Fernando Molano Vargas
Fernando Molano Vargas (Bogotá, 10 de julio 1961 - Ibídem, 10 de marzo de 1998) fue un escritor y crítico literario colombiano. Es conocido por su novela Un beso de Dick, ganadora del premio de la Cámara de Comercio de Medellín de 1992, considerada por muchos como una novela de culto.
Molano nació en Bogotá el 10 de julio de 1962 y estudió Lingüística y Literatura en la Universidad Pedagógica y Cine y Televisión en la Universidad Nacional. Durante sus días de estudiante de literatura frecuentaba la Biblioteca Luis Ángel Arango, que posteriormente conservaría el borrador de su segunda novela, Vista desde una acera.
En 1987 fue galardonado en el concurso nacional de cuento de Proartes, en Cali.
Entre agosto de 1989 y abril de 1990 escribe Un beso de Dick, que en 1992 envía al concurso literario de la Cámara de Comercio de Medellín y del cual resultaría ganador. Los jurados del premio fueron Fernando Soto Aparicio, Héctor Abad Faciolince y Carlos José Restrepo. El título se inspira en un episodio de Oliver Twist, novela de Charles Dickens, y narra el amor de dos muchachos en la Colombia de la década del 90 en forma de monólogo. "Un beso de Dick" ha sido reeditada en tres oportunidades por la editorial colombiana Editorial Babilonia quienes también publicaron "Opio en las nubes" de Rafael Chaparro Madiedo, "El siguiente, porfavor" de Íos Fernández y "El rumor del astracán" de Azriel Bibliowicz.
En 1995 recibe una Beca de Creación de Colcultura para acabar una novela en la que estaba trabajando. Dos años después, para cumplir los requerimientos de la beca, entrega un borrador corregido, que sería encontrado años después de su muerte entre los archivos de la Luis Ángel Arango, fruto del trabajo de una amiga del autor. Vista desde una acera permaneció inédita durante casi quince años hasta que en 2012 fue publicada en Colombia por la editorial Seix Barral.
En 1998, antes de morir, Molano alcanza a ver publicado su poemario Todas mis cosas en tus bolsillos, editado por la Universidad de Antioquia, debido al trabajo del escritor Héctor Abad Faciolince. Ese mismo año muere debido a complicaciones relacionadas con el sida, al igual que su compañero Diego.
Obra
1992 - Un beso de Dick
1998 - Todas mis cosas en tus bolsillos
2012 - Vista desde una acera
Desde mi ventana
A la voz de sus señoras silenciosos
y dóciles
como suelen los condenados
del borde del sardinel
levantan sus traseros
dos chicos enamorados
Y ocultos tras de los autos
casi al desgano
los une la despedida:
bajo sus pantalones el deseo
acecha como un bandido
a los jovencitos
sumidos en un abrazo
Lento el andar
los tercos ojos que vuelven
van pues hacia sus casa:
a salvo de la noche
¿se acariciarán en sus cuartos
solos
medio desnudos
sonriendo bajo las cobijas
como asustados?
7 p.m.:
esta hora en que las madres
ocultan a los niños
Sentado a la puerta de mi casa
Sentado a la puerta de mi casa
sin mirarme
frente a mí pasan
me ofrecen sus espaldas
sobre el mugre de sus bluyines
yo pienso ¡Dios!
y mi tarde se hechiza entre sus pliegues
con sus pasos...
Señor:
¿qué llevan en sus bolsillos
traseros
los muchachos?
En la madrugada
En la madrugada
a unas cuadras del bar
es el parque
Parado frente a un árbol
el muchacho que no bailó conmigo
le ofrece el don de sus orines:
a una luna que destella
sobre su tronco viejo
Muy cerca de ese árbol
como diciéndole un secreto
que no me incluye.
Hace tres semanas no como nada en mis recreos,
y le he robado algún dinero a mi padre
Sólo he bebido unos tragos para darme valor, y he
ido al mercado de muchachos para comprarte:
eras el más bello.
Hubiera podido contarte lo hermoso que fue pensar
en ti todos estos días, pero no me ha salido hacerlo
-parecías tan apresurado por amarme-, y no he
sabido de qué puede hablarse mientras se desnuda
uno.
Hubiera podido, incluso, darte un beso antes de
preguntarte dónde te habías metido todo este tiempo
en que anduve solo.
Ahora, no entiendo por qué sonríes de esa manera.
Y te pones mi reloj. Y sacas esa navaja.
