JAVIER LENTINI (Barcelona, 1929-1995)
Médico y cirujano, viajero impenitente, fue sobre todo poeta y fundador de las revistas poéticas Hora de Poesía (1979-1995) y Asimetría (1986-1988).
Fue presidente de la Asociación Mundial de Médicos Escritores y Artistas (Torino 1961-1972); fundador y ex-presidente de la Asociación de Artes y Letras y Humanidades Médicas de la Academia de Ciencias Médicas de Barcelona (1962-1974). En la Sección Semanal de Poesía de la Revista Jano (1972-1984), comentó a más de doscientos autores, sobre temas de viajes, medicina, etnología y poesía de otras culturas.
Publicó los siguiente libros de poesía: Cantos de Muerte y Añoranza, 1969; Poesía Espacial, 1973; (Continuación) (Continuará), 1974; Museo de exorcismos, 1974; Trilogía Prohibida, 1977; Museo de Máquinas, 1979; Museo de Máscaras, 1980; Cronología, 1982 (carpeta con grabados de José Mª. Guerrero- Medina, incluido posteriormente en Asimetría nº1, Barcelona, enero de 1986); Diccionario Perpetuo, 1984; Invención del Otoño, 1988; Código de lo inmóvil, 1988; Exploración de la palabra, 1988 (Antología); Espejismos, Reflejos, Dioses y Otras Imprescindibles Realidades, 1991; Viaje a la última isla, 1991; Frases, ecos, juegos y cuentos, 1995.
Cabe hacer mención especial de su ingente labor de traducción con la publicación de los libros: Velimir Khlebnikov: Antología Poética. (Estudio y versiones), 1985 y De papel, Jannis Ritsos, 1996 (en colaboración con Dimitri Papageorguiu y Coloma Chamorro), 1996; además de traducciones en revistas sobre los Sonetos de Baffo; de las Octavas de Antonio Veneziano; las Mirlitonnades de Samuel Becket; una breve antología de poemas de Christopher Smart; Pierre Jean Jouve; Pasolini, etc. Otras traducciones fueron los dossiers de Poetas del Tel Quel; de Poesía Albanesa y Poesía Bretona (en colaboración con Nicole Lauren-Catrice).
Hay que destacar finalmente un amplio ensayo sobre Osip Mandelstam, titulado "Un poema en la vida de Mandelstam".
Recogidos en numerosas antologías, sus poemas fueron traducidos y publicados en forma de libro al italiano Antología, 1988 (Traducción de Emilio Coco) y Viaggio nell Última Isola,
FÁBULA FELIZ
C uando todos los colores del arco iris
que levantamos juntos tras la tormenta palidezcan
cuando las grietas sinuosas de tu muralla de pan
se encalen y repintes las manchas húmedas
cuando disperses ardidas en fugaces hogueras
las cenizas de cuantas hojas cayeron de mis tilos
y se cicatrice la pequeña herida
que se abría cada día en los ojos de aquel niño
cuando aprendas a escribir nuevos murmullos
en los renglones que las olas borran del horizonte
cuando cambies tus sandalias de cinta y hueso
por el musgo amarillo de los cantos rodados
y logres hacer huir al dragón abanicando el aire
aceptar el peso del polvo y correr la cortina
sin comprender la lluvia ni el paisaje
podré dormir en el último peldaño de la acequia
sin agua ni alabastro
reclinando mi sueño
sobre el brazo doblado
copiando mi sonrisa de otras noches
Del libro "Viaje a la última isla" Antología de poesía
Editorial Ígitur, Barcelona, 2006.
