Hugo de Mendoza
Hugo de Mendoza (Guadalajara, México, 1976). Es poeta y editor. En 2002 fundó el colectivo Literagen. En 2009 editó la revista de crítica literaria El Golem. Ha publicado los libros de poemas Danzar del Agua (2009) y 34 Episodios de Piscis (2010). Ha impartido talleres de creación literaria en escuelas secundarias. Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués y al inglés. Ha sido publicado por medios impresos como la Revista de la UAM y por medios electrónicos como Círculo de Poesía (México), Letras.s5 (Chile), Ómnibus (España), Panorama Cultural (Suecia) y La Otra Poesía (México). Ha dado las siguientes conferencias: Acercamiento a la poesía latinoamericana escrita por mujeres en el siglo XX (Literatura en el Café de Nadie), Acercamiento al poema en prosa (Feria Internacional del Libro en Minería) y Homenaje a Federico García Lorca (Feria del Libro del Zócalo). Actualmente coordina los ciclos de Crítica de la poesía y narrativa en México y el encuentro de poetas Vértice en el Tiempo. Prepara su tercer libro de poemas.
34 EPISODIOS DE PISCIS
Cuando la Historia duerme, habla en sueños: en la frente del pueblo dormido, el poema es una constelación de sangre. Cuando la Historia despierta, la imagen se hace acto, acontece el poema: la poesía entra en acción.
Octavio Paz
Soñé que me envolvía. Soñé el agua inundándome el cuerpo con ternura. Como un álgebra donde todas sus ecuaciones en su resultado dan seis. Piscis tiene seis letras. Así que decidí el principio de mi transformación. Las escamas brotaron de mi piel. La ciudad se sumergió en mi sueño. Largas y cortas avenidas eran laberintos de coral. Aves como medusas. Constelaciones se ahogaban en el agua de mi sueño. Y ella? Ella insolada en el mapa de mis ojos. Rezando. Para que los barcos aparecieran y tiraran las redes y la rescataran con un puñado de alegría.
Nadé hacia su mente. Me instalé en su recuerdo. Avancé con ella toda la ruta de la salvación. Una isla levantaba saludos de palmera. Una bienvenida vegetal ascendía en una plegaria al percibirla con los rescatistas. Y yo en sus tímpanos. Nadando por rutas interiores. Buscando el otro acuario. Ahí su corazón es una estrella.
Descubrió la vida de nuevo. Se dirigió a su departamento. Soñó. Los peces de una artesanía Minimalista la miraban con mis ojos. El olor a mar y barro se mezclaban. El amor de las ballenas era un espíritu danzando. Otros espíritus bajaron la luna para esconderla. Se la entregaron. Dijo que sabía a miel. A miel blanca con poesía. Y la poesía se hizo una con el mar. Con su cuerpo y mi cuerpo se hizo mar: Mar del sueño: Mar de los peces imaginados: Mar de ella y un estribillo de Daniel Melero: "Descansa en mis brazos amor".
Soñó que me soñaba por la habitación entera. Sabía que era Piscis. Que cuando las ecuaciones en su final resultaban seis me convertía en Piscis. Seis letras y mis dos yo en mí mismo sumaban doce. Lo cual también me convertía en el último signo zodiacal.
Recordó la estabilidad de su dominio. El anzuelo del sol la despertó. Todos los terrores de la ciudad regresaron a ella. Tuve que despertar para encontrarla en cualquier plaza o avenida.
Así es la vida de los Piscis. Tenemos dos formas de vivir el mundo. Soñamos y vivimos. En las dos afirmaciones el ambiente es el mismo. Cuento mis días. Todos los minutos riego mi esperanza. Tantas macetas tengo que mi acuario parece un jardín botánico. Y ella en esta historia con sus días bañándose en el agua de mis mentes. Suspendiéndose en cada golpe de agua como un reloj que dirige las estaciones.
Ella olvidó lo que soñaba.
EPISODIO PRIMERO
Salmón a contra luz.
Oscuridad a contra Salmón.
No importa la recta o curva
De los ríos:
El Mixcoac o La Plata.
SOY PISCIS
Todas las rutas
Desembocan en su nombre.
EPISODIO SEGUNDO
(Sueña o muere Vive o sueña)
Paréntesis concentran su ABSOLUTO.
