Florencio Faúndez nació en Iquique (Chile) en 1947, pero ha hecho casi toda su vida en Arica. Su poesía –de sello, muchas veces, regionalista- lo sitúa como uno de los mayores poetas nortinos.
Es Florencio Faúndez Saavedra un poeta importantísimo en Arica y figura destacada en el ámbito muy ancho de la poesía nortina contemporánea. Con justicia se le ha incluido en casi todas las antologías que se han hecho en el norte de Chile.
La poética de Florencio Faúndez Saavedra es de una particularidad muy sugerente. Su verbo, a veces, es irónico, a veces es alegre…a veces es la imagen de su propia tierra y su gente. Tiene el don de la soltura del lenguaje como pocos poetas: el verbo le fluye con rapidez.
A continuación muestro, como una sola prueba de su talento poético, el trabajo “PORVENIR” publicado en la antología “ESPEJISMOS”, realizada por el poeta y ex profesor universitario Luis Araya Novoa en 1997.
PORVENIR
Al final, terminaremos por rebajar
las viejas cumbres de los cerros
para que vean de cerca
la desnudez de tu cuerpo,
sin que tengan que pararse
sobre la punta de los pies.
Espantar la aparecida camanchaca
o desviarse sin rumbo
por las carreteras de la cibernética
en busca de la tierra prometida.
Esperando hallarte en contra del viento
donde mantienes todavía en celo
tu escurridizo ombligo,
el último baluarte de caza
que nuestros antepasados no enterraron
junto a sus semillas y cacharros
ROPAOVEJERA
Hurgas en mis cosas
mi rostro
mi acento
mis iniciales
mi ropa deslavada
o algo que finalmente
me identifique
con la gran tierra
de los conquistadores
y tú,
la eterna vencida
cada vez
que enfrentas
una ventanilla
por la información
que nadie se molesta
en entregarte
porque las manecillas del reloj
presionan desesperadamente
por juntarse
y tu historia
es archi conocida.
ARICA 2012
Caerán las barreras de las fronteras
y los cielos se abrirán majestuosos
esperando que aparezcas radiante,
iluminada,
rodeada de aguas y frescos manantiales
con nuestros nombres de pila
colocados en los nuevos corredores
del territorio que esta vez
si llegarán lejos a Roma.
Los vecinos llenarán las calles
comentando nuestros secretos
de fin de semana.
El almacenero de enfrente
te ofertará comida china,
yogur, queso y pancito fresco.
El suplementero más ambicioso
tirará por debajo de la puerta
el nuevo valor cambiario del dólar.
el euro, el yen, el peso chileno
y las últimas disposiciones
con la nueva planificación de la urbe:
casas sin cielo
para acoger milagros.
La población continuará
con la aceptación ritual
de las momias de siempre
rellenando nuestras mentes
de encuentros cercanos,
chupa cabras, salidas de mar,
de madre, techos voladores
y la larga lista de inversionistas
que esperan por un cupo
casi imposible.
Tampoco te extrañará
que el tiempo esta vez
pronostique
que cientos de bombas
podrían caer ahora
sólo en objetivos militares
a unos cuántos metros de escuelas,
sin que las dañen, maten civiles
ni hagan desaparecer hospitales.
Menos desearás
guardar un día
por los que están muriendo
al recibir una carta.
Los sábados podrás aprovecharlos
lanzándote en la ancha cama de dos plazas
que luego estirará tu tía
protegiéndola de miradas blasfemas
en alguna feria de antigüedades.
Como tu miedo acostumbrado
a que salten por la reja de calle
los que perdieron su lugar y su silla
junto a los que quieren adueñarse
de techos y alturas
agarrando el mejor vuelo
que les ofrecen cada día
a los ariqueños
con todos nuestros esfuerzos
de poderlos sujetar
de un pie, una mano o la cola
mientras se pueda.
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