Soleida Ríos
(Santiago de Cuba, 1950). Poeta y prosista. Empeñada desde hace treinta años en la creación de un nutrido Archivo de Sueños, ha dado a la publicación los dos primeros tomos —El libro de los sueños (Letras Cubanas, 1999) y Antes del mediodía. Memoria del sueño (Ediciones Unión, 2011)—. Entre sus libros (transgenéricos) destacan además El libro roto (Ediciones Unión, 1995; La Palma, Madrid, 2002), Libro cero (Letras Cubanas, 1998), El texto sucio (Ediciones Unión, 1999), Fuga, una antología personal (Ediciones Unión, 2004), Secadero (Ediciones Unión, 2009), Escritos al revés (Letras Cubanas, 2009, Premio de la Crítica Literaria), Aquí pongamos un silencio (Ediciones San Librario, Bogotá, 2009), Estrías (Letras Cubanas, 2013, Premio de Poesía Nicolás Guillén). Publicó además Poesía infiel. Jóvenes poetas cubanas (Editorial Abril, 1989) y El retrato ovalado (Editorial Thesaurus, Brasil, 2012), libro experimental con otras treinta autoras. Colabora con el Instituto Cubano del Libro a través de los espacios interactivos Café Dulce y Café Bar Emiliana.
Es una de las voces más auténticas de la poesía cubana. Pareciera que desde la aparición de aquellos cuadernos suyos iniciales, De la sierra (1977) y De pronto abril (1979), mucho se ha movido en forma o visión del entorno en su obra. Y eso pudiera ser cierto: cinco de sus libros, Entre mundo y juguete,1987; El libro roto, 1995; El libro cero,1998; El texto sucio, prosa, 1999; El Libro de los sueños, 1999; y la Antología personal, Fuga, editada en el 2004, dan fe de lo rico y perturbador que resulta su universo poético.
Pero lo que supongo hace la diferencia en esta escritora, radica en la asimilación en el tiempo de lo esencial poético, sin que su discurso haya perdido nunca singularidad o vigor. Todo lo contrario. Lejos del estereotipo que ha ido imponiendo determinada forma de hacer la poesía, o el vicio de la novedad, Soleida Ríos habla sola, como pocos hoy. Se le siente poeta, cubana, negra y mujer en una cuerda expresiva que no admite contaminaciones.
a Lorenzo García Vega, in memoriam
a Mario Rivas
Ni Reina
ni Roja
ni Sagú
ni Silvestre o de Monte
ni Palma Thrinax
ni Thrinax Multiflora o Miraguano
ni Thrinax Paviflora
ni Thrinax Rígida
ni Thrinax Lejeye
ni Urania o Rabanela
ni Vitchi
ni Arenga Sacarífera
ni Yarey
ni Yeaiba o de Guinea
ni Yuma (no descrita)
ni Yuraguano
ni Palma Erizada
ni Sin Espinas
Palma de Seda (Real). En Imías
Roystonea lenis León.
las palmas ay las palmas deliciosas
*
ay esa palma negra…
*
la palma sola, soñando
libre y sola
Tablas techos bastones catauros tercios…
para tabaco en ramas
manojos de palmito: cogollo y corazón nutrientes
fruto oleaginoso. Yo
palma de seda, elevada, coronada, descalza, inerme
flores sésiles, hojas pinnatisectas…
¿Quién o quiénes fijan el precio de una palma?
¿Cuándo?
15 de abril, 2012
Populus trémula
por G.
a Amelia Carballo y Carina Maguregui
En la noria
entre los cangilones
de la noria
salimos
entramos
volveremos a entrar
de lleno (azoro)
al agua seca.
Siete gajos de álamo temblón
solos, dibújanse…
Entretiene la testa
un airecillo (cuaresma)
singular. Ala
dentadura canina, ojos de miel
entre los cangilones de la noria
miraba acaso nubes, arabescos…
Y entre los cangilones de la noria
ver de pronto siete gajos
de álamo temblón (azotar
azotar)
hacer el árbol
y ver el árbol ay multiplicado
crear la encrucijada. Y ver
siete pares de álamos temblones
(azotar)
sacudir las cenizas del miércoles.
Y
el cuerpo de Ala, dulcenombre
atado a la cadena
succionado, pujar temblar irse
ir cayendo
caer
enterrarse
en el basto engranaje
de la noria.
Y ver casi al instante (pánico)
un
extraviado
surtidor.
Es Cuba y Amargura, calles
de otrora, sombreadas hoy
(cenizas, verde y humo)
por siete pares de álamos temblones.
