miércoles, 23 de noviembre de 2011
5220.- EGOR MARDONES
Egor Mardones (Tomé, CHILE 1957). Este profesor de español de la Universidad de Concepción ha publicado en revistas como Lar Extremo, Piel de Leopardo, Trilce y Extremoccidente y, entre otras, en las antologías Cuadernos Lar de Poesía (Concepción, 1986), Las plumas del colibrí. Quince años de poesía en Concepción (Santiago: Improde-Cesos, 1989), Geografía poética de Chile: Concepción (Santiago: Antártica / Banco del Estado, 1998), VIVEN (periplo por los poetas de Chile) (Santiago: Ril, 2002) y Poesía spectacular show. La última antología (Los Ángeles: Night Citi, 2008). Ha sido becario del Fondart en 1993 y del Fondo del Libro en 1998 y 2003, por Taxi Driver en esta última oportunidad. Reside en la ciudad de Tomé, donde imparte talleres literarios y realiza diversos proyectos y actividades culturales. Hoy se encuentra preparando los poemarios Miramar Hotel y Playback.
de su libro Taxi Driver
Taxi Libre
Sentado al volante del taxi
emerjo de una espesa niebla
como aquellas que preceden las actuaciones
de los grupos de rock
y entro lentamente en escena
a las calles de la citi
a la página en blanco
a la radiante oscuridad de la sala de cine.
De aquí en adelante ya todo es mundo:
esquinas violentas, música a todo volumen
tráfico endemoniado
y película corriendo a la velocidad de la noche.
Cero Kilómetro
Hablando en cómic
arriendo un departamento miserable
en las afueras de la citi.
Tengo un TV cable con 666 canales apagado todo el día
videos porno,
rock en abundancia, música pasada de moda
y desordenados libros que no termino más
de leer.
Me emborracho frecuentemente, a lo Ginsberg
fumo marihuana toda vez que puedo
y ando taxiando hasta el fin
de la maldita noche americana.
No es mucho, lo sé, pero al menos
estoy en el medio desta road movie
a miles y miles de kilómetros todavía
de la negra e inevitable palabra FIN.
Asalto a mano armada
Los muy putas me abordaron en la traficada
Avenida Utopía Forever.
Me encañonaron y robaron en las inmediaciones de Suburbia
la implacable Chinatown desta violentísima citi.
Me encontraron dos días después en el portaequipajes
del taxi: golpeado, delirando, casi vivo…
Y aquí me tienen de nuevo en vuestras calles
radiantes de perdición y mala noche
rodando y rodando como siempre
con el acelerador a fondo y la vista fija
en el espejo retrovisor.
Free Way
Nadie en estas calles por las que voy rodando a la hora del lobo
Nadie cuando me voy de drogas y copas al Bar Terminal
Nadie en el departamento cuando regreso a él de madrugada
Nadie en este taxi la mayoría de las veces.
En fin,
NADA
encima de la citi
debajo de la citi
NADA
Stop making sense
Al volante de un viejo automóvil
ruedo atropelladamente arriba abajo por la citi
al desamparo de la noche americana
toda ella iluminada de neones por lo alto:
PORNO SHOW - MIRAMAR HOTEL - VIDEO CLUB
BAR TERMINAL - MC DONALD'S CENTER - CAFÉ VIRTUAL
NIETSZCHE DISCOTHEQUE.
Me siento lo mejor de lo peor
bajo este polvo fatuo de estrellas.
Una estación de radio
que ya debería estar hace mucho fuera del dial
vomita solitaria Stop Making Sense,
de Talking Heads.
EL RESTO ES SILENCIO ES SILENCIO ES SILENCIO
O dicho a la manera del Filósofo Bailarín:
en un estilo que ya nadie estila por aquí:
"No estamos en el mundo, pasa
que estamos en Night Citi:
La predestinación para el laberinto.
La experiencia de siete soledades".
Pasajeros al Miramar Hotel
- Llévanos al Miramar Hotel lo más rápido
que puedas
mira que andamos urgentes como el demonio
y guárdate el secreto
que yo aparezco a diario por los media
y la dama aquí a mi lado como la ves
es muy reputada en la galaxia Playboy
por su nocturna y siempre más que intensa
acción sexual.
- Descuide. No hay problema.
Son cinco dólares. Que le vaya bien.
Fuera de Recorrido
Vacías las calles esta noche.
Sólo la incomparable Cecilia me acompaña
en el receptor del auto
canta con la misma voz de siempre
“Yo, uno de tantos…” en italiano
igual que en esa película vista hace mucho
en el Cinema Paradiso en tiempos en que todavía uno
soñaba con la posibilidad de ser feliz
y con largarse para siempre desta citi.
Sigo dando vueltas:
poca gente en todas partes esta noche.
Doy mejor por terminado el trabajo.
Un coñac en el Bar Terminal,
un porro de última fumado con desgano,
un par de palabras con la muchacha que me atiende
y hasta la vista, baby night.
A Velocidad de Crucero
Voy por la Costanera de los desesperados
solo
a velocidad de crucero
en este taxi negro y fiel como la malavida
o la música de los sesenta en la radio
viendo pasar putas pasar putas en busca de clientes
y urgentes parejas que tiran aquí y allá
disimuladamente al borde de la ley
y de un mar negro rielado apenas
por una luna miserable.
La Costanera de los desesperados
es lejos el lugar más triste de la citi
solo
a velocidad de crucero
con la radio apestando toda la maldita noche exclusivamente
canciones de mal amor.
Asalto a Mano Armada
Los muy putas me abordaron en la traficada
Avenida Utopía Forever.
Me encañonaron y robaron en las inmediaciones de Suburbia
la implacable Chinatown desta violentísima citi.
Me encontraron dos días después en el portaequipajes
del taxi: golpeado, delirando, casi vivo…
Y aquí me tienen de nuevo en vuestras calles
radiantes de perdición y mala noche
rodando y rodando como siempre
con el acelerador a fondo y la vista fija
en el espejo retrovisor.
en Taxi driver, 2009
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