Su cuerpo es el INFINITO por donde nado.
Cuando vive muero en un plato con especies
Cuando muere me domestica en mar artificial.
Su sueño y mi vigilia. -Complemento exacto-
Hacemos el amor sumergidos en pecera.
Las tres afirmaciones
Son un acto de ilusión para el que sueña.
EPISODIO TERCERO
Su amor le pertenece al último signo zodiacal.
Con hipnotismo mis ojos a sus ojos atrapan su memoria.
Río Feminidad:
El Yin penetra por tu oído.
El Yang penetra por el otro.
He acorralado tu pensamiento.
Vivo en el acuario de tu mente.
EPISODIO CUARTO
Estoy acechándola invisible.
Levito en el almizcle de un ídolo marino
En sueños con cal con sal con mitología.
Preparó su viaje a una pila bautismal.
Está recibiendo el otro nombre: AGUA.
Ahora se recuesta y divide continentes
Y el sol le hierve pensamientos
Y aparezco en dos peces encontrados:
Blanco Negro.
EPISODIO QUINTO
Es inminente la transformación del cuarto.
Los burós son la histeria de las olas
El Cristo en la pared
Es Cristóbal Colón buscando tierras.
No podrás escapar por la ventana
Por ahí bajan los demonios de salitre
Sumérgete en ti misma en el agua de la cama
Que te recibo con todos los secretos del mar.
EPISODIO SEXTO
Seis de la mañana Despierta
Comienza la escritura de su diario.
No logra encontrarme en el recuerdo de la almohada.
Me ha olvidado.
Una melancolía de demonios -Sin saberlo ella-
Le escriben:
El mar se cortará las venas.
EPISODIO SÉPTIMO
Ha salido por
la despensa.
En el supermercado me recuerda en una lata de sardinas.
En el departamento de pescados
Ve mi cuerpo en el filo del machete.
En mis escamas lee un sueño del futuro:
No estoy muerto.
EPISODIO OCTAVO
El televisor presenta un documental marino.
Meditativa
Sus manos a la nariz le recuerdan sus actos en el mar:
Algas y corales
Tallos y fragancias y medusas olvidadas.
Quizá Si mira el espectacular cuando recorra la cocina
Me recuerde en la promoción de bacalao.
EPISODIO NOVENO
SOY PISCIS
Ella lee mi futuro en el periódico
Y vuelvo a entrar por la sugestión del arquetipo.
Y vuelvo a su boca en un tenedor con sushi.
La vuelvo a poseer por todos sus deleites -SOY PISCIS-
Nado en lectura hacia sus ojos.
Nado en los sabores de su boca.
EPISODIO DÉCIMO
Mis dos yo
En su corazón llegan a la cita.
Un amor principia a correrle por la sangre.
Tiene tantas ganas de nadar
Que comienza a recordar mi cuerpo.
DÉCIMO PRIMER EPISODIO
Soy Inanimado -Ha dicho-
Al no encontrarme en el agua de los sueños.
Me obliga a refugiarme en la tetera -Existo-
A gritarle desde la sustancia con anís:
EXISTO
Es un ancla la cuchara con óxido de azúcar
Hundiéndome en los nervios concentrando su espejismo
En el "Café de Nadie" con ella.
DÉCIMO SEGUNDO EPISODIO
Ella sale ha recibirse con el aire
Para perderse en los prismas de la noche.
Entonces aparece el fantasma de Ilia de Gortari
Molesto porque las ideas no rebasan los trastos del café
La cristalería del candelabro.
-Soy Inanimado -Digo
Ilia prefiere dibujarme absurdo
Ahogado en el té sin consumirse.
-Quieres una sonrisa? Una moto? Un ardor que baile en los bordes de tus labios? Un taxi para perseguirla por los rituales de la noche? Una lengua para roer los anzuelos de su olvido? Un final en la taza del amor? En el abismito de tu amor? Eres la vértebra de un insecto.
DÉCIMO TERCER EPISODIO
Ahora soy la vértebra de un insecto
Sin posibilidad que las alas se desdoblen.
Soy cadáver Ya no habrá opción para ahogarme en el anís.
Ilia dibuja una tierra de manzana
Con lunares fuentes cobijándome las caras.