(Creo que no vale la pena decirte que no lucías tan
cínico en los sueños que tuve anoche).
Cómo llenará el jovencito amante
Cómo llenará el jovencito amante
al amado
de su amor
si sólo con un beso
en su alcoba
en la única noche
y la puerta entreabierta
y el padre oscuro que mira
Caminando con un amigo
Entre dos esquinas
me distraigo de su prisa
voy
detrás
a cada paso suyo
caen
despreocupados
sin
mala
gana
mis pudores
y me permito
en fin
embriagarme
un
poco
en su calcañar
desnudo:
él tiene un zapato
que se le traga la media
En las duchas
Porque es un muchacho muy bello
y entonces cuesta creer
Él riega talco sobre sus pies
y quedan huellas en el piso
Y sus huellas se desdibujan
si uno las roza con los dedos
Pero el talco no sabe a nada
cuando uno se lleva los dedos a la lengua
De verdad
es como un acto de fe
Él que se sienta al lado de mi pupitre
Lo miras
tan cerca de su hermosura
que es tanta
tan desmedida
que casi te atreves
a nombrársela en la cara
Pero
una vez más te dices
¡Espera al menos
a que termine la clase!
Aunque
livianos los ojos
en la pelusa de su mejilla
piensas de nuevo:
¿Y al fin
poniendo mis pies sobre la tierra
- justo al lado de mi bastón
yo le declarase mi amor
y él
por ventura
me concediese el suyo
no tuviera ya la fuerza
para dar
al menos
un brinco de alegría...?
Y aún así
pillados tus ojos
cuando su frente vuelve
una vez más le dices:
¿Me prestas tu esfero rojo?
Cambiándonos para jugar un partido
Para esa piel suave
y ya madura como bellas
frutas de los paraísos
mis labios no dicen
ellos no conocen
su justo nombre
pues no han de serlo
las palabras frías
con que nombran nuestro cuerpo
los maestros
ni los tontos eufemismos
cuando mamá te bañaba
quizás las bellas
arrogantes palabras
con que me enseñas tu fuerza
enfundando en tu mano la bragueta...
Más bien
estos rumores de mi aliento
- o
mi corazón perplejo
frente a tu pantalón caído
Dulce hermano de los arietes
De niño, papá despeinaba mi copete para que yo
me enojara como un hombre.
En los pesados trabajos de su taller de hierros forjó
rudamente mi cuerpo. A los quince años mis piernas
sostenían sin dificultad una nevera, y en mi pecho
hubiesen podido llorar dos o tres muchachas.
Allí mismo, en los sucios almanaques Texaco que
envejecían sobre las paredes, él me enseñó el amor
por las mujeres desnudas; y asomado a la puerta de
las cantinas donde a veces bebía, aprendí la manera
de aprovecharme de ellas. "Pero llegado el día en
que tu madre enferme de muerte -me decía ebrio
mientras los llevaba a casa-, será justo que prefieras
cuidar de tu esposa".
Sin preguntar nada, un día celebró las heridas de
mi primera riña y, sonriendo, descargo un puño
sobre mi pecho. De alguna manera él supo entonces
sobreponerse al miedo, y hoy, a mis diecisiete, presumo
de poder llegar tarde a casa.
Oh, Diego, en largas jornadas papá hizo de mí una
fortaleza. Y es una maravilla cómo sostienen sus
muros ahora que entras en mí como un duende, y
podemos a solas jugar y amarnos como dos niños.
Estábamos estudiando en casa
Hace un rato cerramos los libros
ahora se acaba este café
y nos miramos:
estar otro poco juntos
pienso y piensas
Pero con el tiempo
el rostro de papá
se ha puesto frío con nosotros
Se va
En el zaguán vació
un abrazo
y afuera
metemos las manos en los bolsillos
hasta la esquina
Desde la puerta del bus
él me grita
sonriendo
que si ya sé
-que él me ama
Se aleja
y siento que me achico
en la ventanilla por donde me mira
Con estos deseos de verte
Ese bus que va para tu barrio
las monedas que no tengo en mi bolsillo
por consiguiente
las calles que hoy no caminaremos
los besos que no te daré entretanto
-la vida en sí
en cada miseria
Esta hora de moteles
Sigue por su cintura
mi pierna
y está para mi mano
su espalda
-arriba mirón el techo
para mi corazón
su silencio
Pero suenan
como alarmas terribles
en su dulce ensueño
los cuatro golpes firmes
tras la puerta
-¿hemos ya gastado nuestro rato?
si sobre el piso
al pie de esta cama sucia
todavía nuestro deseo
permanece tibio
entre su pantaloncillo
y el mío
Mientras en el televisor los comerciales
¿Y esta gota de sudor
que resbala impúdica por mi piel
a la sombra de mi brazo
la que lame mi amigo
con algo de ternura
es la misma que usted desprecia
bella señorita de mi pantalla chica?
