Udón Pérez
Udón Pérez, seudónimo de Abdón Antero Pérez Machado (Maracaibo (Venezuela), 6 de marzo de 1871 - 24 de julio de 1926) fue un escritor, dramaturgo y poeta venezolano. Padre del Doctor Wintila Pérez y Abuelo del actual Obispo de Maturín, Monseñor Enrique Pérez.
Fue padrastreorero del comerciante Santos Pérez Pusherok y de Josefina Manchado Rincón de Pérez. Quedó huérfano de madre a los tres años de edad, por lo que su abuela materna, Josefa Rincón de Machado se encargó de su crianza y luego perdería a su padre a los diez. En esta labor, la abuela recibió la ayuda del maestro de educación primaria Rafael Piedra.
A los 10 años inicia su estudios de bachiller y a los 16 años de edad, su carrera como dramaturgo cuando escribe una obra teatral versificada, titulada El Regreso del Pirata que luego habría de representar con cuatro de sus compañeros de estudios en un teatro organizado en un corral. Dicha obra nunca fue publicada y no existen los escritos originales del guion. El 7 de agosto de 1889, al finalizar el bachillerato, recibió el título de Maestro de Instrucción Primaria y 8 días después, el de Bachiller en Filosofía. En 1890 cursó estudios de medicina con excelentes calificaciones, sin embargo no quiso recibir el título de médico, por lo que nunca ejerció la profesión médica. Igual situación ocurrió cuando estudió simultáneamente con la medicina, Ciencias Políticas, ya que, según sus palabras había estudiado para aprender y no para ejercer, prefiriendo ser "docto" (ilustrado) y no doctor.
El 11 de septiembre de 1899, en el acto de inauguración de la Universidad del Zulia, el joven docente recitó poemas de su autoría, lo que causaría la admiración de los esposos Félix Romero y Asunción Luengo de Romero, presentes en el acto, así como también de Delia Romero Luengo, hija de ambos.2 Ella y el joven Pérez contrajeron matrimonio, en los inicios de su carrera poética y periodística. De esta unión, nacieron siete hijos.
El poeta, ya conocido como Udón Pérez, participó en un concurso para la elección de la letra del futuro Himno del Estado, promovido por el entonces Presidente del Estado Zulia, José Ignacio Lares Baralt el 29 de abril de 1909. El 5 de julio de ese año, fue declarado ganador de la competencia. Posteriormente, a este poema se le añadió la música compuesta por el jurista y músico José Antonio Chávez, ganador de un certamen simultáneo con el anterior para seleccionar la melodia del Himno.
Al consolidarse como un poeta conocido, uno de sus amigos, el también poeta y escritor Andrés Eloy Blanco lo apodó El Bardo Zuliano, Gran Cacique y Viejo Tigre. Aunque destacó en la prosa, han sido más apreciados sus poemas de género clásico, así como los de tendencias más modernas. Una de sus poesías, que demuestra su vinculación a su lar nativo fue titulada Mia. Como otros ejemplos de su obra poética figuran la oda Gajes de la Paz, La Maldición, la recopilación lírica Ánfora Criolla (1913), Escala de la Gloria, Colmena lírica (1921), Lira Triste (1923), La voz del Alma y La Leyenda del Lago, poema en el cual se cuenta a través de una historia mítica como se originó el lago de Maracaibo. También destacó al realizar traducciones libres inspiradas en poemas de Paul Verlaine y Oscar Wilde. En la obra dramatúrgica de Udón Pérez, aparte de su primera obra teatral, destacan Frutos naturales de 1903 y El gordo de 1917, dramas en tres actos y en verso. Gracias a esta labor literaria, Udón Pérez se hizo merecedor de 54 galardones en distintos concursos de poesía que habrían de convertirlo en uno de los poetas más destacados del Estado Zulia.
Fue integrante del Centro literario del Zulia, el cual llegó a presidir en 1919, junto a Jesús Enrique Lossada, quien dirigía la publicación informativa denominada Prosa y Verso. En 1920, Udón Pérez queda viudo, lo cual le afectó emocionalmente. El día 24 de julio de 1926, en horas de la mañana, al salir de su casa, el poeta se sintió mal y al ser llevado de urgencia a su casa, sólo pudo exclamar la frase «Todo se me va» pues falleció inmediatamente después. La causa de su muerte fue una hemorragia cerebral. En medio de una manifestación popular, Udón Pérez fue sepultado al lado de su esposa en el Cementerio "El Cuadrado". Dada la importancia que había adquirido como poeta y por su actuación en cargos públicos, fue decretado un Duelo Regional por parte de los poderes legislativos y ejecutivos.
Labor periodística
Además de sus inclinaciones a la poesía y el drama, mientras estaba estudiando, en 1893 colabora en la publicación El Centinela (1893), junto con su coterráneo Marcial Hernández. Dos años más tarde fundaría la publicación Bohemias. En 1911 contribuye al nacimiento del periódico La Guitarra en el cual es destacar que las noticias y avisos comerciales estaban redactados en verso y Alma Latina (1919) dirigida junto al poeta Rafael Yepes Trujillo, y en la cual laboraría hasta el fallecimiento de su esposa. También colaboró en otros medios regionales y en la, entonces, reconocida publicación caraqueña El Cojo Ilustrado. Participó con los poemas "Guttemberg", "Guajarima" y "El acta de independencia", en la famosa edición extraordinaria del Diario El Fonógrafo de Maracaibo, realizada por Eduardo López Rivas para conmemorar el centenario de la independencia de Venezuela. La obra periodística de Udón Pérez es de difícil recopilación por haber sido publicada en diversos medios impresos, en la actualidad todos desaparecidos.
¡MARACAIBO MIA
Por que yo te canto desde que el destello
Primero del alba sube monte arriba,
Al viejo”Empañado”,que miente un camello,
La testa le bruñe, le dora la giba;
Porque yo te canto cuando el foco bello
Del sol en la altura sus lamas aviva,
Y allá me figura fantástico sello
Que sella del cielo la vasta misiva:
Porque yo te canto cuando el disco rojo
Del astro poniente reproduce el ojo
De algún Polifemo, sobre ápices zarcos:…
Porque yo te canto diciéndote “mía”;
Me ladra y me muerde la burda ironía,
Los canes hidrófobos de los Aristarcos.
