Orlando Cabrera Leyva
Orlando Cabrera Leyva. (CHILE 1912 - 2001). Poeta y periodista. Su primer libro de poesía se titula "Cántaros de Amor" (1934). Fue parte del equipo fundador de la revista "Ercilla". Aparece antologado en "Cuarenta y un poeta joven de Chile", de Pablo de Rokha.
Cántaros de amor
Autor: Orlando Cabrera
Calera, Chile: Norma, 1934
CRÍTICA APARECIDA EN EL MERCURIO EL DÍA 1934-09-09. AUTOR: ALEJANDRO FUENZALIDA GRANDÓN
Acaban de aparecer estos versos de un joven de “vida romancera”.
Revélase un poeta de verdad. Un gran poeta, en la acepción más amplia. Si sigue como comienza, está destinado a figurar con brillo en el Parnaso Americano.
Expresión sencilla a la vez que audaz; maravilloso poder evocador; sensualidad torturada no solo por la carne sino por un ideal que, al fin de cuentas, viene a resolverse en una especie de culto a Eros; tales son las características de este soñador de realidades que llega a la condesa. A veces, velada –como la desnudez de la verdad- con el diáfano manto del idealismo, se oye el grito de la carne.
No faltan a la Musa del poeta otras cuerdas de la sensibilidad, otras emociones puras como la bella descripción “Calera”; “Una oración a mi madre”, que dice:
“Madre,
esta oración es tuya
palabra por palabra…
Viene desde mis labios hijos de tus entrañas,
es tuya y mía,
como tu sangre buena y como la mía extraña…
Para ti es esta mansa oración olvidada,
oh, divina creadora de mi carne,
oh, constructora de estas alas del vuelo
guarda mi voz sencilla para tus hijos tristes,
mientras yo te recuerdo…
Perdón
si me he quejado ante el dolor del mundo.
Perdón si amé en silencio… y si no amé, perdón.
Perdón para estas ansias de horizontes,
para este afán de alturas, madre mía, perdón.
Ahora estoy alegre,
porque sé que es más amplia junto a mí tu alegría.
Porque me diste el sexo y el dolor de los hombres,
mujer llena de gracia, que el Señor te bendiga…”
Pero la cuerda vibradora de la lira de este poeta es el amor carnal, torturante, avasallador, volcánico.
En la Grecia antigua nuestro bardo no habría llamado sus poemas (que son 22), “Cántaros de Amor”, sino “Cráteras de Amor”, que, como se sabe, corresponden a la gran copa de bronce cincelada, con extraños grabados simbióticos, tan conocida en los tiempos clásicos greco-romanos. Este título “Cráteras de Amor”, habría definido específicamente la naturaleza de los poemas.
En fin, sea lo que fuere, y por más que el título no me satisfaga, quiero decir que hay en el joven calerano, hijo de la tierra del cemento, la pasta prístina de un futuro honrador de la poesía chilena.
No sólo era poeta y periodista, también hizo incursiones en la Pintura. El bello poema, es un reflejo del gran esfuerzo que hizo su madre (mi abuela) para dar a sus cuatro hijos una educación que no era la habitual en una familia obrera de la época.
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