-Si no piensas en los métodos del vuelo la Tierra de Manzana es cartulina carmesí. Las lunarias fuentes son goteras de tintura. Te estoy dibujando un aeroplano de recuerdos. Trazaré hélices para que te recuerdes en el año 2000 pidiéndome un cigarrillo. Te dibujo un cigarrillo? Te dibujo un puerto para que escribas? Conversemos tu inanimación de amor.
DÉCIMO CUARTO EPISODIO
Desde que comencé a ser Piscis
Pensé instalarme en las corrientes de su nombre. -Todas las corrientes llegan a su nombre-
Busqué la complementación del Espíritu y el Cuerpo
La exaltación de Venus
Que gobierna la música de Libra...
-Sortilegios. Hechicería. El futuro empuñado en periódico papel. Comienza su reconstrucción con la tinta de lo incierto. Has recordado el manual de piloto aviador? Recuerdas los aviones de la feria que nunca despegaron? Creyeron luchar en una historia de conquista y nunca despegaron. Creo que les dibujaré muchos niños para que sufran en sus turbinas sin despegue. Si quieres piensa en un poema para ponerlo a bordo. Sabrá elevar el alma tu poema?
DÉCIMO QUINTO EPISODIO
DESCIENDO.
Ilia dibuja una mujer sin ropa.
La cubre de grafito hasta convertirla en humo
En un negativo luminoso Casi una bailarina de magnesio.
Ilia se dibuja tomándole su aliento
Fugándose por la temperatura del papel.
-Cuántos años pasan-
Ha regresado.
-Escribiste el poema? Te traje un mensaje del Hombre de las nieves: Estás vivo. Tienes una goma de borrar? Después de mi muerte el amor me resulta ridículo. Cómo te resulta el póker de corazones? Te has convertido en un naipe de boca al mercurio. Mientras todos se consumen en el pan de las creencias te has olvidado de la mesa de juego. Tomemos un poco de café. Olvida tu poema. Brindemos.
DÉCIMO SEXTO EPISODIO
Mis voces interiores
Sueñan para acceder al "Café de Nadie"
Una de ellas: El Aniquilamiento
No sólo observa los dibujos
Deja un huevo en el mantel.
El corazón del huevo es amarillo.
No existe tal el corazón
Sólo el ahogar del fuego
Congelado en una yema:
El Amor que su nacimiento no concluye.
DÉCIMO SÉPTIMO EPISODIO
Ilia dibuja una cuerda en la pared.
Mis anginas se imantan al tejido de carbón.
Ahora que el Aniquilamiento sueña con una bailarina de flamenco
Imagina una guitarra en la pared.
Su tremenda garra de gorila
Rasguea la soga de mi cuello.
DÉCIMO OCTAVO EPISODIO
Despierta el Aniquilamiento en un zoológico polar.
(Quiso su amanecer en hielo
Porque odiaba a los suicidas
En la música española)
El huevo cae. CAIGO.
Ahora que se derrama la sustancia del Amor
En un platillo de salmón preparado para dieta
Asumo al Amor regresando a mi inconsciente.
Mi sangre y la clara al combinarse
Es una tonalidad que no para de morir.
DÉCIMO NOVENO EPISODIO
El Amor regresa en otra de sus transformaciones:
Lleva una daga clavada en la sien
En su arrastrar una tinta de versos de Petrarca.
-Operémosle. Salvémosle la vida. Unamos sus arterias sacerdotales con el arte del dibujo. Traerme mi estuche mágico de bisturíes: lápiz del 2.5 / 3.5 / 4.5 = Veinticuatro de febrero es tu cumpleaños. Eres Piscis. Entreguemos tu cuerpo para su reencarnar.
En cada celebración
Se festeja un nuevo nacimiento.
VIGÉSIMO EPISODIO
En mi renacimiento soy un cromo sacro.
Bienvenida sea toda mujer que me ponga flores
Que me ponga de cabeza
Que principie una plegaria.
No llegará ninguna.
El Tarotista irrumpe en su escarabajo modelo 76
A comenzar su consultorio.
Somos dos mercenarios de la fe
Una multitud en el "Café de Nadie".
VIGÉSIMO PRIMER EPISODIO
-Un duelo es la mejor manera de asesinar con ética. Limpien sus instrumentos de trabajo. Que el muerto la cuenta pague. Que se retire para no estorbar en el negocio. No tengamos horror por nuestra suerte. Pesadillen. Que comience el Tarotista.
