jueves, 28 de abril de 2011
3760.- IGNACIO GAGO
Ignacio Gago nació en Córdoba en 1981. Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de dicha ciudad.
Ha publicado la plaquette de poemas titulada Peligro de ignominia (La Bella Varsovia, 2004). Sus textos han aparecido en diversas antologías como Radio Varsovia (La Bella Varsovia, 2004); Poesía por venir (Renacimiento, 2004), Terreno fértil (Cangrejo pistolero, 2010) y Sais (La Bella Varsovia, 2010). Formó parte del grupo de poetas invitados a la segunda edición de “Cosmopoética” la semana del libro de 2005. El mes de septiembre de 2006 participó en la muestra de creación joven “Eutopía”, a cargo del Instituto Andaluz de la Juventud. Así mismo ha participado en proyectos como Córdoba 24 horas (Instituto Andaluz de la Juventud), y ha colaborado en revistas como Prima Littera (nº 16), Chichimeca (nº 5), o Cuadernos del minotauro, (nº 1 de la edición impresa). En la actualidad trabaja como profesor en el IES Nuestra Señora de la Estrella en Villa del Río (Córdoba).
En el negocio de las feromonas
los muchachos aprenden
amor sin protocolo en el lavabo.
Fabulemos: un bar de carretera.
Acercarte a la barra y pedir otra copa.
Con el gusto anudado
del whisky en la garganta,
supongamos también un cuerpo joven.
Allí,
bajo la luz de látex
y sus dudas,
terso y firme
enciende un cigarrillo.
Me olvidé de buscar en los bolsillos.
Esta reunión furtiva de dos cuerpos
pende sólo del hilo de una baba.
El hálito febril
ya no calienta, más bien
sufre el olvido de los desmemoriados.
Detrás de los cristales
la lluvia camicace
besa el polvo,
y tu respiración preciosa enseña
mecánica espiral de segundero.
El olor de la tierra es insomnio mojado.
(De Peligro de ignominia)
El sol en su crepúsculo
una tarde cualquiera del otoño pasado
Nos sorprende la noche conduciendo.
Ejércitos de olivos, uniformes,
iguales en la tierra.
Un disco original de Janis Joplin.
De repente llegamos sin saberlo
-carreteras, caminos, autopistas,
más allá de los cruces y glorietas-
a un cambio de sentido.
casi a oscuras
Es mágica esta luz que sobreviene.
Ha roto entre las nubes
del crepúsculo
para de nuevo ser en cada cosa.
Bandadas de estorninos la celebran.
Pero en la fiebre de su beso último
escribe sin remedio un epitafio:
es mágica la tarde que se apaga
con su golpe de luz
sobre nosotros.
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