Sweet D/S
El que está aquí
desnudo
ofraciendo su trasero junto al lecho
temeroso
el que ha confesado
y no siente culpa
una traición
así pues espera
y desea
su castigo
El que está aún
vestido
de pie sobre el vilo del amor
tras de su amigo
el que empuña
y ahora suelta
de su mano la correa
y viene a aliviar con besos
los flagelos que ha pensado
Los que en las horas del odio
Los que se aman
Pillados
Qué suerte
en casa han descubierto
los papelitos de amor con que sueles tejer
sólo para mí
tu telaraña
A estar alturas ya papá se habrá enterado
y no tardarán en venir tras de nosotros
como perros enceguecidos
algunas abominaciones:
corramos pues
a doblar la esquina
Antes de que nos alcancen
toma:
son estas mis canicas favoritas
mi trompo
mi bodoquera
y mi colección de piedritas
este es mi Álbum de Historia Natural "Jet"
y aquí metidos
mis poetas que más quiero
mi tarjeta de identidad
y la foto de mi bautizo
toma todas mis cosas:
mi viejo placer de niño
y mis pasiones bobas
este algo que ahora soy y este mi nombre
-toma sobre todo mi corazón
y guárdalas bien en tus bolsillos
Porque aún soy vulnerable y tratarán de aniquilarlas:
no dejes que te las quiten
En qué boca
En qué boca
se han hecho
amigo
puñales
nuestros besos
Y por qué se clavan
detrás
mi amigo
en el cuello de papá
y de mamá
ahora que llego a casa
y no me miran
Celebro la fuerza con que hoy...
Celebro la fuerza con que hoy
aquellos que en casa te odian
me humillaron
y me echaron a andar
para buscarte de nuevo
para
venirme
despacio
por tus íntimos alivios
Un cambalache con la muerte
O tal vez -qué le parece
por una despedida larga
en que tan sólo él se vaya
y yo le espere para siempre
Alguien dijo alguna vez que se debe hablar de lo local para ser universal.
Fernando Molano Vargas, al publicar poemas tan personales y siendo un autor tan desconocido, lo es. Bien lo dice el propio Molano en la contraportada del libro: "...Así ¿a quién mas que a mí novio, o a aquellos amigos cercanos que me quieren, o a mí, podrían interesar? Temo que para otros podría resultar muy aburridos..."
"Todas mis cosas en tus bolsillos" entrega un trabajo personal, riguroso sí, en el que se refleja un orden cronológico de las vivencias personales del autor, demostrando aires escolares e infantiles que no dejan de ser tiernos y hasta eróticos, y de tales son ejemplo: En las duchas, Él se sienta al lado de mi pupitre, y un poco mas maduros: Estábamos estudiando en casa y el hermoso Pillados. Llegando hasta los profundamente melancólicos, lucidos a la vez y bastante crueles para consigo mismo como: Hace tantas horas es de noche, V.I.H. y Él dice.
Ahora que la editorial Babilonia rescató "Un beso de Dick", ganador del Premio de Novela de la Cámara de Comercio de Medellín en 1995 y la Seix Barral publica, la que en su momento sacara a la luz publica Colcultura, "Vista desde una acera". Quiero dar a conocer, con la mejor de las intenciones, solo algunos de los poemas que conforman el pequeño pero tan sincero libro de Fernando Molano "Todas mis cosas en tus bolsillos", publicados gracias a la editorial Celeste y la Universidad de Antioquia la primera y creo que única edición en 1997.
Todos los poemas están transcritos respetando el orden de las formas y el orden de los textos originales. Mi intención no es recibir algún tipo de ganancia sino, en cambio, que este sea una aliciente para que algún editor que valore lo suficiente las cosas pequeñas, decida reeditar y rescatar del olvido un trabajo tan sencillo pero nada simple como lo es este libro.
*Jefferson Alfonso Mejía, 2012
http://todasmiscosasentusbolsillos.blogspot.com.es/
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