Serguéi Esenin
(Konstantinovo, 1895 - Leningrado, 1925) Poeta ruso cuya obra en una primera etapa estuvo regida por el simbolismo y el misticismo, alcanzando más adelante una impronta realista y vigorosa para culminar en el pesimismo y el cansancio.
Criado por su abuelo, un anciano ortodoxo de la secta de "los viejos creyentes", estudió en la Universidad de Moscú. Se casó en 1922 con la bailarina norteamericana Isadora Duncan, diecisiete años mayor que él, con la que recorrió Europa durante dos frenéticos años. A finales de 1925, y tras constantes depresiones producidas por su relación de amor-odio con el proceso revolucionario, se suicidó en un hotel de San Petersburgo, no sin antes escribir su último poema utilizando su sangre como tinta. Su suicidio inspiró el conocido A Serguéi Esenin, de V. Maiakovski.
Escribió poesía desde la infancia e irrumpió en los salones literarios prerrevolucionarios de Moscú y San Petersburgo donde fue recibido como un genio iletrado. Aunque se educó leyendo a A. Blok y a A. Pushkin, destacó como poeta místico y original. Formó parte del "grupo de los imaginistas", movimiento nacido a partir de la publicación de Transfiguración (1918), que se abre con Inonia, breve poema que dibuja un paraíso místico.
En 1919 publicó con varios amigos el manifiesto de esta escuela, definida como "poético-formal". La inspiración de Esenin está marcada por la religiosidad místico-simbolista y el medio rural, de donde procedía. Durante la década de 1920 su poesía se vuelve áspera, directa y contiene una mayor variedad técnica, reflejando sus crisis personales.
En el drama en verso Pugachov (1922), describe el inicial atractivo romántico de la revolución de 1917, a la vez que manifiesta su nostalgia por la pérdida de la Rusia en la que se había formado y por la naturaleza en libertad. Esta preocupación se plasma en su famosa composición, La Rusia soviética (1925). En Hombre negro, del mismo año, manifiesta su desesperación y su hastío, como ya había hecho en Moscú tabernario (1924): explica allí en qué se había convertido su vida bohemia, entregado por completo al alcohol. Sus versos de esta época resultan monótonos a fuerza de repetir temas como la desilusión y la muerte que terminan agudizando su desesperación personal.
CONFESIÓN DE UN GOLFO
No todos saben cantar,
No todos saben ser manzana
Y caer a los pies de otro.
Esta es la suprema
Confesión de un granuja.
Ando intencionalmente despeinado,
Con la cabeza como una lámpara a petróleo.
Me gusta alumbrar en las tinieblas
El otoño sin hojas de vuestros espíritus.
Me gusta que las piedras de los insultos
Caigan sobre mí como granizo vomitado por la tormenta.
Entonces es cuando aprieto con más fuerza
El globo oscilante de mi cabezota.
Con qué nitidez recuerdo entonces
La laguna cubierta de hierba y la voz ronca del aliso
Y que en algún lugar viven mi padre y mi madre.
Mis versos les importan un comino,
Pero me quieren como a un campo, como a la carne de su carne,
Como a la buena lluvia que en primavera ayuda a salir a los brotes.
Ellos les clavarían a ustedes sus horquetas
Cada vez que me lanzan una injuria.
¡Pobres, pobres campesinos!
Seguramente están viejos y feos
Y siguen temiendo a Dios y a los espíritus del pantano.
¡Si sólo pudieran comprender
Que su hijo
Es el mejor poeta de Rusia!
¿Acaso sus corazones no temían por él
Cuando se mojaba los pies en los charcos del otoño?
Ahora anda de sombrero de copa
Y con zapatos de charol.
Pero con el mismo espíritu juguetón de antes.
De aldeano travieso.
Desde lejos saluda con una gran reverencia
Alas vacas pintadas en los letreros de las carnicerías.
Y cuando se cruza con los coches de la plaza,
El olor del estiércol lo remonta a los campos de su tierra
Y está dispuesto a sostener en el aire la cola de cada caballo
Como si fuese la cola de un traje de novia.
