Gintaras Grajauskas
Nacido el 19.02.1966 en Marijampolė, Lituania
ensayista, dramaturgo, prosista, compositor e intérprete además de poeta que ha sido traducido a varios idiomas, pero no aún al español (al menos, hasta donde llegan mis noticias). Algunos de sus libros de poesía son Tatuaje (1993, premio al mejor primer libro publicado en Lituania), Ornitología (1993), Catálogo (1997), Historia Moderna: Libro de texto para principiantes (2004) o Poemas de la piel (2008). (Martín López-Vega, poeta y crítico literario).
Con sinceridad
si fuéramos realmente sinceros
no hablaríamos tanto acerca de la sinceridad
de hecho hablaríamos menos
o no hablaríamos en absoluto
si fuéramos realmente sinceros
diríamos “mis más fingidas condolencias”
o “no te acompaño en el pésame”
“falsamente tuyo
Grajauskas”
sobre todo hablaríamos mucho menos
lacónicamente
dejaríamos de decir: cómo te va la vida, qué tal todo
iríamos al grano, cómo te va la muerte
y contestaríamos con sinceridad: muy bien, gracias
Una barricada
construyo una barricada
a mi alrededor
he puesto juntos el armario y la cama
y la nevera tumbada a su lado
han enviado como negociador
a un repartidor de pizzas
es inútil oponer resistencia, me dice
es inútil oponer resistencia, afirmo
se va como un vencedor
dejando una pizza de palitos de cangrejo
entonces viene un cartero: tiene usted
una carta certificada, firme aquí por favor
firmo, los dos sonreímos
la carta dice: es inútil oponer resistencia
no discuto, asiento amablemente:
no hay la más mínima esperanza
luego viene un mormón -conoces
el plan de Dios, me pregunta el mormón
lo conozco, es inútil oponer resistencia
digo, y el mormón murmura escaleras abajo
refuerzo la barricada: reparo las grietas
con chicle y periódicos viejos
llaman otra vez a la puerta, y otra
en la puerta están el repartidor de pizza
el mormón y el cartero
qué pasa pregunto
tienes razón, dicen, es inútil oponer resistencia,
no hay la más mínima esperanza
es por eso que estamos del mismo
lado de la barricada
Lecturas de poesía
fíjate sólo en qué bien lee:
qué voz tan expresiva, qué entonación tan adecuada,
los acentos lógicos marcados en rojo
con antelación: talentoso, demorado
tantea las emociones como un pianista
(me gusta cuando uno lee como
un funcionario de un juzgado -hoy en día sólo los poetas
y ese tipo de funcionarios leen así:
con un zumbido monótono, a sabiendas de que están condenados
a desperdiciar el tiempo con formalismos
necesarios para nadie)
pero escucha: tal parece que él mismo
vaya a romper a llorar de lo hermoso que es todo
una campana, un cura
y una iglesia entera para él
mientras en el rincón más lejano
se esconde el silencioso ratón de esta iglesia:
el poema
Antrasis atėjimas
tai iš tiesų buvo jis – tikras ir neabejotinas,
be jokių atestavimų. Važiavo auksinėj karietoj,
kinkytoj ketvertu baltų žirgų, organizacinio
komiteto išprašytoj iš atsivertėlio
milijonieriaus. Tikras ir vienintelis, kiek sutrikusiai
besišypsantis pro karietos langą, žvelgiantis
į visus ir į nieką. Minia žygiavo iš paskos,
stovėjo abipus ant šaligatvių, laiptų baliustradų,
vaikėzai mojo iš medžių, tyčia krisdami
ant asfalto, vis dar negalėdami patikėti,
jog nebeskauda ir jau, matyt, niekada
neskaudės. Kareiviai saliutavo salvėmis
iš dabar jau nereikalingų ginklų, ministrai
rinkosi į paskutinį iškilmingą posėdį, juokas
ir džiūgavimai liejos gatve pirmyn, šūksniai
ir valiavimai, pagaliau, pagaliau, sveiki sulaukę,
ir tik įdėmiai įsižiūrėjus iš kai kurių
judesių, iš trumpų ir keistų susižvalgymų
galima buvo suvokti, ką jaučia minia:
stačiai alpsta iš baimės ir neapykantos.