Lágrima ay del corazón
loto cerrado.
Es Cuba y Amargura: San Francisco de Asís
da de comer […] a toda clase de aves sigilosas,
no hace mucho despavoridas.*
10 de junio, 2011
* Del libro inédito A wa nilé.
BANCO ROSA (Boceto)
a mi amigo Arrufat en sus 75 años
…Ahora
no solo alas
sino todo un ropaje singular
y maquillaje digno de Salón.
Es domingo. Las que obran
son prestas manos de mujer.
Hay su consentimiento. Incluso
su disposición:
¿Sir Anton?
¿Lord Anton?
¿Monsieur Anton?
¡Flash!! ¡Flash! ¡Flash!
La duración de la imagen, su proyección, breve y accidentada.
Se acompaña con flash cada nombramiento. En ausencia de uno de los nombramientos se deja de disparar un flash.
El punto de origen de cada flash, en las cuatro direcciones. De manera que el torso iluminado fuera también así crucificado por la luz y, por consiguiente, virtualmente borrado. Pero solo un instante.
Discreta (connotada) mansión en el Bulevar del Trocadero.
El familiar: un armadillo. Muerto ya su oído, muerta su visión.
Pero también la esposa desde, diría él, hace tanto tanto tiempo… como el armadillo.
Arbolado el bulevar del Trocadero. Olorosísimas magnolias, grandísimas acacias cuyo llanto perenne es oportunamente aprovechado por aquellos que ya no tienen lágrimas.
Cortesía de sir Anton con esa vecindad que tanto lo ha sabido aplaudir.
Terrenos aledaños al bulevar son siembra fértil de magníficos y variados frutales, bosque del que se sirve día a día su distinguida mesa, mejor entre mejores: guanábana, anón de ojo, anones de manteca, muy dulces marañones y bizcochuelos y, no habrían de faltar higueras y datileras, dotadas de cuidados especiales por jóvenes mentores venidos del lejano Marruecos.
Un ARTEFACTO de lujo instalado sobre sillón moaré, cuya atención y cuidados especiales, tarea de la esposa, vigilará Sir Anton una vez por semana, siempre en domingo.
El sillón al centro de la Sala Mayor. Y en esta sala cortinajes rosa cubriendo las ventanas, espejos (marco rosa) situados de tal forma que reproduzcan el tesoro ene veces.
Nombre del artefacto: Banco Rosa (a todas luces una condescendencia con la vulgaridad que el tiempo impone). Ni nombre-signo ni bella forma ni detalles especiales.
Un punto circular le servirá de alarma.
Su valor, del todo inconmensurable, pero se torna Ley el desconocimiento absoluto de uso o destinación.
¡Ah! Sir Anton, de perfil, irradiaba…
Cobraba una belleza única, sensacional. Irradiar… no es manera trivial de describirlo, no es un lugar común.
Visto así, quizás en un balcón, su perfil despedía o atraía hacia sí luces, destellos, caprichosas y bellas figuras luminosas. Y donde verdaderamente más luz tenía era en nuestra mirada entusiasta, llena de serena y suave admiración.
Es domingo. Manos
afanosas, de mujer
consiguen la perfección de un ala
y su doble. Consiguen
por igual
que aquel rostro deslumbre.
El bulevar del Trocadero, engalanado. Grandes hojas de palma acarreadas por esos listos (púberes) marroquíes. Despiden las magnolias su olor, las acacias su llanto. Sir Anton extenderá la diestra, indicará el instante…
Esta vez añade él el ENTUSIASMO.
Ríe. Una cascada
de luz
(lo nunca
acontecido)
brota.
Clama la multitud.
El añorado día extiende ya
su paso. El secreto
del Banco Rosa ha de ser develado.
Pesa la expectación más que la regia túnica, más
que la lluvia que el cielo anuncia
y
ya
empieza
a
desplomar…
Sir Anton
¡flash!
Lord Anton
¡Flash!
Monsieur Anton
¡Flash!
Vuelve a la ausencia un franco TIRADOR.
UN SOPLO DISPERSA LOS LíMITES DEL HOGAR
¿apuntalar al niño alucinado?
¿sacar la cascarilla del vacío
hecha pasta de más de veinte años
en su pasmosa deglución?