Amo mi tierra.
¿La amo con locura!
Aunque sobre ella caiga toda la tristeza y el moho de los sauces.
Gozo con los hocicos inmundos de los cerdos
Y con las notas estridentes de los sapos en el silencio nocturno.
Estoy enfermo de los recuerdos de infancia,
Sueño con la niebla y con la humedad de las tardes de abril,
Cuando nuestro arce se puso en cuclillas
Para calentarse los huesos en la hoguera del crepúsculo.
¡Trepando de rama en rama,
Cuántos huevos no robé de los nidos de las cornejas!
¿Seguirá siendo el mismo de antes, con su copa verde?
¿Tendrá todavía la corteza tan dura?
¿Y tú, mi querido perro fiel
Overo?
La vejez te ha puesto gruñón y ciego
Y vas de un lado a otro del patio arrastrando tu cola caída.
Tu nariz no distingue ya el establo de la casa.
Cuánto no significan para mí nuestras pillerías de antaño
Cuando le robaba pan a mi madre
Y lo comíamos entre los dos, mordiéndolo por turno
Sin sentir repugnancia.
Soy siempre el mismo,
Mi corazón es siempre el mismo.
Los ojos florecen en el rostro como los azulíes en el trigo.
Y yo, extiendo las esteras doradas de mis versos
Quiero decirles a ustedes
Mis palabras más tiernas.
¡Buenas noches a todos!
¡Buenas noches!
Rozando por última vez la hierba del crepúsculo
Ha enmudecido la guadaña de la aurora.
Y siento unas ganas locas
De mear a la luna desde la ventana.
¡Luz azul, en este azul profundo
Ni siquiera la muerte me importa!
¡Que importa que yo parezca un cínico
Con un farol colgando del trasero!
Viejo, buen y supercabalgado Pegaso,
¿Qué falta me hace a mí tu trote blandengue?
Yo he venido como un severo maestro
A cantar y a ensalzar a las ratas.
Como agosto, vierte
Mi cabeza el vino espumoso de mis cabellos.
Yo quiero ser ese amarillo
Que nos lleva al país que navegamos.
Traducción: Nicanor Parra.
ESTOY CANSADO…
Estoy cansado de vivir en mi país natal,
con la nostalgia de las extensiones de trigo negro;
dejaré mi choza,
partiré como un vagabundo y un ladrón…
Volveré a la casa paterna
a regocijarme con el júbilo ajeno.
Y en una noche verde, bajo la ventana,
con la manga de mi camisa me ahorcaré.
Los sauces de plata contiguos a la cerca
inclinarán sus cabezas con mayor dulzura aún.
Y sin lavarme, sin el menor ritual,
se me enterrará bajo los aullidos de los perros.
La luna continuará bogando por el cielo,
perdiendo sus remos en el agua de los lagos;
y Rusia siempre será la misma,
danzando y llorando alrededor de las empalizadas.
Traducción: René Palacios More.
TRES POEMAS DE: EL ÚLTIMO POETA DEL CAMPO
Todo ser viviente recibe su marca
ya en la edad más temprana.
Si yo no fuera poeta
sería ratero y ladrón.
Delgado y bajo de estatura,
entre los niños siempre gallito,
muchas veces regresé a casa
con la nariz sangrando.
Entre los labios sangrantes
mascullaba a mi madre asustada:
“No es nada, tropecé en una piedra,
para mañana se curará.”
Ahora, ya entibiado
el bullir de aquellos días,
esa fuerza inquieta y rebelde
se derramó en mis poemas.
Un montón dorado de palabras,
y cada estrofa, sin falta,
refleja el valor del que fue
un pendenciero y un golfillo.
Soy el de antes, valiente y orgulloso,
aunque es otro mi caminar...
Si antes me daban en los morros,
ahora me sangra el alma.
Y digo, ya no a mi madre,
a la chusma ajena y burlona:
“No es nada, tropecé en una piedra,
pero mañana se curará.”