Aceptamos la cercanía del funeral
O la permanencia donde hoy estamos solos?
VIGÉSIMO SEGUNDO EPISODIO
El Mundo
XXI
La Templanza XIV La Emperatriz III La Estrella XVII
Y
Un Loco
XXII
Los Enamorados
VI
Así formaron mi cruz las cartas.
Es tan claro todo
Que entiendo mi locura
Recor-riendo mis deseos.
INTERMEDIO
Se apoderaron los frutos de la mesa. Se percibía la llegada del cereal y una gitana agitando cartas, señaló mi destino con cinco de ellas formando una cruz. Dónde había visto dicha cruz? Cayeron mis anteojos sobre la lectura. Noventa y tres era la celda de mi futuro. Entonces dijo que la Emperatriz oraba para que desapareciera. El mundo se pondría seco. Difícil lugar para los Piscis.
Entonces recordé mis piernas y mis manos. Mis ojos recorrían la sequedad del Mundo. Los Enamorados batallaban por limpiar la tierra de sus labios. Equilibristas del cielo buscaban agua entre las nubes. Pero las nubes estaban anémicas. Así que el agua sólo se conocía en las películas de naufragio o en algún túnel del pensamiento.
En la memoria de un Loco me vi bajando de una cantata de Estrellas líquidas. Evoqué la Templanza: Evoqué los dioses del agua: Evoqué una religión que me permitiera ser libre. Noventa y tres fueron los escalones hacia el futuro. Y la celda? Mi celda es una pecera.
Por el vidrio veía el aumento de las cosas. Ella de la sala al desván. Del desván a la pecera dejaba caer mis alimentos. Luego se bañaba en los oráculos del tiempo perdidos en la noche. Y la tipografía de los astros versaba un futuro mejor. Pero sus alas no crecían. Será porque deseaba una suerte mejor. No acaso lo inevitable es mejor.
La gitana le concertó la cita. Su consultorio estaba lleno de peces disecados con la boca abierta evaporando la materia del anzuelo. Los Piscis son seres que hay que matar dos veces para olvidarlos dijo. Pero si no sabes cuál de todos es aquel que te sueña difícil será encontrar tu antídoto.
Salió con el pavor hacia los peces. Llegó a mi pecera y con la red exterminó a la población. Pero las ánimas del agua con las que me emparentaba a diario me previnieron. Dormí. Cuando mi cuerpo fue arrojado al suelo ya no estaba en la carne. Sólo el gato sabía que devoraba un cuerpo sin espíritu.
Dónde estoy? Otra vez en el poemario como un Loco recorriendo las líneas que me escriben.
VIGÉSIMO TERCER EPISODIO
La escalera no me servirá para ascender al recomienzo.
Todo en mí es un cinema mudo
Un bloque de petróleo atentando a las especies del agua.
CONTAMINACIÓN
Ella regresa por unos caracoles con antenas.
He ahí el Tarotista que está cumpliéndole el futuro.
He sido derrotado.
VIGÉSIMO CUARTO EPISODIO
Cuántas muertes habrá que vivir
Para conocer la última.
Ilia está muerto
Pero en todos sus dibujos su mano aún
Me conduce a la salida del Café.
-Nos veremos pronto Piscis. Ya que el día no es propicio para los fantasmas y el Tarotista está por retirarse acompañado. Nos veremos cuando las puntas de tu estrella se claven de una suerte mejor. Al menos piénsate en un árbol navideño. Al menos reflexiona que tu peso no es ni miligramo en la batalla universal. Adiós amigo. Adiós a tus veinticuatro en las escamas.
VIGÉSIMO QUINTO EPISODIO
Vuelvo ha comenzar en camuflaje.
Aún Piscis. Aún mi Espíritu y mi Cuerpo
Al golpe de los puños de su corazón ya tan lejos
Tan perdido en mi memoria.
Y el túnel de los días despellejándome las branquias
Y la rabia seca del agua en una paleta de la nevería "La Dicha".
Necesito que suceda una tormenta Un trébol
Un momento de ángeles De mujeres convirtiéndose
En mi lugar terrible.
VIGÉSIMO SEXTO EPISODIO
Ciao. Ciao. Ciao...Una fe...Ciao.................
Los pies de Dios no sangran en este paso.
