Oscar González Alfaro
Conocido como Oscar Alfaro (San Lorenzo, Tarija, 5 de septiembre de 1921 - La Paz, 25 de diciembre de 1963), fue un poeta, cuentista, profesor y periodista boliviano, que se distinguió por su dedicación a la literatura infantil y juvenil.
Estudió en su ciudad natal y después entró a Derecho en la Universidad Mayor de San Simón en Cochabamba, pero no concluyó la carrera. Se desempeñó como profesor de castellano, lenguaje y literatura en la Normal de Canasmoro (Escuela Superior de Formación de Maestros Juan Misael Saracho) en San Lorenzo y en otros varios colegios e institutos de Tarija y de La Paz.
Fue productor del programa radial La República de los niños en la estatal Radio Illimani y escribió columnas en variados periódicos. En La Paz, perteneció al grupo literario Gesta Bárbara (segunda generación).
Militante del Partido Comunista de Bolivia, fue compañero de Nilo Soruco, cantautor que musicalizó varios de sus poemas. Diversos compositores han puesto música a varios de sus poemas. Las inquietudes sociales del autor y su empeño en plasmar las costumbres y formas de vida del país caracterizan su obra.
Algunos de sus poemas fueron traducidos a diferentes idiomas —particularmente al alemán, esperanto, francés, inglés, portugués y ruso—; El cuento de las estrellas fue publicado en Rusia en 1984.
Después de la muerte de Alfaro, su viuda, la profesora Fanny Mendizábal, se encargó de continuar la difusión de su obra.
Manuel Peña Muñoz señala en Óscar Alfaro, príncipe de la poesía para niños que en los relatos del autor sobreflota el ambiente poético de los cuentos de Óscar Wilde y de Hans Christian Andersen. Hay sensibilidad semejante, universalidad profunda y observación minuciosa de detalles que, de pronto, alcanzan honda significación. Por esta razón, sus cuentos han perdurado y se consideran clásicos dentro de la literatura infantil boliviana".
Hay varios establecimientos educativos en Bolivia que llevan el nombre de Óscar Alfaro y sus poesías y cuentos son estudiados en las escuelas.
Obras
Canciones de lluvia y tierra, poesía, Birbuet, La Paz, 1948
Bajo el sol de Tarija, poesía, 1949
Cajita de música, poesía, 1949
Alfabeto de estrellas, poesía, 1950
Cien poemas para niños, 1955
Cuentos infantiles, 1962
La escuela de fiesta, poemas cívicos, Volantín, La Paz, 1963
Ediciones póstumas
Cuentos chapacos, 1964; varias reediciones; la cuarta, Art Pres, La Paz, 1978 contiene 27 relatos:
La guena moza; Las familias rivales; La noche de San Juan; La fiesta del santo patrón; Juego perdido; La ronda; El angelito voló; La casa mocha; Los cuatreros; El hereje; Tierra florida de coplas; El río ovillado; José Manuel Jaramillo; El señor subprefecto; La doble jugada; Los Ordoñez; La patria del patrón; Don Serapio el conquistador; La venganza de los leñadores; Con el diablo de la mano; La obsesión; El marido de piedra; Duelo salvaje; La pascua florida; La fuga; Los copleros y Cara de palo
La copla vivida, poemas costumbristas, 1964
Poemas chapacos, UMAJMS, Tarija, 1966
El circo de papel, poesía, Don Bosco, La Paz, 1970
Colección de Cuentos Alfaro I, 1970
Colección de Cuentos Alfaro II, 1974
Caricaturas, poesía, Don Bosco, La Paz, 1976
Alfabeto, poemas ilustrados para niños
Capitán de chocolate, 2 poemas ilustrados para niños
El abuelo eterno, selección de cuentos y poesías
El avión de papel, selección de cuentos y poesías
El cuento de las estrellas, selección de cuentos y poesías, en español y ruso
El gato encerrado, poemas ilustrados para niños
El mundo blanco y otros cuentos, cuentos para niños
El pájaro de fuego y otros relatos, Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1990. Reúne 15 cuentos para niños con ilustraciones de Eduardo Osorio, y lo cierra el artículo de Manuel Peña Muñoz titulado Óscar Alfaro, príncipe de la poesía para niños:
El pájaro de fuego; El sapo que quería ser estrella; La lámpara voladora; La reina de las mariposas; La pompa de jabón y las hormigas; El circo de la araña; El cantor de la raza negra; El barco Primavera; El tigre y las hormigas; El cuento del hilo de agua; Cuando marchaban las montañas; La madre lejana; Ruperta; Topa, corderito; El traje encantado
El sapo que quería ser estrella, cuentos para niños
La alegre cosecha, selección de cuentos y poesías
La lección de la vida, selección de cuentos y poesías
Poemas y colores, ilustrado por niños
Pokaehne
Ronda de paz, selección de poesía infantil
Sueño de azúcar, poemas breves para niños
EL CANTOR DE LA RAZA NEGRA
La orquesta sinfónica de pájaros ofrecía su concierto de todas
las tardes en el teatro redondo del cielo, que estaba repleto de luces.
