AARO HELLAAKOSKI
(Oulu, Finlandia, 22 de junio 1893 - Oulu 23 de noviembre de 1952) fue un escritor finlandés y doctorado en geografía natural de la zona.
Fue profesor de geología en la Universidad de Helsinki. El libro Espejo de hielo (1928) introdujo en su país las corrientes literarias más modernas de la época. Exaltó la soledad y celebró la naturaleza en Las proas bamboleantes (1946), Ciclos (1952) y Mañana aclarará (1953).
(Oulu, Finlandia, 22 de junio 1893 - Oulu 23 de noviembre de 1952) fue un escritor finlandés y doctorado en geografía natural de la zona.
Fue profesor de geología en la Universidad de Helsinki. El libro Espejo de hielo (1928) introdujo en su país las corrientes literarias más modernas de la época. Exaltó la soledad y celebró la naturaleza en Las proas bamboleantes (1946), Ciclos (1952) y Mañana aclarará (1953).
Almanakka on sittenkin
kirjojen joukosta viisahin,
vaikkei harput ja kanteleet
sitä lie koskaan ylistäneet.
Kunnian sille filosofi antaa.
Vekselimies sitä povella kantaa.
Rakkauden riivaama tyttönen
vavisten mittaa kuukautta sen.
Detrás de la mesa
Detrás de la mesa
el ojo blanco de la ventana
se opaca
l l l
l l l
u u u suena SUENA
e e e zumba
v v v
e e e chasquea
en la estrecha
quebrada
de la calle
a través del zumbido
el eco de los pasos que corren
avanza
l l l l l
la vida l l se desvanece
u u
e e
v v
e e
una calle de piedra
suena suena suena
Jääpeili, 1928
Antologado en Poesía nórdica, Ediciones de la Torre, Madrid, 1999,
pág. 43, traducción de Francisco J. Uriz
El canto del lucio
Desde su húmedo hogar
subió el lucio al árbol para cantar.
Cuando las nubes grises
dejaban ver la luz del día
y el mecer de las risueñas olas
se despertaba en la bahía,
subió el lucio a la copa del abeto
para mascar la pina roja.
Habrá visto, oído o venteado,
o de la punta de la pina saboreado
el resplandor indecible
del rocío de la mañana
cuando abriendo
su huesuda boca
alargando
su mandíbula
berreó una canción
tan salvaje y grave
que al instante callaron los pájaros
como si les hubiese caído encima
todo el peso de las aguas
y el abrazo frío
de la soledad.
Aaro Hellaakoski en Jaapeili (1928), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).
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Desde su húmedo hogar
subió el lucio al árbol para cantar.
Cuando las nubes grises
dejaban ver la luz del día
y el mecer de las risueñas olas
se despertaba en la bahía,
subió el lucio a la copa del abeto
para mascar la pina roja.
Habrá visto, oído o venteado,
o de la punta de la pina saboreado
el resplandor indecible
del rocío de la mañana
cuando abriendo
su huesuda boca
alargando
su mandíbula
berreó una canción
tan salvaje y grave
que al instante callaron los pájaros
como si les hubiese caído encima
todo el peso de las aguas
y el abrazo frío
de la soledad.
Aaro Hellaakoski en Jaapeili (1928), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).
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