Kineskopas
tas daiktas į kurį žiūrime
vadinasi kineskopas
jis tik atrodo plokščias
o iš tikrųjų yra kaip krepšys
pilnas mažų taškelių
šokinėjančių tarsi
švytinčios kalėdinės
blusos
kai taškeliai gauna įsakymą
klusniai stoja į savo vietas
ir susidėlioja į “medį”, “dangoraižį”
“Balkanų krizę” ar “L. di Caprio”
(tik pažvelk, kaip šviečia jo “balti
marškiniai” - tai vis nuo taškelių)
taigi jei pamatysi ką nors
baisaus - nesigąsdink, nesiduok
apgaunamas
nėra ten nei džiunglių, nei potvynių
anei zombių su zeimeriais
bet aš nesakau, kad nieko nėra
(kaip kad sako tamsybininkai)
yra begalinė daugybė
taškelių
Dievo dažnis yra 50 Hz
sėdėjo kirpykloj išmuilinta žiauna
klausėsi radijo FM 91,4 MHz
o mašinėlėn pakliuvo vandens
tai kaip trenkė per ausis 220 V
net seilės sučirškė
paskui dievagojosi, kad girdėjo
aiškių aiškiausiai, nelyg Vatikano
diktorius būtų ištaręs:
“klausėtės Viešpaties balso”.
En el marco del dossier de Nueva Poesía de Lituania, preparado y traducido por Dovile Kuzminskaite en colaboración con María Sebastià-Sáez, presentamos la poesía de Gintaras Grajauskas (Marijampole, 1966).
http://circulodepoesia.com/2017/05/poesia-lituana-gintaras-grajauskas/
un domingo por la tarde
estaba leyendo un libro,
intentaba, como dicen,
adentrarme, pero con un pie
seguía en el domingo,
en algún sitio detrás de la ventana
lloraba un niño,
tan triste que yo también
me puse algo apenado,
era unas mil veces más penoso
que un domingo por la tarde leer los versos
sobre un domingo, una tarde,
un niño llorando.
Yo no bailo
parecía que tan dedicadamente trabajabas
con las piernas y los codos, te esforzabas,
una se reía, y la otra abiertamente
dijo: bailar tú no sabes,
no sabes bailar y punto. Por algún tiempo
todavía seguías intentándolo,
pero salía exáctamente lo mismo,
el brincar de un loco,
así que pasaste de todo y hasta a la más
bella de todas le decías
fríamente, como si fueras de otra raza:
yo no bailo.
por eso con el tiempo te hiciste arrogante,
de cara larga, a algunas eso les causaba
impresión, qué maneras, qué
orgullo: yo no bailo.
aprendiste a consolarte con que muchísimas criaturas
de Dios no bailan, los caleópteros,
los sapos, las tortugas, los cienpiés, el hipopótamo
con el leviatano, hasta el gato, este tampoco,
los mejores bailarines son aquellos pequeños
perritos, caniches quizás,
pero a ellos mismos ese saber
los tiene hasta las narices: los ponen
sobre una placa caliente de lata,
y bailan, no hay otra, a lo mejor así
tú también aprenderías a trepar rápidamente
con las patitas quemadas.
triste es la vida de los perritos,
la tuya tampoco es más divertida,
pero cuando llegue el momento, hasta sin saber hacerlo,
bailarás para tu muerte, bailarás como se debe.
