sábado, 11 de febrero de 2012

5839.- ALBERTO ROMERO


ALBERTO ROMERO
Nació en La Habana, Cuba (1936). Poeta, narrador, periodista y editor. Ha publicado los poemarios: Parque de Diversiones (1966) y Desde el pueblo donde vivo (l978). Ha publicado los libros de relatos: El barrio del Cerro (2001) y Cuentos Militares: historias de soldados y rebeldes (2004). En los Estados Unidos fundó las revistas ‘Envíos: Cuadernos de Literatura’ (1971) y ‘Contra Viento y Marea’ (1977). Es co-editor de la Antología Compartida de Poetas Hispanos de Miami (2000). Por más de 22 años desarrolló su labor periodística en el área de Nueva Jersey, recibiendo numerosos premios. Desde 1998 reside en Miami, en donde dirige la Editorial Nosotros.






LA DESPEDIDA


Cuánta ansiedad tenía mi voz,
cuando traté de llamarte.
Cuánta maldad, en su sonrisa,
al no permitirme que lo hiciera


Era temprano en la mañana;
las 8, las 9, las…
¡Qué nos importa ya!


Qué nos importa,
ahora que nuestros cuerpos


nuevamente
se nutren del mismo pan
y beben del mismo vino;
ahora que nuestra olla
canta nuevamente,
aunque bien sabemos que,
por aquel minuto perdido,
nunca seremos
como antes lo fuimos.


Cuánta ansiedad en tu mirada
al verme marchar; cuánto dolor
en nuestros pechos,
con aquel grito ahogado,
cuando ambos
quedamos impotentes,
ciegos, sordos, mudos, atados,
casi hastiado de vivir...










EL SUEÑO


Para los esposos que un día
dejaron atrás la mujer de sus sueños


Anoche te tuve junto a mi cuerpo,
pero sólo fue un sueño,
porque mi cama amaneció vacía.


Porque tú estabas allá, en Cuba,
sufriendo por nuestra separación,
bajo la dictadura comunista,


mi cama amaneció vacía,
aunque anoche, pero sólo en sueño,
te tuve junto a mi cuerpo.










POEMA DE LA SOLEDAD


Hay, de la noche, hundida
en los recuerdos.
En la intemperie se humedecen
los cabellos.
El ojo se ha tornado corazón.
Un chasquido, un leve crujido
y todo renace y se convierte
en real la propia realidad. Sueño.
Sueño y vivo.


Tomo una hoja seca y la estrujo.
Una melodía de entonces,
un gesto familiar,
tal vez una cara risueña
se me antojan presentes.
Pero todo es falso.


Sólo en tí me duermo.
Sólo tú eres mi yo.










LA MENTIRA


Todo ha sido como
una larga mentira
tramada contra nuestro amor.
No existen Portugal, España,
Bélgica, ni Nueva York.


Ni tampoco es cierta
la dictadura comunista


que sufre nuestra Patria.
Sólo tú eres real y pura.


Esposa mía. Sólo tú.










ETERNAMENTE


Esposa mía:
Desde hace muchos años
estoy intentando escribir
un poema en el cual,
con palabras nuevas,
pueda decir todo lo que te amo.
Es por eso que,
como no lo he conseguido,
ahora,


con esas mismas viejas palabras
que ya tú conoces
te digo nuevamente:
¡Te amo!












PRESENTE AHORA Y SIEMPRE


Esposa: contigo yo nunca hablo
de tiempo ni de distancia,
porque tú has estado siempre
presente en mi cotidianidad.


Tú eres la realidad deseada
de un nuevo Paraíso Terrenal.
Un lugar sin pecado, lujuria,
sin traiciones ni soberbia.


Tus manos amasaron
nuestra estirpe
y la estela que dejaste a tu paso,
se multiplicó en nuestra carne
y sangre. ¡Nuestra realidad!


De tu boca siempre sale el mensaje
cierto y justo. ¡Mensaje de Amor!
Y tú, más que arado,
eres la campana de la verdad.


Campana con la que anuncias
que vivir es más que pan y techo;
que vivir es el tránsito hacia la
eterna felicidad.










ESPOSA


No sólo un vaso copulador
sino también sangre, carne, pan,
tierra, aire, agua, sol y cielo
de los hombres.










EN TARDES COMO ESTAS


Existen ciertas tardes, esposa mia,
en las que quisiera acercarme
más a tí.
Alzar mis brazos, buscándote
en aquellos años que perdimos,
que sólo tú y yo sabemos
que nunca se recuperarán.


Aquel tiempo perdido,
más bien, el tiempo
que nos robaron;
aquellos momentos de entrega,
que nunca regresarán,
cuando pienso en ellos,
en tarde como estas,
clamo al cielo y siento
deseos de llorar.










POLVO Y CENIZAS


Desde ahora ya lo sé: Esposa mia:
Nosotros trascenderemos, quedaremos
para ser semillas.Una foto nuestra, seguramente
una instantanea de mala calidad, mostrará
nuestros rostros sonrientes al futuro.


Por ella nos conocerán
los que para ese entonces serán
los nietos de los nietos de los que hoy
en día son nuestros nietos y es probable
que uno de ellos se interese por conocer
algo más de nosotros y rastreando nuestra
existencia pregunte los nombres de
aquella pareja que está en la foto.


(Un hombre gordo, con canas y una mujer de
piel oscura, ojos negros y una eterna sonrisa).


Esos son nuestros antepasados, vestidos a la
moda de año 90... En el siglo XX.
Responderá alguién dudoso, que agregará:
Creo que se llamaban Alberto y Juanita.


Un siglo más tarde. O dos o tres, es lo mismo,
en la Iglesia del Carmen, donde nos casamos,
y en los hospitales donde nacieron nuestros
cuatro hijos, se alzarán rampas lanza-cohetes;
las Academias y los Institutos para la
Inseminación Artificial y la Preservación
de la Raza Humana.


Muchos siglos más tarde, regresará
al planeta tierra el Todo Absoluto,
que es lo contrario de la nada relativa.


Para esa época hará ya cientos de años que
tú y yo, esposa querida, estaremos amándonos
en la presencia de Dios.


Entonces nuestro ciclo evolutivo terminará.
Pero nada de eso importa. Concientes
de nuestro deber actual, sigamos viviendo.
En fin, esposa mia. Aunque nosotros
trascendamos,
terminaremos como polvo y cenizas.





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