FIORELLA TERRAZAS ESPINOZA
Fiorella Terrazas Espinoza (FIO LOBA) (Lima - Perú, 1988) Contadora, sus cuentos de ciencia ficción y terror han sido publicados en el fanzine EL HORLA y Antologías de terror de Pohemia Lux en el 2011, y en diversas páginas web y blogs de poesía, publicó la plaqueta de poesía: DEJO CABELLOS EN LOS BARES (2013) con un formato cartonero hecho a mano. El próximo año piensa sacar un nuevo proyecto con poesía, ilustración y diseño colectivo.
Reconocimiento
La sal que muerde la carne
Las olas que bordean un cuerpo desnudo
La flor atada con alambres
Las espinas de un recién nacido
Los pétalos de un girasol aplastados por el trasero de una vaca que no muge
El trozo de plástico negro abierto en dos como las piernas de una virgen esperando
Las cuerdas de un zapato buscando solearse al lado de la carretera
Las palabras monosilábicas dando puntapiés a los números primos
La silueta de una mujer de 200 kilos
El perdón plastificado envuelto en papel couche rayado con crayola marrón
El beso de un bailarín de fuego
Las arrugas de la frente de un enfermo de cáncer octogenario
La tarde en que papá se fue remando por el gran lago luego de pasear en bici juntos
La noche en que la luna no volteó a mirarme
Los cuatro meses de desempleo como un par de gritos convertidos en ecos
La cinta que envuelve la boca de un corazón azul encerrado en una jaula
Una jaula oxidada abandonada en el techo de mi casa
Un árbol con una sola hoja
El miedo, sucio compañero, por 25 años
Este sonido que sale de mis labios en la noche inundada de estrellas de sangre helada
Todo eso, todo esto, soy yo.
Escribe con tu Sangre
El corazón es una agonizante mariposa de sangre y si hablas nace otro silencio
el gavilán que aguarda a que los restos humanos avancen por el camino de piedra podría romper ese silencio como el poeta autor del descarrilamiento de la sensatez canta a lo loco hacia sus adentros,
él acumula fuerzas dentro suyo, en una estrella equívoca y mal gastada por mirar al cielo
tú solías mirar aquella casa un poco henchida como los labios rapaces que contestan lo que todos preguntan y tocan el más dulce dolor de las canciones
no te hagas el de la otra voz, sin huesos, los que bajan prohíben la tristeza de callar y el invierno con sus falsos vientos hace que la presencia del fuego conozca la escalera de los insectos,
blanca y sin huesos tu mano rayada se encuentra al papel desesperado porque te calles y suelta rojas lágrimas calientes para que tus dedos manchados de vinos azules se corten lentito en una nueva turbación mentirosa con un suplicio placentero.
Escribes con tu sangre una pequeña muestra de tus hojas repelentes
Describes tu traición en ese rosal llamado papel
Aniquilando tu risa de idiota y tu mundo demasiado corto.
El Sexo de un ángel es la Carne que se Escribe.
Inicio
El cuerpo es la mañana como una muñeca de neón abandonada en un cerro lejos de lo verde, nace, en ese hallazgo llamado inicio, la ola que forma una palabranimal, sangrante, que se pone en movimiento por cada segundo de palpitación, piel de virgen entintada, la suavidad de una cabecita con trenzas que invita desde la oscuridad ondulante al rompimiento de la fina capa de inocencia.
Final
La noche, donde arde la carne como la lava que recorre un sendero luego de la inasible erupción, el perecer como el papel en blanco herido por los años,
La dermis / hoja en blanco se abre hacia adentro / nacen las tiernas músicas
Le nacen alas al hueso y expulsa un olor a sexo de libro, en mi viejo pellejo donde muere un nuevo amante, página, perfume, cierro los ojos a los pequeños seres.
Necesito tratar de Explicar
Es que son todas las cosas amigo luz:
Las calles imprudentes
El vacío taciturno del llanto de los locos
La respiración frecuente de enigmas en una avenida sagrada.
¿Llegaré a un lugar donde nadie me espera?
Y qué sé del amor ¡ay! su confusión con el poder
¡Y qué sé yo! De las hierbas para bajar de peso y su corrupción
Mi día es ir y venir por esta misma autopista que cambia de nombre cada doscientos metros
Sintiendo latir ésta herida en mi labio inferior por los ácidos que menciono en las noches de lujuria
Y mi corazón que no late como en las mañanas húmedas
Y el verano de su nombre que aún retumba en mis sienes cantando parpadeos azules de la memoria.
Necesito tratar de explicar el nacimiento de este silencio.
He Descubierto
He descubierto que soy una rama desnuda en un árbol dormido
He descubierto en noventa y dos días que soy un pedazo de tierra agusanada
Que no fui ni seré la llenura de un corazón que conoció el firmamento de lo desconocido
He descubierto el afilado cuchillo del vacío terrenal en una plaza de máscaras con expresión triste
Y que soy la piedra marcada con placenta
Que no soy lo florido de un satélite
Y nunca seré el sonido del agua que golpea mi cuerpo
Que no puedo socializar con alguien que conocí hace veinte horas
¿Pero entonces qué soy?
