MANUEL MORÁN GONZÁLEZ
Nací en Salamanca el 11 de diciembre de 1947. Me licencié en Derecho por la Universidad de Salamanca en junio de 1969. Posteriormente aprobé oposiciones a los cuerpos de Secretarios de la Administración de Justicia, Carrera Fiscal y Carrera Judicial. He trabajado en múltiples destinos como Juez, Fiscal y Magistrado. En la actualidad trabajo como magistrado de la Audiencia Provincial de Salamanca. Asimismo durante los años 1990 a 1997 fui Profesor Asociado de la Cátedra de Derecho Penal de la Universidad de Salamanca. En la actualidad soy Profesor Honorífico de dicha Universidad.
Durante los años 1997 a 2000 estuve residiendo en la República de Guatemala y en la de El Salvador (C.A.) ejecutando proyectos de cooperación jurídica internacional financiados por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, la Agencia Española de Cooperación Internacional y el Banco Interamericano del Desarrollo. Desde 2000 a 2007 he participado como experto en múltiples misiones de cooperación jurídica internacional en América Latina, Europa del Este y África.
Mi actividad literaria se ha reducido a la publicación de libros de poemas, así como a la colaboración en diversas revistas y diarios.
-POESÍA:
Cantata del Solitario (1982).
Cuentos de la Prosa Poca (1986).
Pasión y Muerte de un Heroinómano (1988).
Seis Relatos Casi como de Amor (1990).
Al Hilo del Quijano (1993).
Tocado de la Rutina (1997).
Las Cinco Letras de Aquel tu Nombre (2004).
Esa ceniza en otro tiempo fue una madre... (2009).
1982: Finalista del Premio Biblioteca Atlántida.
A
A tu lado habitaré miles de horas, sin que casi ni se note.
ANTE
Ante ti, desnudo, me azoré la vez primera.
BAJO
Bajo ti, me siento guarecido con la tapa de féretro de tu cuerpo.
CABE
Cabe ti te cavaré
DESDE
Desde tu cuerpo al mío la distancia se equivoca con el beso.
EN
En ti mi miedo se asoma por la ventana de tus ojos y la puerta de tu boca.
HACIA
Hacia ti, de la cárcel de mis ojos, mi mirada se escapa , a plantar casa en alguna aldea de tu cuerpo.
PARA
Para ti es mi historia de alacranes, picando los ojos de niños hambrientos, que luego se comen a los alacranes.
SIN
Sin ti, sólo existe sin.
TRAS
Tras de ti, no hay más preposición que el abismo
(De Tocado de la Rutina, Editorial Devenir, Madrid, Enero 1997).
MEMORIA DE ANSIEDAD
Espero.
Estoy esperando desde el alba primera
y es dura la espera,
tan sola...
Y sé que estás,
aunque no dónde
ni cuándo
ni siquiera
si llegarás a mí,
mujer,
compañera.
(Cantata del Solitario.-Biblioteca Atlántida.- 1982.-Barcelona)
TIEMPO DE MARZO
El humo de mi cigarro
asciende vertical
sin viento que lo desquicie.
(Las Cinco Letras de Aquel tu Nombre.-Devenir.- 2004.- Madrid)
MI DIOS
Mi Dios,
mi Dios de entonces,
qué lejos quedaste,
juguete y consuelo de mi infancia...
y qué cerca quedó mi luego
sin infancia y sin consuelo.
TOCADO DE LA RUTINA
RUTINA
1
No hay otra manera de lavarte, por más que a imaginar te pongas, que recoger el agua con las manos en forma de cuenco, y abofetearla contra la cara.
2
Pues si con el cuenco acariciaras tu rostro, llorando sobre tus brazos, el agua se vertería.
3
Y si entornaras algo tus dedos, llovería en el lavabo, a modo de regadera.
4
Siegas la barba a diario, porque alguien de niño te habló no se qué de la mala yerba.
5
El periódico todas las mañanas de todos los meses y años, habla en la página primera de cientos de muertos en guerras, y en la segura y en la tercera.
6
Sin falta, el buzón está lleno de propaganda de mercados, y de cartas de bancos.
7
Cierto día raro, que recibes una escrita a mano, es de alguna amiga que te anuncia que te odia.
8
Jugarías como de niño a esconderte en el armario, si no estuviera rotundo de ropa, y ella jugara contigo.
9
Hasta qué punto no habrán matado tu juego, que cuando bebes sólo sabes jugar a borracho.
10
Te hubieran enseñado que juguetes eran tus manos, tan sólo te hubieras quedado sin ellos, alguna noche de invierno.
11
Según se quita una media, le ayudo a bajarla con mi mirada, que ya eyacula de tedio, cuando con la otra lo hace.
12
Enseguida bosteza, poniendo tras de la mano su boca, para que ni por asomo el sueño se escape.
13
Y me dice hasta mañana, tal si se fuera a alguna parte.
14
Y apaga la luz de su cabecera, quedando la alcoba, como yo medio oscura.
15
Al minuto escaso la llamo, y la advierto hasta mañana.
16
Entonces le hablo de lo que pienso de la vida, que despierta tacha de bobadas.
17
Aparto la sábana para mirarla sin prisa, porque me gusta jugarla a cadáver.
18
Ya que es lo único que varía, amas por ello el miedo.
19
19
Es el miedo a la vejez, un miedo color amarillo que huele mucho a viejo.
20
El miedo a la soledad, uno aislado, que de continuo se redunda.
21
Y el a la muerte, te deja muerto.
Del libro: Tocado de la Rutina
Ed. Devenir
Madrid 1997
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