Raquel Olvera
Nació en Chignahuapan, Puebla, México (1966). Poeta y artista plástica. Estudió en el Instituto de Artes Visuales Puebla; Facultad de Artes Plásticas UV y Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado "La Esmeralda" (INBA). Cursó talleres con Dolores Castro, Ignacio Betancourt, Francisco Hernández, Eduardo Milán y Marco Antonio Campos. Fue becaria del Fonca en el programa de Jóvenes Creadores en 1998-1999. Ha publicado en revistas nacionales y extranjeras. Es autora de las plaquettes: Al filo del azar (México, Tábano, 1996); En boca de otro (México, Xilote, 1996); Transitorio (México, Tábano, 1999); y de los libros Cuatrocientas mentiras (México, Universidad Autónoma de Puebla, 1998); Concierto para cinco sentidos (México, Ediciones del Lirio, (2001) y El Noveno Río (México, Colectivo Poético Cardo, 2006). Su poesía aparece en la colección Sólo 8 poetas (México, Ediciones Arlequín, 2006). Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano y francés. Es fundadora del grupo Salvajes, Locos, Niños y Poetas.
Mi pluma vuela
dibuja interminables filas de aves negras.
Un inaccesible silencio se agazapa, con las alas plegadas,
en un rincón de la almohada.
No tengo cuerdas para escalar al grito.
ETERNIDAD
Guarda en un rincón el infinito
un inmenso deseo de huir de sí mismo;
pero sabe: después del big-ban,
comenzar de nuevo.
Los árboles están callados hoy.
No hay viento en sus alas dormidas.
Todos dicen que es noviembre, yo no sé.
En el enjanbre de la noche complejos dibujos
señalan el camino del para siempre.
Nadie en esta cima ha de lastimarse:
la sangre es más hermosa que el granate y el rubí,
más hermosa que el agua del mar,
más hermosa que el silencio absoluto.
LA CINTA DE MOEBIUS
Cuando se entregan los amantes,
para no saber la hora, los muertos
golpean contra una piedra su reloj.
El tiempo
en circular tormento, huye
aterrado de sí mismo.
PLATÓNICA
Que al abrir la boca
surgiera el silencio, como un canto.
Dejáranse de oír el motor de los autos,
el barullo de la romería;
que al pasar a mi lado
la fragancia de su movimiento
fuera el olor de la nada;
que al tocarme su mano
llenárase mi carne de vacío.
Que él hubiera no llegado al mundo,
y yo
tampoco.
QUIETUD
Mientras se balancea en las alturas,
una muda de bronce -campana sin badajo-
conmueve la osamenta del cielo.
El pueblo está en letargo,
el sol se ha ido.
FELINAS
Las palabras se alargan
lentas y azules;
afilan sus uñas en el taburete.
Ronronean.
Duermen.
GERMINAL
Pulpos para siempre en la memoria
!Qué calor hace en la postal de Grecia!
Piedras y puntos suspensivos.
Todo sucedió: la creación
y era un ensayo.
Hubo moscas y peces, caldo de cultivo
y dos más uno: La tensión de alambres,
tendederos en el cielo. Tentáculos
mecidos por el viento. Sal.
Dentro de la botella, la hoja en blanco.
EPÍLOGO
¿Soy acaso una piedra?
¿Estoy, como ella, sentada serenamente?
¿El aire mece mis ramas? ¿Soy un árbol?
No. Soy raquel,
y el fuego
está comiendo mis entrañas.
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