miércoles, 6 de julio de 2011
4085.- FERNANDO RUIZ GRANADOS
FERNANDO RUIZ GRANADOS (Ciudad de México, 1958). Poeta y narrador. Licenciado en Letras Españolas por la Universidad Veracruzana. Doctor en Literatura, Honoris Causa, por The World Academy of Arts and Culture, adscrita a la UNESCO por su destacada trayectoria literaria. Radica desde hace más de 40 años en Xalapa, Veracruz, México, donde ha realizado toda su formación y trabajo profesional.
Ha publicado en México, Colombia, Perú, Venezuela, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Brasil, Argentina, Chile, Costa Rica, Cuba, España, Francia, y los Estados Unidos. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, francés, polaco, portugués, italiano y árabe. Licenciado en Letras Españolas por la Universidad Veracruzana. Tesis académica sobre la poesía de Jorge Luis Borges.
“La poesía de Fernando Ruiz Granados tiene una clara genealogía -apunta Luis Alberto Ambroggio, poeta nacional de los Estados Unidos-. Se desprende de uno de los grandes veneros que dan origen a la poesía moderna: el de Mallarmé, poesía que tiene como centro al lenguaje, pregunta vuelta sobre sí misma. No obstante, su discurso poético encuentra su naturaleza en una simbiosis con la poesía oriental, con la que entrevera su recorrido por el paisaje del mundo y sus signos. Poesía emblemática en la que se configura su mitología personal. Hay en sus libros una clara conciencia escritural, noción de la alteridad pero que se sustenta siempre en la esencialidad poética. Bitácora de viaje donde el mundo y sus signos constituyen su rosa náutica, orientación del poema y su sentido
OBRA PUBLICADA:
° El ritual del buitre. Col. Ficción, Universidad Veracruzana, 1986. (Traducido al francés). (Tesis de la Universidad de Toulouse, Francia).
° El árbol sagrado. Col. Luna Hiena, Universidad Veracruzana, 1987.
° Le rituel du vautour. Col. L´Harmattan, Ediciones Noel Blandin, París, 1991.
° Poemas de Brindisi. Fondo Editorial Tierra Adentro, Conaculta, 1992. (Premio nacional e internacional).
° Jardín de Piedra. Col. Los Cincuenta, Conaculta, 1996. (Traducido al francés). (Premio internacional).
° Desierto. Col. Literatura, Secretaría de Educación y Cultura, 1998. (Traducido al francés).
° Devoción del colibrí. Col. Callejón del diamante, IVEC, 1998.
° Mundo en resurrección. Col. El Ala del Tigre, UNAM, 1999.
º Adarga. Instituto Coahuilense de Cultura, 2005. (Premio Nacional).
º Poemas de Brindisi. Nueva Serie de Tierra Adentro del CONACULTA, México, 2006. (Premio nacional e internacional).
º De árboles y pájaros. Colección Práctica Mortal, CONACULTA, México, 2007. (Premio internacional).
° Jardín de piedra. (Premio Internacional de Poesía “Macedonio Palomino” 2009).
PREMIOS NACIONALES:
° Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde”, 1990. (Presidente del Jurado Alí Chumacero).
º Premio Nacional de Cuento “Creando Historias para Niños”, ISSSTE, 1996.
° Premio Nacional de Poesía “Enriqueta Ochoa” 2003. (Presidente del Jurado Víctor Sandoval)
º Premio Nacional de Poesía “Jorge Cuesta, 2004. Otorgado por la Universidad de Xalapa y el Seminario de Cultura Mexicana. (Testigo de Honor Sergio Pitol).
º Premio Nacional de Cuento “Estación Central II”.
PREMIOS INTERNACIONALES:
° Premier Prix de Poesía –para escritores extranjeros- del Club de Poésie de Veyrier du-Lac de Francia,1990.
° Premio Latinoamericano de Poesía Plural, 1992. (Presidente del Jurado Homero Aridjis).
° Premio Internacional de Poesía “Salvador Díaz Mirón”, 2003. (Presidente del Jurado Hugo Gutiérrez Vega).
º Primera Mención de Honor del Primer Concurso Mundial de Poesía César Vallejo, Inglaterra, 2006.
º Finalista del Premio Internacional de Poesía de la Association Internationale La Porte des Poètes, 2007.
° Premio Internacional de Poesía “Macedonio Palomino” –para obra publicada en latinoamérica- 2009.
° Acsésit del XIII Concurso Internacional de Poesía La Porte des Pòetes en París, Francia. 2010.
