María Lyda Canoso
(Casilda, Santa Fe, Argentina)
Nací en Casilda, cerca del Carcarañá. Estudié Bellas Artes en Rosario y de inmediato en uno de esos viajes de aprendizaje, estudié durante casi un año Vitrales en Londres.
¿Qué tendrá que ver esto del Carcarañá, la plástica y los vitrales?, dirás.
Bueno. Creo que fue de ese promedio que se me construyó una mirada. También transité otros caminos, hasta la Arquitectura. Al fin me di cuenta de que, como diría mi nieta Sofi, la escritura es lo mío. Aprendí y enseñé. Y en el medio escribí varios libros, en este orden:
Telegramas azules (Cuentos) Editorial Corregidor.
Por qué te niegas al olvido - Editorial Torres Agüero. Premio Cuento 1987, Fondo Nacional de las Artes.
Biarritz (Novela).
Corazón de Manhattan (Novela).
Contra el brillo final (poemas).
Abajo de abajo, Editorial Imaginante, 2013
siempre nunca
siempre nunca habrá un primer plano de chicos
jugando a construir un castillo
mar con viento y la arena sal amarga tan a
contraluz como la maledicencia
ella empieza el cuaderno azul intimidada por los
debe y los haberes
encuentra en lo escrito razones para creer que se
es feliz ¿alguien puede asegurarlo? no tanto
ahora que lo abre para que salgan los
moluscos que se le incrustan cuando de noche
el mar se mueve
batido del agua motor oceánico a tres tiempos
que no para de latir
corazón sobreactuado por quien le adjudica
víscera al milagro de la vida pero no
los mecanismos del amor pero no
motor que bombea el agua que alisa las pisadas y
borra heridas del alma te imaginarás que no de
todas ella se extiende y espera ola sin
esperanza
estuvo aquí exactamente
en esta arena otra en este mar otro que va y que
va recuerdo de lejano infierno de playas
idénticas eneros cargados de aceite de coco y
esas lonjitas de la piel
por el temor de dios se bate el agua a punto de
merengue maquinaria incesante nunca jamás
el mismo sol crece dos veces
la cuña del viento se clava y filtra zumbidos
hipnóticos por rendijas y grietas dactilares del
caparazón soleado
pájaro que sangra
ojo que castiga
miles de puñalcitos uno al lado del otro clavados
con total prolijidad
así es el mar guarda la memoria y deja que
uno sea siempre
atravesar macizos hormigonados y luego un
pastizal al ras y no encontrar las cavernas
no no encontrar las cavernas de la infancia
sí ver olas desconocidas arena en disposiciones
caprichosas y un cartel oxidado cocacola
-¿Será idea mía, madre? (nadie puede contestar)
el hotel majestuoso enorme ahora se muestra
afantasmado
la fiebre hace ver los corredores vacíos con
puertas alineadas sin falleba
el resplandor del resplandor del brillo del brillo
-Pero no.
restricciones del paisaje de campo
todo verde todo verde sucio que a contraluz se
hace azul oscuro casi negro casi gris casi
marrón casi bordó de un auto o esos caños
recortado como una servilleta de confitería de
esas que ponen debajo de las tortas algo brilla
y es un techo no veo nada más en esta cinta
móvil toda igual espacio que transita el micro
hacia otro lugar idéntico pero más allá debí
haber tomado un micro que fuera de un paisaje
mental a otro pero no si eso hubiera sido las
paralelas convergirían hacia el punto de fuga en
el horizonte habría espejismo allí donde la vista
lo borronea todo y en el espejismo un oasis con
palmeras y dátiles y un pozo con brocal eso por
un lado por el otro iría de atenas al colegio de
wimbledon de una mano a otra mano de un
asado crepitante a un pastel de papas de sur a
norte y de norte a sur todo el tiempo todo a un
tiempo un expreso al frío y otro al fondo de la
pileta cerca de la rejilla allí donde eso zumba
zumba la proximidad del ahogo visión de
tablero y hoja en perfecta escuadra un árbol es
como otro un cilindro y un cubo el plano
horizontal fuga fuga fuga al infinito los autos
van todos en una misma dirección como en uno
de esos jueguitos alienados dejemos de lado
su color en el plano horizontal hay clavados
innumerables palitos una diagonal lleva un
camión ahora veo una pantalla de conos que
terminan en aguja gótica y que dan miedo
miedo de que suenen con el viento como el
llamador de ángeles del balcón de enfrente
De: "Abajo de abajo", Editorial Imaginante, 2013)
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