martes, 17 de abril de 2012

6526.- GLADYS EDICH BARBOSA EHRAIJE


GLADYS EDICH BARBOSA EHRAIJE es poeta azuleña. Poesía publicada: 18 Poemas y un solo motivo, 1978; Íntimos duendes, 1979; "El último verano", 1982; "Poemas en libertad", 1984; "De ocres y otros marzos", 1989; "Páginas Azules '3'", 1991; Segunda edición de “De ocres y otros marzos”, 1993; "Dioses de barro",1994; "Una lenta estación entre dos soles", 1999; "Profecía de cigarras" y "La penúltima rosa de abril", 2001; "Y preguntan las sombras", 2008. Ha dirigido talleres literarios en la Unidad Séptima de Penales de Azul (1983-1984) y en el Área de la Lengua —escuela Normal de Azul— (1994-1995). Preceptiva editada “El diccionario de las palabra perdidas” (de niños para todos).




POEMA I

Bajo los bordes de una cerradura
acechan las llaves
¿entre qué corredores
siguiendo nuestros rastros
se nacieron en alas
los pájaros profanos?
la casa
fue gestando
en permanente bruma
abarcativos pasos
amante en celo

—vigila los rincones—
Sus muros no han perdido
esa ancestral costumbre
de confundir
la noche con los días
saben
que desde siempre
del otro lado de la puerta
un ojo de metal
verticalmente,
espía.




POEMA III

Cuando la esfinge habite el desconcierto
las respuestas
no tendrán respuesta

Serán voces migratorias
en
la
debilidad
de la vigilia

Símbolos extraños
en el vino rojo

Dioses,
iniciando
la última danza
alrededor del sol.






POEMA V

Inocentes viajeros
en procesión de olvido
recuperan
cenizas
debidamente antiguas
El miedo
asume
la fuerza de la tregua
lejos


(quebrados duendes)
—duendes de alas quebradas—
custodian
de rodillas
las inasibles grietas
Nadie habita el domingo
solo la piel
y los ojos
(desmesurados ojos)
como cuencos de sal.




POEMA VII

Lámpara que perfila
la secreta corriente de la memoria

como moneda extraviada
entre la piel
aparecen las primeras lluvias
cada gota
aleja los fantasmas
el milagro
y los espejos rotos
en las noches de luna
Desde el costado izquierdo
(el corazón)
roza otro escalofrío
busca la llave del zaguán
anuncia la hora
y entre tinieblas
las lágrimas
cerca del final
descubren
que la primavera
tiene muertas sus raíces.





POEMA FINAL

Alrededor del fuego
como un rito
se fueron sucediendo
los milagros
los hijos
los hijos de los hijos
la aridez
los despojos
la mesa de madera
el pan
el peso de las cosas
los retratos
Por mandato inviolable
de la tierra
me convertí
en guardiana de la casa
La infancia
trae aún desde la lejanía
alucinadas mariposas amarillas
Desde la cárcel
de mi cuerpo
la carne,
vuelve a cercenar sus deseos





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