sábado, 12 de octubre de 2013

CLAUDIA MAGLIANO [10.681]



Claudia Magliano

Montevideo, URUGUAY,  1976. Estudió Literatura en el Instituto de Profesores Artigas. Se ha destacado en el estilo poético con textos publicados en antologías y revistas literarias, así como lecturas públicas: Un solo país, organizado por el Ministerio de Cultura y la Casa de los Escritores -a la que pertenece-, en Melo; en Mercedes, durante la celebración de los 400 años de Don Quijote; Centro Cultural de España; Ferias de Libros y boliches literarios. Ha intervenido en Encuentros, como el Primer Encuentro de Literatura de Mujeres, cuya publicación La palabra entre nosotras, incluye su ponencia; recientemente obtuvo una mención en las Jornadas de Literatura y Psicoanálisis, organizadas por la Asociación Psicoanalítica del Uruguay, con un trabajo sobre Alejandra Pizarnik. En talleres literarios, ha coordinado a preescolares en la producción de textos de los participantes, y actualmente orienta talleres de escritura con adultos. Textos suyos fueron seleccionados en el concurso Cantá Odiosa, organizado en  el IPA.

PUBLICACIONES: 

Nada fue su primer libro de poesía y recibió el premio del concurso de AEBU y de la Casa de los Escritores y "Res" (Atico ediciones, 2010. Primer premio MEC, 2012).




No creas en mí

No creas en mí
Ni en la rutina del alcohol
En la torpe presencia de esta copa
No creas.
Ábrete paso en el discurso que no digo
Tradúceme
Revela el significado
Quita de mi camino mi propia sombra.






Giramos la rueda

Giramos la rueda
Danza inevitable de la muerte
Somos el pequeño lapso que nos une
Gravitamos en arcos de otras flechas
Erramos el blanco
Presas del azar y su conjuro
Nada nos salva
No hay remedo posible
No hay  más que el coraje
La infatigable presencia de uno mismo
En exacta comunión con el desierto.






1

El aljibe escupe el agua esa que hemos de beber dijiste
no otra de río o estanque porque la noche trae muertos a la superficie
y en la mañana parece que
ya no quedara nada sin embargo
hay restos de piernas y brazos flotando allá más lejos cerca del molino
y no los vemos
la vida comienza justo en la puerta de tu casa
en el galpón donde se alinea la lana del rabo de las ovejas que cortaste a fuego
chilla y aúlla el ganado res cabeza molida a golpes o de un solo tiro
pac
seca es la muerte de los animales es seca y muda
muda muda no dicen nada los animales no cuando los matan
se dejan ser presa sabrosa ah hoy también comeremos tierna carne de oveja
y mañana la alfombra de cuero acariciará mi piel delante de la estufa
y haremos leños con el monte y haremos el milagro de la noche/ sin muertos flotando en el río porque no los vemos /la vida comienza en la puerta de tu casa comienza /sí así dulce es la tarde cayendo sobre los campos.

poema de "Res" ( Atico ediciones, 2010. Primer premio MEC, 2012 )





Los niños del campo juegan a ser caballos hasta relinchar de risa con los dientes afilados y blancos para morder el heno que sus madres les preparan/ todavía no carnearon/ dicen/ hay que beberse a sorbos la sopa de pasto/ no se puede vivir del aire como el mangangá o el picaflor qué lindo es verlos entre las flores qué pintoresco se refleja el paisaje en la vasija donde en la sopa verde ha caído una mosca/ beberla. No hay otra cosa. 







Las porteras separan a los animales claro está que no se pueden entreverar/ habrá un sorteo de bichos un remate por la televisión esta tarde y las ovejas todavía pierden sangre de sus rabos cortados/ qué poco gracioso resulta el campo así/ habría que haberlo hecho antes para las cámaras/ que no vean con su cara deforme por el sol las vacas la lente que las filma/ hay que ocultar el lado siniestro de los campos y vacunar a conciencia de no pasarse. Esta noche no habrá sopa. Una vaca murió de sobredosis.







Si fuera hombre no me hubiera estrangulado de tu hermoso cuello 
Ni hubiera muerto de tu perfume 
Si fuera hombre, se me ocurre, habría fundado una descendencia 
Una ciudad que incendiar después 
Si fuera hombre vendrías más pronto hasta mi casa 
Cuidarías de mi gato o de mí 
Cuidarías esta rara costumbre de enamorarse 
Iríamos por las calles 
Y la vecindad 
Y las niñas de trapo mascullarían nuestra simpleza 
Y todos saldrían ilesos bajo los vestigios que dejáramos 
Si fuera hombre no me hubiera bajado en la estación correcta 
Después de que trocaras con tu ojo la prosaica ciudad y me dejaras pastoril y mística para siempre 
No te llamaría a estas horas para estar al tanto de que no vas a llegar nunca 
Entonces no hubiera escrito este poema 
Ni otro 
Ni otro 
Ni otro 
O sí 
Tal vez hubiera escrito que si fuera mujer criaría nuestro hijo 
Besando tu frente cada noche 
Nos criaría 
Haciendo del hambre un refugio donde alimentarse 
Haciendo de lo doméstico la imprescindible permanencia 
Hubiera escrito que si fuera mujer dejaría mi blusa en tus hombros
Y cansada de esperarte me ahogaría en el primer barrizal después del diluvio 
Acunando trovas para dormir otro sueño 
Si fuera hombre y no mujer empuñaría mi sexo entre tus piernas 
Y vos del otro lado a la espera de una elevada forma de estar 
Afectarías la cadencia del asombro 
Entretanto tu muslo y tu cintura circunvalaran mi lujuria 
Entretanto practicara yo la magia ancestral de volverse necesario 
De volverse uno entre los otros que tampoco siendo mujer te harían su cautiva 
Te desposaría 
Te daría una casa y un poco de libertad entre billetes 
Si fuera hombre no hubiera podido morirme de amor bajo la sombra firme de tu vientre 
No hubiera podido contemplarte hasta deshacerte de ojo y de mirada 
Y no habría imagen de ti entre mis manos 
Ni húmedas grafías donde inscribir un poco de tu historia 
Si fuera hombre podría olvidarte sin tener al fin que planificarme una estrategia. 






Conocemos el peligro de la vida

Conocemos el peligro de la vida
La angustia como plomo
Sobre los calendarios
Cae y se instala
Con su furiosa
Presencia
Acomoda el dolor
Y nos retiene
Su mano de cieno
Hace callar a las palabras.
No decimos porque no podemos
Hacemos un hueco en el silencio
Y de pronto se inunda con el llanto.
Todo es triste. Curiosamente triste
Nos desconsuela arrancarnos el alma
Salir hacia los otros
Abriendo el pecho
Tendido en hilos de memoria.

La casa es un laberinto
Que recorremos con los ojos cerrados
Y sin embargo…
Nos abruma el conocimiento
La conciencia
El lugar común de este poema
Me abruma.
Si yo fuera tú iría hacia ti buscando reconocerte.

La soledad es cruda y necesaria
La alegría sólo un concepto.
He visto llorar
Te he visto llorar
Y hubiera querido tantas cosas
Tragarme tu llanto para convertirlo en arabesco
Dibujar una cruz
Y crucificar a tantos.
Es verdad que también cargo con el odio

No puedo sustraerme a tanta hermosura
Todo es esencia
Energía disipada
Motor
Comienzo
Lucha por resistir a la suerte de saber.
Ya todo pasó y no hemos salido todavía
Asistimos con horror a la conciencia.

El velo cae sobre el verso
Y el poema se forma
Como los círculos de la piedra en el charco.






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