Marianhe Jalil nació en el puerto de Veracruz, México en 1966. Hija de madre libanesa y padre mexicano. Creció rodeada de expresión artística en la familia. Su primer contacto con la poesía fue a los 14 años de edad, cuando en la clase de Literatura solicitaron un ejemplo de este género. Con sorpresa notó su soltura, y continuó expresando sus sentimientos, opiniones, experiencias a través de la poesía. En el año 2003 publica su primer obra titulada “Una pizca de poemas para unas recetas de amor” con la Editorial Edamex, combinando su poesía con recetas de platillos afrodisíacos, que fue acogida con gran éxito en México, y ciudades con población latina de Estados Unidos como Los Ángeles, Chicago, Nueva York. Además de Costa Rica. Habiendo sido publicada en el 2004 la segunda edición de esa misma obra. Desde el año 2005 es colaboradora en el periódico “El Dictamen” de su Estado con la columna titulada “Melée”, con temas de política, economía, sociedad y educación siempre en un estilo “cotidiano”. Preocupada por la difusión literaria, en el 2006 en este mismo periódico colabora con la columna “Rescatando la poesía” en donde promueve a autores famosos y desconocidos del género. Estudió la Licenciatura en Pedagogía en la Universidad Cristóbal Colón en su ciudad natal. Estudió la maestría en Desarrollo Organizacional en el Centro de Estudios de Postgrados del Estado de México.
Ha publicado los poemarios Una pizca de poemas para unas recetas de amor, Con sabor a mar y En un mínimo infinito; y las antologías Palabras al viento, Antología de nuevos poetas hispanoamericanos en Madrid, Amantes de Mar y Tierra en Perú, Vibración de Voces de una Década, Versarias ondinas y bucaneras, Cuentos para leer y Poemas para suspirar un siglo en México.
Su obra ha sido publicada en diversas revistas y blogs de poesía latinoamericana, ha participado en varios encuentros internacionales en México y el extranjero; labora en el IVEC como promotora de actividades literarias; coordinadora del Encuentro Latinoamericano de Poesía 2010 y miembro de Al Fannán, sociedad de artistas e intelectuales descendientes de libaneses en México.
Sueños
Cierro los ojos, te pienso
Y así paso los largos días;
Haciendo de las horas, sueños,
Volviendo irrealidad tu lejanía.
Vuelvo al cielo mi mirada
Y las estrellas en luces yo convierto,
Para volver a la ciudad lejana
Donde todo, sin querer, fue dulce y tierno.
No quiero ya soñar,
Pero te pienso...
Y es que me duele recordar
Que fue un intento
De poder lograr amar
En solo unos momentos.
Y ahora tú olvidarás
Lo que ahora sola recuerdo.
Por eso...cierro los ojos, y te pienso
Pasando lentos todos estos días.
Haciendo de las horas sueños,
Volviendo irrealidad tu lejanía.
No quiero ya soñar, pero te pienso.
Recordándote
Me gustaría acariciarte ahora,
Y sentir en mí tus labios.
Pero tu presencia es solo ya una sombre
Que se aleja decadente en un adiós.
Fui una tonta por querer aprisionarte,
Creyendo que tu tiempo era mío,
Buscando en cada beso tu cariño
Alejándote de mí, ya por hartarte.
No buscábamos ni tu ni yo lo mismo;
Para ti yo era un pasatiempo
Que tirarás ahora en el abismo
De la obscura realidad que es el olvido.
Mientras en mi corazón tú te alojaste
En un pequeño rincón, cálidamente.
Y ahora que te fuiste, no puedo arrancarte
Costándome una lágrima, cada noche, recordándote.
Esperando a alguien
Vivo esperando a alguien,
Sentada ansiosa en la ventana
Procurando disimular una lágrima
Que recorre mi mejolla al no encontrar a nadie.
Vivo buscando a alguien
Que pueda amarme enteramente,
A quien yo pueda entregar mi alma,
Y compartir mis días con él por siempre.
Vivo pensando en alguien,
Dibujando imágenes difusas en la mente,
Que no pertenecen a nadie, ciertamente,
Pero siendo suyas, especialmente.
Vivo esperando a alguien,
Sentada en la ventana tristemente,
Procurando disimular una lágrima,
Por la duda de saber si ese alguien existe.
Gotas
Gota de lluvia caen ahora en mi cara,
Mientras por las calles camino vaga;
Me estremezco y me siento empapada,
Uniéndose el sudor, la lluvia y una lágrima.
El conocerte, no lo planeaba.
Y mira ahora lo que me pasa,
Que hasta amarte yo llegara
Para que ahora, mi alma esté quebrada.
Mi corazón, ya ha perdido fé,
Me costará ahora poder creer
Que alguien me desee querer
Sin tener miedo de otra vez perder.
Tal vez jamás te vuelva a ver,
O tú nunca de mí quieras saber.
Pero todavía te perteneceré
Y esperando al amor yo permaneceré.
Siento frío y me envuelvo en mis brazos,
Necesito respirar y así, suspiro.
No sé si llueve sal, o lluvia lloro,
Ruedan por mi cuerpo gotas transparentes
Con olor a amor.
Rosa Gris
Una tormenta de pétalos de rosas grises
Inunda la espesura de mi amor ahora,
Por las huellas del dolor que, en cicatrices,
Fueron marcando el corazón, hoja por hoja.
Repetidas veces escuché que nada es para siempre,
Sin embargo, quería inmortalizar esos momentos
Que juntos compartimos, siendo vano todo intento.
Aunque un recuerdo tuyo perdurará en mi mente.
Marchito quedó mi corazón, que un día fue rosa,
Con tus formas diferentes hiciste florecer,
Primero como un botón, que abrió sus pétalos lentamente,
Para encontrar que el sol se sefumó, dejando paso a una tormenta.
Arrancó el viento uno a uno sus pétalos entristecidos,
Que fueron tornando del color de vida
A otro que anunciaba una triste muerte
De un amor que quedó en el tiempo suspendido.
Tal vez las nubes grises se esfumarán mañana,
Dejando traslucir del sol sus rayos;
Y vuelva a iluminar a la rosa arrinconada
Que lucirá, entonces, ya marchita y deshojada.
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