Es periodista del Semanario Voces del Frente, donde tiene una columna cultural, y corrector de estilo para distintos medios y editoriales. Coordina, junto al Profesor Fabián Severo, el Taller de Escritura El Rincón.
Su obra édita incluye cuatro libros: Detrás de la noche (Poesía, Ediciones de la Banda Oriental, 1992), Calles vacías (Poesía, Ediciones de la Banda Oriental, 1998), Adyacencias (Poesía, Ediciones de AEBU, 2002) y Un viejo octubre roto (Novela, Rumbo Editorial, 2007).
Ha formado parte de varias antologías y libros colectivos, y ha obtenido diversos premios, entre ellos el Primer Premio de Narrativa en el Concurso Municipal de Literatura de 2005.
Enlaces:
http://gustavoesmoris.blogspot.com/
http://laseleccionesafectivasuruguay.blogspot.com/2009/09/mencionado-por-paula-einoder-menciona.html
http://www.letralia.com/firmas/esmorisgustavo.htm
Dirección electrónica
gustavoesmoris@gmail.com
Octubre/ 2005
Dónde las frágiles treguas los tardíos andenes
qué sábado en la furia
metiéndose allí dentro con su noche
esta mano y el mundo
las luces invertidas del espejo
un prolongado octubre una mirada
todos mis amores
(Del libro colectivo “Voces en las manos”)
Una mujer de humo
una mujer desliza bajo mis párpados los sueños más perfectos
avanza respirando en busca de agua
combate con mis huesos
derrama sin nostalgia sus historias las vuelve un poco mías
esa mujer de humo
aferrada complaciente a la mañana
ata trozos de vida
me ve extraviarme brevemente por calles imposibles
de donde siempre vuelvo con un pan
entre sábanas blancas la imagino despierta
alimentándose de flores
meciendo a nuestro hijo
desplegando desnuda y sin tránsito su risa
(Del libro colectivo “Voces en las manos”)
Máscaras
Las máscaras se desprenden
caen provocando un sonido lúgubre
destrozan contra el piso su gesto indiferente
Todas parecen ser la última
pero siempre surge una más
a cada máscara
la sucede otra idéntica
y otra
y otra
hasta convencernos
–con su ciclo infernal–
de que nunca accederemos
al rostro oculto y verdadero
de la noche
(Del libro colectivo “Voces en las manos”)
Avenida al mar
Las hojas caídas se mezclan
con la risa de los niños
habrá que postergar
en todo caso
un incendio puntual
inevitable
las múltiples lecturas
y el bar que ya no existe
Como mudo temario
tres puntos suspensivos
no más
Junto a mi sed el mar sigue en su sitio
(Del libro “Adyacencias”)
Lo que vendrá
Un día se abrirán todas las puertas
los ojos de la gente
tu ventana
y ya no seré extranjero
aquí en mi patria
(Del libro “Adyacencias”)
Restantes formas
Sin tinta
ni papel
escribir sobre tu vientre un poema
tan efímero
como esta noche
una forma elíptica
inusual
de alcanzar a tiempo la carretera
su perspectiva perfecta
(Del libro “Calles vacías”)
Senda
El hombre de raza triste
que empuja este rostro
va quedando vacío de sueños
y en sus heridas
invisibles
se desangra una época
en qué momento me volveré prisionero
afiche de la derrota
o cuando
en cambio
terminaré
abandonando para siempre
el puntual paquete de culpas
a mi nombre
(Del libro “Calles vacías”)
Adán del Hombre Nuevo
Alzando sin más ritos
las últimas palabras
regresa desollado
piadoso hombre sin llanto
a la batalla
a tu noche de sol donde la Historia
no tiene vuelta atrás
En calles de otro tiempo
clandestino en el dibujo de mi brazo
allí te espero
(Publicado en Alcándara, Revista de Poesía, N° 3)
Andamios
Qué tenaz es la Tierra
cuando juega
sin tregua
cómo atrae a los hombres
que pueblan los andamios
(Publicado en Alcándara, Revista de Poesía, N° 3)
Tu poema
Este poema es tuyo
lleva tu nombre
podés tomarlo o devolverlo al remitente
Fue escrito con la electricidad
que desde el corazón baja hacia el codo
hasta desembarcar sobre un papel
Este poema habla del amor
de la distancia
de que sólo se vive unos minutos
habla de un rock que nos prometimos bailar
alguna vez
Este poema me recuerda
que la noche tiene tus manos
es triste y es alegre
es todo tuyo
para que hagas con él un puente
o mil incendios
(Inédito)
Palabras
Dijo:
Tuve un sueño.
