(Bogotá, Colombia 1959)
Poeta, narradora, traductora y cantante. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1993 por su libro de cuentos: Otro nombre para María. Fue gestora y animadora de la revista bilingüe: Vericuetos-Chemins Sabreux (diez números publicados entre 1991 y el año 2000). De su gusto por la traducción se derivó su colaboración con varios proyectos culturales (entre ellos el de Común Presencia), la traducción de los poemas de Gómez Jattin, seleccionados por Heriberto Fiorillo para el libro Arde Raúl, la preparación de la versión definitiva de la traducción al francés de la novela El jardín de las Weismann de Jorge Eliecer Pardo, así como su actividad de vocalista, iniciada con composiciones traducidas del portugués. Su libro de relatos y micro-ficciones Historias sin mordaza está próximo a aparecer.
Libros de poesía publicados: Poemas de sueño y de vigilia, 1983. Poemas al margen (al que pertenecen los poemas aquí presentados), 1998. Lugar de un secreto nadir, 2007.
Hoy
Hoy no soy poema, ni ángel ni demonio
hoy soy el limbo que me habita
niebla indolora a donde no acude el sonido.
Hoy no soy palabra, ni grito ni susurro
sólo el lecho apacible, el luto de la sombra
tiempo inmóvil por el que no fluye la sangre,
ni cicatrices ni heridas.
Hoy, paraísos perdidos
y tú no estás —no sé a dónde fuiste.
Otro programa
Más allá de la traición de las palabras
Más allá del opaco fulgor de las miradas
Más allá de la incertidumbre procelosa de los días
Despojados de este escudo
de carne y sangre:
Ser sólo el vuelo desnudo de la luz.
De: Lugar de un secreto nadir (Universidad Nacional de Colombia. Colección Viernes de poesía, 2007)
1
En la quietud de la noche
la estrella que se disipa detrás de la nube
Viento y nostalgia
Almanaque de instantes
que regresan
solo pétalos dispersos y amarillos
Condena de vivir hora tras hora
amarrados al tiempo
adivinando fugaces fulgores
Oscurecidos a la sombra
Nimbados de infinito
Aéreos y aferrados a la tierra
3
Las lluvias han marcado
con su ritmo monótono
la lentitud de esta tarde
El tiempo, como un caimán
inmóvil a orillas de la corriente,
se demora después
en el último sol del atardecer
La penumbra del cuervo
llega paso a paso
a opacar en sombras
las copas de los árboles
el eclipsado vuelo de las aves
Morosa, la palabra del ocaso
antes de la oscuridad
de la cotidiana derrota de la luz
Lentas también estas palabras
que se encadenan en un inútil ejercicio ritual:
hacer del poema
una borrosa instantánea
que alguien le toma al tiempo
5
La tranquila paz que visita mis ventanas
tiene hoy la forma de la noche
del firmamento estrellado
de la pálida sonrisa de la luna
de reconciliación con el mundo
con todas las formas del espejismo
9
Letras dilatadas en un espejo de distancia
un espejo lívido habitado por un rostro
en espera de su definición
Árbol que aguarda desnudo
para vestirse de follaje
A veces también ese recodo imperceptible
que envuelve todas las cosas
si uno las mira con tensión de arco
donde la flecha se tiende
preparada para un blanco que se niega a resumirse
La prisa del corazón como animal desbocado
que se adelanta al paisaje con sus ojos
lo consume como el rayo
y sin saberlo ya ha sido devorado
por el verde y la ingravidez del aire
Ciertas vocaciones arcanas
cuya clave es un destello
una intermitencia entre dos abismos afiebrados
Y el ángel que le respira con sutileza de llama
por encima del hombro
La espuela es esa insuficiencia
con la que nos decimos y decimos el mundo
He ahí el buitre más certero
para carcomer entrañas
A Yvonne-América (RIP) y Sonia Nadhezda, mis amadas hermanas. A José Luis Díaz-Granados, por la amistad de tantos años.
10
Abrirse camino entre las palabras
su proliferación, su desmesura,
la opacidad con la que a veces
disfrazan hasta la luz más diáfana
Miro tu rostro detenido en el sueño
Afuera, una noche de tormenta
arrecia en la furia del viento
Desde la ventana, un orden apacible
inventado por la oscuridad
Vuelvo a mirar tu rostro ausente
distraído del tiempo que aquí es noche
y viento y lluvia y calma en la alcoba,
instante que comienza a acumular
su polvo imperceptible, su pesaroso sepia
Toda palabra nos amenaza con su traición
sustituye la memoria por nostalgia
y el olvido es aquello que cae, por distracción,
fuera del tiempo, igual que ahora tu rostro
dormido y ausente entre las sombras
12
La parcela libre del corazón
aquella que no se aferra
ni al llanto ni a la risa
la que no conmueve los espejos
con huellas insondables
la que no teme ni teje hilos de dolor
abierta como una flor de siempreviva
solo alada de vientos misteriosos e ignorados
La parcela libre del corazón
a la que no domeñan las horas
la dueña de todos los silencios
La fina barca amarrada
a todos los umbrales
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