Alejandra Sofía González Celis
Chile, 1976 | Nació en Santiago de Chile. Ha asistido a talleres literarios con Mauricio Redolés, Andrés Morales y fue becada por la Fundación Pablo Neruda en el año 1998. Asimismo ha participado en tres publicaciones en calidad de antologada: Apuntes a la base del fuego, Yo no me callo y Vagonetas presidenciales. Es Trabajadora Social de la Pontificia Universidad Católica de Chile y cursa actualmente su primer año de Magíster de la misma disciplina. Ha publicado La enfermedad del dolor bajo Ediciones del Temple, 1ra Edición 2000, 2da Edición 2003, y tiene al menos dos libros inéditos (Jauría y El libro de la Pobreza) que esperan se levante de su cama y los publique.
LOS HABITANTES DE LAS CUEVAS DE CATÉTER
Nosotros
los niños enfermos
seguíamos jugando
en las esquinas de las salas comunes
unos amontonados en sillas de ruedas
otros sujetos a una cama donde descansaban
nuestras cabezas condenadas a cascos respiradores
de astronautas abandonados en atmósferas extrañas
o atornillados
a balanzas que mantenían nuestras columnas en su lugar
A la mayoría de nosotros le habían nacido alas de aviones
que obligaban a nuestros brazos
a ser amigos de sueros y calmantes
Cada vez que volvíamos de ser abiertos
seguíamos jugando
y entre mareos posteriores al sueño anestésico
nos contábamos del tiempo
anterior a la morfina
y a las cicatrices
de nuestras casas con sábanas dibujadas
de nuestro propio televisor
de las peleas con hermanos sanos y ausentes
que no dejarían entrar
No llorábamos por las heridas
ni por las enfermeras
ni por el constante perforar de pieles
no acostumbradas a ser cuevas de catéter
ni por la comida que ingeríamos sin molestar
o la continua carencia de padres
Llorábamos por las noches
por el niño nuevo de la cama de al lado que lloraba
que se iría en uno o dos días
que nos recordaba la obligación del llorar.
De La enfermedad del dolor
LA PERRA SIN NOMBRE
La perra sin nombre viajó toda quiltra
de ciudad en ciudad
de patada en patada
El inicio del viaje fue su propio nacimiento
Sabe que tuvo una madre
No la recuerda
Sabe que tuvo hermanos
No los recuerda
Su recuerdo:
Haber sido la mascota de unas monjas secas
que como higueras amontonaban niños y perros
en un patio
y unas piezas con camas
Los niños eso sí le pegaban chicles en su lomo perro
pero a la perra igual le daban pena
sus ojos llenos de rabia, los nombres de santos
que las monjas les habían dado:
Antonio, Mateo, María
Niños inexistentes emparentados en el abandono con la perra sin nombre
Nunca pudo soportar tanta tristeza
nunca pudo soportar las ruedas de los autos
que amenazantes le gritaban desde los caminos
a los que partió hastiada de tanto sobajeo en su lomo
sobajeos de monjas aburridas
Perra sin nombre
perseguía y perseguía
así como su cola
así como a las bicicletas estúpidas
que se alejaban burlándose
Perra sin nombre se llenó de rabia en la calle
Su cabeza anónima aplastada por un auto en la ruta 68
Ella iba camino a la playa
Le habían dicho
Que allí los botes tenían nombre
LA PERRA DESOLADA
Este no es un blues quieto que aparece lejano en una calle que se llama noche
No es un parque
No es un lomo perro abierto por las manos de un niño enjaulado en su antejardín
o una mosca en un vidrio verde
Esta es la perra desolada vagando por los caminos
Esta es la perra desolada entrando a los bares y a los supermercados
con una pata chueca y una manta de tiña comiéndole los pelos
Es la perra desolada
No
No es un supermercado
Ni una calle
o una noche
No es un blues
Es una perra desolada
Una perra tango
dando vueltas
torpemente
De Jauría
CANTO DE LA HEMBRA ANCIANA
Cada uno de estos hijos los he parido sin dolor
Cada uno de estos hijos ha caído al suelo
Como cuesco de aceituna
Y sin ningún padre
se han levantado
negros y olorosos
hay algunos que se han encamado con putas
hay otros que han traído mujeres decentes
pero yo a todos los nietos los quiero igual
sean o no sean