No puedo olvidar la cruz del Tarotista.
Pensar que la cruz se inventó para la muerte
Y no hay cruz para pescados.
Pensar que el Cardenal sortea premios en cerro de las Cruces.
Qué inventaré para la penitencia
De mi mal augurio. No me sangrarán los pies.
Soy Piscis
Todas estas incongruencias
Suceden cuando una peregrinación
De ángeles me toma por distraído.
VIGÉSIMO SÉPTIMO EPISODIO
Un carrusel de espadas Cabelleras
Vestidos blancos y alas de papel de china.
Los heraldos de Dios cantan
Su favorita composición:
"Él inventó el agua de hacer peces"
Mientras en la avenida de los Misterios
Las cruces son telescopios submarinos.
Ella cruza la peregrinación no como ángel
No con el Tarotista
Sino como un pescador con el futuro incierto.
VIGÉSIMO OCTAVO EPISODIO
Pensar en más allá
Es como recordar a Vallejo:
Despertar para vivir la Muerte.
Recuerdo al héroe que envolvió su vida en la bandera
Mientras atraparme vuelvo en el bolso de su mano.
Ahora habito en sus accesorios
En batalla con otros amuletos
Por divinizar su imagen.
VIGÉSIMO NOVENO EPISODIO
Ella se sumerge entre la gente
Como pez al monte Tepeyac.
Las caravanas de mercaderes La superchería
Copian su perfil para cubrirla de un manto ceremonial:
Galaxia Verde Galaxia de saliva Agua pupilar
Como túneles se advienen al nado de mi boca.
He sido un Bendito.
TRIGÉSIMO EPISODIO
He sido un bendecido Un maldecido Un bendecido...
El agua que cae y se levita de veleros en los baños del incienso.
He sido la rueda y la piedra El golpe
El Círculo Soy Piscis Todo este rodar entre mis vidas
Este echarme las manos al corazón y ponerlo en sacrificio
Es andar en remolinos por los cambios de su clima.
TRIGÉSIMO PRIMER EPISODIO
Álvaro Obregón 31
Conversamos la historia del "Café de Nadie".
Las galletas tienen forma de panes multiplicados.
Ha pedido un té de rosas
Y dos aspirinas para el "Mal de amor".
Así que me atrevo a sugerir una mejor receta:
Bálsamos de azul Bálsamos de uva
Una balsa Viajar en mi costado.
TRIGÉSIMO SEGUNDO EPISODIO
Viajamos por la corriente de una serie de luces.
Nos detuvimos en 32 esferas En 32 milímetros
De plateada escarcha y nieve artificial.
Descendimos por el tronco hasta encontrar el musgo
Y nos refugiamos en un regalo sin saber destinatario.
Pero viajábamos aún por nuestros cuerpos
Por la noche de los espejos
En un cubo juguete O cuarto de motel.
TRIGÉSIMO TERCER EPISODIO
Cristo cumplió 33 años
Y se colgó en las cruces de los tiempos.
Desde la altitud nos espía
Como un faro a la marea.
Sabe que soy Piscis Que soy dos
Equilibrándome en el símbolo de Libra.
Alguien ha abierto el regalo La puerta
Es el Amor recibiéndonos
En su nuevo nacimiento.
TRIGÉSIMO CUARTO EPISODIO
He soñado 34 años en un instante
Mi paralelismo en otra dimensión.
Por suerte Nací en el gobierno de Piscis
Y no temo a la tormenta del azufre.
Vivo ESTOY VIVO
Y me enfrento a los ácidos del tiempo
Y he viajado por las aguas Soy Piscis
Y desemboqué en las siglas de su nombre
Y comenzamos a escalar pirámides
Y esperamos a Dios en nuestro ritual
Para continuar el Paraíso.
Abrimos los ojos
Hemos ascendido.
DESENLACE
El jarrón al filo del cuchillo y de la mesa. La amenaza de los sismos. La amenaza de los dientes. El jarrón que en su grabado tiene un torrencial de peces. Todos trazados en oro blanco. Estáticos. Sin corrientes que a las pirámides los guíen. Todo es un negro permanente. Eterno. Más eterno si el sismo o el cuchillo llega.
Las mujeres toman vino del jarrón. Mis hermanos acariciar se dejan por las uñas. La uña raspa el ojo de un pez de oro blanco. Una lágrima de polvo cae y el piso se hace más inmenso por el agua. Después toda la lluvia. El tiempo del principio.