¡Que ladre! Muerdan…!
Mientras los palmare
De insomnes penachos que orlan tu Laguna,
Sean a mis ojos así como una Falange de indios que celan sus lares…
y finjan tus sombras nocturno manglares;
Y un arco guajiro tu menguante luna,
Que clava en los flancos de la noche bruna
Las flechas de oro de tus luminares…
Mientras que tus islas, que oyeron mis loas,
Me acuerdan los rudos chozos primitivos
De mara y aliles.
Moporos y toas ,
Y de su vernácula vital sinfonía
Aves, auras, frondas…me brinden motivos:
Yo te diré “mía”, Maracaibo mía.
“MIA, cuando evocas tus hombres de gesta
Cuando sus exámetro vibran tus cantores,
Y en labios y plumas, sin ruines temores,
Brasa de Isaías, arde tu protesta.
“Mía cuando tiendes la mano, dispuesta
A vendar heridas, a calmar dolores,
A empuñar la esteva de los labradores
O el hacha que abre la inculta floresta.
Cuando amparas niños, viejos y mujeres,
Y cual hormiguero bullen tus talleres,
Y hay en tus escuelas sol y greguería.
“Mía”, cuando ríes, “mía”, cuando oras,… “mía”,
a todas horas, Maracaibo mía
¡Cuna de mis padres y de mis abuelos,
Cuna de mi Ida, para siempre ida,
Cuna de mi prole, y en donde mi vida
Se abrió como un cáliz al sol de tus cielos!
En ti han frutecido todos mis anhelos,
Tú has sido en mis luchas mi escudo y mi égida,
Diste a mis victorias láurea florecida
Y a mis desventuras ceñiste asfódelos.
Mis aves de ensueños colgaron sus nidos
En tus rosaleda, y duermen en calma
Bajo tus cipreses mis muertos queridos.
¡Que ladre y que muerda la tropa jauría,
Mientras yo te llamo con voces del alma,
“mía”, a boca llena
Maracaibo mía
HIMNO DEL ESTADO ZULIA
Letra de Udón Pérez, y cuya música fue creada por José Antonio Chávez.
Coro
Sobre palmas y lauros de oro
Yergue el Zulia su limpio blasón
Y flamea en su plaustro sonoro
Del progreso el radiante pendón.
Voz
La luz con que el relámpago
Tenaz del Catatumbo
Del nauta fija el rumbo
Cual límpido farol:
El alba de los trópicos,
La hoguera que deslumbra
Cuando al cénit se encumbra
La cuádriga del sol...
No emulan de tus glorias
El fúlgido arrebol.
Coro
No emulan de tus glorias
El fúlgido arrebol.
Voz
En la defensa olímpica
De los nativos fueros,
Tus hijos sus aceros
Llevaron al confín;
Ciñendo lauros múltiples
Los viste, con arrobo
Del Lago a Carabobo,
Del Avila a Junín;
Y en Tarqui y Ayacucho
Vibraron su clarín.
Coro
Y en Tarqui y Ayacucho
Vibraron su clarín.
Voz
Erguido como Júpiter,
La diestra en alto armada,
Fulgurante la mirada
De rabia y de rencor;
Las veces que los sátrapas
Quisieron tu mancilla:
Mirarte de rodillas
Sin prez y sin honor,
Cayó sobre sus frentes
Tu rayo vengador
Coro
Cayo sobre sus frentes
tu rayo vengador.
Voz
Y luego que la cólera,
De tu justicia calmas
Va en pos de nuevas palmas
Tu espíritu vivaz;
En aulas y areópagos,
Cabildos y liceos,
Te brinda sus trofeos
El numen de la paz:
Y vése en blanca aureola
Resplandecer tu faz.
Coro
Y vese en blanca aureola
Resplandecer tu faz.
Voz
En tu carroza alígera
Que tiran diez corceles,
De acantos y laureles,
Guirnaldas mil se ven.
Allí del arte el símbolo,
Del sabio la corona,
De Temis y Pomona
La espada y el lairén.
La enseña del trabajo
Y el lábaro del bien.
Coro
La enseña del trabajo
Y el lábaro del bien.
Voz
Jamás, Jamás los déspotas
O la invasión taimada,
La oliva por la espada
Te obliguen a trocar;
Y sigas a la cúspide
Triunfante como eres,
Rumores de talleres
Oyendo sin cesar:
En vez de los clarines
Y el parche militar
Coro
En vez de los clarines
Y el parche militar
FLORES Y VERSOS
Sacudiste colérico el ramaje
Del limonero en flor, y el limonero
Sacudido por ti, con un reguero
De níveas flores respondió al ultraje,
También yo sufro tu rigor severo;
Y en pago a tu rigor semisalvaje,
Te rinde en mis estrofas homenaje
Al infinito amor con que te quiero.
Sé que hollarás también mi poesía
Como el verde limonero un día
Hiciste añicos los botones tersos
Más es ley natural que tu rigores
Responda el limonero con sus flores
Y el bardo que te adora, con sus versos
SEMBLANZA CRONOLÓGICA DEL POETA ZULIANO UDÓN PÉREZ
por JESÚS ÁNGEL PARRA
(CONFERENCIA DEL PROFESOR
JESÚS ÁNGEL PARRA, EN EL PANTEÓN DEL ESTADO ZULIA, EL DÍA 18 DE MARZO DE 2013, CON MOTIVO DE HABERSE CUMPLIDO EL 6 DEL CORRIENTE PASADO, 142 AÑOS DEL NACIMIENTO DE UDÓN PÉREZ. EL PRÓXIMO 24 DE JULIO SE CUMPLIRÁ 87 AÑOS DE SU MUERTE)
TRAYECTORIA VITAL Y LITERARIA
Damos las gracias a la directora del Panteón del Estado Zulia, magíster Angélica Cecilia Reyes Rincón, por esta oportunidad de dirigirnos a los estudiantes, docentes y público en general, comenzando este ciclo de conferencias sobre aquellos personajes ilustres que reposan en este Mausoleo y que forman parte del programa “Personas consagradas en el Zulia”, para honra y prez de la tierra chica. Magnífico evento que adelanta la profesora Reyes Rincón y su equipo, para la divulgación y el conocimiento de los valores humanos del Zulia.
