Begoña Callejón (Almería, 1976). Tiene tres libros de poemas publicados hasta ahora: Suicidio de Libélulas (CELYA, Salamana,2006), Extraña Claridad (Devenir, Madrid, 2007), Caperucita en Sangre (El Gaviero, 2010). Su poesía desmenuza los límites entre la cordura y la locura. Con una poética cercana a Panero. La durezas de sus versos se contrapone abiertamente con la fragilidad de lo que expresa.
Leviatán. Cruza el muro entre los pequeños peces. Se tambalea. Orina sobre los pedestales. Hunde su mano en busca de algún atributo. Vuelan los ojos, los sueños. La ira se silencia. Deberíamos congelarnos junto al muro, así cuando pase podremos preguntarle a dónde va.
POEMAS DE EXTRAÑA CLARIDAD
El templo del silencio ha despertado. Una mujer grita, da golpes. Las enfermeras y auxiliares corren por el pasillo. La van a atar a la cama. Sigo paseando por el largo pasillo de baldosas rojas.
Aquí todos nos convertimos en insectos. Hurgamos con garras de metal. Vemos cientos de cuchillos de carnicero descansar sobre nuestras rodillas. Mira, en mis manos traigo mi casa.
LOS POEMAS DE SUICIDIOS DE LIBÉLULAS
Existencia de luz
Existo fuera de mí
mi existencia va más allá de un cuerpo
dentro soy la Diosa y fuera solamente libre.
Muñeca rota
Soy la muñeca muda
la que no tiene ojos sólo cuencas.
Quiero dejar mi boca en la repisa.
Volverme sorda.
Quiero descansar ahí, en el sofá.
Quiero arrugar cada uno de mis ojos.
La tristeza de nacer
He abierto los ojos y caído en el silencio
me he desplomado
tengo hambre
sed
mi cerebro busca palabras arrepentidas
pero yo no encuentro puertas abiertas
sólo tengo unos segundos para abandonar el desierto
¡salto!
desprotegida
el cordón umbilical se ha soltado
poco a poco me acerco hacia la muerte
está allí abajo, esperándome
está en el camino, en mi caída
y caigo, caigo otra vez
me pone unas alas y subimos a las estrellas.
Mañana volveré a nacer
¿te apuntas?
MIS DOS YOS
Esta noche he sentido que me desdoblaba
que partida en dos olvidaba palabras
que las ideas se volvían negras
y que una voz me acercaba a la tristeza.
Esta noche he sentido que moría
que una parte de mí viajaba al centro de los días
que el viento traía fantasmas y silencio.
Esta noche he vivido en el exilio.
DE CENICIENTA EN SANGRE
Editorial: El Gaviero Ediciones
SALTO ENCOGIDA COMO UNA RANA
No más dulces cambios. Soy la niña de seda azul que despierta, que respira, que explica con palabras la fornicación de los hombres en la noche triste.
Hay un pájaro muerto en mi garganta.
En la habitación
No puedo dormir. Me masturbo. Me masturbo otra vez. Qué asco. No sirve de nada. Estoy nerviosa. Conozco cada una de las esquinas de esta cama. He probado todas las posturas. Cojo un cuchillo y acaricio mis muñecas. Lo lanzo contra el cristal y se rompe al instante, el aire entra en la habitación. Un aire frío. Me fumo un cigarrillo. Hay trozos de cristal en mi pelo. Brujas, vosotras que habláis en la noche ¿puede una muchacha llorar hasta el amanecer? No encuentro unos labios inmóviles. Beso un astro apagado. Empujo la mecedora, siempre está en medio. Estoy de pie pensando qué hacer.
a) Acerco la vela a las cortinas.
b) Intento regresar a la cama.
c) Me desnudo y me acerco a la ventana.
d) Me voy a la calle e intento follar con alguien.
Cojo una copa de vino. La perfección está en el odio.
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