Soy un animal descontrolado que no caza
Y soy el descontrol de la naturaleza muerta en mi cama
Soy como el fuego sagrado que se extingue en la mañana, al salir el sol
Y muestra su cabello enredado a propósito,
¡Qué alguien lo desenrede por favor!
¿Y qué hago ahora?
Martirizarlos
Buscar en cada uno de sus lunares mi destino en el infinito
Romperme los dedos y hacer que viva y disfrute la sal que habita en mi cuerpo
Coser la herida que me dejaron las cuatro paredes donde me mantuve en silencio
No me gusta callar lo que siento, lamento que este poema me desnude
Pero mi catarsis se hunde y no hay alguien que me pase un salvavidas
Alguno, algún valiente que toque con las uñas el dolor de estos ojos
Estos ojos que descubren algo nuevo a cada momento, en cada pliegue de luz
O algo que habite en el centro de la tierra y cante lo que yo respiro a esta hora luego de que volteen los rostros hacia lo que será su inmoral destino.
El Picotudo
A esta hora me siento como el río
Como la paz soleada devorada por el Amaru
Con mi amigo el flaco picotudo salimos a pasear una noche
El cielo estaba oscuro y algunas nubes se comían la luna
Al ritmo de un violín hecho de ceniza de inocente
Bailamos la danza que continúa presa en los arboles
Aquella danza que no se despega de las hojas
Y sale consecutivamente a mirar las estrellas
A las 4:00 de la madrugada
El río vuelve a entonar su canto
Las aves se convierten en testigos de los sueños
Mi amigo el picotudo estira sus alas y ahora mide 15 metros
Le digo: ¡no me dejes en la puna, más tarde hará frío!
Me muestra las garras suavemente y transfiere su energía hacia mí
No necesito polvos mágicos ni luciérnagas con mucha fuerza
Despacio me voy elevando, sin imaginar que mi viaje hacia el retorno
Se verá enfocado en un espejo vacío
El viaje que me espera me torturará la sangre
Como la termita que ya casi acaba de cenar un librero
En el cual jamás se posará esta historia.
La sal que muerde la carne
Las olas que bordean un cuerpo desnudo
La flor atada con alambres
Las espinas de un recién nacido
Los pétalos de un girasol aplastados por el trasero de una vaca que no muge
El trozo de plástico negro abierto en dos como las piernas de una virgen esperando
Las cuerdas de un zapato buscando solearse al lado de la carretera
Las palabras monosilábicas dando puntapiés a los números primos
La silueta de una mujer de 200 kilos
El perdón plastificado envuelto en papel couche rayado con crayola marrón
El beso de un bailarín de fuego
Las arrugas de la frente de un enfermo de cáncer octogenario
La tarde en que papá se fue remando por el gran lago luego de pasear en bici juntos
La noche en que la luna no volteó a mirarme
Los cuatro meses de desempleo como un par de gritos convertidos en ecos
La cinta que envuelve la boca de un corazón azul encerrado en una jaula
Una jaula oxidada abandonada en el techo de mi casa
Un árbol con una sola hoja
El miedo, sucio compañero, por 25 años
Este sonido que sale de mis labios en la noche inundada de estrellas de sangre helada
Todo eso, todo esto, soy yo.
Escribe con tu Sangre
El corazón es una agonizante mariposa de sangre y si hablas nace otro silencio
el gavilán que aguarda a que los restos humanos avancen por el camino de piedra podría romper ese silencio como el poeta autor del descarrilamiento de la sensatez canta a lo loco hacia sus adentros,
él acumula fuerzas dentro suyo, en una estrella equívoca y mal gastada por mirar al cielo
tú solías mirar aquella casa un poco henchida como los labios rapaces que contestan lo que todos preguntan y tocan el más dulce dolor de las canciones
no te hagas el de la otra voz, sin huesos, los que bajan prohíben la tristeza de callar y el invierno con sus falsos vientos hace que la presencia del fuego conozca la escalera de los insectos,
blanca y sin huesos tu mano rayada se encuentra al papel desesperado porque te calles y suelta rojas lágrimas calientes para que tus dedos manchados de vinos azules se corten lentito en una nueva turbación mentirosa con un suplicio placentero.
Escribes con tu sangre una pequeña muestra de tus hojas repelentes
Describes tu traición en ese rosal llamado papel
Aniquilando tu risa de idiota y tu mundo demasiado corto.
El Sexo de un ángel es la Carne que se Escribe.
Inicio
El cuerpo es la mañana como una muñeca de neón abandonada en un cerro lejos de lo verde, nace, en ese hallazgo llamado inicio, la ola que forma una palabranimal, sangrante, que se pone en movimiento por cada segundo de palpitación, piel de virgen entintada, la suavidad de una cabecita con trenzas que invita desde la oscuridad ondulante al rompimiento de la fina capa de inocencia.
