miércoles, 9 de febrero de 2011

MARTA LÓPEZ-LUACES [2.974]


Marta López-Luaces

(La Coruña, España 1964) obtuvo su Ph.D. en 1999 por New York University. Desde 1998 enseña literatura española y latinoamericana en Montclair State University. Entre sus obras de crítica se encuentra Ese extraño territorio: La representación de la infancia en tres escritoras latinoamericanas (Sgo de Chile, Cuarto Propio, 2000), publicado luego en versión al inglés por Juan de la Cuesta Hispanic Monographs (Delaware, 2005). Actualmente trabaja en un nuevo libro de ensayo: La poesía y sus máscaras. En torno a la obra de Diego Jesús Jiménez, María Antonia Ortega, Raúl Zurita y Mercedes Roffé.

Ha publicado los siguientes libros de poesía: Distancia y destierros (Sgo. de Chile, Red Internacional del Libro, 1998), Las lenguas del viajero (Madrid, Huerga & Fierro, 2005) y la plaquette Memorias de un vacío (New York, Pen Press, 2002) Los arquitectos de lo imaginario (Pre-Textos, 2010) y Después de la oscuridad (Pre-Textos, 2016). Su novela, Los traductores del viento (Vaso Roto, 2013) fue galaordonada con el International Latino Book Award. La ciudad de Nueva York le otorgó la distinción de Speaker for the Humanities of NYC (2003-2005). 

Su poesía ha sido incluida en antologías de España, Latinoamérica, Estados Unidos, Italia y Rumania. En traducción al inglés, ha aparecido en revistas tales como The Literary Review y Mandorla. Una selección de su poesía en traducción al italiano fue publicada en forma de plaquette bajo el título Accento Magico (San Marco in Lamis, Edicioni Le Nuove Muse, 2002). En edición bilingüe español/rumano ha aparecido La vertiente del fuego /Pravalirea focului (Bucarest, Editura Academiei Internationale Orient-Occident, 2006).

Ha traducido al inglés poetas españoles para las revistas Terra Incognita, Hofstra Hispanic Review y Tamame, entre otras. Como traductora al español ha colaborado con revistas de Latinoamérica y España traduciendo poemas de Louise Glück, Robert Duncan, Leonard Schwartz, y Ann Lauterbach, entre otros. Para Pen Press, ha traducido asimismo una selección de la poeta canadiense Erín Moure. La editorial Bartleby publicará próximamente su traducción de los Selected Poems de Robert Duncan.

Es co-editora de Galerna: Revista de literatura internacional. La New York Foundation for the Arts le otorgó la distinción de Speaker for the Humanities of NYC (2003-05).


APORÍA

Crear
un idioma
con las sílabas de un gesto
y el acento de un cuerpo.

Descubrir
en los cruces
la narrativa
de un principio.

Borrar
fronteras
y en las nuevas geografías
de un deseo
encontrar
su caligrafía
del silencio.

Retornar
sin conocer
los caminos del origen.

Perderse
en la sabiduría del hereje
con el miedo del creyente.

Presentir
el ritmo del décimo canto

desde un idioma extranjero

y fallar.




DEL VERBO AMAR

Me leo con tu voz.

Me inscribiste como paisaje de despedida.
Dibujaste mi cuerpo como soledad
pronunciada con tu acento.

Tú eras todo lo que yo sabía del verbo amar

En tus versos mi imagen me da de mí tu ausencia
que alimenta tus entrañas con la impureza
de mi sangre.

Vuelve

Te ofrezco la yugular abierta
para que bebas de mi esencia
contaminada
para que tu escritura se nutra
de mi peste.

Tus palabras
servirán de vacuna
contra la lepra
que suda mi naturaleza.

Tú eres todo lo que sé del verbo amar

Bébeme, desángrame, vacíame.
Te ofrezco todas las muertes
que engendra mi deseo.


Tú, que pudiste salvarme
de mi distancia
de esta lejanía
que llevo como herida.

que pudiste salvarme...

pero miento,
siempre he mentido,
porque mi exilio
nació conmigo.



LAS PREGUNTAS DEL REGRESO

-¿Y luego?
-Y luego está el mar.