hijos de puta
todos colaboran en la casa
y a nadie se le pregunta
de dónde viene la plata
a veces son diez lucas
o un kilo de arroz
o 2 litros de bebida
a veces incluso han sido un par de chalas blancas
que todavía tengo en su caja
En el baño la lavadora está tapada con un pañito bordado
y en esa misma lavadora lavo
toda la ropa de mis hijos
con el amor de la mami
el amor de la comida
el amor de la comida
el amor de la comida
Aquí la mami se respeta
por sobre todas las cosas
por sobre todas las mujeres
por sobre todos los vecinos
por sobre Carabineros
e Investigaciones
Porque da de comer
Porque deja vivir en la casa
porque no hace preguntas
De El libro de la Pobreza
Tibia y dormida
encima de siete baldosas
he sido arrastrada a esta punta del camino
donde las lágrimas de los niños
fueron convertidas
en sal de comer
no hay antídoto para este mal
no hay ninguna pastilla que
nos saque lo de adentro del cuerpo
y nos lo cambie por otro
nunca podremos imaginar cuándo
comenzó todo esto
Selección de Cuadernos de encierro y calle
De la Calle
Principio
Esta poesía no es normal
porque es una poesía pobre
Es una poesía añeja y guardada y no sabe hablar
y se esconde y atosiga en las esquinas
muerde
ladra
Esta poesía se para en las esquinas y compra
compra
algunas veces
compra.
Esparta practicaba una rígida eugenesia. Nada más nacer, el niño espartano era examinado por una comisión de ancianos en el "Lesjé" (“Pórtico”), para determinar si era hermoso y bien formado. En caso contrario se le consideraba una boca inútil y una carga para la ciudad. En consecuencia, se le conducía al "Apótetas" (lugar de abandono), al pie del monte Taigeto, donde se le arrojaba a un barranco.
Espártame
Espártame. Aparta de mi este cáliz. Que no vaya a ser mi boca la que pronuncie las palabras. Que no vaya a ser mi boca la que las calle. Que no vaya a ser.
Espártame, Señor. Espántame lentamente cada uno de los fantasmas que me inundan. No dejes que puedan aparecerse en las noches, presurosos, como peregrinos anónimos que caminan por los caminos. Que no vaya a ser Cristo. Que no vaya a ser su imagen una distinta y sea yo quien no le reconozca. Que no vaya a ser yo la que tenga que juzgarle y crucificarle. Que no vaya a ser yo quien lo niegue y quien lo traicione.
Espártame. Sáname de mí. Inúndame con tu espíritu. Protégeme de lo que no sé. De lo que no ha ocurrido. Protégeme de este accidente. No dejes que vayan a tirarme por el cerro. No dejes que esta invalidez aparezca temprano. Haz mi señor, que todo ocurra a la hora precisa. Que nada vaya a adelantarse.
Espártame.
Espártame señor.
Por mi culpa, por mi culpa. Por mi gran culpa.
Posesiones
Una plancha
una lavadora de carga vertical
un tarro parafinero
una tele
la cama
las gatas
el perro
¿Los cuadernos del Michael?
¿Sirven los cuadernos del Michael?
Del encierro
Subterráneo
1
Como un estómago abierto
Natasha ha salido a la calle
no hay nada ya que lleve su nombre
ni los árboles
ni las paredes que sostenían su rostro
Dejaron de hacerlo hace 14 años
Tan solo una lápida esperaba su cuerpo
pequeño
como un estómago abierto
lo que busca
es a alguien que la alimente
2
Mamá es una palabra
dormida en el sillón de la entrada
un florero que se rompe
una palabra de la que hay que esconderse
Papá era una voz
la única voz oscura
antes que el primo Hans
antes que Heiner
3
Natasha esta parada en la entrada
Qué casa es esta
Quiénes la habitan
Dónde esta mi cuerpo
Dónde mi cama
Natasha pronuncia la palabra
Un perro ladra
4
Heiner es el bien amado
Sus manos densas han construido el cuerpo de Natascha
la han moldeado
a su imagen y semejanza
Oh Heiner
nunca me bandones
qué sería de este cuerpo
vacío
quién pondría las piezas del ajedrez
Tu construiste este lugar
cuidadosamente lo has ordenado
me has dado todo lo que necesito
una cama
mi comida
mi televisor
El señor hizo en mi maravillas
Grande es mi dios
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