Final
La noche, donde arde la carne como la lava que recorre un sendero luego de la inasible erupción, el perecer como el papel en blanco herido por los años,
La dermis / hoja en blanco se abre hacia adentro / nacen las tiernas músicas
Le nacen alas al hueso y expulsa un olor a sexo de libro, en mi viejo pellejo donde muere un nuevo amante, página, perfume, cierro los ojos a los pequeños seres.
Necesito tratar de Explicar
Es que son todas las cosas amigo luz:
Las calles imprudentes
El vacío taciturno del llanto de los locos
La respiración frecuente de enigmas en una avenida sagrada.
¿Llegaré a un lugar donde nadie me espera?
Y qué sé del amor ¡ay! su confusión con el poder
¡Y qué sé yo! De las hierbas para bajar de peso y su corrupción
Mi día es ir y venir por esta misma autopista que cambia de nombre cada doscientos metros
Sintiendo latir ésta herida en mi labio inferior por los ácidos que menciono en las noches de lujuria
Y mi corazón que no late como en las mañanas húmedas
Y el verano de su nombre que aún retumba en mis sienes cantando parpadeos azules de la memoria.
Necesito tratar de explicar el nacimiento de este silencio.
He Descubierto
He descubierto que soy una rama desnuda en un árbol dormido
He descubierto en noventa y dos días que soy un pedazo de tierra agusanada
Que no fui ni seré la llenura de un corazón que conoció el firmamento de lo desconocido
He descubierto el afilado cuchillo del vacío terrenal en una plaza de máscaras con expresión triste
Y que soy la piedra marcada con placenta
Que no soy lo florido de un satélite
Y nunca seré el sonido del agua que golpea mi cuerpo
Que no puedo socializar con alguien que conocí hace veinte horas
¿Pero entonces qué soy?
Soy un animal descontrolado que no caza
Y soy el descontrol de la naturaleza muerta en mi cama
Soy como el fuego sagrado que se extingue en la mañana, al salir el sol
Y muestra su cabello enredado a propósito,
¡Qué alguien lo desenrede por favor!
¿Y qué hago ahora?
Martirizarlos
Buscar en cada uno de sus lunares mi destino en el infinito
Romperme los dedos y hacer que viva y disfrute la sal que habita en mi cuerpo
Coser la herida que me dejaron las cuatro paredes donde me mantuve en silencio
No me gusta callar lo que siento, lamento que este poema me desnude
Pero mi catarsis se hunde y no hay alguien que me pase un salvavidas
Alguno, algún valiente que toque con las uñas el dolor de estos ojos
Estos ojos que descubren algo nuevo a cada momento, en cada pliegue de luz
O algo que habite en el centro de la tierra y cante lo que yo respiro a esta hora luego de que volteen los rostros hacia lo que será su inmoral destino.
El Picotudo
A esta hora me siento como el río
Como la paz soleada devorada por el Amaru
Con mi amigo el flaco picotudo salimos a pasear una noche
El cielo estaba oscuro y algunas nubes se comían la luna
Al ritmo de un violín hecho de ceniza de inocente
Bailamos la danza que continúa presa en los arboles
Aquella danza que no se despega de las hojas
Y sale consecutivamente a mirar las estrellas
A las 4:00 de la madrugada
El río vuelve a entonar su canto
Las aves se convierten en testigos de los sueños
Mi amigo el picotudo estira sus alas y ahora mide 15 metros
Le digo: ¡no me dejes en la puna, más tarde hará frío!
Me muestra las garras suavemente y transfiere su energía hacia mí
No necesito polvos mágicos ni luciérnagas con mucha fuerza
Despacio me voy elevando, sin imaginar que mi viaje hacia el retorno
Se verá enfocado en un espejo vacío
El viaje que me espera me torturará la sangre
Como la termita que ya casi acaba de cenar un librero
En el cual jamás se posará esta historia.
Yuca
Mujer yuca que transcribes el paisaje con tu dedo índice
Calcula la distancia exacta de este amor de mar que aquel niño marinero no deja de ver
Yuca que vives en un bote y miras a las olas acariciar la fauna marina
Mujer que cultivas aeroplanos en tu propio cielo sembrado de miradas
Niños oscuros y claros tratando de calcular el tamaño de tus labios que no se ven en esa faz blanca de yuca
Cabello cáscara marrón que rico chupo cuando la noche no me basta para cosechar estrellas
Noches de cáscara madura para bailar contigo una danza que no permites, algo que yo no asumo como ilícito
Una premonición me lame
Color huracán
Oigo los excrementosos sonidos de almas blancas a punto de salir volando en la oscuridad
el mismo amor
la misma lluvia.
Observo la calle de boca de noche
creo que te veo y en la perturbadora ausencia oscilo como mosca en la basura
tus cabellos color maremoto en la Costa Sur me absorben
el viento negro me estruja como bandera muerta en la ciudad.
Creo que te veo y pregunto si puedo llamar a las aves
Como tú
con el mismo aura de ángel iluminado por las luces del coche
Creo ver tu imagen cuando aprieto mis sienes deseando se te caiga la lengua.
Mancha-gemido-nocturno
criatura que juega en las procesiones
ama de llaves de los libros.
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