Lucio Ballesteros Jaime, periodista y poeta español, (1906 - 2008)
Nació en la localidad valenciana de Utiel en 1906 pero su familia se trasladó a la capital siendo muy joven.
Nací en Utiel.
Lo digo como decir podría
nací en el paraíso
Con 25 años formó parte como ninot en una de las falla del Mercado de Colón.
Mantuvo una buena relación con los escritores y artistas valencianos de la segunda República como Lalo Muñoz, Genaro Lahuerta, José Renau, Juan Renau, Pascual Pla y Beltrán, Francisco Almela y Vives y José Ombuena entre otros...
De Utiel salí. A Utiel vuelvo.
Utiel vuelve a mi tan mío,
que es alma y sangre de mi cuerpo.
Pero no fue hasta los 40 años cuando se dedicó a escribir con asiduidad.
Era colaborador habitual de la Hoja del Lunes asistiendo a las reuniones literarias de la Sala Blava.
Falleció el 1 de julio de 2008 en Valencia.
LIBROS DE POESÍA:
-Aún. Libro de amor y poesía (Valencia. Blanco y Azul, 1940)
-Poemas del Alba (Valencia, Edit. Miguel Juan, 1942)
-Tiempo feliz. Poemas de infancia (Valencia, Tip. Quiles, 1943)
-Abril en los labios (Valencia, Imp. Bello, 1944)
-Toda la vida (Alicante, Colección Aleida, 1944)
-Otros vienen detrás (Valencia, Suc. de Vives Mora, 1949)
-Horas de oficina (Valencia, Gráfica Suc. de Vives Mora, 1950)
-El aire dormido en la rama (Valencia, Tip. Bello, 1951)
-Hablo del sueño (Valencia, Cuadernos de Amigos de la Poesía, 1952)
-Cantos fundamentales (Valencia, Guerri, 1954)
-Canciones a mar y río (Valencia, Impr.Ortiza 1960-Prólogo Vicente Andrés Estellés)
-Cantares (Utiel, Tipog. Contreras, 1963)
-Canciones (Utiel, Graf. Alarcón, 1964)
-25 sonetos asonantes (Valencia. Suc. de Vives Mora, 1967)
-37 décimas (Valencia. Suc. de Vives Mora, 1967)
-Los sueños y otros poemas (Valencia. Suc. de Vives Mora, 1969)
-Poemas de infancia (Valencia. Suc. de Vives Mora, 1972)
La vendimia es su Fiesta y es su timbre de cielo,
¡Con que gracia divina cumple su grato destino!
Una a una sus viñas van bordando el pañuelo
donde cabe, a sabores, todo el nombre del vino.
DÉCIMA
¡Amor para mis sentidos,
ahora que el alma quiere
saber la vida que muere
sobre los sueños vencidos!...
Soy todo mundo y oídos
para escuchar tu armonía,
la íntima gracia que guía
hacia la presencia fuerte
de un resplandor que me advierte
¡que no hay Dios sin poesía!
A LA MANERA DE GUSTAVO ADOLFO BECQUER
Larga y pobre vida.
Largo y mal infierno.
Y amargo horizonte
de ásperos acentos.
Ser viejo es saberse
sin fuerza, indefenso,
víctima de acosos
e innúmeros retos.
Triste vida propia
de todos los vientos:
padecer por tanto,
siempre tan a menos.
Y me digo, a solas
con mi desconsuelo:
¡Dios mío, qué solos
se quedan los viejos!
Sorda letanía,
monótonos ecos
de verdad quemada
e inválidos vuelos.
Sufrir tristemente.
Llorar como enfermo
que no tiene cura,
huérfano de afectos.
Vida que no es vida,
luchar sin resuello,
vacío entre nadas,
pálido de ensueños.
Y repito, a solas
con mis pensamientos:
¡Dios mío, qué solos
se quedan los viejos!
ROMANCE EN LA NOCHE CLARA
-Barquero triste y beodo,
¿pescaste muchas estrellas?
-Pesqué un lucero borracho
que vino a verme de cerca.
-Barquero, ¿has visto a la luna
pasar por esta vereda?
-La ví y me dijo: ”Hasta luego”,
y fue a dormirse a la tierra.
-Barquero, ¿sabes si el viento
logró hablar con las sirenas?
-El viento ambula a estas horas
por la bóveda sidérea.
-Barquero, brujo barquero,
¿sabes de alguna doncella?
-La noche está sin casar,
y el sol se acuesta a su vera.
-Barquero, dime el camino
que conduce a la belleza.
-Camino que se ha de andar,
acaba donde comienza.
-Barquero, tengo una red...
Barquero ¿qué das por ella?
-La red que no hacen mis manos,
no sirve para la pesca.
-Barquero triste y beodo,
¿sabes el agua en qué piensa?
-El agua es la línea curva
que siempre sabe ser bella.
-Barquero, dime si puedo
creer en lo que otros crean.
-¡La verdad que sólo es de uno,
mentira se considera!
-Adios, Barquero. La noche
me dá a probar sus verbenas,
y el cielo mece a mis ojos
sobre una hamaca de perlas.
Adios, Barquero.
-¡Salud!
-¡La vida es novia primera!...
-Pesqué un lucero borracho
que vino a verme de cerca,
y espero, entre sorbo y sorbo,
matarlo cuando amanezca.
A LA MANERA DE GUSTAVO ADOLFO BECQUER
Larga y pobre vida.
Largo y mal infierno.
Y amargo horizonte
de ásperos acentos.
Ser viejo es saberse
sin fuerza, indefenso,
víctima de acosos
e innúmeros retos.
Triste vida propia
de todos los vientos:
padecer por tanto,
siempre tan a menos.
Y me digo, a solas
con mi desconsuelo:
¡Dios mío, qué solos
se quedan los viejos!
Sorda letanía,
monótonos ecos
de verdad quemada
e inválidos vuelos.
Sufrir tristemente.
Llorar como enfermo
que no tiene cura,
huérfano de afectos.
Vida que no es vida,
luchar sin resuello,
vacío entre nadas,
pálido de ensueños.
Y repito, a solas
con mis pensamientos:
¡Dios mío, qué solos
se quedan los viejos!
ROMANCE EN LA NOCHE CLARA
-Barquero triste y beodo,
¿pescaste muchas estrellas?
-Pesqué un lucero borracho
que vino a verme de cerca.
-Barquero, ¿has visto a la luna
pasar por esta vereda?
-La ví y me dijo: ”Hasta luego”,
y fue a dormirse a la tierra.
-Barquero, ¿sabes si el viento
logró hablar con las sirenas?
-El viento ambula a estas horas
por la bóveda sidérea.
-Barquero, brujo barquero,
¿sabes de alguna doncella?
-La noche está sin casar,
y el sol se acuesta a su vera.
-Barquero, dime el camino
que conduce a la belleza.
-Camino que se ha de andar,
acaba donde comienza.
-Barquero, tengo una red...
Barquero ¿qué das por ella?
-La red que no hacen mis manos,
no sirve para la pesca.
-Barquero triste y beodo,
¿sabes el agua en qué piensa?
-El agua es la línea curva
que siempre sabe ser bella.
-Barquero, dime si puedo
creer en lo que otros crean.
-¡La verdad que sólo es de uno,
mentira se considera!
-Adios, Barquero. La noche
me dá a probar sus verbenas,
y el cielo mece a mis ojos
sobre una hamaca de perlas.
Adios, Barquero.
-¡Salud!
-¡La vida es novia primera!...
-Pesqué un lucero borracho
que vino a verme de cerca,
y espero, entre sorbo y sorbo,
matarlo cuando amanezca.
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