Pedazos de jarrón no son suficientes para ponerlas a salvo. Mis hermanos se han liberado de la porcelana. Mis hermanos no creen en la ruptura sino en su reconstrucción. Su libertad se muestra como pez en agua.
Pero saben que esto es el principio. Las mujeres oran para que no exista el hundimiento. Orando para que aparezca un barco y consigan la ruta de la salvación. Una avioneta pasa escriturando el cielo: Saludos de Dios para el mundo ahogado por la caída de jarrón. Saludos a la fertilidad del agua. Saludos a las mujeres sujetándose de trozos de jarrón.
Así que los barcos no pueden llegar al centro del océano. Los peces forman vallas y no dejan transitar un sólo sonido. Paz. Ahora toda la paz. Llega el tiempo de la transformación. Senos descubiertos: Cabelleras ondulantes: Espejos de agua madre: Sirenas. Es el canto ritual de los peces y las mujeres ya cantan en el mar. Se hunden en el mundo de los peces. No desearán salir del jarrón imaginario.
Cuatro textos del libro inédito Cristo desciende en ascensor.
Hugo de Mendoza
Perplejidad de Hugo de Mendoza
Viajar. Quien lea este fragmento debe de tener un pie fuera de todo manual de psicología. Es preciso reconstruir______________________________________, encontrar al Hombre en la tiniebla: Hay recortes de estaño en los dedos de un trabajador, un pequeño sepultado en una pieza de pan. Pienso en otro vacío formándose en el pensamiento de un dios universal. Otra cosmogonía, otro santuario lastimado por el crecimiento cibernauta. Qué pequeña es la luna cuando se refleja en el casco de un astronauta o en el seno joven en una acuarela de Agustín Dubourg. Escucho un bosque aproximándose por un tendedero. Meditemos:_________________________________________. Un jesuita dice ser mi abad en otro tiempo. Implora: “Dónde estaremos mejor sino que en el abrigo del pan y el vino”. Lavemos las conciencias de Guerra Santa. La tragedia me hace actor de su argumento. Escucho un caballo trotar desde la Nueva España, la dramaticidad de una patata en los dientes de Samuel Beckett. Prefiero oír el monólogo de un rinoceronte, el sueño de un pez en el estómago de un gato. Nacerá otra ciudad donde un hombre descartiano pueda decir quién soy. Te escucho reír, lector, porque no comprendemos nada. No escuchemos a la humanidad preguntar por qué, para ello fueron inventados los espejos y así es decidida mi existencia.
Plusvalía del minusválido
Mi ser inmóvil, mi ser postrado en las ilusiones de atletismo y salto de longitud, no termina de caer en esta silla de ruedas. Vendo dulces, tejo estambre, en mi baba se colapsan oraciones de abuelas bailando zumba. Mi única fuerza surge de lo que ya no es visible en las multitudes: el cuerpo. Ruedo por el amor de las madres en sus viernes de quincena; aun así, –en mi mecánica rodante-, deseo no estrellarme en el vacío. Voy por canales de ayuda a malformados, me llenan de serpentinas, de actrices colgando impuestos en mis muletas. Soy un higo lleno jugo, me exprimo en plazas de cebollas, las monedas no enderezan mi espina dorsal, soy un monolito en la ortopedia de un Amén, un acento en la palabra: paraolímpico.
Por instantes, cuando las estatuas ambulantes recuperan movimiento, cuando se equivoca el estado del clima, cuando revienta las nalgas de un puerco el carnicero, creo agrandarme en la boca de Cristo…
-“Levántate y anda”.
Es así como puedo trotar en el mundo para ser el tiro al blanco de Paris.
¿Habrá un espejismo para ocultarme del boxeo?
El hombre que está en tiniebla,
no podía ser alumbrado sino por otra tiniebla.
San Juan de la Cruz
Los jueces han tomado lugar en todos mis años para calificar mi sobrevivencia.
Round 1: los entrenadores no perciben la armonía de mi pecho. El guante viaja por el Valle de México hacia mi nuca. (Golpe prohibido). Me levanto de la lona de atropellados, por la escuadra de un masón. Los flashes son una constelación en mi ceja abierta. Cubro mi costilla de una ópera de guantes. Un poco de sangre no es suficiente para detener mi circuncisión.