En esta oportunidad, me tocará con esta conferencia esbozar o aproximarme a la “Vida y obra del poeta Udón Pérez”.
El 27 de abril de 1870, el general Antonio Guzmán Blanco, llamado El Ilustre Americano, después de conquistar a Caracas al frente del ejército federal, asume la Presidencia de Venezuela y el 27 de junio de ese mismo año, dicta el decreto de Instrucción Pública, gratuita y obligatoria. En mayo del año siguiente, se establece la moneda “fuerte” o “venezolano” como unidad monetaria. Nace el ensayista uruguayo José Enrique Rodó; el poeta mexicano José Juan Tablada y el escritor venezolano Manuel Díaz Rodríguez. El país con Guzmán Blanco comienza a cambiar en su aspecto físico y la ciudad de Maracaibo, la ciudad puerto, del lago y de las palmas, se muestra progresista y activa, con apenas 50 mil habitantes y gobernada por el general Venancio Pulgar, “El Caballero de la Virgen”, autonomista y zulianista.
En este marco histórico, el día 6 de marzo de 1871, en la Sultana del Lago, Maracaibo, exactamente en la Calle Bolívar No. 174, entre las calles Páez y Miranda, en el seno de la familia Pérez-Machado nace el poeta Udón Pérez, quien recibiría por nombre al ser bautizado de Abdón Antero Pérez Machado, siendo sus padres el comerciante Santos Pérez Puchi y Josefina Machado Rincón de Pérez. A los 3 años quedaría huérfano de madre y a los 10, de padre. Su abuela materna Josefa Rincón de Machado, se encargaría a partir de ese momento de criarlo y educarlo con amor y reciedumbre. El maestro Rafael Pirela le enseñaría las primeras letras.
En 1883, iniciaría estudios de bachillerato en la Escuela Federal Anexa al Colegio Federal de Primera Categoría del Grande Estado Falcón Zulia, donde iba a despertar en él, su pasión por la poesía. En 1887 estrena su primera obra de teatro en verso, El regreso del pirata, la cual es montada por un grupo de jóvenes aficionados, entre quienes se encontraba el mismo Udón Pérez, formado por Benito D. Puche, en un pequeño teatro de corral improvisado en el patio de una casa situada en la calle Carabobo, hoy llamada también de la Tradición. De esta obra primigenia no se tiene noticias. El 7 de agosto de 1889 recibiría el título de Maestro de Instrucción Primaria y el 15 del mismo mes, el de Bachiller en Filosofía, ambos en el Colegio Federal y así, al año siguiente, comenzaría estudios de Medicina y de Ciencias Políticas, en ambas carreras tuvo calificaciones sobresalientes, durante seis años de curso, con brillantes y prestigiosos catedráticos, como: Jaime Luzardo Esteva, Leopoldo Sánchez, Francisco Ochoa, José María Luengo, Alfredo Rincón, Helímenas Finol, Francisco Rincón, Rafael López Baralt, José de Jesús Olivares, Manuel Dagnino y Francisco Eugenio Bustamente, entre otros, quienes formaron en él, al intelectual y al erudito.
En 1891, siendo todavía un estudiante, sería examinador de Pedagogía Primaria, al lado del doctor Francisco Ochoa.
El 11 de septiembre de ese mismo año, se funda la Universidad del Zulia y en el acto solemne de su instalación, el joven Udón a nombre del estudiantado universitario, pronuncia un breve discurso y lee un poema de su autoría, causando la admiración de los presentes, sobre todo de don Félix Romero y de doña Asunción Luengo de Romero, pero más de su bella hija Delia, de quien se enamoraría y posteriormente, contraería matrimonio. La esposa de Udón Pérez, fue hermana del historiador Adolfo Romero Luego, autor de varios libros importantes, y tía del escritor Vinicio Romero Martínez. A partir de este momento comienza su labor periodística, como redactor de El Centinela, al lado del Dr. Marcial Hernández. Asimismo, comienza a conquistar triunfos por sus creaciones poéticas.
En 1893 obtiene el primer premio en el certamen de poesía de la Sociedad Mutuo Auxilio de Maracaibo, con la oda Gajes de la paz y el 22 de junio de ese año, el actor aficionado Arturo S. Iriarte representa su monólogo en verso La primera piedra, publicado en El Sociologista, periódico que no se localiza actualmente. Al año siguiente, gana el certamen del Club Chicago con las décimas El Artista y en 1895, logra ganar el certamen del Club Sucre con el soneto Cuba, así como el certamen del Centenario del Padre Jesús Romero, con su décima El Padre Jesús Romero. Del mismo modo, interviene en la fundación del semanario “Bohemias”, junto con el poeta José Ramón Yepes Serrano.
En 1896 culminó con éxito sus estudios universitarios y se rehusó a recibir los títulos correspondientes en medicina y ciencias políticas, aduciendo que “prefiere ser docto, y no doctor”. En ese mismo año, gana el certamen de la Academia Venezolana con la oda Miranda, mártir y al año siguiente, obtiene el primer premio y mención honorífica en el certamen del Salón Fotográfico, con los serventesios El rayo de luz. Igualmente, publica su primer poema titulado, La Maldición, dedicado al periodista Valerio P. Toledo, en la Tipografía de Los Ecos del Zulia.
En 1898, gana los tres premios del certamen de las Bodas de Plata del Diario de Avisos de Caracas, con sus sonetos Perseverancia. De la misma forma, el primer premio y mención honorífica del certamen del Centenario de Colón, con sus sonetos El genio de Colón.
En ese mismo año, edita su segundo libro de poemas titulado Vendida, con un estudio crítico de A. E. Serrano, compuesto de 80 estancias y casi 500 versos, de tipo idílico, el cual sería incluido más tarde en Ánfora criolla, y el 13 de junio, contrae matrimonio con Delia Romero Luengo, de cuya unión procrearon siete hijos: Udón Segundo, Arbonio, Wintila, Delia Teresa, Delia Josefina, Delia Isabel y Delia del Carmen, constituyendo una familia feliz y unida, que el poeta llamaría, su “nido de las Delias”.
Según el testimonio de diferentes autores y de personas que lo conocieron, el historiador Luis Guillermo Hernández, pudo reconstruir un retrato caracterológico del poeta: “físicamente, era de ademán majestuoso, porte indiano, ojos enérgicos, alta frente morena, coronada por la negra cabellera, sembrada de hilos de plata. Psicológicamente era un hombre enérgico, pero bondadoso, cordial, franco, hidalgo y generoso, que aconsejaba a todos los que se acercaban a él y muchas veces, casi le re-escribía los poemas a sus discípulos. En su vida hogareña sería amante ferviente de su esposa, cariñoso y amigable con sus hijos, quienes lo admiraban y respetaban.”
En 1899, publica en la Imprenta Americana La escala de la gloria, monólogo escrito especialmente para la artista Refugio Azuaya, quien lo interpretó con notorio éxito en el Teatro Baralt de Maracaibo. También había sido publicado en “El Fonógrafo”, de fecha 11 de marzo de ese año.
Comenzando el siglo XX, participó en todos los concursos de poesía y todos los ganó, año tras año.
En 1901, gana el certamen de la Revista Americana de Caracas, con la oda Influencia de la poesía. Igualmente, publica el poema de Navidad dedicado a Ramiro Nava, La voz del alma, incluido posteriormente en Ánfora criolla. Al año siguiente, obtiene el primer premio, mención honorífica y accésit del certamen Aniversario de la Fábrica de Cigarrillos “La Protectora”, con sus poesías tipo silva, soneto y oda, tituladas Mirando el humo.
En 1903, gana el certamen del Asilo de Huérfanos de Caracas, con la oda Dios de caridad. Del mismo modo, gana el segundo certamen de la revista “El Cojo Ilustrado” de Caracas, con el poema indiano La venganza de Yaurepara.
Ese mismo año, preso en la prisión del cuartel San Carlos, por un trágico suceso, escribió su primer poemario extenso titulado Lira triste, el cual igualmente será editado con prólogo de Marcial Hernández. De esa prisión saldrá en libertad al cabo de seis meses, al comprobarse su falta de culpabilidad. De los sonetos magistrales que forman el poemario, destaca In Memoriam, donde evoca el motivo que lo llevó a prisión. También publicó Notas líricas a la Sociedad Mutuo Auxilio en sus Bodas de Plata, en la Imprenta Americana, ilocalizable actualmente.
El 26 de enero de 1904, fue el estreno en el Teatro Baralt, de su drama poético Frutos naturales, por la Compañía Española de Dramas de Martínez Casado. Esta pieza dramatúrgica, la publica en la Imprenta Americana y reeditada por ésta en 1933, con un epílogo crítico de Marcial Hernández, quien al final de su texto dice: “Mas cualesquiera que sean lo errores, Frutos naturales arrancará siempre los aplausos del público, porque tiene corazón, espíritu i fuerza”. Al año siguiente, gana el certamen de la Apoteosis del Arzobispo Guevara y Lira, con su oda El óptimo prelado y de nuevo el certamen del periódico “Pan y Letras”, con el soneto La Escuela y la Imprenta.
En 1908, estrena su drama poético en tres actos Sin nombre, por la Compañía Zuliana de José Mavárez, el cual generó polémicas por su tema tratado sobre los hijos naturales. Esta pieza de teatro se mantuvo inédita.
Ese mismo año, publica su poema indiano La leyenda del Lago, en la Imprenta Americana, donde usó el verso alejandrino de manera impecable para narrar la leyenda indiana sobre el nacimiento del Lago de Maracaibo, incluido más tarde en Ánfora criolla.
En 1909, gana el certamen del Gobierno del Zulia, con la letra del Himno del Zulia, premiado con una Pluma de Oro, y editado al año siguiente. La música de este himno es original del Dr. José Antonio Chaves.
Al año siguiente, obtiene el primero y segundo premio del certamen sobre el centenario del 19 de Abril, auspiciado por el Concejo Municipal de Maracaibo con sus odas Súrge et Ambula y Súrge ¡Oh Patria!. También circula la publicación oficial de su Himno del Zulia, editada en la Imprenta Americana por el Ejecutivo del estado Zulia y un grupo de intelectuales zulianos, con motivo del centenario del polígrafo Rafael María Baralt, trataron de coronarlo, como habían hecho con el poeta Chocano en el Perú, pero Udón Pérez se niega a aceptarlo.
En 1911, gana el certamen de los Primeros Juegos Florales del Centro Literario del Zulia, con la oda La mujer patriota. Igualmente, la primera mención honorífica del periódico “La Nación” de Caracas, con motivo del centenario de la Independencia, con su oda Los conquistadores, y el certamen del “Heraldo Católico” de Caracas, por el mismo motivo, con la oda Los héroes anónimos.
Ese mismo año, se repuso su drama Sin nombre, pero esta vez en la ciudad de Caracas, por la compañía de Evangelina Adams, con el mismo éxito. De la misma forma, conjuntamente con Víctor Raúl Sandoval, confeccionaron la revista “La Guitarra”, escrita totalmente en verso, aun los avisos comerciales.
Al año siguiente, obtiene el primer premio y accésit del certamen de la Junta Homenaje al General Rafael Urdaneta, con los sonetos Ofrenda, cuyo premio consistió en grabar el soneto en bronce y colocarlo en el pedestal con la estatua pedestre de Urdaneta en la plaza de su nombre.
En 1913, publica su poemario Ánfora criolla, en la Imprenta de los Hermanos Trujillo. Esta obra le granjea un gran prestigio nacional. Y dos años más tarde, edita en la Tipografía de Los Ecos del Zulia, Trípticos apendiculares o Comentarios a un Apéndice, producto de su rivalidad poética con el poeta Ildefonso Vázquez.
En 1916, obtiene el primer premio de los Primeros Juegos Florales de Caracas, con el poema indiano Tatuaje e igualmente, el primer premio del certamen de “Panorama” en su primer aniversario, con la oda Lux Victrix. Ese mismo año, publica dos poemas indianos Iguaraya y Tatuaje, bajo el título de Dos poemas, en la Tipografía Panorama. El primero de ellos, es una versión en octavas reales de la leyenda en prosa del poeta romántico José Ramón Yepes. Del mismo modo, gana el certamen del periódico “Minerva” de Carora, Himno del liceo Contreras. El 23 de diciembre de ese año, se estrena en el Teatro Baralt, su drama poético El Gordo, en colaboración con Octavio Hernández, por la Compañía Española de Alta Comedia “Jacinto Benavente”. Tuvo éxito de público pero la crítica le fue adversa.