-¿Y más allá?
-Los Andrófagos, un pueblo aparte
y el desierto llamado Arovot

-¿Y después?
-El cielo abierto

-¿Y algo más?
Una raza de monstruos
y el sendero incierto del deseo

-¿Y eso es todo?
La curiosidad del suspenso
sin las claves del misterio

-¿Y nada más?
-Sí, el gozo
de las múltiples lenguas.



CERES Y PROSERPINA

El primer día de primavera
subió del Erebo.
Puso sus pasos en el olvido de los sueños
y volvió a luz.

Ya despojada de su género
regresa al verbo

de la madre
los ojos de la espera

Ceres, deténla
para que renacida del silencio
la palabra habitada
cree el universo
policromo de su cuerpo.

Y antes de que el río de la ausencia,
--camino pérfido al que siempre llega--
la posea,
reténla
en el umbral de tu mirada
y canta.



DIANA

En contra de su ser
la soledad en que cree.

Toda ella deshabitada
peste
que la nostalgia traduce en distancia.

Regresa a sus montañas
recobrada
de origen
y de abismo.

En su contra
la cólera que se propaga
por el linaje del alma.

Llega
erguida a su falta.




De: “Después de la oscuridad” – “Tierra” (Fragmentos)
Ed. Pre-Textos Poesía 2016


Tierra

En el principio existía aquel que es
la Palabra y la Palabra estaba con
Dios y es Dios.
Juan, 5

Llamas en el Verbo del vivir
visión del Kosmos,
como revelación del Logos encarnado en tierra
como impulso divino en el desierto

SED

Procedimiento irracional/un dios eterno
su nombre

RENUNCIA

El imperio del Sur reinaba en nuestras cabezas

no escuches a los adalides/a los heraldos
de los encantamientos/Casandra en la hoguera
de la armonía
quien funda la casta de la oscuridad
toma rehenes
a Prometeo-Atenea
preámbulo a la medida
de nuestro dolor

¿Se forjó un nuevo sueño-verdad?

─No temas. Estoy contigo

Huele a peste/a guerra/a cólera/a miseria
El Usurpador de los Sueños acecha

La oscuridad pemetra en lo más negro del alma
llama al cuerpo a beber la sangre de la eternidad

El Imperio del Sur reinaba sobre nuestras cabezas

No escuches a los falsos profetas
los habitantes de la armonía de un nuevo Kosmos que agoniza
arrojan los deshechos del sarmiento/profanan
las casas de los veedores
y nos convocan a la rebelión del cuerpo

Brumas/tinieblas/sombras/brujas/pestes/guerras
el placer en la tortura del cuerpo=gozo/éxtasis/flagelo de la
palabra/máscaras para engañar al Mal

Los sortilegios de la Oscuridad en los oídos
se fortalecen
para embellecerse ante su mirada

El usurpador no duerme

Sin sacrificio no hay ofrenda-cisma
del verbo=¿palabra muerta?/Quién el ejecutor Aquel que sea
el gran invocador hará oír su voz

HAMBRE

La oscuridad penetra en lo más hondo del alma
arranca la belleza del jardín
y deja tinieblas/negras oleadas de

El Usurpador de los sueños oscurece el sendero

reina sobre la tierra con frutos vanos
construye su templo y hace hogueras
con las alas de la noche
Nuestra morada se viste de luto
y somos nómadas sin albergue

¿La piedra de Heráclito se quiebra?

EL USURPADOR DE LOS SUEÑOS ACECHA

Han levantado un cerco
de veneno y escarnio

Caminábamos en las tinieblas

En

TU NOMBRE

se flagelará/se matará/se violará/se conquistará
una cruz en su violencia a la sombra del mundo
odio travestido de recogimiento

La verdad se transforma en una traición -Iscariote-
como redención de la palabra

─No temas. Estoy contigo



Después de la oscuridad, de Marta López Luaces 

Después de la oscuridad (Pre-Textos, 2016) es el último libro de la poeta, narradora y ensayista Marta López Luaces (A Coruña, 1964). Se trata de un largo poema dividido en cinco secciones: Agua, Tierra, Fuego, Aire y Quark, en las que la autora indaga en la relación entre la poesía, la filosofía y la ciencia, y poetiza sobre el papel del poeta en la sociedad a lo largo de historia, desde Grecia hasta el día de hoy. 
  
