Javier Gaytán Gaytán
Ciudad de México (1971) Es Licenciado en Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma Metropolitana y en Creación Literaria por Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Obtuvo el Segundo Lugar en el concurso de Poesía Universidad Autónoma Metropolitana en 2003 y fue ganador de un encuentro de exhibición entre el Distrito Federal y Puebla en 2010.
Niña, estrago del paisaje,
en el amanecer de tu casa
se erige
no la multitud que ha de apalear tu vientre,
sino el amor, el hambre y la luciérnaga
que habrá de incinerarme.
..............................
Con rayas cebra
la jaula que camina
resbala entre las fieras
La fauna de Cómala
Traigo un rumor de calaveras
en mis zapatos nuevos,
el sinónimo del trueno en la garganta
y los sueños
que despiertan epitafios en las venas.
—Una sentencia trasciende
en el páramo inhóspito del abuelo—
Me taladran los párpados
las garras del buitre
que se refugia en mi pueblo.
Al caminar
una centella de urracas
golpea sobre el alba
la incestuosa fecundación del polvo
Con mi quebrantada pupila
cabalgo sobre el lomo del fuego.
—La esperanza no trascurre en mi tiempo—
Quizá por ello me he quedado solo
y una espina transparente se clava en mis uñas
como si fueran un reloj
para sus huesos
La lengua de la orfandad
recorre el polvo de mi sueño
—No, no he vivido
sólo soy la huella de un disturbio—
En cada alma me nace
Un tropezar
Y un papalote
En cuarto oscuro
Una jungla
Y una niña que aprende como matar a su verdugo
ÁSPID
En tu mordedura
me dejas el intermitente
harapo de supervivencia,
en tu vértebra,
temblorosos homicidios.
Con mi quebrantada pupila
cabalgo sobre el lomo del fuego.
—La esperanza no trascurre en mi tiempo—
Quizá por ello me he quedado solo
y una espina transparente se clava en mis uñas
como si fueran un reloj
para sus huesos
La lengua de la orfandad
recorre el polvo de mi sueño
—No, no he vivido
sólo soy la huella de un disturbio—
Un día el sol trastabillará
sin ropa en la calle,
cantando o brincando
sembrará una lágrima
en un vientre de árbol
sin preguntar por lo que nunca fui
verá a las muchachas
bordar invisibles surtidores
en un beso
Aquí mis sueños
Inundarán los colores
para que tú y yo acabemos de nacer
en la silueta de un relámpago
Para cuando tú me fleches
estas alas
se astillan con tus roces,
metralletas de las aves
que se vacían en las ventanas de tu vientre
Contigo la Tierra
ni siquiera existe
ya me arranco de tu órbita
ya sólo soy vestigio
que brota de tu talle.
A Lorca
Manos de arcilla
moldean los viriles miembros
de un reloj de arena.
La garza mece el alba
sobre una vitrina de espuelas
Lorca puso por fin a la luna
una camisa de fuerza.
Aquella feroz órbita en mi paso
tiende una emboscada.
Me reduce siglos de ternura en anfiteatro,
quizá por sonreír
con el niño que he secuestrado.
Tres ovejas y una loba
Labran su piel
En crispada púa glamur
tristeza ilícita.
Eternidad ahumada
y suspendida
sed mustia
de polen que se quiebra.
Me fallece algo de Javier Gaytán
en las espaldas
y aunque disuelvo espermatozoides
contra la yesca plenitud de tus labios
fecundo el frío
en la llaga intermitente
de un derrumbado muro.
MISIVA
«A las muertas de Juárez.»
EL AUTOR
Aún te me pierdes cicatriz
en la astilla quebrada del relámpago,
en el racimo cruel del feto,
en mis manos.
Tus vestigios florecen
bajo las caricias de un verdugo.
Ya sea seis de julio
ó 23 de agosto
aún no deja de llover
temblares fugitivos
que cortan revueltas de verano
si te toco con la cometa
que desaparece con tus labios.
Aquí nuestros fantasmas fallecen
desafortunadamente a cada rato.
SIN TI NO CREZCO
Soledades de arena
pieles que tejen cristales de difuntos
en vertiginosas flechas.
¿Por qué? ¿En qué he fallado?
Amor cavas tormentas
cuando no germinas alcatraces
en los besos de este sapo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario