martes, 26 de junio de 2012

7156.- JOSÉ VILLA PELAYO

José Jesús Villa Pelayo
José Jesús Villa Pelayo (Caracas, 6 de noviembre de 1962) es un poeta y ensayista venezolano. Se licenció en las carreras de Letras y Derecho en la Universidad Central de Venezuela. Ha estudiado Criminología y Estudios Internacionales en la U.C.V. Villa Pelayo ha sido profesor de la Escuela de Periodismo de la U.C.V y de la Escuela de Arquitectura de la Universidad José María Vargas en la ciudad de Caracas. Ha escrito artículos políticos en el diario El Nacional y ensayos literarios y poesía en la Revista Nacional de Cultura, en la Revista IMAGEN y en otras prestigiosas publicaciones periódicas internacionales como Casa de las Américas. Es analista de política internacional. Su programa de radio Enigmas del Poder, en la Radio Nacional de Venezuela, expresa su pensamiento sobre la nueva geopolítica venezolana.
Su poesía tuvo un gran influjo en la poesía venezolana de los 90s y comienzos del siglo XXI, toda vez que Villa Pelayo creó, con su libro Nueva York (escrito entre 1985 y 1987 y publicado en 1992), una variante muy estilizada y postmoderna del imaginismo moderno de comienzos de siglo XX, utilizando voces y personajes dramáticos que incluso firmaban los poemas. Tendencia que se generalizó a finales de los años '80, comienzos de los 90s y se extendió a buena parte de la poesía que entonces se escribía en Venezuela, la cual era intimista, urbana y había recibido una profunda influencia de los grupos Tráfico y Guaire, en los 80s.
Según el decir de la profesora y poeta venezolana Elena Vera, en el Tomo IX de la Enciclopedia de Venezuela, Villa Pelayo, es el creador de la llamada Nueva Poesía, una suerte de neoimaginismo y neosurrealismo de evidentes matices postmodernos.
José Jesús Villa Pelayo ha publicado cinco libros de poesía Una hiedra negra para Sashne, Fundarte, 1990, del cual el maestro Juan Liscano dijo alguna vez que se trataba de un poema épico y gnóstico fundacional. Nueva York, Dirección de Cultura de Universidad Central de Venezuela, 1992 con prólogo de Alexis Márquez Rodríguez. Mariana de Coimbra, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1999. Las arpías vuelan sobre Manhattan, Fondo Editorial del IPAS-Ministerio de Educación, 2006 y Diario de Alejandría, Fondo Editorial del IPAS-MINISTERIO DE EDUCACIÓN, el cual ha sido reeditado por Monte Ávila Editores Latinoamericana, y acaba de aparecer su primera Antología/ 1985-2009 de poesía, publicada por la Fundación Editorial El Perro y La Rana, 2010. Villa Pelayo ha sido traducido a varios idiomas. Obtuvo la Mención de Honor del Premio Municipal de Literatura en 1999. Escribió una columna de análisis político en la página A-4 del diario El Nacional y colabora constantemente con la Revista Nacional de Culturay la revista IMAGEN DEL CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA (CONAC).
A su labor de poeta se une su trabajo como ensayista, profesor universitario, conferencista, articulista de prensa, promotor cultural, productor de radio y analista de política nacional y geopolítica.

Obras

Una hiedra negra para Sashne (1990)
Nueva York (1992)
Mariana de Coimbra (1999)
Las arpías vuelan sobre Manhattan (2006)
Diario de Alejandría (2007)
Antología/1985-2009 (2010)




Un poema para Susan

A Susan Castro, cuando era niña

La joven Susan con sus hojas
con sus lápices
con sus alas flamígeras
con sus flores
siempre amarillas
¿Mira el blanco papel de sus hojas
o se mira a sí misma?
Un prado la aguarda
mientras escudriña el futuro
(con sus manos ínfimas)
frente a la ventana
Algún verso está cerca
más allá
hacia donde la mirada se desvanece
y aguardan, en silencio,
las horas futuras.







