jueves, 10 de julio de 2014

VICTORIA BERTRAND [12.244]


VICTORIA BERTRAND ALVARADO

Adoptó el seudónimo de "ALMA FIORI".
Nació en Juticalpa, Olancho, HONDURAS el 13 de diciembre de 1907. Fue la primogénita del hogar formado por el Dr. Francisco Bertrand Barahona y Victoria Alvarado Burchard. Tuvo, además, tres hermanos: Francisco, Luz Marina y Martha.
Al ser depuesto su padre de la presidencia hondureña, en 1919, la familia Bertrand se marchó al exilio, escogiendo para vivir, los Estados Unidos de América. La joven Victoria, comenzó a estudiar en un convento de monjas de la Orden del Sagrado Corazón  en Nueva Orleans. Al cabo de algunos años, abandonaría el convento y a la muerte de su padre, acaecida en 1926, en La Ceiba, Atlántida, se encontraba realizando estudios de letras y periodismo en la Universidad de Columbia, Nueva York.
En su poema autobiográfico “YO”, narra ambas experiencias:

“Fue mi niñez, un cuento de hadas,
en el Palacio de imponentes galas
y me paseaba entre el brillar de espadas
minúscula y azul por las escalas
llevando ya  en el alma las tristezas
del que sueña con distintas cosas
volar, soñar y dejar de ser princesa…
(,,,) Recuerdo el miedo de aquella partida
el peligro y la zozobra en la ciudad.
Papá con su cabeza erguida
y su infalible inescrutabilidad.
No salimos a las sombras de la noche
sino que bajo el sol de un mediodía
haciendo de serenidad derroche
como todo lo que mi padre hacía.
Vino la época blanca del convento
la mística ternura por Jesús.
¡ Sufrir todo dolor, todo tormento
para ser digna de acarrear la Cruz¡
(…)Era mi alma una cándida cautiva
que rompió de repente un fuerte lazo
que ya libre siguió pensativa
¡ Apenas aquel era el primer paso¡

Una vez egresada de la universidad, comenzó a trabajar en la revista “Norte”, que era publicada en Nueva York, en español y donde llegó a convertirse en secretaria y más tarde, en Jefa de Redacción. Al comenzar a publicar sus primeros poemas, adoptó el seudónimo de “Alma Fiori”, con el cual incluso firmó su primer libro, titulado “Nómada”, editado en Costa Rica, en 1936, siendo con ello, la segunda hondureña en publicar un poemario en el exterior.
Amiga de Clementina Suárez y Graciela Bográn, sus colaboraciones vieron la luz en las revistas literarias “Mujer” y “Alma Latina”, respectivamente.
En una de sus permanencias en Tegucigalpa, en 1932, fue objeto de un homenaje por el Grupo Cultural “Zelaya Sierra”, dirigido por entonces por la célebre Visitación Padilla.
En 1950, la Organización de las Naciones Unidas, la nombró editora de la publicación “United Nation World”. Dicha revista publicaba monografías especialidad sobre los países de nuestro continente y para realizarlos, tuvo que viajar por Latinoamérica para entrevistarse con personalidades políticas y representantes de gobiernos. Así viajó a Venezuela, Panamá, El Salvador, Colombia, Puerto Rico y México. Fue en este último país donde la sorprendió la muerte, eL 4 de septiembre de  1952, víctima de un ataque cardíaco, mientras dormía. Dejó inédito un libro de entrevistas, pretitulado “Timoneles del Caribe”.
A Alma Fiori, se le adjudican dos libros más de poemas. Uno publicado en Chile, en 1941, titulado “Cantos del camino” y otro publicado en Guatemala, en 1951, titulado “Postrera eclosión”. No ha sido posible cotejar la edición de ambos libros. Sobre esto último, en nuestros archivos privados, consta el segundo de los libros, mecanografiado,  con poemas escritos  entre 1948 y 1951.

http://josegonzalezparedes.blogspot.com.es/2012/07/victoria-bertrand-alvarado-mujer-de-dos.html


POEMAS DE VICTORIA BERTRAND*
(selección de Jorge Luis Oviedo)



TODAVÍA

Todavía hay perfume en tu recuerdo,
a pesar del olvido y la distancia,
y a pesar de los cambios, yo no pierdo
el placer de envolverme en su fragancia.

Todavía hallo encanto en el pasado,
pienso en tus borrascas y tus flores,
a pesar del presente que me ha dado
la dulzura de otros amores.

No es que sueño lo que pudo haber sido,
es que hubo algo que no mató el olvido
que vive, que recuerda y que perdura.

Es que mi alma, hoy amante de lo cuerdo,
puede aún embriagarse de locura.
Todavía hay perfume en tu recuerdo.





CUANDO VOLVAMOS A VIVIR

Esta vez no se puede. Bien sabemos
que nada podrá unir nuestros destinos,
que paralelos son nuestros caminos
como dos alas o como dos remos.

De idénticas raíces, florecemos
en riberas opuestas, como pinos
extáticos del sol, fragancia y trinos,
que en la distancia azul nos comprendemos.

No será nuestra la costumbre diaria
del amor sancionado, la ordinaria
rutina plena de honda sencillez

que todos los amantes han soñado. . .
Para ti y para mí, ¡oh, bienamado!,
será hasta que vivamos otra vez.





ETERNAMENTE

Eternamente vives de incógnito en mi cuento,
dándome muy de cerca mi calor de lejanía
quizás como un recuerdo o cual presentimiento
de que a pesar de todo, me sueñas todavía.

Tu voz cuyas palabras creyó llevarse el viento
resuena en mis canciones con toda energía.
Tu amor es la sonrisa de cada sufrimiento
y tu ausencia es la lágrima dentro de mi alegría.

Si le canto al océano, es pensando en tus ojos,
si escribo mis sueños, siempre estás tú, presente,
con el gesto de déspota de tus labios tan rojos,

y el misterio profundo de tu altísima frente.
Quizá eres un recuerdo, quizá un presentimiento,
y eternamente vives de incógnito en mi cuento.





NÓMADA

Me aburro de la gente, las cosas,  los lugares:
tengo un alma de nómada con la ilusión de andar
por el lejano mundo. Siempre hay en mis cantares
amor por lo distante y anhelos de volar.

Yo quiero ver la tierra, cruzar todos los mares,
viajar, ir siempre errante en continuo soñar.
Como en naranjo esparce su lluvia de azahares,
pétalos de mi vida yo quiero disipar.

No quiero detenerme, no quiero definirme,
quiero ser admirada, deseada, luego irme
como la primavera, siempre bella y fugaz,

todo aroma y ensueño, toda luz y armonía,
dejando algún recuerdo, perfume de poesía. . .
Seguir, seguir andando y no llegar jamás.









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