• • •
No me engañaré a mí mismo,
tengo preocupado el corazón brumoso.
¿Por qué cogí fama de charlatán?
¿Por qué cogí fama de camorrista?
No soy un canalla, no asalté en el camino,
no fusilé a desgraciados en mazmorras.
No soy más que un juerguista callejero
que sonríe a los transeúntes.
Soy un camorrista moscovita.
Por todo el distrito de Tverskaya,
en los callejones, todos los perros
reconocen mi ligero caminar.
Cada caballo matalón
al verme sacude la cabeza.
Soy buen amigo de los animales,
los animales se curan con mis versos.
Me pongo cilindro no para las mujeres,
el corazón no soporta las pasiones tontas;
en el cilindro, para quitarme las penas,
doy avena dorada a las yeguas.
No tengo amistades entre los hombres,
estoy sometido a otro reino.
A cada uno de estos perros
le regalaría mi mejor corbata.
Y no volveré a caer enfermo.
Se disipó el torbellino del corazón brumoso.
Por eso cogí fama de charlatán,
por eso cogí fama de camorrista.
• • •
Hasta luego, querida, hasta luego.
Dulce mía, te llevo en el pecho.
Esta despedida inaplazable
nos promete un encuentro en el futuro.
Hasta luego, querida, sin manos, sin palabras,
no te aflijas, no entristezcas las cejas.
En esta vida no es nuevo morir,
pero vivir tampoco es más nuevo.
El último poeta del campo, Visor, Madrid, 1974,
Traducción de José Fernández Sánchez
*****
Arde, estrella mía, no caigas.
Derrama tus rayos fríos.
Tras la muralla del cementerio
ya no late ningún corazón.
Luces con el agosto y el centeno
y llenas la quietud de los campos
con el temblor sollozante
de las grullas que aún no partieron.
Me alcanza viniendo de lejos,
quizá del bosque o del cerro,
otra vez aquella canción
de mi país, y de mi casa natal.
Y el otoño dorado
reduciendo la savia de los abedules
llora sus hojas sobre la arena
por todos los seres que amé.
Lo sé. lo sé. Dentro de poco,
ni por mi culpa ni por la ajena
tendré que tenderme también
detrás de la negra muralla.
Se apagará la llama cariñosa
y se convertirá en polvo el corazón.
Los amigos pondrán una piedra gris
con una alegre inscripción.
Mas yo, pensando en la triste muerte
así la compondría para mí:
"Amó a su patria y a su suelo
como un borracho a su taberna".
*****
(traducido del ruso por Alec Vagapov)
¡Las pequeñas estrellas de las estrellas, usted está tan alto y tan claro!
¿Qué usted ha conseguido en usted, tan fascinando?
Las estrellas, profundas en pensamiento, así que discretas usted aparece,
¿Qué la energía a que las marcas usted están tentando tan?
¡Las estrellas, pequeñas estrellas, usted es tan denso y tan sólido!
¿Cuál es ese le hace tan grande y fascinando?
Cómo puede usted, los cuerpos divinos, producirlo:
¿Revolvimiento de una sed y de un deseo para aprender?
Porqué, como usted brille, son usted agradable y la invitación
¿En sus brazos abiertos de par en par, el instante?
Satisfaciendo el corazón, tan benigno y tentando,
¡Estrellas divinas, tan telecontrol y tan distante!
*****
(traducido del ruso por Alexey Artemov)
¡Adiós, Baku! Así pues, nunca le veré…
Y estoy asustado del sino, mi tierra meridional.
El corazón está bajo mano y está tan cerca.
Y ahora siento dos palabras simples: mi amigo.
¡Adiós, Baku! ¡Oh, cielo de Turkic, adiós!
La sangre es muy fría, yo es débil, usted considera…
Pero puedo prometerle, yo tendré presente
La onda blanda del gran mar caspio.
