Pedro Perales García
Pedro Perales García (*Lima, PERÚ 1961), es un promotor cultural y poeta peruano. | Web. http://www.pedroperalesgarcia.blogspot.com/
Estudió lengua y literatura en la Universidad Nacional Federico Villarreal, con estudios de Maestrías en Docencia Universitaria en la UNFV y Lingüística Hispánica por la UNMSM. Se Ha especializado en Medicina Alternativa y reflexología. Cultor del Tai Chi-Chi Kung apuesta fervientemente por la vida y la paz. Fundador de la agrupación poética Noble Katerba con la que se inicia una propuesta estética en la poesía peruana de finales del siglo, conjuntamente con Leoncio Luque, Johnny Barbieri, Roxana Crisòlogo y otros poetas peruanos XX.
Ganó el tercer Premio Horacio 2010 de poesía con su poemario Camino a Grimaneza y del Premio de Poesía TAIWAN con el Poema "Li Po y la Luna". Actualmente participa en el colectivo "Letras Libres" y dirige talleres de "Creación literaria", "Creatividad vivencial para adultos "y "Tai Chi" los cuales alterna con su labor en la Biblioteca Nacional del Perú como Promotor cultural y de lectura. Participó a inicios de los 904 de lecturas en el Museo de la Nación, PUCP, La Cantuta, El Instituto Peruano Ruso, Museo del BCR.
Obra poética
Edades (1996)
El libro del amor y los encuentros (2001)
Máscara de Jade (2007) Quizás el poemario más lírico en el campo erótico femenino.
Camino a Grimaneza (2010)
A PUNTO DE PARTIR
Los líderes de tribu están parcos ahora,
hablan de extrañas epopeyas, de cuádrigas de elemental alimento,
de la hora enésima en que empezará ese largo camino,
no interesan los harapos y la vieja ciencia que se tiñe
de historia
Finalmente el raudo invierno ya pasó, sólo queda el estéril soplo del sol que todo hace sucumbir,
majestuoso
pueblo irradiado de esta una nueva historia,
pálido altar de versos y de luchas,
sus jóvenes héroes aún sopesan la prueba del trigo,
pero no interesa que éste sea indiferente,
las opciones a otros dioses han irritado al parco maestro
pero su voz de trueno acumula horas de bonanza,
y de justicia,
la mujeres trabajan como nunca seleccionando el centeno,
y los hombres aún pálidos de pensamiento
han construido a deshora la ruta inevitable.
En:Años de Dérrida
ESTÁS LLUVIA
Estás lluvia estás tierra
amaneces y estás cadenciosa como una melodía
no sabes de las horas ni del tiempo
sólo elaboras el dulce espacio
entre tu mirada y la mía
Estás lluvia
ninguna de las antiguos mansiones
ceden al año a las variantes de tu perfil
siempre siembras
y estás premunida del árbol temperamental
las horas corren y estás de pie
mirando el atardecer a mi lado.
PREGÚNTAME
Pregúntame yo te respondo, la mar está clara como tu ojos
y la laguna verde está ausente de guerra,
las armas declinan y el amor ha puesto su huevo de tortuga,
Pregúntame, sobre la noche el espacio tórrido de ausencia que hay entre tu y yo,
la cercanía exacta como exacto es el quejido de un laúd
o el aleteo pleno de un cometa que aborda un cuenco de madera en donde beberemos nuestra agua santa,
Pregúntame sobre mis años, mis largas ausencias del hombre,
de las sustancias sinuosas en la que se derrite mi sombra,
el canto de la pared de vidrio, columna de espejos en donde quiero que estés,
Pregúntame sobre la naturaleza de la tierra lo crucial de la corriente de laureles y olivos,
sobre el amor lívido como sorpresa de ave,
Pregúntame sobre la miseria, sobre los estallidos escuálidos,
sobre los ásperos animales de asfalto
máscara de vidrio
Y la fe de vapor de cartulina,
Pregúntame sobre tí
la definición del amor que todo lo puede.
IMAGEN
Eres grácil reina embalsamada de aurora
tiñe tu deseo
palabra
seca aún por pronunciarse
pero estás aquí
elevada y alta
como una columna
de cera.
En : Camino a Grimaneza
Tromba de ceniza
Otra vez tú perdida, tú tan lejos
Gerardo Diego
Pensé que llegarías con el peso de la tarde a la una
Y treinta.
Pensé treinta minutos después que vendrías atada de
Floresta y sorprendida por las aves
A encontrarme bajo este puente de columnas y
De niebla tormentosa.
Pensé cuarenta minutos después
Que una marejada de extenuación y de memoria
Te había extraviado.
Pensé que un sueño apabullante te había
Elevado a los altares del corazón
y que todo había sido un sueño.
Pensé en recorrer acalorado los caminos
Presentidos a tu lado para rescatar
Tu imagen y salvarme.