Al año siguiente, la Empresa Panorama publica el drama original en tres actos y en verso, titulado El Gordo, en co-autoría con Octavio Hernández.
De 1917 a 1918, gana los certámenes del Gobierno del estado Nueva Esparta, por el centenario de la Batalla de Matasiete, con sus décimas Lid Redentora, y el segundo premio de los Segundos Juegos Florales de Caracas, con el serventesio La Espiga y el Arado. El primer premio en esta oportunidad lo obtiene el joven poeta cumanés Andrés Eloy Blanco.
En 1919, inicia la publicación de la revista “Alma Latina”, con la colaboración de su discípulo principal: Rafael Yepes Trujillo. De la misma forma, gana los certámenes del Gobierno del estado Bolívar, con motivo del centenario del Congreso de Angostura, con los sonetos Medallones Heráldicos y del Gobierno del estado Falcón, con motivo del natalicio del poeta Heriberto García de Quevedo, con la oda Al porvenir de la América Hispana.
El 7 de julio de 1920, muere su esposa Delia, y de esta aflicción escribirá su poemario Bajo los sauces, que editará al año siguiente, en la Tipografía El Sol.
Al año siguiente, continúa alcanzando premios literarios: obtiene el primer premio y accésit de los Segundos Juegos Florales de Maracaibo, con su vítrea El poema de las rosas, y sus quintillas alejandrinas La rosa roja, los certámenes de la Academia Nacional de la Historia, con su serventesio Carabobo y de la Junta Homenaje a Urdaneta, con su oda El alma de la bandera. Asimismo, publica su poemario Colmena lírica, en la Empresa Panorama Villasmil & Co. Este libro de la madurez del poeta había sido ordenado su publicación por el Ejecutivo del estado Zulia, el 5 de julio de 1920. Y un año después, gana el certamen del centenario de la muerte del general Pedro León Torres, con la oda Pedro León Torres.
En 1923, la revista literaria “La Hora Literaria”, le rinde tributo al poeta publicando una selección de su poesía, acompañado de un esbozo crítico de su director, Héctor Cuenca, que incluye los poemas: El alma de la bandera, Pastorela, La regadora, La piedad de la esfinge y Versiones.
Ese mismo año, publica Divino mundo i El cocotero, en co-autroría con el poeta Rafael Yepes Trujillo.
En 1924, publica su poemario Plectro rústico, en la Empresa Panorama y gana los siguientes premios: los certámenes de los Juegos Flores de Cumaná, con 150 versos, de los periódicos “La Información” de Maracaibo y “El Luchador” de Ciudad Bolívar, el primer premio en el certamen internacional de Bahía Blanca (Argentina), con el drama Entre sombras, llamado inicialmente Visión Suprema, el cual fue estrenado en el Teatro Baralt, por la Compañía de José Mavárez. El 8 de octubre de 1925, se repone en el Teatro Variedades, por la Compañía Wilson-Saavedra-Cianherotti. Según Octavio Hernández, Entre sombras, sería la mejor obra de Udón Pérez como dramaturgo.
El poeta como servidor público desempeñó varios cargos, de manera eficiente y ejemplarizante, a saber: Diputado a la Asamblea Legislativa del Estado Zulia, Concejal y Síndico Procurador del Concejo Municipal del Distrito Maracaibo, Secretario en el Consejo de Gobierno, Presidente de la Junta de Instrucción del Distrito Maracaibo, Secretario de la Junta del Estado, Miembro y Secretario del Consejo de Instrucción, Catedrático de Pedagogía en el Colegio Nacional, Juez del Municipio Santa Bárbara de Maracaibo y Fiscal Nacional del Banco de Maracaibo. Sería Miembro de la Sociedad Académica de Historia Internacional, con sede en París, sin haber salido de su ciudad natal, con algunas excepciones de breves viajes a Caracas y a Los Puertos de Altagracia.
El 24 de julio de 1926, murió en Maracaibo, en horas de la mañana, Udón Pérez, el “Viejo Tigre” como lo llamaba el poeta Andrés Blanco, a consecuencia de una hemorragia cerebral, según lo diagnostica el Dr. Rodolfo Luzardo. Sus exequias constituyen una extraordinaria manifestación pública del dolor popular, sin precedentes hasta ese momento. Al día siguiente fue conducido en hombros del pueblo hasta su última morada, en el cementerio El Cuadrado. El Gobierno del Zulia y la Asamblea Legislativa del estado Zulia, decretan duelo regional. El poeta Elías Sánchez Rubio, dijo un sentido discurso en nombre del pueblo y la intelectualidad zuliana, a las puertas del Palacio Legislativo, y el joven Gabriel Bracho Montiel en el cementerio, pronunció unas hermosas palabras en nombre del grupo literario “Seremos” y de la juventud zuliana.
Se instituye una Junta Pro-Monumento a Udón Pérez, presidida por el doctor José Encarnación Serrano y constituida por Rafael Yepes Trujillo, Carlos Montiel Molero, Abraham Belloso, Julio Áñez, Francisco Eugenio Bustamante y otras personalidades, quienes por colecta popular lograron levantar un monumento conmemorativo, el cual estuvo ubicado inicialmente en la plaza Francisco Eugenio Bustamante frente al Hospital Central, más tarde, en 1941, fue trasladado a la esquina de 5 de Julio con avenida Bella Vista y finalmente, fue llevado al patio del liceo epónimo, donde todavía permanece. Ese monumento de bronce y mármol, tiene en la parte superior la estatua de Udón Pérez sentado en actitud reflexiva, en el centro un cóndor y al pie una mujer o musa, mostrando una lira con las cuerdas rotas, símbolo de la muerte del poeta, del cantor del Lago de Maracaibo.
