ANDRÉS MORENO
In Memoriam
Portovelo, ECUADOR 1982-2008. Culminó la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, obteniendo el título de Periodista Profesional, Mención Cultura. Estuvo vinculado a Casa de las Iguanas. Fragmentos de Fuego, su primer y único libro, se publicó póstumamente por La Casa de la Cultura Ecuatoriana (Núcleo de El Oro).
POÉTICA POSIBLE
He besado con ansiedad los labios de la locura
buscando el destino que no existe
mientras escribo lloro sobre un poema que es mi casa
donde yace petrificado el corazón del verso.
POEMAS
REFUGIO
Espera, no levantes la mirada aún, de forma detenida y respetando la grafía de tu mano, dime: ¿qué has visto al otro lado de la mente?
PEREGRINACIÓN HACIA LA ROSA
Antes que se inscriba en la pared el fuego
y se transfigure tu cuerpo en el poema diré:
no ha servido de nada mi vida.
La voz estática me arrastra hacia la alucinación
que como un amor me dice: dame tus labios
ya no hay besos por robar en las tabernas
ni palabras por decir frente a la iglesia.
Me acercaré a la tumba, saltaré la verja de cristal
y enterraré junto a mí el sonido.
No regresa ya hasta aquí
el deseo que oculta la niebla
extraigo estas palabras de la
baba de un perro rabioso que
junto a la vida, castigan al hombre.
La locura no es mía es de todos.
El animal rastrero me expulsa de
su guarida y grita contra mis textos.
Lo que no lo dice el hombre lo dice la nada.
LA ESPERANZA REFUTA DEL HOMBRE
El dolor pasajero y la ansiedad de querer sacudir el cielo, para permitir el libre transcurso del lirio y las sombras, nos hace avalanzarnos contra la espuma y confesar el gemido del tiempo envuelto en ataúdes; aquello que se escucha en los hospitales, donde los enfermos resplandecen y realizan actos imposibles congelando la sonrisa de la ira. En los templos oxidados desaparecen las luces y ya no hay nadie.
Los hombres son rosas, rosas
ensuciando el oscuro jardín de la dicha.
LA CANCIÓN DEL AMANTE LOCO
Dame –tu cosa y vuélvete contra el muro
dame tu cosa que sangra y palidece tras el aire
ven, posa sobre mí la serpiente que muere de entre tu voz ebria.
Para que todo termine sucio, dame eso que cede
en tu alma y no tiene sentido.
Dame tu cosa, dame tu cosa
Soy yo el escorpión quien ama a nadie.
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