lunes, 4 de julio de 2011

4078.- ALEJANDRA CRAULES


Alejandra Craules
Poeta mexicana (Puebla, 1976). Publicó Palabras fértiles, (Instituto Hidalguense de la Juventud y del Deporte, Pachuca, 2003) y en breve verá la luz Los laberintos. Su poesía es un desgarrado lamento ante la pérdida, una interrogación al mundo que observa el yo poética entre la inocencia y la brutalidad. El desconcierto vital vaga por una forma a veces quebrada y sígnica, y a veces casi narrativa. Los poemas que presentamos pertenecen a los libros Palabras Fértiles, Los laberintos y Amanecer sin sueño.





Calle

La calle llora otra vez
descalzo deshaces cadenas
de líquido amniótico

La calle sangra otra vez
sientes deslizarse sensaciones
deshiladas y deslavadas

La calle ríe otra vez
tu imitándola despejas sueños
en proceso de desencanto

La calle despierta otra vez 
ya no calzarás nunca mi cuerpo
solo permanecerás con la nuca en el suelo
los ojos semiabiertos
y la cordura en el viento


Afino emociones encordadas
aguda ira grave amor
no hay armonía entre las dos








Laberinto no. 5

Deshacer tu imagen

en el viento
volverte intangible
transparente
fugaz y lento
Descifrarás en tu tiempo
nuestros días ausente
nuestros pechos desiertos
Hasta el momento
en que te reinventes
y estés despierto










Laberinto no. 9

Transcurren las lunas sin viento de sueño
el tiempo es un espejo
en el que aún no duele mirarse
Por las manecitas del sol
escurre incandescente
tu imagen próxima a mi deseo
De pronto
el cosmos es abarcado por tus brazos
tu color moreno impacienta
las orbitas de mis neuronas
que colapsan revelando la ansiedad
Ansiedad que inicia en el cuello desnudo del día
bajando
y subiendo
por la espalda láctea
Todo se fusiona
emana de mi boca tu esencia
tu cadencia marca el desvarió
y en un murmullo delirante
pido no desvanecerte en este instante

Después la marea baja
el viento aun corre por las curvas del cielo
revolotean mis dedos en tu sueño
intentan espantar viejos conjuros
pronuncian en secreto al destino
permita por siempre mirar
al final de cada luna
mi cuerpo
conjugado con el tuyo









Laberinto no. 34

(desesperada suplica a un arcángel)

¡Miguel! arranca las espinas de mi nuca, cuando aun estaba deslumbrada por fatua luz, las clavo sin advertencia. Desciende de nuevo, ábreme con tu espada, deshace el mal y si es necesario extrae mis entrañas. Trepana mi mente para que así se acabe su recuerdo, con tus dedos saca mis ojos, ponlos en tu balanza. En el que pese más su imagen, escúpelo al suelo, que sea alimento de aves e insectos. El otro trágalo, pues si ya no voy a verlo ya no lo quiero. Miguel, perdimos. Envaina, ya envaina, no podemos luchar con él. Sus palabras, son más fuertes que tu espada.
No me incites a luchar, sabes que no regresará. Ya, baja la guardia…









Estos son mis gustos más enfermizos

Me gusta buscar en un ultrasonido
los rasgos de un rostro que no se distingue
Me gusta llevar a la tumba de mi hija juguetes y globos
y contarle cuentos mientras riego sus flores
Me gusta ir en sus cumpleaños a cantarle las mañanitas
Me gusta pensar en ella y hablarle a diario
creyendo que me escucha
Me gusta soñar que va creciendo
imaginar su primer paso su primer esfuerzo por articular “mamá”
Me gusta fantasear construyendo la imagen
de como sería a los diecisiete años
con el brillo de sus ojos verdegrisaseos
y su indiscutible parecido a mí
Me gusta que piensen que soy alegre
aunque mis sueños estén muertos
Me gusta disfrazarme de adolescente
para ocultar la prematura vejez que produce el dolor
Me gusta la cara de quien quiere fingir su asombro
al saber que mi nena me dejó
Periódicamente me gusta mirar su ropita
y tratar de encontrar su olor
ver su fe de bautizo y leer su nombre en voz lata
María de Jesús Craules Bretón
Me gusta llorar a solas para evitarle a los demás
la pena de consolarme
Me gusta enloquecer a diario
alucinar que fue un mal sueño
dando por cierto que no murió











Calor amarrado

a Eduardo Casar

Sólo atiendo la ruda apuesta que ganan los niños
Sólo acuso a la negra que mece pendiente la hamaca
Son susurros los hechos, los hechos de un son intocable
no perdura la duda no llama a la eterna amada
en un negro presente que libra a su alma en la nada.