¡Adiós, Baku! Adiós, mi canción simple…
Por la vez última que abrazaré a mi amigo, yo frotará ligeramente
Su cabeza. Es como un de oro se levantó. Tan de largo
Cabeceará a mí en humo lilac que estrangula…
*****
La lluvia está limpiando con las escobas mojadas
Los sauces poop en los prados
Viento, usted puede escupir armfuls de hojas -
Soy un gamberro, apenas como usted
Lo amo cuando los matorrales azules,
Como toros con paso pesado,
Estómagos wheezing con las hojas,
Manche las rodillas de los troncos del árbol
¡Aquí está, mi multitud roja!
¿Quién podía cantarle mejor que mí?
Puedo ver el crepúsculo que lame huellas humanas…
¡Mi Rusia, Rusia de madera!
Soy el único a cantarle
He alimentado con las bayas y la menta
La tristeza de los poemas de mi bestia
Deje la noche traer la jarra de la luna
¡Elabore la leche de la arboleda del abedul!
Parecer la iglesia cerca cerca
¡Desea estrangular a alguien con las manos de él es cruces!
Algo caminatas siniestras las colinas,
Gotea el rencor del ladrón en nuestro jardín
Pero I mismo un bandido y un cad
Y por la sangre - ladrón del caballo
Quién vio siempre cómo ebullición en la noche
¿Legiones de los árboles de la pájaro-cereza?
Nací a la noche en los caminos azules
Para acechar la obscuridad con mis cuchillos
El Oh, el arbusto amarillo de mi cabeza ha marchitado
Conseguí aspirado en la prisión de la poesía
Condenado para dar vuelta a las muelas del verso
En la servidumbre penal de sensaciones
Pero no se preocupe, viento loco,
Hojas de la expectoración de la subsistencia en los prados
La etiqueta “poeta” no me borrará,
Incluso en mis canciones, soy, como usted, un gamberro.
*****
(1921, traducido de ruso por Alec Vagapov)
No lamento, y no vierto los rasgones,
Todos, como la calina de manzana-árboles, deben pasar.
Oro que da vuelta, me estoy descolorando, él aparezco,
No seré joven otra vez, alas.
Debiendo saber el tacto del coolness
No me sentiré, como antes, tan bueno.
¡Y la tierra de los árboles del abedul, - oh mi calidad! -
No puede hacer que vaga descalzo.
¡Alcohol del vagabundo! Usted no tan a menudo
Revuelva el fuego de mis labios actualmente.
¡El Oh mi frescura, de que comienza a ablandar!
¡Oh mis emociones perdidas, mirada fija vehemente!
No siento actualmente un deseo vivo,
¡Oh, mi vida! ¿He estado durmiendo rápidamente?
Bien, se siente como temprano adentro la mañana
En un caballo atractivo galloped más allá.
Somos todos a fallecer, esperando un cierto favor,
Las hojas del cobre fluyen lentamente abajo y se sacuden…
Puede usted ser redimido y ser bendecido para siempre,
Usted que vino florecer y pasar lejos…
*****
(1924-1925)
Ser poeta - es igual
Como cuando por la verdad de la vida
Usted marca con una cicatriz su propia carne blanda,
Y con la sangre de sensaciones
Acaricie las almas de otras.
Para ser poeta - cantar la libertad,
Como usted lo sabe lo más mejor posible
La canción del nightgale no lo lastima -
Su canción es siempre igual.
Canario mimiking alguien voz -
Bauble lamentable y tonto
El mundo necesita canciones verdaderas - así que cante como solamente usted puede
Aunque usted sond tiene gusto de una rana.
Mohammed lo ha exagerado en Quran
Cuando él prohibió fuerte beba
Ése es porqué el poeta no parará
Vino que bebe antes de que él vaya a la tortura
Y cuando un poeta va a su amante,
Y la encuentra el mentir con otra
Él, guardado por el líquido vida-que sostiene,
No enviará un cuchillo en su corazón.
Pero, quemándose para arriba con recklessness celoso,
Silbará en la manera detrás a casa
“Tan qué, así que yo moriré a vagabundo,
En esta tierra tal sino también se sabe. “
No hay comentarios:
Publicar un comentario