Marta López Luaces reside en Nueva York desde los dieciséis años. Allí realiza sus estudios, obtiene el doctorado en Filosofía y trabaja como profesora de literatura española e hispanoamericana en Montclair State University. 
  
Su obra, coherente y original, es fruto de esa confluencia de tradiciones, de ese vivir en dos mundos distintos, aunque, como ella misma dice, la escritura es su único mundo, el lugar donde verdaderamente se siente a gusto. 
  
En la narrativa y la poesía de Marta López Luaces late una búsqueda de lo trascendental, aquello que no puede expresar el lenguaje común. En sus versos aflora una cultura literaria asimilada, vivida desde dentro, en la que no faltan lecturas de obras científicas, filosóficas, o de la Cábala, la Biblia y el Corán. 
  
Después de la oscuridad se abre con la sección “Agua”, precedida de dos citas: el teorema de Pítágoras y Virgilio; porque en sus inicios, la poesía formaba parte de los grandes saberes: 
  
De la oscuridad procedimos 
de la razón y el sentimiento/ 
                                      hacia la palabra 
  
El poeta, inspirado por los dioses, revelaba otra realidad distinta y necesaria para el ser humano, la realidad que se crea en el lenguaje a través de la metáfora: 
  
El poema se crea para ser habitado 
La poesía, para ser vuelo del alma 
  
Marta López Luaces se sirve de las repeticiones propias de la oralidad. Se reiteran versos: “Y éramos gigantes jugando con los dioses”, y escuchamos a modo de estribillo cantado por un coro: 
  
Y porque había visiones/ había sueños/ había 
formas/ había sustancia/ había materia/ había 
elementos del poema como racimos de esplendor 
  
Pero siempre existe una amenaza: “El Usurpador de los Sueños acecha”; y hay voces que se silenciarán a lo largo de los siglos: “De Safo a Hipatia una historia se borra/ se asesina”. 
  
“Sócrates ha muerto”, leemos en el verso que cierra la primera parte, antes de adentrarnos en una nueva era: “Tierra”. Es la Edad Media, con el auge del cristianismo y de la Teología. Sin embargo, la poesía sigue ocupando un lugar privilegiado: “Desde los salmos de David hasta la escala de Jacob/ la poética como un nuevo acto/ como dispositivo del saber”. Pero “El Usurpador de los sueños oscurece el sendero”: 
  
En 
         TU NOMBRE 
  
se flagelará/se matará/se violará/ se conquistará 
una cruz en su violencia a la sombra del mundo 
odio travestido de recogimiento

Los poetas dejan de ser gigantes para convertirse en “prestidigitadores de los vientos/ soñando con el susurro de los pájaros volando/ hacia el alba”. El universo clásico ha caído y el infierno ha dejado de ser ese lugar mitológico “porque el infierno estaba en nosotros”. 
  
La tercera parte, “Fuego”, se inicia con una cita de Giordano Bruno y con el verso “Petrarca en Ventoux”, que rememora la experiencia del poeta cuando, según cuenta, el 26 de abril de 1336, sube al monte Ventoux para describir por primera vez el sentimiento estético ante la visión del paisaje. 
  
Ha llegado el Renacimiento y “se despliega el goce/ de las múltiples lenguas”. Se mira hacia el origen, se recorren “los caminos ya recorridos/ eso es lo Eterno”. Por un momento “El Usurpador retrocede” y el lenguaje poético recupera la esencia, la búsqueda de lo oculto, la iluminación: 
  
una ventana al universo-luz-cúspide del poema 
                elegido por una mano diestra –Góngora- 
necesidad vital 
                 hizo de lo oculto, lo visible 
                    pincel que en las altas cumbres del alma fue 
                                  único relucir que penetra en el secreto 
  
La Ilustración aparece en la cuarta parte, “Aire”. Es el siglo de Newton y Pope, la ciencia se desarrolla vertiginosamente y un ser humano no puede abarcar todos los conocimientos. 
  
