes).
En el auto detenido contra el instante
la penumbra es un chal que se desliza
de los hombros. Las piernas, dulce corriente
bajo el desorden de las faldas,
drenan siempre ternura hacia la quemadura amarga
y hacia los ácidos de la primavera inaugural.
El día siguiente
Otra vez la mañana. La torre del pequeño hotel
tan atrayente la moche anterior
y tan sub-marino, lleno de miel brillante, traspasa
ahora la bruma como un hueso desnudo,
el rostro que, de ida, iluminaba tu camino como una
làmpara,
ahora no es más que carne cruda con una sonrisa
incierta.
Nada muy nuevo; el deseo mismo ya es solo no—deseo
irritado,
la cara asombrada del policía se vuelve casi inhumana
al girar hacia la cocina familiar. Entonces todo, en la
duda, puede volver a empezar de cer0;
otra vez llegar a la esquina, decidir si doblar a la
izquierda, hacia el rumor lánguido de la ciudad,
o subir a lo largo del agudo silencio de los pequeños
muros, con la espuma de las acacias.
En los dos casos, es cierto, dejarás a tu espalda, en la
encrucijada,
varias mejores vidas posibles.
Rumores
No se trata
de la gloria más allá aún del
muro dominical
un día quizá suba
por los ladrillos desangrados.
los cazadores andan
el humo sale de las escopetas
algo falta siempre en los ramajes
de la última granja
el día nos une cada uno se
inscribió al menos con el dedo
en el tabique enlosado
Como las cosas se acercan más bien a los rumores
que a los edificios
crece el número de tablas de albercas desmontadas
de aviones caídos de las ramas bajas
en el huerto lejano
En algún lugar comparto contigo una casa inacabada
Adivino la historia la noche entre las ortigas
el ejército rodea al pueblo
muy cerca la carne ardiente de los muslos
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