MÁS ALLÁ DE LA MUERTE FÍSICA
Al cumplirse un mes de fallecido el poeta Udón Pérez, la Sociedad “Mutuo Auxilio” de Maracaibo, le tributó un homenaje a su memoria, realizando un acto solemne con la intervención del Dr. Jesús Enrique Lossada como orador de orden, donde dijo lo siguiente: “La muerte de Udón Pérez nos ha revelado, súbitamente, todo el valor del poeta. Maracaibo se ha transformado, ha perdido para siempre su alma antigua. Al llorar al Maestro que se ha llevado la ilusión de nuestra permanencia, lloramos un hermoso retazo de nuestra vida, deshilachado por la mano del tiempo ante el cadáver –que pronto no reconocerá nadie- del pasado de nuestra ciudad querida.” Sin embargo, asoma la evidente compenetración que el poeta tuvo con la ciudad y su gente. Hoy sabemos que es un personaje difícil de olvidar por las huellas que dejó de identificación profunda en la Maracaibo de siempre.
En ese mismo discurso, Lossada destaca algo muy importante, “la consustanciación de Udón Pérez con su raza y con su tierra, le hace mirar con recelo al elemento extraño que viene a alzar bajo nuestro sol su tienda aventurera. Por eso en su poema inédito Oro Rojo, en transparente simbolismo rechaza la invasión pacífica de la industria del Norte, y la violentada moza criolla, lozana y fiera como su patria, trueca el oro negro en oro rojo, en llamaradas de incendio que devoran los guías y las máquinas y tuercen y calcinan los rieles como chuzos!”. Esto se constituye en un tímido antecedente, en cuanto a denuncia se refiere, a los poemas de otro zuliano, Ismael Urdaneta, contenidos en la segunda parte de su poemario Poemas de la musa libre (1928), que él tituló Croquis del Lago y de la urbe, cuyos poemas tratan por primera vez sobre la contaminación petrolera en la poesía venezolana, convirtiéndose en el primer poeta en percibir los desastres ecológicos que traería la explotación petrolera al Lago de Maracaibo y su entorno. En Oro rojo, el poeta después de describir a un pueblo lacustre de vida apacible, agraria y pesquera, se produce un cambio brusco en su historia, con la llegada de los hombres rubios del Norte y sus máquinas, subtitulándola La conquista pacífica, y que a continuación transcribimos un fragmento:
II
LA CONQUISTA PACÍFICA
I un día, de puertos distantes
vinieron al Lago unos hombres
de músculos recios, rapados semblantes
i exóticos nombres.
Mostraban el típico sello,
vivaz, de la Raza del Norte:
azul la pupila, de oro el cabello
i atlético el porte.
No eran los francos, los rudos
guerreros que en ciclo pasado
vinieron a Indias con lanzas i escudos
en pos de “El dorado”.
Aquellos soldados bravíos
que, en longa i sangrienta jornada,
llevaron en triunfo por selvas i ríos
la Cruz i la Espada…
En hábil ficción de progreso
traían —como a otros países—
la fuerza de Heracles, el ansia de Creso,
la astucia de Ulises.
En célebres barcos las ondas
cruzaron de alinde sereno:
sus lentes clavaron i echaron sus sondas
del Lago en el seno.
En playas, llanuras i cerros
pusieron su ávida vista,
igual que adiestrada traílla de perros
que busca una pista.
Del vientre del Lago sonoro
al pie de las sierras vecinas,
con sedes hidrópicas buscaban el “Oro
negro” de las minas.
El “Oro” oleario, sin brillo,
que sigue plutónica ruta;
i que, en sus alquimias, en “Oro amarillo”
Mercurio trasmuta.
Allí donde hallaban sospechas
propicias o señas exactas,
erguían sus máquinas, al estupro hechas
de tierras intactas.
I cuando la aguja buida
se hundía con buena fortuna,
i líquido untuoso manaba la herida
como sangre bruna:
Plantaban, beodos de orgullo,
un mástil, del pozo a la vera,
i en él descogían del viento al arrullo
su patria bandera.
I ufanos, alegres, risueños,
paseaban en torno la vista,
como si allí fuesen señores i dueños
por lei de Conquista…
Es a partir de su muerte, cuando el poeta ha sido objeto de homenajes y de críticas a su obra poética, por no haberse inscrito en corrientes de vanguardia. O haber sido un genuino representante del Modernismo, istmo literario nacido en América de la mano de Rubén Darío. No obstante, Udón Pérez escribió uno que otro poema modernista. Su obra ha tenido desde entonces, adeptos y detractores. Se le consideró hasta mal poeta, pero ha salido airoso y sabremos por qué más adelante.
En 1927, la Junta Pro-Monumento a Udón Pérez y la Empresa Panorama publicó póstumamente su poemario Laurea, donde incluyó cantos patrióticos con perfección métrica y estilística. En este libro se incluiría el discurso que pronunciara el Dr. Lossada, en la Sociedad “Mutuo Auxilio”, con motivo de cumplirse el primer mes de fallecido. Laurea se reeditó en 1957, en la Semana de la Patria. Dos años después, la misma Junta Pro-Monumento editó su segundo poemario póstumo Hojas i pétalos, el cual incluyó poesía inédita, donde destaca el poema Mis lauros, dedicado a sus hijos y donde explica la historia de sus 50 premios poéticos, así como su extenso poema Oro rojo, dividido en ocho partes subtitulados: El casero, La conquista pacífica, Ficción de progreso, Los amos, Patria, Tentativas, Holocausto y La Cauda, el cual comentamos.
En 1939, el Dr. Jesús Enrique Lossada publicó Grandes líricos zulianos, donde hace un estudio crítico de la obra poética de Udón Pérez, con favorable acierto y poder constatarlo, cuando Lossada aseveró lo siguiente: “Udón Pérez –como todos los poetas de verdad- logró organizar en su poesía y salvar del naufragio de las edades su noble emotividad, su dinamia conceptual y figurativa y sus espléndidas visiones.” Continúa diciendo que “la producción de nuestro gran poeta es vastísima, y si en ella espigáramos para escoger lo más puro y para apostar la labor urgida o manipulada por necesidad o complacencia, quedaría aún obra suficiente para el prestigio de una constelación de estetas. Es que nuestro artista es un millonario de ensueños, que puede derrochar muchos tesoros.”
Ciertamente, la obra poética de Udón Pérez sometida a los rigores de la crítica siempre sobrevivirá, por lo ingente y rica.