E-mail: fernandoruizgranados@yahoo.com.mx
www.fernandoruizgranados.blogspot.com
Poemas de Fernando Ruiz Granados
ENSAYO DE UN ÁRBOL
Ensayar un árbol en el poema
Asentar su raíz en el fondo blanco
De la hoja
Sembrarlo a la plenitud del día
Ensayar un árbol en cada poema
Orientar sus ramas
Hacia los cuatro puntos cardinales
Al Norte la rama del sentido
La segunda al Sur el rumbo
Al que emigran todos los pájaros
La tercera hacia el Este
El territorio donde nace la luz
Y soplan los vientos del solsticio
La última rama hacia el Oeste
El punto hacia donde fluye todo esplendor
El sitio en el que crece la noche
Y se confunden todos los árboles
Los árboles del mundo y los de la palabra
JARDÍN
En este lugar fue construido un jardín
En este lugar la luz levantó sus bóvedas
En este lugar fue sembrado el árbol
Cuya forma une al cielo con la tierra
En este lugar brotó la primera fuente
En este lugar nació el río de cuatro brazos
Que se extiende por los cuatro rumbos de la tierra
En este lugar todas las semillas rindieron fruto
En este lugar empezó todo
En este lugar el hombre nombró todas las cosas
A los peces del mar
A las aves del cielo
A las bestias de la tierra
En este lugar la mano desprendió el fruto
Si descansas tu oído sobre la tierra
Alcanzarás a oír sus antiguos murmullos
Si descansas tu oído sobre la tierra
Escucharás el vuelo del primer pájaro
Si descansas tu oído sobre la tierra
Escucharás tus pasos
TAUBE
Esta paloma no conoce diluvios
No sabe de Arcas
Ni de altares de piedra y holocaustos
Esta paloma ignora el naufragio de la luz
La imposibilidad de la palabra
Los signos escritos y borrados por el viento
Los pasos perdidos de la arena
Sabe de los raudales de claridad del día
De las espumosas ondas del mar
Que dicen su nombre
Cuando sopla el aire fresco
De la lluvia que vacía las populosas plazas
De los portales semioscuros de la tarde
Esta paloma como el mundo
Surge de la penumbra
Del albor de sus alas
Amanecen las blancas ciudades del día
Han pasado siglos
Y no ha faltado tierra
Donde descansar su vuelo
AGUA DE PIEDRA
Todo quiere seguir siendo lo que es
El río que transcurre y que no cesa
El paciente viento que labra la montaña
La noche callada que no desgastará la eternidad
La mañana que madura como un fruto
El árbol que erige su antigua figura en los jardines
La desgastada arena de cuyo polvo se construye todo
El fuego dormido en la ceniza
La nube de oro que enciende la fragua del ocaso
La inscripción de piedra labrada por el poeta
Los territorios de sombra desgajados por el rayo
La nieve eterna que aguarda el despertar de la luz
La solitaria luna
El ojo del lobo que atisba la tiniebla
El sol que asciende desde la honda oscuridad
El paisaje que funda la mirada
El Universo entero que se hace y se deshace
El pájaro que escribe sus signos en la arena
Las letras que el viento escribe y borra
LA MANZANA
Desprender el fruto
La roja manzana del Paraíso
El perfecto fruto que pendió
De la rama más alta del jardín
Morderla
No para gustar de su sabor
Que contenta los sentidos
Probar del fruto para alcanzar
Su ardiente centro
Su ignorada esencia
Para vislumbrar el umbral del Comienzo
El corazón del fuego
Y volver al dulce calor
De la semilla
Para encontrar en lo minúsculo
La puerta al mundo
COLINDANCIAS
El balcón da al jardín de la palabra
A los senderos de piedra del silencio
A la fuente cristalina que se enciende
Por el sonoro canto de los pájaros
A la dulce y blanca savia de la higuera
A la sangre obscura de su fruto
Al ciervo sobre la nieve
A la flor temprana de la mañana
Al libro que espera como un secreto
A la herrumbre del otoño
A la luz vencida del ocaso
El balcón da al jardín de la palabra
Al árbol que crece dentro del árbol
Al fruto desconocido
Al árbol despierto
En la blanca noche del poema
ESCRIBIR UN POEMA
Para abrir una ventana en la ventana
Para mirar otro paisaje en el sitio aprendido
De la memoria
Tensar el Arco y la Flecha
Y apuntar el ave que escribe el firmamento
Descubrir que el viento
Intermitente
Nos hace eludir el blanco
Escribir un poema
Para que la flecha se hunda
En el tronco de un árbol