¿alzarse el cordón de los zapatos? ¿mostrarle
mira esta es la punta de tu pie?
todo fue un espejismo los árboles no huyeron
era mentira la velocidad
nadie se fuga a doscientos kilómetros por hora
adentro de tu oreja
mira cómo se agolpa la gente en las esquinas de los parques
oyendo bramar como un bendito al toro que es capado
mira cómo se van en la distancia
las máscaras
en fila
despacio
sonriendo
otra vez a esperar
las píldoras del próximo espectáculo
apuntaste tu corazón para la lluvia era mentira
la lluvia estaba detrás de los telones
compréndelo el mundo está lleno de telones
la casa simula ser la casa y la lluvia simula
y lo que moja el falso techo no es más que fango diluido
pero el cuerpo también —en sus dos aguas— simula ser
el cuerpo era mentira
no hubo padre ni madre sino un cielo prestado
adonde fuiste a colgar unas palabras auxilio
el columpio se mece el planeta se vira de revés
compréndelo
la luz se invierte simula ser la luz
no es el tiempo el que dicta la corrosión de las palabras
allá en el tiempo de los asesinos
un niño terriblemente alucinado glorificó su edad
era mentira
ahora mismo presente pasado y porvenir
se juntan en el vano de la puerta
enséñales la punta de tu pie
son solamente víspera compréndelo
traga el veneno a fondo
el mal simula
el bien simula ser el bien.
LA VERDADERA PUERTA
Y en lo adelante
todo el que venga solo tendrá mi compañía
para pasar a otros umbrales.
Nadie se encuentre solo.
Nadie duerma.
Es la hora del sueño necesario
y de la sangre necesaria sobre el fango
y el verde de los campos.
Hora de asegurar el curso definitivo
de estas aguas
de todos los fuegos de la tierra.
Ni un solo verso al amante solitario.
Ni una sola palabra a los que callan.
Crezcan todas las flores de diciembre
y salgan ya las mariposas
a amar y combatir
que donde duerman las alas una vez
vendrá ese tiempo justamente
a reclamar su condición unánime y sagrada.
Pájaro de La Bruja
I
El pájaro nació del filo de un machete.
Nada tiene que ver con el sinsonte
el choncholí o la torcaza triste.
Nació, repito, del filo de un machete
no de la hueva blanca de una pájara vieja.
Ni alondra he dicho
ni quetzal
ni el aura ansiosa tras las últimas huellas.
Vive en el canto de La Bruja, allí es su nido.
Canta como los pájaros del mar y los del monte.
Arría las mulas. Y en mal tiempo
vuela implacable sobre los guanos de un bohío
y entonces alguien tiene que morir.
De marzo a octubre el pájaro es culpable.
Si cae un rayo en medio de la palma
si se desborda el río
si una décima viene lejanísima
con el aroma del último café
siempre _de marzo a octubre_
el pájaro es culpable.
II
Dicen que como fiesta mágica hace tiempo
unos compadres se vieron una noche
cerca del canto de La Bruja.
Que allí sacaron la enorme botijuela
que era un secreto de los dos
en nombre de los hijos.
Dicen que algo se puso en el lugar
donde la hombría se rompe, no se sabe,
que halaron los machetes.
III
El pájaro nació en el último escalón
violento del corazón dentro del pecho.
Nadie lo puede ver,
pero ha volado por todas las lomas de la Sierra.
Un poco de orden en la casa
Para mi hermana Olivia
Esto está oscuro y tiembla.
Mi padre, el padre del que todo lo puede
¿me ha mentido?
Yo decía si viro, si retrocedo
muero.
Vi a la gente gritar, vi a la gente
muriéndose, con pan sin nada que ponerle
pero gritando vivas verdaderos
en sus casas de tablas remendadas
caídas ya de frío y de esos vivas.
Vi a la gente, esa gente era yo
mi madre
mi padre loco en un cuarto enloquecido
el padre de Renté que no aparece en mapamundis
ni en diccionarios ni en los coloquios internacionales.
Ese que digo no está vivo ni muerto.
Yo lo boté en el secadero.
Las monedas mensuales tiradas por esta mano mía
que no es mía ni es la mano de nadie
a la furia del viento y al camino de El Triunfo.
Me mandaron, ve y tíralas.
Boté lo que era mío.
Más bien boté lo que nunca fue mío.
Ahora se dice abajo, en ese tiempo no
en ese tiempo éramos bellos
nos llamábamos bellos, gente con suerte
seres mágicos que cambiaron el rumbo
porque decían amar al pobre no es más que amar a Cristo.
Cristo está en los maderos
clavado en una cruz [hizo muchos milagros]
clavado en una cruz entre ladrones.
Mi padre, el padre del que todo lo puede
¿me ha mentido?
Sus hijos, los apóstoles, lo van a divulgar.
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