Francisco Ardiles (Carabobo, VENEZUELA 1974) Poeta y ensayista. Licenciado en Letras por la Universidad Central de Venezuela. Ha hecho estudios de Maestría en Literatura Venezolana y Doctorado en Estudios Culturales, en la Universidad de Carabobo, institución donde practica la docencia y la investigación. Es profesor de literatura y periodismo de la Universidad “Arturo Michelena” y en la UBV, y de Filosofìa en el Upel, Maracay. Forma parte del equipo de facilitadores de la fundación Misión Cultura y de la comisión de evaluación de proyectos de cine en el Centro Nacional de Cinematografía CENAC. Ha publicado poemas, ensayos y críticas de cine en distintas revistas y periódicos en medios universitarios e intelectuales del país. Tiene dos libros publicados: Poemas para el olvido (Ed. El perro y la rana, 2007), y un conjunto de ensayos: Ensayos sin ensayar.
Corre la cortina
y siéntate a esperar
como una viuda
para que veas
cómo llega la gente
a empolvarte el suelo
con sus desgranadas
palabras gratificantes
del que se sabe salvado del entierro
Asume tu duelo con ascetismo
y recibe esos saludables apretones
con resignación
para que los días
dejen de azotarte con sus desvelos
No te queda más que dar
algún pormenor
una media sonrisa
o en su defecto la mano
no te queda más que esperar
el silencio.
LAS PLAYAS están siempre llenas
de mujeres solas
mujeres que han dejado atrás
la juventud
y que se sientan meticulosas
a mirar el cielo
a escuchar lo que les dice el mar
Todos los domingos
acomodan sus cosas
y se vienen a sostener el firmamento
con su madurez
a medias aceptada,
piezas de bisutería
toallas floreadas
bronceadores
y una cesta de frutas exóticas
acomodan con recelo sobre la arena
pero nadie las mira
ni con urgencia
ni agitación
desde que fueron envejeciendo
nadie aspira a seducirlas
nadie les toma el pelo
sólo el viento
VOY a empezar a escribir de mis cosas,
de mis obscenidades, mis impertinencias,
de mis obsesiones de comediante barato.
pero voy a empezar a hacerlo guardando la compostura,
qué cosa
haber pasado toda la noche despierto,
preguntándome
por qué contigo siempre tengo que guardar
la compostura, el aplomo, la tolerancia.
te advierto definitivamente
que si por estos trasnochos y estas ataduras
me veo obligado a tener que ir al siquiatra
te mando la factura.
AUNQUE
mi padre a veces se burle
de lo que soy
de lo que digo
y de lo que hago
yo comprendo
que a un hombre pragmático como él
ciertas ideas lo perturben un poco
y escribir le parezca una estupidez
además
si tanteo las posibilidades materiales
de todo este asunto
y pienso en sus razones
también me da un poco de risa.
Sólo nos han dejado ríos secos
en la palma de la mano
para recordarnos nuestra sed.
Han tendido mapas sin señales
cableados distendidos
hileras de postes sin luz
curvas inútiles
que miraremos sin sosiego
al dasasosiego.
Sólo nos han dejado de este lado
y también del otro
de las manos
estas cortinas de aire
para que nademos
en la desolación
No hay comentarios:
Publicar un comentario