Los saberes deben especializarse, pero en este empeño sobreviene el peligro de jerarquizarlos, de despreciar el humanismo o la ciencia, como si pudiéramos partir en dos al ser humano: “¿Desaparecerá lo eterno?”, “¿y si el yo solo se explica por lo Eterno?”, “¿sólo la ciencia es universal?”. ¿Cuál será entonces el papel de la poesía y del poeta? 
  
Pero aún éramos los grandes hechiceros del Tiempo 
Y soñábamos con el susurro de pájaros volando 
                                                                       ¿hacia dónde? 
                                                                       ¿hacia dónde? 
  
Dejamos atrás los cuatro elementos de los filósofos presocráticos para alcanzar el “Quark”, la partícula elemental que forma parte de protones y neutrones. Paradójicamente la palabra “quark” fue creada por James Joyce en uno de los juegos lingüísticos de Finnegans Wake; “quark” representaría el grito de las gaviotas. Leyendo esta novela, el físico estadounidense Murray Gell-Mann encontró en el “quark” de Joyce la ortografía perfecta para nombrar esta nueva partícula, que nunca aparece aislada:   
  
y ya no somos gigantes jugando con los dioses: 
sino protones + neutrones = tierra = quark 
  
Después de la oscuridad explora el papel del discurso poético hoy en día, un discurso que no pertenece a la esfera del poder, sino que vive en las fronteras de lo marginal. Desde allí, nos dice Marta López Luaces, el poeta puede expresar su voz crítica ante lo que sucede. “El Usurpador de los Sueños no duerme”,  y es cierto, pero 
  
Después de Auschwitz 
Celan balbucea 
el mejor poema del siglo 
  
Nuestro dios interior renace, surge una vez tras otra de las cenizas: 
  
Por qué esta manía de querer existir/ 
cantar/ ver/ soñar/ crear 
  
Y el poema, el vuelo del alma, el lugar donde habita la poesía, nos interroga: 
  
“¿Se puede hacer poesía después de Auschwitz, de 
la Guerra Civil, del Palacio de la Moneda, después 
de Armenia, de Bosnia de, de Siria…?” 
  
La oscuridad existe, y si nos adentramos en ella: 
  
En las tinieblas somos Lorca-Benjamin-Nemirovsky- 
Tsvetaeva-Celan-Sor Juana-Bruno-Hipatia 
                      en la hoguera 
  
A pesar de todo el poeta sigue ahí y el discurso poético continúa descubriéndonos viajes, deteniendo por un instante el tiempo e iluminando nuestro paso por este mundo: 
                  
Y somos Ulises camino a Ítaca 
Y somos Penélope tejiendo otro sueño 
como humildes testigos de los siglos



Algunas palabras sobre Después de la oscuridad (2016),

de Marta López Luaces


Cada vez que nos sumergimos en un libro de poesía se inicia un viaje que no sabemos qué nos deparará, si sensaciones indescriptibles, nuevas formas de expresión o tal vez distintas maneras de entender el universo. Es un misterio a priori, nada se sabe de lo que hallaremos en sus páginas, es una sensación de incertidumbre y anhelo al mismo tiempo. Nada importa más que el viaje iniciático, el zambullirse en sus aguas y navegar por ellas hasta la conclusión del periplo. Acostumbrados al tono plano de la poesía actual, se agradece la alternancia, la originalidad y la construcción de un discurso poético distinto, tanto en su sentido estético como ético que, sin ocultar los valores de la tradición clásica y asumiendo su verdad, es capaz de constituir una visión más abarcadora de la poesía. El mestizaje también en la poesía nos enriquece, como es el caso de “Después de la oscuridad”, de Marta López Luaces (A Coruña, 1964).

Una nueva manera de contemplar el cosmos, de relacionar ciencia y poesía es la propuesta de Marta López que, en un acto reflejo, nos lleva hasta la década de los años 90, cuando nace la corriente “Estética cuántica”, inaugurada por el escritor, poeta y ensayista Gregorio Morales (Granada, 1952-2015). Ciencia y arte, poesía y matemática, se complementan en esta proposición, que no es sino un recorrido por las edades del pensamiento humano, desde sus orígenes hasta nuestros días. Marta López se adentra en la oscuridad más absoluta del principio del todo en su afán por hallar la luz de la materia-palabra: «De la oscuridad procedimos / de la razón y el sentimiento/ hacia la palabra». Cinco partes componen este libro: Agua, Tierra, Fuego, Aire (los 4 elementos de la Naturaleza o estados de la materia) y Quark (partícula constituyente de la materia).