Round 2: el desorden en mi juventud permanece en mis golpes a nadie. Acordarme del odio es caer en la costumbre de estar arrepentido. De nada sirvió el ejercicio con mi sombra en el gimnasio de la ética, debo golpear en el costal de la existencia. A fosgenos sabe la bota de mi oponente.
Round 3: (el médico presupuestó la cirugía de mi pómulo). Fue necesario salir de nuevo al enfrentamiento, mi bata verde ya fue anotada en el inventario de la misericordia y en el sumario de la deuda externa. Acepto dos ganchos al hígado, un golpe de cabeza en mi pulmón. Por más rabia que reciba, por más señoritas que aplaudan mi resistencia, un cuervo me sacará los ojos.
Round 4: mientras las empresas suman y suman maíz transgénico, mi grito es un cero en la plaza central. Mis piernas me levantan otra vez, me escabullo, zigzagueo, al agacharme al estirar mi puño, al crecer en su hombro con un jab, estoy golpeando mi holograma en la diversión del auditorio, ¡estoy siendo transmitido en cadena nacional!
Round 5: un poco de agua para rejuvenecer la fuerza, un poco de anestesia para la comercialización del agua, un pleito en la fila seis para mantener el noticiero, otra caída para la producción de vendas, otra cirugía para el cine. Existo en la maquinaria del mercado.
Round 6: harán de mis heridas postales para el auditorio. Todos los vendedores, los carpinteros, todos los indigentes, los constructores, el presidente firmando mi próxima función con un corredor de bolsa reverberan en la sangre de mi oído.
Round 7: los monasterios oran por mi rescate. Ya me es imperceptible tanta ráfaga. Mi tentación es bajar del ring, abrazar a mi oponente, entregar los guantes al museo de la paz. Desvanezco en la sombra de mi sombra, en la sombra de un apostador y entre tanta sombra, una moneda rueda en la penumbra de los críticos de box. Abran la puerta del coliseo, voy a escapar por un fósforo encendido. No le sorprenda a nadie si vuelvo a caer, si mi sangre es usada para lavar el teatro de los hombres.
Epístola del niño
(Señor M)
Señor M:
No cierre usted los ojos. No se pierda en el infinito. No se haga usted el cadáver o simule ser una letra filosofal. No porque su crimen fue anónimo se haga el que no me escucha. Ayer. Cuántos ayeres. Ayer entró a uno de mis razonamientos y se robó la llave de mi habitación. Me quedé viviendo el hielo del remordimiento. Es terrible la nada. Es terrible mirarse en la conciencia sin la llave para entrar a la calefacción del cuarto. Y usted, dónde estaba cuando todos me culpaban de herejía.
Entró a la habitación. Abrió el vino. Se embriagó con un pierrot que perdía equilibrio en un avión de juguete. Se reía mucho usted, ¿verdad? Mucho histrionismo le causaba saber mi envejecimiento. No tuvo piedad de mi esfuerzo por conservar ese espíritu de niño. Desordenó todos mis juegos de mesa. Aplastó los caballos azules. Hizo muecas a una imagen de Cristo. Se dijo comunista y negó la existencia de un amigo imaginario que jugaba a los dados con Jesús. Descolgó mis banderines de fútbol y con ellos mi única anotación a la vorágine de estar en la red del misticismo. Usted sembró una planta de coca en mi diario. Fundó el museo de mis terrores y los distribuyó en los andenes de mis días. Me enseñó la palabra: tragedia. Por usted supe que los aviones usan diesel y fracasó mi experimento de volar en un poema. Creía en la existencia de los misterios en la selva chiapaneca, y usted los cargó de escopetas para asesinarme.
Señor M, usted no es yo. Recuerde que lo abandoné en el futuro. Avance por las escaleras hacia abajo y tráguese el infierno. Llévese en sus colmillos el traje de mi muerte. Muérdase las venas. Usted no es yo. Usted ha quedado calvo mientras mi madre me recuerda hace 20 años. No insista en que me robo el oxígeno del mundo. Ya no tengo culpa. Hace mucho frío en mi realidad de enfrentar la pirotecnia y todas sus visiones.
Debo entrar a dormir. Señor M, salga usted de mi pensamiento.
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