Concha Alcalde González
Poetisa cordobesa de gran sensibilidad. Mujer luchadora, incansable y vital. Su obra es referencia para un gran número de escritores cordobeses de todas las edades.
Obras:
“Ilusiones”. Primer premio Certamen “Justas Poéticas” (Jaén), 1985 .
“Alma Rota”. Segundo premio, Certamen “Flor de Cultura” (Cádiz) 1994.
“A Córdoba. Poemario y retazos de vivencias”. Premio del Área de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba. 1998.
“Nada. Sonrisa. Corazón.”. Finalista, Certamen de Poesía de la Diputación de Córdoba. 2003.
“Dialogo con naranjos y sirenas”. Placa Conmemorativa del Área de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba. 2005.
“Ángeles sin alas”. Premio del Área de Cultura de la Diputación de Ciudad Real.
“De Plata y Cordobán”. Publicado en colaboración con el Ayuntamiento de Córdoba y los Hermanos de la Cruz Blanca a quienes fueron cedidos los beneficios de la venta de esta obra.
“Un encuentro dibujado con palabras”, “Manual de Instrucciones”, Relatos y Poesía. El camino añadido”, libros de relatos en colaboración con alumnas de su taller de creación literaria.
De reciente publicación:
Mi diario celeste.
Las anémonas del alma.
Escorpiones y mariposas.
Todos los beneficios recaudados con la venta de sus obras se destinan a fines benéficos. Colaboraciones habitual en las siguientes revistas:
Utopía poética. Málaga, (España).
Opúsculo poético. Mallorca, (España).
Aldaba. Ciudad Real, (España).
Mujeres Asombradas. Revista virtual.
Córdoba en Mayo. Córdoba, (España).
Participante activa en Cosmopoética, certamen literario dedicado a la poesía celebrado anualmente en Córdoba (España). Miembro de las siguientes asociaciones: “Nueva poesía”, Fundadora de Frapa, Adua y Frater, asociaciones de discapacitados.
El Camino
La culpa nunca fue muy nuestra. Teníamos
caminos diferentes diferentes de recorrer.
Caminamos hasta encontrar la meta, pero esta meta,
no nos llevo a ninguna parte.
Avanzamos hasta el punto donde intentamos
dibujar deseos y tantas cosas...
Pero las luces de la mañana nos recordaron,
que nuestro autobús, ya había salido.
Ni tú, ni yo pudimos alcanzarlo.
Aquel Poeta
De humano oro el valle, en otoño vivo;
música y humo, de verde luz soñada.
El mundo de tu verso en madrugada,
envuelto en soles del oeste, fugitivo.
El mundo en verdad te dio un esquivo,
perfil de guerra, tú carne encarcelada.
Tu alma siguió en pie, por poco tiempo
hasta que el odio hizo otro cautivo.
Así ese hombre se vio encadenado
en su verso, con la sien azul de la pureza
El velo de mi vida
Nacida en un agosto caluroso
a mediados de un año de penurias,
con un Leo agresivo por horóscopo.
Días buenos, días malos, como siempre,
pero buscando agarrarme a la vida.
No sé como se rompieron mis esquemas
hundiéndome en un túnel de quebrantos,
sobre un mundo que me era injusto.
Pero quien busca halla si es paciente
e intenta remontar de los fracasos.
Dulce adolescencia
Adolescente fui, trotando espumas
sobre el caballo verde de las olas,
enterrador de besos en las dunas,
misterioso delfín para las musas.
Disfrazándome de Ángel en mis brumas,
con dagas en los ojos, venenosas.
La noche me cubrió con su amargura
y supe como duele el alma y llora.
Desafié a los maestros con mis dudas,
a Dios con mi conciencia de agua rota.
La Felicidad
Aquella mañana cuando me levanté, me sorprendí a mí misma, pensando, "Soy Feliz" y cuando digo me sorprendí quiero dejar claro que fue una sorpresa, descubrirme a mí misma como mujer feliz. Después de una separación, dos juicios, una grave enfermedad y otra mujer en tu vida.
He llorado mucho, he dormido poco y he adelgazado, ¡sin dietas, sin pastillas, ni gimnasios!
Patio de los Naranjos
Cuando Mayo se alza entre las flores, y el azahar se despide de su rotoño blanco
serpentinas de luz entre los árboles
guitarras rasgeadas.
Te quiero cantar caño del olivo, que apagaste la sed de tantos tiempos
cristianos, moriscos, judíos y demás
que te navegan cansados
remanso de paz,
PATIO DE LOS NARANJOS
Algún Atardecer
Algún atardecer, escribiré un poema
que no mencione el aire ni la noche.
Poema que omita los nombres de las flores
no mentando jazmines ni amapolas.
Algún día te escribiré ese poema.
Un poema sin pájaros ni fuentes,
poema que aluda al mar, no mire las estrellas.
Escribiré un poema que se limite solamente
a pasar los dedos por tu piel, tu pelo
convirtiendo en palabras tu mirada.
Discúlpalo
Entonces, le pedí,
discúlpalo si puedes.
Pero si hubiese alguna confusión
entre mi verso y tú,
parte de lo que escribía, no fue mi culpa
sería a causa de mi propio verso.
Si hubiera alguna confusión sintáctica
eso si sería sólo por mi culpa.
Disculpa, te lo pido
si fue, fue sin querer,
no hubo otra alternativa
que hacer caso a las rimas.
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