Mahadevi Varma ( Hindi : महादेवी वर्मा).
Nacida el 26 de marzo 1907 en Farrukhabad, Uttar Pradesh, la India británica.
Murió el 11 de septiembre 1987 (80 años) en Allahabad, Uttar Pradesh, India.
Conocida como una destacada poeta hindi, fue una luchadora por la libertad, activista de la mujer y especialista en educación de la India. Es ampliamente considerada como el "moderno Meera". Era una gran poeta de la Chhayavaad generación, un período de romanticismo en la moderna poesía Hindi de 1914-1938. Con el paso del tiempo, su limitada pero excelente prosa ha sido reconocida como única en la Literatura Hindi.
Nacida el 26 de marzo 1907 en Farrukhabad, Uttar Pradesh, la India británica.
Murió el 11 de septiembre 1987 (80 años) en Allahabad, Uttar Pradesh, India.
Conocida como una destacada poeta hindi, fue una luchadora por la libertad, activista de la mujer y especialista en educación de la India. Es ampliamente considerada como el "moderno Meera". Era una gran poeta de la Chhayavaad generación, un período de romanticismo en la moderna poesía Hindi de 1914-1938. Con el paso del tiempo, su limitada pero excelente prosa ha sido reconocida como única en la Literatura Hindi.
OBRA POÉTICA:
Neehar (1930)
Rashmi (1932)
Neeraja (1934)
Sandhyageet
Deepshikha (1939)
Agnirekha (1990, published after her death)
Mahadevi Varma, Poeta en Allahabad
Por María Helena Barrera-Agarwal
La poesía india del siglo veinte no es un tema que se haya estudiado o difundido a fondo dentro de la esfera hispanoamericana. La variedad de sus estilos y escuelas líricas, la compleja e interesante historia de su desarrollo, las características que la tornan única entre las corrientes poéticas mundiales, son aspectos en su mayor parte fuera del alcance del lector de habla castellana. Las razones son muchas, incluyendo el difícil acceso a textos originalmente escritos en multitud de lenguas como el hindi, el bengalí o el punjabi.
El ejemplo de lo sucedido con el único gran poeta indio usualmente reconocido en nuestro medio, ilustra tal problema. Parte de la obra de Rabindranath Tagore se convirtió en referente esencial del acontecer literario en castellano por intermedio de las traducciones efectuadas por Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí. Sin embargo, ello solo fue posible gracias a que el mismo Tagore había traducido originalmente sus poemas del original bengalí al inglés. Fue de esa lengua que Jiménez y Camprubí lo vertieron al español.
Tal escenario, improbable y único, no se ha repetido en el caso de otros poetas indios. Notable es, por ejemplo, la casi total oscuridad en la que se mantiene la figura del también bengalí Jibanananda Das. A pesar de ser autor de una obra tan remarcable como la de Tagore, el suyo es un nombre contrastantemente desconocido. Sucede lo mismo con Harivansh Rai Bachchan, alta cifra de las letras en hindi y creador de Madhushala (La Casa del Vino), cuya exquisita vena lírica evoca la de Omar Jayyam. O con Faiz Ahmed Faiz, maestro de la versificación en urdu, celebrado por su admirable Naqsh-E-Faryadi (Impresiones).
Entre esos ausentes, y particularmente interesante por su eclecticismo creativo, se halla la escritora Mahadevi Varma (1907-1987). Varma es considerada la poeta más importante del siglo veinte en lengua hindi. Prosista de mérito, exploró la autobiografía, el ensayo y el artículo de costumbres. Pedagoga y filósofa de la educación, su actividad en tal campo impactó las vidas de incontables discípulos. Su contribución al feminismo de la India, expresada tanto en sus creaciones poéticas como en sus acciones desde el magisterio y la prensa, dejó una huella innegable. El explorar su vida y obra puede ser un punto de partida para profundizar en la historia de la literatura en hindi.
Orígenes y Estudios
Los nativos de Uttar Pradesh (UP), estado localizado al centro mismo de la India, usualmente se precian de hablar el hindi de mayor pureza sintáctica y estilística. Ese orgullo es aún mayor entre quienes nacieron en Allahabad, uno de los mayores centros urbanos de UP. Tal ciudad ha sido desde siempre un centro religioso y político de importancia. Situada en la confluencia de los ríos Ganges y Yamuna con el mítico Sarasvati, cada diez años es escenario de la celebración del Kumbh Mela, ocasión en la que millones de personas celebran el río sagrado de la India. Políticamente, Allahabad está estrechamente relacionada al movimiento de independencia indio, siendo cuna de la dinastía de los Nehru y de numerosos héroes de la resistencia anti británica.
Desde un punto de vista literario, el prestigio de Allahabad ha sido también sustancial. Su renombrada universidad ha sido vórtice de generaciones de intelectuales, que dieron impulso al renacimiento del hindi como lengua culta. A principios y mediados del siglo veinte, en tal ambiente, Allahabad fue el epicentro de un renacimiento esencial dentro de los anales de la literatura en hindi.
Mahadevi Varma nació en Farukhabad, UP, ciudad cercana a Allahabad. Varma pertenecía a la casta kayashta, la de los escribas. La suya era una familia ortodoxa y, de acuerdo a sus creencias y a las costumbres de su tiempo, su abuelo ordenó su matrimonio cuando apenas contaba con nueve años de edad. También de acuerdo a la tradición, luego de la ceremonia, Varma regresó de inmediato a su hogar, donde viviría hasta alcanzar la pubertad. Se esperaba que entonces fuese enviada a casa de su esposo para iniciar su vida conyugal.