Y si ya no mintiera con trivias al sol que agota
que el mundo postrado en trampas,
en un cuento soñara se eleva
por las tardes en un arco que encuentra
al perder un aviso otra vez.

Hallo la perla varada que sabe reproches y
fallece en el campo
sólo sabe la llaga cortada de sombras,
sólo saben los musgos
que habitan los suelos
de esta húmeda maleza.

Y en el ocaso augusto que ruta ha trazado mi vuelo
cuál, sin hablar, callaría
en la trama es la muerte de un genio que prueba
las fantasías del derroche.
Quedan quietos los pozos
queda el hueco del hambre,
queda en cada impávido dolor de la hebra el desvarió.

Ya no debo soñarte y no debo dormirte en la obra
y no debo pedir al que dota de tierra
por horror de apaciguar el clima de llanto
y cubrirse al instante.

Halla calor que permanece
amarrado en la selva.










Los hombres-número

Son exactos y son fríos
del 0 al 9 se combinan y se forman
pares o nones positivos o negativos
marcan la diferencia

Los números son masculinos
todo es contar y contar en razón
de una ciencia dura
exacta
que sólo acepta una margen de error
tan mínimo
que los anula en una ecuación donde
h = 0 que los vuelve a una respiración arrítmica matándolos como resultado por no entender
que la f (x) atribuida a las mujeres
tiene el mismo valor
que la f ( y ) de la que se jactan los hombres
ignorando que aun sin ser constituido por números complejos
lo femenino se puede igualar a ellos
por ser producto infinito

Los hombres-número
continuarán calculando
computando analizando
sin encontrar nunca
la cifra perfecta









Árbol muerto

Respiran las cosas
respira la noche
el aroma a jazmín
en que se ahogan mis pensamientos
El cielo suda incienso
que penetra
toda materia dispuesta a amar
Y el papel despierta
después de morir el árbol
y sabe a miedo
a miedo de perder
la tierra otra vez









Espectro

Fuego límpido
luz de invierno nórdico
silencio que arrastra pesadillas blancas
Dolor sin cuerpo
nausea deleitante
en la que se hunde la razón
Sudor frío
del incorpóreo ser que respira
en mi nuca
El temblor domina la alucinación
un instante para reconocer y recordar
aquel espectro recién nacido
que habla con zumbido electrizante
Pesa la inconsciencia
no hay paso
que indique la salida
ni una grieta por la que pueda escapar










Sopor mental

Muros concéntricos
miedo en expansión
convergen las pesadillas
El viejo
mi abuelo muerto
cierra los ojos y ve hacia dentro de mí
No puedo despertar
1quisiera que alguien de afuera me hablara
nadie lo hace
busco alcanzar la puerta
no hay picaporte
El cuerpo arde
el sopor alcanza mi mente
la luz como orgasmo duele
Amanece









Instrucciones para un árcangel

La espada se empuña con la mano izquierda
tres veces una reverencia ante Jesucristo
se corta el cielo con ella de derecha a izquierda
y se expulsa al diablo
de izquierda a derecha
nuevamente se cierra el cielo
para no dejar regresar al maligno
Con la empuñadura junto al corazón
se reza un padre nuestro
y se envaina la espada en le interior
Siempre hay que tomarla con la mano izquierda
para poder persignarse con la derecha
y luchar en el nombre de Dios





Sus ojos
sólo tres días para aprenderlos
para reconocer nuestro destino y luego perderlo
El secreto para saborear este
y todo encuentro con lo placentero
es saber que no es eterno




Lo agradable vive en un sueño de dos minutos y medio
Disfruto segundos razonados por saber en subconsciente
que sólo es un sueño
Desesperada por perderlo en un goteo
me atraganto del efímero sabor de unos ojos
que en cuanto despierte se
no volveré a verlos




De luna los sueños ocultos
de luna los rojos otoños
de luna los lunares de una niña de luna
que descalabrada en los mares de sus lunas
jugaba con el conejo de queso
Y de luna los lunares azules
de tres hermanos viejos
eran uno en el tiempo lunar
el que contó cuentos a la luna infante
el que le dio consejos para el primer eclipse
y el que perdió a la luna
que ya no era niña en el lado oscuro lunar
Ya los tres hermanos viejos
encanecidos por un rallo de luna
bajo su nieta luna por siempre dormirán
De luna las noches nauseabundas
por las mareas de la luna
De luna los lunares enormes
con su forma de luna creciente
sobre un charco de luna láctea
De luna las ilusiones
de luna los desencantos
de luna las cartas escritas
en el contorno de la noche lunar



http://librodenotas.com/lospoetas/5569/alejandra-craules







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