lunes, 17 de octubre de 2011
4952.- TANIA AGÜERO DEJO
Tania Agüero Dejo
Nació en Lima (Perú) en 1968. Es descendiente tusán, poeta y dibujante. Ha asistido al Taller de Poesía en el Museo de Arte de Lima y en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha participado recientemente como ponente en el Coloquio Internacional des-Encuentros: las vanguardias, México y Perú así como en el Primer Congreso Internacional “Desmarginalización de las tendencias literarias y lingüísticas en América”.
Publicó las plaquetas de poesía El canto del huerequeque y Creadoras de la noche.
En 2007 publicó su libro de poemas Route 66. Asimismo, se han dado a conocer sus textos en la antología de poetas latinoamericanas En la Frontera Editorial de reciente aparición. Sus poemas han aparecido también en Imaginario del Arte, entre otras publicaciones.
(Del libro Route 66)
Esquinas sin respuestas
Los casinos cerca de Palm Springs están rodeados de
campos de golf, campos de polo,
pero están también rodeados de gente con avisos de cartón
y en ellos se puede leer
This way to the casinos
las piernas dan queja al resto de tu cuerpo
tu boca la tienes seca y fría
horas mirando el mismo sol
el pasar de los autos entre la tierra
la indiferencia de los transeúntes
piensas en una silla callada en la orilla de tu casa
bandanna en la cabeza frotas tus manos sudorosas
das vueltas sin alcanzar tu destino
concluyes haciendo pantomimas inimitables
te desdices en tu pensamiento
te limpias los mocos
observas tus botas
esta tierra parece ser la misma
pero acá la lengua es la que manda
y no la tierra que pasa tranquila
bajo tus pies
entiendes que estás perdido
desatinos en el arenal
sigues cargando tu letrero
This way to the casinos.
Camino amarillo
Te dijeron sigue el camino amarillo
tú lo seguiste como niña buena
no había nada más que hacer en la granja.
Decidiste ver el mundo sin que nadie te diera permiso
porque todo es diferente afuera
eso lo tenías bien seguro.
Querías irte a California
el sueño de todas las niñas
pero ¡Qué diferente! ¿Verdad?
Ahora llevas trapos de colores
trapos de seda vieja
la temporada alta ha acabado
y te toca recoger cualquier cosa en el camino.
En tu cama debes pagar con creces tu desatino
extrañas los pasteles de tu madre
las conversaciones con tu padre cerca de la chimenea
pero es en vano recriminarse
sabes de memoria que no hay camino de regreso.
Hace tanto que saliste de casa
tu rostro ha cambiado
tus maneras han cambiado
tus olores se han vuelto parte de la calle
y ahora quieta y lánguida tienes que aceptar
unos dólares por nada por nada
con mucho dolor en tus costados.
Scarlett
(OPEN 24 HOURS)
Autopistas sin sentido
acompañan esta noche
tus más perdidos pensamientos.
Se cierne un cálido sopor
dentro del auto
los vidrios polarizados agolpan tu pecho
te preguntas si a esa hora tardía
ya estará bailando descalza para ti.
Al llegar te encuentras
en la entrada con los vigilantes
una marejada de cosas pasan por tu cabeza
las paredes negras
se iluminan de luces liliáceas.
Escoges un buen lugar
donde puedas depositar
tus billetes de a dólar
estiras tus piernas en la silla
te acomodas sin sopesar
sientes que su perfume se va acercando
sus manos abrazan tu cuerpo lánguido
te dan la bienvenida.
Cuando baila
sus ojos te subyugan
cómo evitar mirarla
esos cabellos largos pelirrojos
te transportan hasta su cama.
La barra está llena de borrachos
los pasillos de bebedores de cuerpos
sus instintos huelen
a vapor errante
allí dejan sus entrañas.
Al fin ella te besa la frente
sin pensar en lo inútil del tiempo
ni en lo efímero de los cuerpos.
Río Rímac
El pájaro enjualado añora sus antiguos bosques,
El pez en el estanque sueña en su vieja quebrada...
Tao Yuanming
Tus aguas están vacías y secas
eso dicen la mayoría de los limeños
apestas a mierda henchida
eso también lo dicen los limeños
pero a mí que soy parte Lima
que soy parte sierra
me hueles a veces a eucaliptos
dejados en veredas lejanas
y logro ver entre mis sueños
esa casita de madera que
construyó mi padre
tan cerca tan lejos
tan cerca de una mina.
(Bambú en la corriente, p. 38)
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