Y lo mataron.
Dijo:
Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte.
Y lo mataron.
Dijo:
Cuando la historia no se puede escribir con la pluma,
debe escribirse con el fusil.
Y lo mataron.
Dijo:
En una revolución se triunfa o se muere, si es verdadera.
Y lo mataron.
Dijo:
Con los pobres de la Tierra, quiero yo mi suerte echar.
Y lo mataron.
Dijo:
Sólo bajaré mi arma cuando sucumba.
Y lo mataron.
Dijo:
Si tomáramos el poder, tendríamos la tarea de limpiarlo
Y lo mataron.
Dijo:
En una revolución se triunfa o se muere, si es verdadera.
Y lo mataron.
Dijo:
Con los pobres de la Tierra, quiero yo mi suerte echar.
Y lo mataron.
Dijo:
Sólo bajaré mi arma cuando sucumba.
Y lo mataron.
Dijo:
Si tomáramos el poder, tendríamos la tarea de limpiarlo
de burguesía.
Y lo mataron.
Dijo:
La Historia parece propiedad privada de los dueños
Y lo mataron.
Dijo:
La Historia parece propiedad privada de los dueños
de todas las otras cosas.
Y lo mataron.
Dijo:
Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo
Y lo mataron.
Dijo:
Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo
y no en el resultado.
Y lo mataron.
Dijo:
La hora perfecta de comer es, para el rico
Y lo mataron.
Dijo:
La hora perfecta de comer es, para el rico
cuando tiene ganas,
y para el pobre, cuando tiene qué.
Y lo mataron.
Dijo:
Nadie puede darte tu libertad. Si eres un hombre,
y para el pobre, cuando tiene qué.
Y lo mataron.
Dijo:
Nadie puede darte tu libertad. Si eres un hombre,
tómala.
Y lo mataron.
Dijo:
Tembláis más vosotros al pronunciar la sentencia
Y lo mataron.
Dijo:
Tembláis más vosotros al pronunciar la sentencia
que yo al recibirla.
Y lo mataron.
Dijo:
Como niño de pecho en brazos de su madre,
Y lo mataron.
Dijo:
Como niño de pecho en brazos de su madre,
así en mí está mi alma.
Y lo mataron.
Dijo:
Si nosotros calláramos, hablarían hasta las piedras.
Y lo mataron.
Dijo:
No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado.
Y lo mataron.
Dijo:
Como no me he preocupado de nacer,
Y lo mataron.
Dijo:
Si nosotros calláramos, hablarían hasta las piedras.
Y lo mataron.
Dijo:
No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado.
Y lo mataron.
Dijo:
Como no me he preocupado de nacer,
no me preocupo de morir.
Y lo mataron.
Dijo:
Se abrirán las grandes alamedas por donde pase
Y lo mataron.
Dijo:
Se abrirán las grandes alamedas por donde pase
el hombre libre.
Y lo mataron.
Dijo:
Con alegría vivo, combato y muero.
Y lo mataron.
Dijo:
Mis hijos tienen hambre.
Y lo mataron.
(Inédito)
Los poemas has sido seleccionados por Gustavo Esmoris
Y lo mataron.
Dijo:
Con alegría vivo, combato y muero.
Y lo mataron.
Dijo:
Mis hijos tienen hambre.
Y lo mataron.
(Inédito)
Los poemas has sido seleccionados por Gustavo Esmoris
para esta Antología
La poesía es tan eterna como el amor, la tristeza, la vida o la muerte.
ResponderEliminarSólo que, como todas esas cosas, se renueva y se adapta a nuestros cambios para ser siempre fresca.