En 1940, se publicó sus Cantos al Libertador, en la Imprenta Americana de Maracaibo. Se levantó un monumento en su memoria en una calle de la ciudad de Caracas. Tres años después, se publicó en Caracas una antología de sus Poesías, en la Editorial Venezuela.
En 1947 se le daría su nombre al segundo liceo de Maracaibo.
En 1949, se publicó la primera biografía del poeta, la cual se tituló Udón Pérez. Su vida y su obra, de Manuel Matos Romero. Estudio biográfico que fue ganador del Primer Premio en el Certamen Literario promovido por el Liceo Udón Pérez, sobre la vida y obra de su ilustre epónimo (1949). Matos Romero nos dice de este poeta criollista por excelencia: “Udón Pérez es uno de los poetas más heterogéneos de la lírica venezolana e indoamericana, porque cultivó con éxito todos los géneros con la más resonante de los triunfos, así como también cultivó los más variados metros, abrevando su musa todos los misterios de la rima con esa potencialidad lírica excepcional…” En ese mismo año, el gran ensayista y crítico venezolano Mariano Picón Salas, publicó una obra de su autoría Comprensión de Venezuela, en el capítulo titulado “Paseo por nuestra poesía (de 1880 a 1940)”, donde se refería a los poetas Alfredo Arvelo Larriva, Lazo Martí autor de la Silva criolla, y a nuestro Udón Pérez, cuyas poesías se manifestaban como de marcado acento nativista, abordando temas del paisaje y de las costumbres de la tierra. En el caso del poeta maracaibero, el maestro del ensayo se expresaba así: “Otros de los poetas criollistas –pienso en el más abundante de todos ellos, el zuliano Udón Pérez- si saben describir la naturaleza en grandes poemas llenos de selva y de ríos crecidos, de palabras indígenas, no dan, en cambio, con la vida interior. Se quedan en lo épico, más que en lo lírico.”
A este respecto, diremos que en efecto Udón Pérez escribió una profusa obra poética, descriptiva y vernácula, donde exaltó el paisaje lacustre, el Lago de Maracaibo, la independencia y sus héroes, las leyendas y los mitos autóctonos. Le supo cantar a su pueblo y a su raza. Pero también diremos, que abordó con igual acierto la poesía íntima y lírica. Este poeta criollista y nativista, parnasiano como Núñez de Arce, supo también incursionar en la poesía modernista de Darío y ofrecernos excelentes versiones de poetas franceses, italianos y portugueses. Picón Salas no conoció íntegramente la obra poética de Udón Pérez, para poder realizar una valoración más justiciera.
En 1951, la Dirección de Cultura de la Universidad del Zulia, con motivo de la muerte del poeta, editó el poemario Evocaciones íntimas. Esta fue la segunda parte de Bajo los sauces, la elegía que publicó en 1921 con motivo de la muerte de su esposa Delia.
En ese mismo año, se colocó una lápida conmemorativa con un fragmento del poema Maracaibo mía, en la casa donde vivió y murió el poeta, calle Carabobo, No. 147, en la esquina con la calle Páez, actualmente restaurada y convertida en el Museo de Artes Visuales Emerio Darío Lunar. El historiador Luis Guillermo Hernández, algunos compañeros de la Academia de Historia del estado Zulia, de la Asociación de Escritores del Zulia y mi persona, mostramos desacuerdo con este nombre dado a la casa que fue del poeta, por parte de la Dirección de Cultura de LUZ, sin desmeritar al notable artista plástico zuliano, Emerio Darío Lunar. Porque considerábamos que nunca debió cambiarse el nombre de “Casa de Udón Pérez”. En ella, especie de museo, debió haberse consagrado un espacio para guardar la memoria del poeta, su escritorio, biblioteca personal y demás mobiliario, objetos personales, sus libros publicados, cartas, colección fotográfica, etc, así como desarrollar allí una cátedra libre con su nombre, entre otras cosas. Creo que todavía se está a tiempo.
También se publicó el libro Esbozo crítico del poeta Udón Pérez, de Carlos Montiel Molero. Al año siguiente, se publicó igualmente, sus libros de versiones poéticas inéditas titulados El jardín de las caricias y Calcos. El primero editado por el Ejecutivo del estado Zulia y precedido de un estudio crítico de José Rafael Pocaterra, y el segundo, publicado por la Dirección de Cultura de la Universidad del Zulia, con un prólogo del también poeta Rafael Yepes Trujillo. Esta obra constituye una de las obras más importantes de Udón Pérez, porque recogen versiones poéticas de poetas franceses, italianos y portugueses, las cuales muchas de ellas superan al original por su perfección estilística.
En septiembre de 1955, fue fundado el grupo artístico-literario “Apocalipsis”, el cual significó la irrupción de la vanguardia en la literatura zuliana del siglo XX, a través de un lenguaje surrealista. Es decir, que con la aparición de esta generación literaria, capitaneada por el poeta Hesnor Rivera, se partía en dos la historia literaria del Zulia, un antes y un después del grupo “Apocalipsis”. Esa incursión en las letras por parte de los jóvenes de “Apocalipsis”, estuvo acompañado de un ritual simbólico que consistió en la quema de los libros del poeta Udón Pérez, significando el rompimiento con la tradición y con cierta crisis literaria en el Zulia que surgió a la muerte del poeta Udón Pérez. Muchos años después, los integrantes del grupo “Apocalipsis” han reconocido que fue un gran poeta y que con aquella acción irreverente, sólo se buscaba romper con la manera vetusta como se estaba escribiendo en esta importante ciudad del occidente del país.
En 1964, Fernando Paz Castillo realizó un estudio crítico en su libro Reflexiones del atardecer y en 1967, fue incluido en la antología Veinte poetas de Maracaibo, del escritor y poeta, Guillermo Ferrer, actual cronista de la ciudad de Maracaibo. Al año siguiente, la Fundación Belloso, con motivo del cuatricentenario de Maracaibo, publicó una monumental antología de la obra poética de Udón Pérez, compilación que fue iniciada por Adalberto Toledo y terminada por Luis Pino Ochoa y Mercedes Bermúdez de Belloso, acompañada de un estudio crítico realizado por Rafael Yepes Trujillo, donde sostuvo que “su poesía era recia, en ocasiones áspera i poco aderezada de adjetivos, pero alcanzaba altos niveles descriptivos i tenía esenciales bellezas en las imágenes i en las metáforas”, para concluir que “Udón Pérez fue un poeta de inconfundible transparencia clásica.”