La frecuencia de Dios son 50 Hz
estaba en la peluquería con la branquía enjabonada,
escuchaba la radio FM 91,4 MHz
en la máquinita entró un poco de agua
y 220 V le sacudieron las orejas tan bien que
hasta las babas le chirriaron
luego perjuraba que escuchó
claramente como si el locutor
del Vaticano hubiera dicho:
¨estaba escuchando la voz de Dios
Es él
él saca el limón de tu té,
él muerde las patas a tu mesa,
él está apagando las luces, camina y
chasquea los dedos,
él arroja hasta el techo a tus niños,
llama a tus amigos a las cuatro de la madrugada,
luego estrella la botella contra la pared
y mea en el lavabo,
él es ateo por naturaleza, él es el castigo de dios,
él es tu inquisitor y venganza dulce,
él duerme con tu mujer y duerme
tranquilo como un bebé,
él viene y se va cuando quiere,
él a propósito no te dice qué hora es,
él se ríe de ti, se ríe
hasta partirse,
él moja tu limón en el azúcar y mastica,
te mira a los ojos y dice: ¨alguna vez te voy a matar¨
mira, asiente con
tu cabeza y sonríe.
-
http://circulodepoesia.com/2017/05/poesia-lituana-gintaras-grajauskas/
un domingo por la tarde
estaba leyendo un libro,
intentaba, como dicen,
adentrarme, pero con un pie
seguía en el domingo,
en algún sitio detrás de la ventana
lloraba un niño,
tan triste que yo también
me puse algo apenado,
era unas mil veces más penoso
que un domingo por la tarde leer los versos
sobre un domingo, una tarde,
un niño llorando.
Yo no bailo
parecía que tan dedicadamente trabajabas
con las piernas y los codos, te esforzabas,
una se reía, y la otra abiertamente
dijo: bailar tú no sabes,
no sabes bailar y punto. Por algún tiempo
todavía seguías intentándolo,
pero salía exáctamente lo mismo,
el brincar de un loco,
así que pasaste de todo y hasta a la más
bella de todas le decías
fríamente, como si fueras de otra raza:
yo no bailo.
por eso con el tiempo te hiciste arrogante,
de cara larga, a algunas eso les causaba
impresión, qué maneras, qué
orgullo: yo no bailo.
aprendiste a consolarte con que muchísimas criaturas
de Dios no bailan, los caleópteros,
los sapos, las tortugas, los cienpiés, el hipopótamo
con el leviatano, hasta el gato, este tampoco,
los mejores bailarines son aquellos pequeños
perritos, caniches quizás,
pero a ellos mismos ese saber
los tiene hasta las narices: los ponen
sobre una placa caliente de lata,
y bailan, no hay otra, a lo mejor así
tú también aprenderías a trepar rápidamente
con las patitas quemadas.
triste es la vida de los perritos,
la tuya tampoco es más divertida,
pero cuando llegue el momento, hasta sin saber hacerlo,
bailarás para tu muerte, bailarás como se debe.
La frecuencia de Dios son 50 Hz
estaba en la peluquería con la branquía enjabonada,
escuchaba la radio FM 91,4 MHz
en la máquinita entró un poco de agua
y 220 V le sacudieron las orejas tan bien que
hasta las babas le chirriaron
luego perjuraba que escuchó
claramente como si el locutor
del Vaticano hubiera dicho:
¨estaba escuchando la voz de Dios
Es él
él saca el limón de tu té,
él muerde las patas a tu mesa,
él está apagando las luces, camina y
chasquea los dedos,
él arroja hasta el techo a tus niños,
llama a tus amigos a las cuatro de la madrugada,
luego estrella la botella contra la pared
y mea en el lavabo,
él es ateo por naturaleza, él es el castigo de dios,
él es tu inquisitor y venganza dulce,
él duerme con tu mujer y duerme
tranquilo como un bebé,
él viene y se va cuando quiere,
él a propósito no te dice qué hora es,
él se ríe de ti, se ríe
hasta partirse,
él moja tu limón en el azúcar y mastica,
te mira a los ojos y dice: ¨alguna vez te voy a matar¨
mira, asiente con
tu cabeza y sonríe.
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