Y de esa herida brote una rama
Y de esa rama esplenda un fruto
LABRAR LA PIEDRA
El afán del viento es abrir hondamente
La montaña
Para que en su interior
Navegue un río
El afán del río es tallar la piedra
Desvastarla pulirla redondearla
Bruñirla en la superficie
De sus aguas
El afán del poema es labrar la piedra
Imitar en su tarea al viento
Que en su transcurso escribe
Letra a letra
Su minuciosa obra
Imitar en su decurso al río
Que dibuja secreto en la caverna
La escultura silícea
El instante calcáreo que dura siglos
FRONTERA
No cabe el mar en un poema
No cabe el mar en todos los versos
Del mundo y de su historia
No cabe la noche
No caben los raudales de luz del día
No cabe el paisaje de la mirada
No cabe un árbol en el poema
Una rama
Una hoja
Ningún fruto
No cabe una brizna de hierba
En ningún poema
Una gota de agua
El mínimo temblor del viento
CASA DEL VIENTO
Tout ce qui fair le bois, les rivieres ou láir
A place entre ces murs qui croient fermer una chambre
Jules Supervielle
Erigir una casa
Levantar sus altos muros
Para guarecerse del frío y de la lluvia
De la furia del viento y de la tempestad
Erigir una casa
Que tenga como techo el cielo
Donde habite la claridad del día
Donde la noche
Descanse su silencio
Erigir una casa
Que proyecte su sombra en la página
Para marcar el transcurso de las horas
Para mirar el ascenso y la caída de la luz
ARENA
Nada hay aquí que se hermane con la piedra
De los templos enclavados en la roca viva
Cuya edificación comenzaba -relata Herodoto-
El día diez del segundo mes egipcio
Cuando las sagradas aguas del Nilo lo inundaban todo
De las pirámides orientadas hacia los cuatro Puntos Cardinales
Que erigieron cien faraones durante tres mil años
Con los bloques monumentales de las canteras de Arabia
Y que transportaron innumerables hombres
Sobre las hirvientes arenas del desierto
De los altos accesos y dinteles
De las columnas de augusto mármol
De los pasillos bajos que rendían reverencia a los reyes
En el Valle de los Muertos
De las tres pesadas compuertas que velaban
El sueño eterno del Faraón cuya cabeza descansaba
Hacia el Norte de la Tierra
De las hermosas piedras de granito rosa-siena
De la arenisca roja de Heliópolis
De las puertas de acacia laminadas en bronce
En cuyos símbolos reales se auguraba la eternidad
De los siglos insondables hoy perdidos en el tiempo
Nada hay aquí que se hermane con la piedra
Sólo este puñado de blanca arena
Que un día –bajo el signo de Ra-
Dominara el mundo
RESTAURACIÓN
Soy el árbol de tu huerto
El árbol del invierno
Cuyas desnudas ramas
Tienen por fronda
El intermitente follaje
De las nubes
Soy el árbol de tu huerto
El árbol sin fruto
Que espera paciente
La estación propicia
El tiempo de la restauración
De todas las cosas
Soy el árbol de tu huerto
El árbol erguido sobre la tierra
Que aguardará paciente
Todas las tormentas
BITÁCORA DE VIAJE
He visto los barcos
Anclados en los muelles
Los ojos convulsos de los peces
Todo resplandor sobre las olas
He visto el árbol en el bosque
En el río detenida la corriente
En la tarde todos los ocasos
He visto en la noche
Ciudades encendidas
En la poesía el relámpago que dura
En el tiempo la palabra del silencio
SENDERO
No sigo el camino
De los antiguos
Busco lo que ellos buscaron
Entre las columnas rotas
Del pasado
Contemplo capiteles
Derrumbados
Tristes tumbas
Bajo la luz del día
Donde los pájaros
Acceden a la sombra
De otros soles
No sigo el camino
De los antiguos
Pero a cada paso
Me encuentro con sus rastros
Máscaras en el polvo
De la nada
Habrá acaso quien encuentre
La verdad del poema
Entre las piedras
EL ÁRBOL NECESITA A ALGUIEN
Que recoja sus hojas
Soy el viento
El viento necesita a alguien
Que aligere su fronda
Soy el invierno
La piedra necesita a alguien
Que edifique sus sueños de piedra
Escribo el poema
REZAR A UN DIOS
Al árbol
Que enciende
El cónclave de los pájaros
Rezar a un dios
A la diminuta gota de agua
Que sacude los océanos
Al vuelo de una mariposa
Que enciende ciclones
En los amplios continentes
Rezar a un dios
Al guijarro
Que sueña pirámides milenarias
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