GALVARINO PLAZA MERINO
(1930-1985) Poeta chileno. Recibió el Premio de la Sociedad de Escritores de Chile en 1965 por su libro Versión sobre el origen. En 1975 recibió el Primer Premio de poesía para España del Instituto de Cultura Hispánica de Málaga. Hasta su muerte en 1985 residió en Madrid donde escribía reseñas de poesía para la sección “Notas marginales de lectura” en la revista Cuadernos Hispanoamericanos. Comentando la obra de un compatriota dijo: “Cada día creo menos en la poesía fruto de la mera sensibilidad ciega, que se genera como los hongos o las lentejas. Es importante, en ese orden, la conciencia de los valores que nos son propios: acervo cultural superpuesto a caracteres étnicos…” Su universo poético, rico y sugerente, alcanza uno de los momentos de mejor exposición en Desfigurantes referencias (Ambito Literario, Barcelona, 1977).
Poemas eromáticos / II parte (V)
Renacidos posibles sidos: deslindes o mundo a tientas / oscuros
desvaríos (con decir que en sus fronteras fui el vagabundo ro-
Dando en el sueño, con el rostro en velas) Los dedos embriagando
el alba que hubo, y tan humana / paredes de apretado aliento /
Prolongado dolor es la alegría.
Intuida,
simiente imagen.
Más / turbadora
que jamases, te me ovillas en un rincón siempre
memoria / gato en su bastión / rescoldos el aire y su tibieza.
Terceras referencias (VII) epigra / fe
Te levantas / eres aún ese niño idiota corriendo ciega-
Mente tras extendidas manos nunca ami-
gas / con el mismo amor o su esperanza caes en el sue-
ño / das la nota en los lugares / cerca o lejos irrum-
Pes en el inconformismo de las grandes ceremonias /
"La poesía ha sido seguramente un
pilar del techo que cobija tu demencia" /
Se te levantan los muertos de entre los vivos con ente-
ra parsimonia / y sueles danzar para matar agravios
nunca inferidos / se te negó la tierra la larga tierra
/ la orgía de tu mar y su obstinado rito y aún te la-
dran desde la otra orilla / Inmenso charco / los perros
del odio / pero retornas ciego cada día al inventario
de tus primeros pasos
"En estos itinerarios que a menudo
he seguido, hasta la sorpresa se me ha hecho familiar;
ya no trepo los helechos y las rocas sino entre los
fantasmas de mis recuerdos."
¡Oh prebendas las de la muerte sumergida en los actos!
(De: Desfigurantes referencias)
POEMA DIECISIETE
Escribo para mi sombra que camina,
para estos ojos que se han de comer la tierra.
Para despuès de la sombra,
para despuès de los ojos, que se cierran
cada noche,
escribo para cuando tenga el cuerpo amoldado
a un pedazo de tierra,
que puede ser:
Amèrica, Africa, Europa, Asia
u Oceania.
No escribo para intelectuales
que estudian la forma de construir la voz
con un poema
que se puede usar como un traje
los domingos.
Hago estos pedazos de monòlogos
para los alucinados que creen en entierros
y en la existencia de ciudades perdidas,
donde nadie se guarece de la lluvia
y la humedad.
Como la semilla de plantas que han sepultado
poblados enteros, de la noche a la mañana.
Hay que hacer poemas
como quien hace vasijas,
con el hueco para que sueñe el barro
un largo y pesado sueño.
Yo no soy otra cosa,
sino un olvidado manufacturero de imàgenes
de un dios emplumado
que cultivò la redondez de la tierra
y que solo con sus temores,
esperaba el paso de las estaciones cada año.
La lluvia entrarà
anidarà en el brocal de la vasija,
llenarà de sonidos un espacio solo,
como el que se hace en los huesos
cuando la mèdula no es otra cosa que humedad.
Ya no existirà nada
cuando el sol evapore en mito.
El aljibe carece de hierba
y por èl caeràn las palabras.
¡Oh Dios mio, Dios con mayùscula,
decapitado y quemado en la hoguera de los herejes!
Dios despojado de casa,
Dios sin patio,
sin àrboles con frutos que caìan de maduros.
¿Què sucederà cuando nadie eche al hombre de su casa,
cuando no exista el limite entre lo mio y lo tuyo,
cuando las hierbas sembradas pot olvido de las semillas
hayan borrado los deslindes.
(Hierba, planta cuyo tallo no desarrolla tejido leñoso,
y sòlo persiste hasta dar flores y frutos).
El hombre sueña con decir:
Quedatè solo, pan.
Sòlo en el hueco caliente del horno.
Echate a morir sobre la tierra, endurècete,
convièrtete en piedra lejos de los labios.
Ablàndate, de tanto navegar en el rio.
No necesitamos tu presencia,
ya nadie busca tu forma de discordia sobre la mesa,
el hombre ya no tiene dientes,
tiene apenas, a duras penas,
un pedazo de tierra donde poner sus ojos vacìos.
Primeras referencias (VII)
Oh larga y finita línea de mis dioses / memoriales rostros /
lapidados consejos: d e f i n i t i v a Mente / Silencios.
sume
duele
Un ámbito de greda / eterna noche / les con centra
y
forma
El misterio es vuestro término último / Suprema zona o ves-
tigio {: huella
reliquia)
Tampoco en el misterio
tocarán fondo.
Arte poética
Empeci / Nada sima (: hoyo profundo, abismo) infancia hasta
los huesos.
Residuos mondos, Ultimo amor o adveni / Miento. Pulidos ros-
tros, inexactos o exactos equivalentes de la
memoria.
Superficie de enquistada taracea. Quienes los robados can-
tos, los ajenos frutos entre los que no soy
Dios,
sino abismado espectro / límite extremo / salvada o insal-
vable distancia: semejanzas, coincidencias.
Horizontal fulgor su degüello.
(De: Desfigurantes referencias)
Poemas eromáticos / II parte (II)
Toda tu presencia / insoslayables cielos vacíos / hondo vuelo
del grito alejándose de sus deslumbradas escamas / Tu cuerpo
se curva en-
Volviendo al cerrado diálogo entre dos sombras:
quemados filos lentamente nudo, insospechado ruido que pre-
Cede al derrumbe / Añorada víspera:
("una de las divisiones
que para el día establecieron los romanos, y que correspon-
día al crepúsculo de la tarde")
sin frutos ni alejado dulce sitio,
zarpazo, último y sin vuelta de la tuerca que el llanto ahoga.
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