Un pájaro rojo con el copete erizado y con trazas de director,
dio la señal convenida y todos los ejecutantes rompieron a tocar sus instrumentos.
Aquel hermoso teatro por hermosas fuentes y jardines al natura.
Nada de lo pintado artificialmente podía igualar la belleza
de aquellos paisajes vivos.
- Necesito un solista par el segundo acto- dijo el pájaro maestro,
cuando la última melodía se perdió en el atardecer.
- Quiero una voz jamás oída y digan de recordarse por todas
las generaciones de pájaros músicos.
- Aquí estoy yo! Dijo el canario y comenzó a trinar con toda
la armonía de que era capaz.
Pero el maestro lo interrumpió:
- ya se sabe que tu cantas bien pero eres demasiado conocido
y yo preciso alguien nuevo.
- Pues entonces yo seré el solista – dijo el jilguero y lanzó al aire
sus gorgeos mágicos pero el maestro también lo interrumpió:
- Tu eres tan conocido como el canario.
- Yo cantare - dijo el ruiseñor – Mi voz y mi figura se han lucido
en los palacios de la China de Egipto y del Japón, como lo prueban
las historias que sobre mi se han escrito. Mi linaje de artistas
se pierde en la tradición y en los siglos...
- Y por lo mismo no me sirves, porque eres más conocido que nadie
- Entonces canto yo – dijo el tordo – pero su estampa y color hicieron
reír a todos los pájaros.
- Que pretensiones, las de este negro insolente...! dijo el canario.
- Como es posible que tú salvaje, ignorante pretendas rivalizar
con nosotros que somos los príncipes del arte? – le dijo el ruiseñor.
- De donde saliste tú? Que antecedentes ilustres tienes? Quien
te conoce en la sociedad de los artistas? – dijo el jilguero.
- Este pájaro viene de los bosques – explico el maestro – Su linaje
es tan oscuro como sus plumas. Pero un artista no vale por lo que
fueron sus antepasados, sino por lo que es el mismo. De manera
que dejémoslo cantar.
- Y por primera vez en la historia, se oyó el canto del tordo.
El maestro lo escuchaba con los ojos cerrados. Cuando terminó
de cantar, lo abrazó con las alas y le dijo emocionado:
- Tú serás el solista Tienes la voz más armoniosa que he conocido...!
Eres un digno cantor de la raza negra.
- Y desde aquella tarde el tordo inicio triunfalmente su carrera
artística y llegó a ser famoso en el mundo entero.
Ronda de Paz
Contra la muerte y la guerra,
blancas rondas de escolares
envuelven como collares
el globo azul de la tierra.
Son los chiquillos felices
que ignoran las distinciones
de razas y religiones
de credos y de países.
Desprecian el fanatismo
de los hombres inhumanos
que matan a sus hermanos
en nombre del patriotismo.
Un coro de corazones
empapa todos los vientos
de risas y de canciones
de luces y sentimientos.
Y con un amor profundo,
los niños universales
en cadenas musicales
unen los pueblos del mundo.
Tengo una sed infinita
Mocita, cuando me miras,
te juro que yo quisiera
beberme de un solo sorbo
tus ojitos de uva negra.
¡Ay! mi gentil gitanilla,
bella y dulce, blanda y buena;
Derrámate al alma mía
como una lluvia de estrellas
Tengo una sed infinita
de niñas verdes y frescas,
quiero un río de ternuras
para anegar mi tristeza
Gitanilla, la mas linda
de las mozas tarijeñas,
voy a tomarte un trago
en esta tarde morena
Por que me han dicho que tu eres
aquella copa soberbia,
donde el Señor ha vertido
toda el alma de esta tierra.
Y he de llevarte a mis labios,
vaso azul de mi bohemia
para morir embriagado
por la dulzura suprema.
Viaje al Pasado
A Doña Carmen Alfaro, mi madre
Desde adentro, desde adentro,
desde el fondo de un abismo,
viene corriendo a mi encuentro
un niño que soy yo mismo.
Iluminando el olvido,
con este niño en los brazos,
yo voy haciendo pedazos
los años que ya he vivido.
En el fondo del pasado,
hallo mi casa materna
donde esta mi madre eterna
frente a un Dios crucificado.
Junto al molino coplero
lleno de antiguas fragancias,
sigue jugando mi infancia
con la hija del molinero.
En los vientos pastoriles
desgranan su florilegio,
de canciones infantiles
las campanas del colegio
Y, perforando los años,
desde el abismo profundo
salgo de nuevo a este mundo
lleno de niños extraños.
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