El padre de Varma, maestro de inglés, era hombre distinto a aquellos de su medio. Al percatarse del ansia de su hija por aprender, le concedió la oportunidad de instruirse, inicialmente por medio de tutores y luego formalmente. Varma asistiría a la escuela de niñas Crosthwaite, en Allahabad. Tal institución, establecida originalmente en Lucknow en 1895, ofrecía una educación moderna bajo condiciones aceptables a la mentalidad ortodoxa: todo su personal estaba conformado por mujeres. Fue tal vez en Crosthwaite que la extraordinaria personalidad de Varma empezó a formarse. Lo cierto es que, llegado el momento de reunirse con su esposo, se negó terminantemente a hacerlo.
Lo revolucionario de tal negativa bien puede imaginarse, yendo como iba en contra de todos los preceptos sociales y religiosos de su era. La determinación de Varma, sin embargo, prevaleció sobre los mismos. Con la continua ayuda de su progenitor se dedicó entonces de lleno a sus estudios, siendo aceptada en la Universidad de Allahabad. Allí, en 1933, obtendría una maestría. Luego de graduarse enseñaría en pequeñas escuelas rurales, en un paralelismo que recuerda a Gabriela Mistral al lector de habla hispana. Eventualmente sería nombrada maestra y luego directora de la escuela Prayag Mahila Vidyapith, en Allahabad, institución creada en 1915 en Bombay y dedicada desde sus inicios al fomento de la educación de la mujer.
Un enigma
¡Amada, yo también soy un enigma!
De todas las dulzuras, de todas las sonrisas,
de todo el hechizo de tus ojos,
de todo el llanto, de todo el hastío,
de todo el veneno del pulso del mundo,
he participado como un devoto,
siempre sediento de pena.
¡Y también me divierto en el río del júbilo!
De todo mi ser simultáneamente fluye
un fuego que quema y un manantial que refresca
atracción y aversión que buscándose entre sí
mantienen el fluir de mi aliento.
¡Amada, mi educación
fue limitada
y sin embargo juego con lo infinito!
Traducción de Alberto Girri
Otro de sus poemas:
Tú eres el dibujo perfecto, yo un esbozo apenas
Tú la dulce melodía, yo tan sólo unas pocas notas
Tú eres ilimitado, yo una ilusión de límites
En el secreto de la verdadera imagen-reflexión,
¿por qué decretar nuestra pasión?
Si eres parte de mí, no precisamos conocernos.
La Poética de Varma
La sensibilidad poética de Mahadevi Varma está caracterizada por multiplicidad de niveles de significado. Los mismos se encarnan en un lenguaje elegante, que se sirve del khari boli como de un instrumento al mismo tiempo estilizado y cercano a la usanza diaria. Buen ejemplo de ello es su famoso poema La Lámpara del Templo (“Ya Mandir Ka Dip”), incluido en su colección de poemas Dipsika (La Cúspide de la Flama, 1942), del que siguen algunos extractos:
La lámpara del templo, ¡déjenla que arda sola!
Ayer mismo el sonido del caracol plateado,
De los címbalos, de la flauta dorada y de la vina,
llenaban el momento del aarti con sus notas
en medio de la multitud de voces que cantaban.
La pétrea oscuridad retoza hoy complacida,
aquel que es venerado está solo en su templo.
¡Dejen pues que la flama se consuma a si misma!
y aniquile con ella el vacío del patio! (…)
Desapareció el viento, perdido entre las vías
y la noche ha caído en un sopor profundo
dejen que este esplendente, mínimo centinela
por hoy oficie entonces, fulgurando con fe.
Mantendrá él cada momento despierto
hasta el retorno mismo del fragor mañanero.
Bien sé que es mensajero de la noche,
¡pero déjenlo que arda hasta el rezo del día!
Las imágenes incluidas en el poema son tomadas de la experiencia diaria de las ceremonias en un templo hindú. Están presentes los cantos rituales acompañados de instrumentos tradicionales como la vina y el caracol, y se indica específicamente su clímax en el momento del aarti, el más sacro y comparable con la elevación en el ritual católico. La “pétrea oscuridad” alude a la clásica arquitectura del templo hindú, que favorece la roca como materia prima. Incluso los íconos de las divinidades están hechos de ese material. La presencia de Dios, magnificada por la ausencia de la acostumbrada multitud y contrastada por la pequeña flama, sugiere sin embargo algo que va más allá de rituales y religión formal: es la simple perseverancia del devoto, frágil en su intención y a veces ciega en su empuje, buscando acercarse a lo divino.
La imagen de la lámpara es utilizada por Varma en otros poemas, con resultados intimistas:
Arde completamente, lámpara mía
a través de los siglos, cada día, cada minuto,
cada segundo;
ilumina el camino de mi amado. (…)
De éste reino de soledad
Soy la reina gozosa
Como una lámpara de aceite
Ofrezco mi vida por un divali sin fin
El uso de la palabra divali, el nombre del festival de las luces que constituye la fiesta religiosa más respetada de la India, sugiere tantas resonancias que es imposible no leer y releer la estrofa sin agotar sus posibles alcances. Lo mismo sucede cuando la dualidad trascendente entre devoto y divinidad es más obviamente tratada:
Tú eres el dibujo perfecto, yo un esbozo apenas
Tú la dulce melodía, yo tan solo unas pocas notas
Tú eres ilimitado, yo una ilusión de límites
En el secreto de la verdadera imagen-reflexión,
¡por qué decretar nuestra pasión!
Si eres parte de mí, no precisamos conocernos.
Las enseñanzas de la poética de Mahadevi Varma son de una magnitud que no puede ser considerada ni siquiera superficialmente en el presente artículo. Sea suficiente el esperar que ojalá y un día, al menos parte de su obra halle su camino a una popularización dentro del ámbito castellano. Hasta entonces, baste este atisbo sobre una obra y vida fascinantes.
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