martes, 4 de octubre de 2011

4854.- JOSÉ MARÍA JURADO


José María Jurado García-Posada (n. Sevilla, 1974) es un ingeniero y poeta español.
Nacido en Sevilla en 1974 su infancia y juventud transcurren en Cáceres y en 1992 se traslada a Madrid, donde estudia la carrera de ingeniero de telecomunicaciones. Desde 1999 reside en Sevilla.
Durante su estancia en Cáceres dirige la revista Hermano papel (1990-1992) y gana algunos certámenes literarios: «Premio de relatos de las FAS de Cáceres»; accésit del «Premio de Poesía Miguel Serrano»; «Valbón de Poesía de Valencia de Alcántara»; accésit del «Gabriel y Galán de Guijo de Granadilla».

En Madrid ganó el «Premio de Poesía Colegio Mayor Isabel de España».

Su obra ha aparecido en revistas literarias como Anuario del Mediodía de la Universidad de Sevilla, Ateneu de Malgrat de Mar (Barcelona), El Pasajero (Galicia) o Isla de Siltolá (Sevilla).

En 2007 fue finalista del «Premio Adonáis» y del «Premio Loewe» en 2008.

Es autor del libro de poesía La memoria frágil, de la colección Abezetario de la Diputación de Cáceres y del libro de poemas Plaza de Toros, Anejo II de la Colección Siltolá de poesía, con ilustraciones de Pablo Pámpano Vaca.

Es miembro de la tertulia literaria Los Mercuriales.

Obra poética:
.La memoria frágil, Abezetario, Institución Cultural el Brocense, Diputación de Cáceres, 2009.
.Plaza de Toros, Ediciones Isla de Siltolá, Anejo nº 2. Con ilustraciones de Pablo Pámpano Vaca. Sevilla, 2010.
.Tablero de sueños, Ediciones Isla de Siltolá, 2011

OTROS TÍTULOS:
.CÚPULAS Y CAPITELES, Ediciones de la Isla de Siltolá, 2011

WEB DEL AUTOR: http://lacolumnatoscana.blogspot.com/





DIANA

Elástica,
con el arco de plata y el carcaj
irisado de estrellas
disparas a la noche venatoria,
señora del abismo,
cazadora
de los ciervos azules de Orión.

A tus ojos,
velados por el frío de los astros,
se asoma
la redondez amarga de la luna.
Protectora
de las ciudades níveas del desierto
y las aguas dormidas y serenas
donde anida el alción.

Diosa blanca,
a tus rodillas baja
la túnica azafrán de las vestales,
tus sandalias de de viento están surcando
los espacios vacíos sin antorchas.
Desciende, ven, Diana
por el desfiladero hondo del silencio
eternamente casta.

A los pies de tu estatua suplicamos
la sustancia inmortal de tu blancura,
sal y escarcha.

(de Tríptico Pagano, en preparación)








EZRA POUND

Bajo el fulgor del hongo americano y el desangrado péndulo del Duce se asienta la jaula. La lluvia la traspasa, el viento la traspasa, el ciego sol, la sed y la fatiga. GUANTÁNAMO. Contra la reja hocican los focos reflectores de las barras y estrellas metodistas. La inteligencia lírica de un siglo –y de todos los siglos- aúlla como un cimarrón en la perrera. ¿Qué canto del infierno es este canto? Bajo el cielo de Italia, un paraíso pintado sobre el cielo del mundo, se yergue Ezra Pound de pie frente a los astros como un viejo campanil.

Y todos los nombres propios de la Historia acuden sin usura a colmar sus oídos extasiados.






Manfred von Richtoffen
[1892-1916]

"A lonely impulse of delight
Drove to this tumult in the clouds"
(Yeats, An Irish Airman Foresees His Death)

El clamor de las hélices dispersa
la bandada de ánades reales,
los hijos de la rosa de los vientos
-acrobacias de hierro, cruces negras-
cabalgan por el aire hacia el destino
sobre el campo de Francia en primavera
alegres y sin miedo, confiados.
Al paso de tan noble cetrería
este circo del aire reproduce
el errático vuelo de los pájaros.
Los que suben al cielo mueren jóvenes,
pero son inmortales en las nubes.
Tras la ráfaga azul de la metralla
eternamente vuela el Barón Rojo.






Chopin

(Balada No. 1 en Sol menor)

El piano es una góndola sin luna
que boga por canales de silencio
bajo las sombras mansas de la noche
y la belleza de Varsovia herida.

Los dedos de cristal sobre las aguas,
las estrellas mojadas por la música,
diez cisnes irisados de tristeza
y la blancura de París nevada.

Cuando la muerte ostenta por las calles
la diadema de plata de los daguerrotipos.








Puente de Carlos

Al caer de la tarde, por el Puente,
adonde todo es tránsito
-catedral suspendida entre Praga y el agua-,
hemos visto bajar una astrolabio
de bronce en la corriente.
¿De qué torre encantada y por quién fue arrojado
al Moldava de plata
para llorar la muerte del astrónomo?

La bruma de Bohemia borra, en tanto,
las góticas agujas, los castillos,
y Europa se disuelve, río abajo.







Écija
(Lorca)


Écija, Sevilla rota,
en una hondonada
sola.
¡Qué miedo pasar tus calles
fantasmagóricas!
Monstruos de cal superpuesta
en las esquinas
rondan.
¡Y qué miedo de tus torres
mitológicas!
Écija: Sevilla rota.








Último poema

Tomad si queréis de él:
es mi verso
y será desterrado
por vosotros,
y por todos los hombres,
al cieno del olvido.







Heilige Nacht

La puerta de la iglesia
era el ala de un ángel
que embozado anunciaba
en mitad de la nieve
y el silencio del mundo
la hora del cordero
sin trompeta ni espada.







España

Quijada de Caín, bárbara España,
astifina de odio. Un sol de insidia
descuartiza los mapas, la perfidia
flamea en el raíl de tu guadaña.

Te repudian tus hijos, madre extraña,
erial de iniquidad, corral de envidia,
en ti no hay redención, toro de lidia,
derriba, empuja, embiste hasta la entraña.

En paisajes levíticos levitan
tenebrosas, aéreas catedrales
y los campos iberos se marchitan:

Tierra roja, amarillos secarrales
donde los huesos de la tribu gritan
funerarias consignas radicales.



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