Así, lo que llama más la atención de este poemario es su original estructura, la tensión que logra establecer a través de las palabras y los silencios, de la reiteración de algunos versos como una letanía inagotable que marca la pauta o clave poética (“El Imperio del Sur reinaba sobre nuestras cabezas”, o, “Y porque hubo visiones/hubosueños/hubo formas/hubo/sustancia/hubo materia/hubo elementos del poema como racimos de esplendor”, o, “El Usurpador de los Sueños acecha”, que nos advierte del peligro continuo y constante en el que se halla la humanidad).

La primera parte del libro, “Agua”, contiene referencias continuas a la mitología, al pensamiento presocrático. Respecto al hecho poético sentencia: «El poema se crea para ser habitado / La poesía, para ser vuelo del alma», versos que se repetirán también hasta el final. La parte segunda, “Tierra”, introduce otras variantes respecto al discurso poético, apareciendo palabras que jugarán un papel fundamental no solo en sentido estético, sino también en el conceptual (SED, RENUNCIA, HAMBRE), en esa continua indagación de la existencia humana a través del pensamiento, que es una constante del anhelo por saber y que se concreta en preguntarse a sí misma aun a riesgo de no hallar respuesta: «Y entonces / ¿Quién dominará la tormenta? / ¿Quién amanecerá palabra?». El fuego constituye el objeto de reflexión de la tercera parte, siempre bajo la observancia de “El Usurpador de los sueños” en su acecho continuo y el sueño es “un susurro de pájaros volando hacia el ocaso”, y las preguntas volverán, sin embargo: «¿Dónde el equilibrio? / ¿Dónde la armonía? / ¿Dónde el tempo? / ¿Quién al timón de lo eterno? El camino no es determinado y la búsqueda del conocimiento persiste: Newton y Alexander Pope, física y poesía en fusión continua.

El aire marca la cuarta parte del libro: «Nace una nueva sensibilidad / en el placer del objeto/la ambigüedad de lo bello/ciencia y arte=espejo como armonía-dinámica-impulso en la excentricidad/». Nace otro orden, otro sistema, “Y ya el Imperio del Norte reina sobre nuestras cabezas”, para concluir nuevamente con las interrogantes: «Y soñábamos con pájaros volando ¿hacia dónde / ¿hacia dónde?». ¿El hombre frente o junto al cosmos? La poesía de Hölderlin y la existencia real del átomo de Boltzman en la creación misma del universo. ¿El Imperio del Sur o del Norte? El Usurpador de los sueños nunca duerme y así «ya no somos gigantes jugando con los dioses: / sino protones + neutrones=tierra=quark». Con “Quark” concluye Marta López este interesante y complejo poemario, tanto por su aportación de una nueva estética poética como por sus contenidos conceptuales y lingüísticos.

Caminar hacia la luz “Después de la oscuridad” en los versos de Marta López es un viaje inexcusable, vital, es «Como un nuevo íntimo rubor / del deseo-universo / contemplamos a los pájaros volando / hacia lo eterno».




LOS EXILIOS DE OLGA OROZCO

“Y otras veces me despierto en mi memoria
con el olor de los países donde nunca estuve”
(Olga Orozco)

A Olga Orozco y Alejandra Pizarnik



Olga,
el olfato te traiciona:
también a mí la sal de mar me llega
con un viento infectado.
¿Y sabes? Todos somos exiliados
de los países de la infancia.

En otoño
el amarillo reina
la impureza del cielo
contamina la lluvia y su brisa

En la lejanía del conjuro

descansa

los residentes del desarraigo
te escuchamos

Más allá de tus piedras
no te entregues
ni a tus dudas ni a tu muerte

en vuestra nueva morada
de la memoria
quiero pensar 
que con Alejandra a tu diestra
paseas
por los jardines infinitos
del recuerdo.







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