En 1971, se le rindió un homenaje con motivo de los 50 años de su natalicio y en 1976, se organizaron una serie de actos en su honor, con motivo de los 50 años de su muerte. El Instituto Zuliano de la Cultura Andrés Eloy Blanco, la Asociación de Escritores Venezolanos Seccional Zulia, el Comité Pro-Cincuentenario de la Muerte del Poeta Udón Pérez y la Asociación Cultural Rómulo Gallegos, editaron el libro Antología Poética, acompañada de Un recuerdo a Udón Pérez por Berthy Ríos y la Dirección de Cultura de la Universidad del Zulia, publicó la biografía escolar Udón Pérez, de Luis Guillermo Hernández. Excelente trabajo desde el punto de vista bibliográfico, pedagógico y crítico. Asimismo, fue biografiado por Atenógenes Olivares, en su libro Siluetas ilustres del Zulia (1979).
Fue incluido en la antología Gente del Lago (1984) de Velia Bosch y en 1988, fue estudiado por Cósimo Mandrillo en el libro La ciudad de Udón, magnífico ensayo que da preponderancia al contexto, al entorno, en la Maracaibo de principios del siglo XX, donde se desenvolvió el poeta de manera existencial y creativa, presentándonos su figura emblemática como evidente fenómeno sociológico.
Del mismo modo, aparece en El Lago de los poetas (1994), de Jesús Ángel Parra y Carlos Ildemar Pérez. En esta última, los autores incluyeron su poema indiano La Leyenda del Lago, con el siguiente comentario crítico: “…como todo poema nativista posee un fondo romántico y en él, por lo general, se cuentan hazañas de héroes fantásticos o reales. En este poema se cuenta la historia mítica de cuando el Cacique Zapara furioso y lleno de cólera por haber descubierto que su hija Maruma y el poeta Tamare estaban enamorados, abrió con sus manos la tierra y allí el diluvio hizo un lago. Si se quiere esta leyenda se cuenta en un sentido muy teatral a consecuencia de la descripción de las escenas, de las palabras cortas y precisas y de ese comportamiento entre idealista y realista de los personajes en el espacio que les toca actuar.”
En 2004, el Acervo Histórico del estado Zulia, publicó Rosas secas, el primer poemario del poeta hallado en manuscrito, en ese archivo oficial, por el historiador Iván José Salazar Zaíd, son 40 poemas en total, escritos entre 1888 y 1890, cuando el novel poeta contaba con 17 años de edad. Los comentarios de este fueron hechos por quien esto escribe. Igualmente, el 30 de enero, fue exaltado al Panteón del estado Zulia, con Discurso de Orden “Ante el féretro de Udón Pérez”, pronunciado por el doctor Luis Guillermo Hernández, en representación de la Academia de Historia del estado Zulia y de los sectores culturales del Zulia, y en la Catedral de Maracaibo, monseñor Enrique Pérez Lavado, Obispo de Maturín y nieto del poeta, pronunció el elogio fúnebre.
El 26 de julio de 2007, con motivo del aniversario de su muerte, el historiador Luis Guillermo Hernández, impartió una conferencia sobre la vida y obra de Udón Pérez en el Panteón del estado Zulia, la cual sería publicada en el “Boletín de la Academia de Historia del Estado Zulia”, No. 47 del mismo año.
En 2010, con motivo un año antes de la conmemoración del Himno del estado Zulia, la Gobernación del Zulia, a través de su Secretaría de Cultura publicó el libro Himno del estado Zulia. Análisis ideológico, del educador Nicolás Chirino, el cual se distribuyó acompañado de un disco compacto con la grabación del mencionado himno, interpretado por Grupo Lírico y la Orquesta Típica del Estado Zulia, bajo la dirección del Maestro José Luis García. Es interesante destacar, que este tipo de estudios analíticos sobre el Himno del Zulia, ya lo habían realizado antes: los profesores Pedro Alciro Barboza de la Torre en 1963 y Tito Balza Santaella en 2001. También, la Universidad del Zulia, a través del Vicerrectorado Académico y su Consejo de Publicaciones, editó el libro Udón Pérez. Antología poética, con selección y prólogo de Camilo Balza Donatti, donde nos dice lo siguiente: “Udón Pérez constituye un caso muy especial en la literatura venezolana. Surge al universo de la palabra poética en los días del descenso romántico y del surgimiento del Positivismo y del Modernismo, experimentalismo, visión platónica, altisonancia y nuevo fervor por la palabra. Fueron también los días del criollismo, del nativismo, de aquella literatura con sabor de campo y personajes de la vida rural. De todas esas corrientes encontramos huellas en su poesía. Vio nacer los credos vanguardistas, pero con altivez los dejó pasar. Él creó su propia escuela y no la abandonó; tuvo sus discípulos que se proyectaron más acá de su muerte. Hizo de la poesía un credo para exaltar al hombre, a la raza, a su tierra saturada de sol, de agua y de paisaje. Ha tenido sus panegiristas y detractores, como sucede con los autores que podríamos llamar controversiales; pero su poesía está allí, granítica, memoria fiel de un estilo y de una época que no ha muerto definitivamente, porque la poesía es el lenguaje universal del hombre, sin muerte y sin fronteras.”
En todo este recorrido, es observable que se hace urgente todavía, la compilación exhaustiva de toda su poesía dispersa en la prensa periódica de la época, porque no toda su poesía está contenida en sus libros publicados. El Estado está en la obligación de publicar sus obras completas con un estudio valorativo de su poesía integra. De igual manera ser distribuidas en todas las bibliotecas del Zulia y del país.
Hasta aquí todo sobre Udón Pérez, el gran poeta del Zulia, orgullo de su ciudad, de la que él llamó tan rumorosamente “Maracaibo Mía”, erigiéndose como emblema indiscutible de esta ciudad puerto y símbolo de identidad regional, así como auténtico representante del nativismo en Venezuela, que lo hacen desde este suelo oleaginoso, de relámpagos y palmeras, un poeta de América.
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