LOS SALMONES
En Idaho
casi en las últimas estribaciones
de las Montañas Rocosas
más allá de Hell 's Canyon
más allá del Clearwater National Forest
con su inmenso bosque de pinos blancos
y sus dos mil lagos que hielan en invierno
más allá sin duda del Snake River
a pocos kilómetros de Sun Valley
llegarás al Río Sin Retorno
adonde los salmones acuden a desovar
vaciando su vida en el fondo de las aguas bajas
Es ilógico nadar toda la vida a contracorriente
con el viento estallando
con el sentido como única certeza
los panzudos osos pardos aguardando en la orilla
para lanzar su zarpazo en el momento preciso
y las rocas casi invisibles por el cristal en movimiento
que rasgan cualquier protección de las escamas
Y sin embargo algunos llegan
y saben
-o no saben -
o quizá se inquieran
-o no inquieren-
o tan sólo intuyen
-o no intuyen -
que debían llegar
Sólo un leve estremecerse y se hunden en el fondo
Ni siquiera se contemplará un rictus de angustia
Ni siquiera podrán escuchar
ni la voz ni el murmullo ni las risas
de los jóvenes que parten ya río abajo
para rehacer ese mismo camino
que hubiésemos querido obviarles
quizá para que no conociesen el placer del sufrimiento
La sal
Perdí la última caravana de la sal
Yo mismo hube de cortar
los bloques rectangulares y comenzar la travesía del desierto
desde el lago Assal
el punto más bajo de África
donde el agua se evapora por el intenso calor
y deja accesibles los preciados cristales
Debo llegar
al puerto de Mopti
Desde allí
por el río Níger
venderé la sal de la vida de poblado en poblado
Cuando me cruzo con alguien por el camino
-siempre otra caravana
nadie se aventura solo entre la arena-
me contemplan como se mira al loco que se cree insecto
o espejismo
No llegan más viajeros que sigan mi pista
ni alcanzo a los que me precedieron
De vez en cuando
pruebo la sal con mi lengua
y eso me cerciora de que estoy vivo
Pero no sé ya hacia dónde queda Mopti
Ignoro si es sal
lo que transporto
a pesar de que mis labios lo crean
o si quedará algo de ella cuando llegue al final
ni su precio
ni su pureza
ni su peso
-tan insostenible
ahora-
Pero la aferro fuertemente entre mis brazos
porque debo creer en ella
para alcanzar
cualquier lugar y seguir pensando
que mi viaje
mi soledad
o la sal
sirven de algo
Dewa Kumari
I
Las grandes ruedas de madera del carro de la diosa-niña
hunden la tierra arrastrado por cuerdas de seda
-Tienes un aire extraño
con ese único ojo entre tus ojos
que llora a destiempo siempre
Los párpados de la Dewa Kumari
pintados de kohl
tan abiertos por el temor
descubren que el mundo tiene excesiva luz
y el malestar por los gritos de los que son aplastados
–Si quiero evitar tu pena tendré que dejar de amarte
El brahmán aspiraba el humo cálido de la pipa de arcilla
directamente a sus pulmones
Ninguno de los dos mellizos
que la mujer apretaba bajo sus brazos
había llorado al nacer
Las gallinas cruzaban la calle repleta
sin miedo a los soldados ni al estruendo del carromato
Algo más allá unos niños imaginaban
mover la marioneta de esqueleto blanco
Me dejé manipular con cierto alivio mientras
el barquillero cantaba: -¡EI dos! -y los ojos pintados
se volvían para mirarme como si nunca me hubieran amado
El niño tomó entre sus manos sucias
“El Ojo de Buda que Todo lo Ve” y cubrió con él su cara
Pero tan sólo me miraba a mí
Nunca volverás a permitir
que tus ruedas me besen
porque olvidé regar tus buganvillas
y mi saliva no logra reverdecer las hojas secas
a pesar de que los geranios la yuca y los cactus sigan vivos
II
Te lo dieron todo:
Pasteles con azulados trozos de cielo
dulces por el semen de las abejas cuando aman a las flores
redondas piedras preciosas como orbes que las manos de un rey
engarzaran cual cuentas de colores a tu cuello
servidores que se doblegaban a tu paso como bambúes jóvenes y te
alcanzaban con sus manos los grandes mundos de tus deseos pequeños
-Eres amada eres respetada eres diosa -te decían
El palacio bajó sus párpados para conservar tu palidez
y abrió inmensos salones que recorrías escuchando todos los silencios
Pero en tus sueños las paredes se fundían en risas distintas
y te brotaban plumas de los dedos y flores de las lágrimas
En una ocasión te pasearon por las calles en una gran carroza
y los gritos de amor te asustaron
Pero cuando un rey
se postró ante ti
te creíste por fin diosa
Exigiste entonces que te enfriaran el fuego
que la sal fuese dulce y cambiasen a diario los colores de tus peces
Quemabas insectos en tu luz y con tus uñas
rasgabas las manos de quienes te servían o adoraban
Pero un día brotaron de tus piernas sangre y deseo
te expulsaron del palacio y fue otra niña la nueva diosa
Centenares de mujeres en fila portaban sobre sus cabezas
los capacillos con tierra
Tras las rejas del prostíbulo
se ofrecían unos ojos pintados con kohl
Nunca osarás ya decir:
-¡Fui amada fui Kumari! -porque conoces que el castigo de crecer
no es tan sólo la pérdida
sino el haber creído
en la eternidad de un paraíso
The Rothko Chapel (Inédito)
El negro junto al negro como noches guardadas
igualdad sin valores hasta que el ojo aprende
Las lisas desiguales superficies que laten
se ordenan sin deslices obstinadas partículas
lunares fin de un cosmos experto: Los violados
colgando de los negros llorando entre las líneas
o apretándose en sumo respeto mutuo mágico
Desearías que no hubiese acontecido
Esperabas los verdes graves roncos y tensos
o incluso los azules incómodos y bruscos
no ya los amarillos ladrones de maitines
ni naranjas rojizos cabellera de ocasos
Mas la lección es esa: No existen igualdades
ni en noches ni en la calma :
Lo que tu ojo ve
lo creó tu alma antes
(Houston, septiembre 1988)
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