Pensé indefinible en la restauración de la sombra
Y quise entre estas mismas sombras abrazarte.
Pensé en una llameante guirnalda de flores
Y de hiedras que venían enredando
Tu cintura y tus brazos.
Pensé arrodillarme en dirección a donde solías llegar
Y orar aturdido hasta el amanecer
De un nuevo día.
Pensé en lapidarme de recuerdos. Extraviarme,
Aturdirme, evadirme, concluir con una serenata
De cantos de nostalgia.
Pensé en convertirme en un atado de fuego.
Acabar arrastrando p0or aguas infinitas.
Pensé árbol bendito ser nube, agua, carbón y hierba.
Quise como fuerza torrencial inundar todos los parques
Todos los patios de arena.
Pensé en ser devorado por milenarias aves de rapiña.
Trotar como caballo bronco en pos de una inusitada
Pradera.
Pensé en desaparecer en medio de las aguas
Y reaparecer como una tromba de ceniza.
FE
A Piero, un hombre por venir.
Cuando todo ha culminado te decides a cruzar esa cuesta
Después de haber negado del silencio y las falsas bondades,
Apretar ese puñado de arena y pronunciar las exactas
Verdades para dar la vuelta a la página
Y poblar el mundo de estos páramos,
Y sentenciar de nuevo por el hijo,
La extraña piedra, que no nos abandona,
Y reconstruir,
Como ya te dije, joven sabio,
Que no existen aunque quieras, más verdades en este mundo
Que las que tengo en mi mano,
Todos sabrán entonces que has sido el vencedor
De la palabra,
Esa palabra con la cual los hombres dejan de serlo,
Para convertirse en estatuas
En aquel mundo que construimos a fuerza de de palabras,
Y del que ahora intentas huir para solo apagarte entre la árida lluvia,
La que te moja, la que unta nuestra horrible apariencia
Con ese piélago parecido a la inocencia,
Y decir que estamos, que somos, que seguimos siendo
A pesar de cumbres de pensamientos inútiles,
Años estirados bajo cañamazo de ilusión
Por esa fe parecida a la inconsciencia
Que se define más densa que tu rostro.
Más no importa,
Destino y forma se tejen de iguales emblemas,
Más importa este vacío que rellena la miseria, que ahora sentimos.
Nombres de hombres del pasado
Tejidos de árboles y furiosas manifestaciones de decencia
El sol que nos inunda y ese algo que ya no cesa.
Extraído del libro: EDADES
MÁSCARA DE JADE
II
Si a pesar de todo, pudieras encontrar
esta fe infinita que se descarga
entre palabras
y mustias ofensas
o calladas rondas de palabras
no dichas
o presentimiento final..
Si a pesar de todo, pudieras escucharme
y saber que en lo raudo de esta flor
de predicamento
existe más allá del silencio
más allá de estas arenas vacías
un algo inexplicable que tiene tu
forma
y finalmente tu nombre
Si a pesar de todo
supieses de mí
de esta alcurnia, de este sentimiento senil
que se eleva para consumirme de una vez,
para paladear y ser secado
como una hoja
como una agua clara
lúgubre, quizás, de tensiones rápidas
como si de estas voces
se pudieran construir
nuevas columnas
nuevas odiseas
historias absortas
rudas y silentes
si a pesar de todo, pudieras entender.
III
Así tuviéramos una fe infinita
en el sueño o en la abrasadora
esperanza del clima de día
de este día
no bastaría con tus palabras
con esas eternidades bastas
que no tienen por donde ser
por donde deshilacharse
de buenas razones
porque no tienen un oriente
porque no tienen playas
donde disolverse
donde ablandarse
donde recrearse para pintarse
así mismas
no nos veríamos a nosotros mismos
taciturnos o desarraigados
mirando esta luna obtusa
pero, privilegiada a pesar
de las luchas y los vientos calientes
estos vientos los vientos
y yo viéndote
arcana y sombría
como soliviantando las aves terrestres
en estos lejanos amaneceres
atrayendo la noche.
PUNTO CIEGO
Ya no veré
las palabras aún por instaurarse
ya no veré
las columnas de lujuria
el alentar del fuego
las crudas esencias de tus palabras,
y ese trajinar aparatoso de tu verbo
anulando lo de vital y oneroso
de mi deseo.
Ya no veré
ese suave desprendimiento de tu cuerpo
sobre el mío,
ya no veré
esas planicies extensas
de sueños y construcciones posibles,
esos amaneceres
transidos de gestos
de mares y bohíos
aún por conquistar,
ya no veré
tu retina sólida
tu piel azarosa
tu pensamiento curtido,
y tu sombra, esa pensativa
recreación del día
que invade el infinito,
ese infinito
que se ahoga y se retuerce
y que me observa como un
habitante de otro tiempo de
otra inmensidad.
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