Tarde de guacamayas

(Fragmento)

Apenas soy un ángel
junto a ti
esta tarde de guacamayas.
Apenas soy un ángel
que te visita
y proclama tu nombre.
Sobre tu seno, el arco iris.
Insipiente, tartamudo.
Señalo tu cabello
en el aire dorado de los centauros.
Vine a explicarte,
acaso tardíamente,
esta tarde de guacamayas
en la que te amo.
Apenas un sol hueco, con alambres.
De nuevo tu voz.
en el mármol de las escalinatas.
Me levanto,
como Agamenón,
sobre el espacio
de ágoras y mausoleos.
Apenas soy un ángel que te visita
y cierra la puerta.
Insipiente, tartamudo.
Para besarte aunque quieras
o no quieras, en esta tarde
de guacamayas inocentes.
Para escarnecerte.
Rezo tu nombre.
Apenas un sol hueco, con alambres.
En la arcada
que Dios ha preparado
para nosotros en esta tarde
de guacamayas inocentes,
aunque no quieras
o sí quieras
Y tus dedos ensangrentados.
Con brazos de arcángeles.
Y gritos y maromas y silencios.










Ariadna

La otra mitad de Ariadna es un hueco, 
The other half of Ariadne is a hole, 
tan sólo un hueco. 
just a hole. 
Ella es la mitad de otra mitad 
She is the half of another half 
que ahora no está 
which is not now. 
Ella es una mitad secreta 
She is a secret half 
que me habla durante la noche. 
who speaks to me througth the night. 
La mitad de Ariadna 
The half of Ariadna 
que ahora existe 
that exist now 
habita el Peyotl, 
inhabit the Peyotl. 
Ella escribe con plumas y garfios. 
She writes with feathers and hooks. 
La otra mitad de Ariadna soy yo 
The other half of Ariadne is me. 
Esa mitad es un hueco. 
That half is a hole. 








A long way

Muchos dicen como el poeta portugués:
“soy un espíritu en la tiniebla/
La noche me atrae y me lleva”
El camino es más extenso
y se hace más extenso
cuando lo recorro de día.
No obstante,
me parece mejor andarlo.
Hay otra ruta,
más al sur, junto a Winding road.
¿Te atraería jugar por allí?
Ese camino es más corto:
¿sabes a dónde conduce?
A winding road.
Tus palabras son mejores
-llevan a prosperous road-.
El profeta dijo:
“soy un espíritu en la tiniebla;
en el sol viviré mejor”

Andreas, 1965





Noir

A Marguerite Yourcenar

“Querida tía abuela,
los ojos negros de Marguerite siempre
fueron grises.
Estoy contenta.
Mi matrimonio con Hervé Bazin ha palidecido.
Sin embargo, hoy toco la puerta de Bazin
esperando hallarte.
Perdona si río,
pero mis ojos ya no son verdes como los de
Hervé.
Lo amo aún.
Sé que la muerte se ha acercado
y estoy segura que veré las alas muertas de
Roger Nimier
en el teatro de Madame Florence.
Estoy triste.
Si pensaras cómo he extrañado tus manos,
hoy me amarías un poco más.
Si supieses.
André ya no está entre nosotros.
Viajo a Murcia
y dejó sus ojos dentro del Augeau.

Si comprendieses mi andar por la calle
de Saint-Paul-Hervé,
preferirías no regresar, pero regresas.
Te siento junto a mí cada día
y no te veo.
Querida tía abuela,
si puedes, regresa a la mansión de Murcia
y hallarás a André recostado en el diván.
Si mueres antes,
te avisaré la llegada del tren de Arlés.
No mientras jamás.
Te recordaré cuando llueva”
Te ama

Marie Bazin, 1963






RUISEÑOR NEGRO

Cuando entendí que John Milton reía,
tomé, entre los caballos,
aquellas prendas de fiesta
que el poeta amaba.
No entendía la mirada del ave,
repleta de ramas doradas.
Edén, donde nacía el ruiseñor negro,
recordaba la voz de Milton.
Procuré escuchar entonces
los gritos del pequeño pájaro.
Subí hasta Manley
y los árboles, aquellos sauces negros,
lloraron.
Entendí la suerte del marino
y su muerte.
Crecían, por aquellos días, nueces verdes
sobre el monte Korzenowski.
Quise hallar a Mandela, un viejo amigo,
enterrado entre ruinas
y frescos graciosos.

Supe quién reía en la habitación
y dónde nacían las paredes rojas.
Emprendí tu búsqueda
y recordé el adagio de Sir Thomas Browne:
“Ningún hombre nace sin tierra.
Muere en ella.
Jamás fenece en una isla”

1965










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