Yllari Chaska Briceño Delgado
Lima, Perú. 1976
Estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en Lima. Luego emigró hacia la ciudad de Cusco donde vivió y trabajó en un proyecto educativo de radio para niños de comunidades campesinas, lo cual alternó con su participación en eventos artísticos de poesía, danza y teatro. Después de 8 años, a finales de 2006, regresó a Lima a trabajar en otro proyecto por los niños. Se dedica a la poesía y la danza desde la adolescencia. Ha publicado en fanzines y revistas como: Cronopia, Peregrín y Magdala así como en su blog: www.zaurazul.blogspot.com .También ha participado en sitios webs como Poetas de Mundo, Urbanotopia y Poetas en Lengua Castellana. A finales de 2007 publicó, de manera independiente, el libro EL CANTO DE LOS AJENOS, cuyo prólogo fue escrito por la poeta peruana Rossella Di Paolo. En 2008 participó de la publicación Poéticas de un Nuevo Zigno (Ed. Zignos, Perú). Interesada en la ecología y el desarrollo espiritual, su vida es un libro abierto que se reescribe con cada búsqueda y camino encontrado.
anónimo
cuando vengas por las montañas
dibújame el camino de tus ganas
apenas tengo un beso enmudecido
aguardando
luego has de volver por las orillas
levantar los brazos de alegría
y descansar
entonces
sentirás la brisa de mi memoria
Gitanos
abro los ojos como dice el que sabe
que nos toca el estío
apenas en un soplo nos destierran
al desierto de los inefables
polvo en el aire
hilo de silencio por la tarde
contemplo en los rostros elongados el mío propio
mirada profunda de los ancestros
cansancio y deseo
parias y artistas del camino
desafiamos la noche
bailando contra la lágrima
no nos ven
todo sigue su curso
latido
tanto por contarte
arrancar los recuerdos prometidos
hacerlos viento por los labios
sangre de mi sangre
llanto de mi risa
¿cómo destejerme del silencio?
he de internarte corazón
una palabra
un beso
un pedazo de memoria
(Del libro: El canto de los ajenos)
final
cuando muera
deja las ventanas abiertas
para que entre la luz
prepara café por las noches
sal a mirar el mar
si invade la pena
echa tus lágrimas a tierra
devora las canciones de cuna
y canta
me verás danzando entusiasmada
en cada lugar bañado
de intensa naturaleza
verano
te he visto a ojos cerrados
como tantas veces
no hay respiro que te exhale
vocación que te anule
memoria que te aparte de la brisa
es muy triste extrañarte
frente al mar
hábito
asirse a la luna por el ala
volverse pájaro
lejos
lejos
(Del libro: El canto de los ajenos)
frío
si llora el cielo que solía alzarme
si sus cantos rompen el altar mayor
si el silencio esculpe flores de mañana
¿he de hilar pañuelos de esperanza?
tanta magia contenida
reducida a la palabra
que duerme entre las ganas
desdibujar la ruta
caer cual pluma en viento
sin saber donde
futuro
me he vuelto extranjera a mis deseos
sedienta viajera del presente
al final del día
se abren las constelaciones
aparece la pregunta
escondida
yo
no soy más que horizonte
con excesivo mar
(Del libro: El canto de los ajenos)
batalla
recurrente desazón ante la vida
por un mínimo eclipse vislumbrado
cansa esta manía de tragedia
y todos sus ejércitos
latitud cero
soy la distancia encerrada de tu pecho
la pluma roja que ondea en playa ajena
cuando suspiras
el viento me reitera tus versos contenidos
silencio
palabra
silencio
en el temor no medra la alegría
un torrente es en mi ojo de horizonte
fugitivo audaz del abandono
soy la distancia que silba en los intentos
el sabor rememorado de tus pasos
danza
he bailado
la canción de los intactos
valientes
ya soy nube
después de la lluvia
(Del libro: El canto de los ajenos)
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