sábado, 26 de febrero de 2011
3165.- HUMBERTO ACCIARRESSI
Humberto Acciarressi (Argentina). Periodista, narrador y poeta. Es Editor de Cultura, del Suplemento de Música y del diario del fin de semana de La Razón (Grupo Clarín), de Buenos Aires. Autor de ciertos libros poco memorables y ocasionalmente antólogo. Fue columnista, director de suplementos culturales, editor, ensayista y reportero, en medios argentinos (La Razón, Clarín, Página 12, La Prensa, Noticias, Diario Popular, Crónica, Magazin Semanal, Actualidad en el Arte, Sur, Así, y varios etcéteras) y del extranjero. Fundó "El Espectador de la Cultura"; condujo el programa radial "El Arca de Papel"; investigó para el televisivo Edición Plus; fue editor periodístico del Diario Oficial de la Feria del Libro.
Estampas del ánimo
Andaba con el destino extraviado
Eran tan leves sus creencias
que el alma le pesaba toneladas
Era más memoria que futuro
y la oquedad y el desatino
le entretenían el presente
Estaba en el costado de la ruta,
donde la banquina presagia el abismo,
a una eternidad de las caricias
Se desdibujaba en la mirada de los otros,
perdía consistencia, se hacía sutil
Entre los autos había olor a cólera,
ardía el asfalto, subía el dolor
Y era tan permeable a esas tormentas
que el agua lo mojaba desde adentro.
(Del libro de poemas "Nosotros, sobrevivientes")
Prólogos y epitafios
Necesito un acto heroico
Quiero salirme sin gestos ni palabras,
en sueños y en ensueños,
me anhelo prólogo inconcluso
Quiero llegar a ese arrabal del alma,
esa orilla donde el dolor no duela,
donde no importe una mirada ausente,
el hielo en las palabras
Necesito un acto heroico
Quiero vivir y morir mi propia fiesta,
no imaginar ni siquiera el epitafio,
dejar al enemigo sin su presa,
dejarme a mí sin mi persona.
(Del libro de poemas "Aquella noche murió de una palabra")
El viejo de la plaza
Lo vi sentado esta mañana,
que pudo ser ayer
o la semana entrante,
allí entre los toboganes,
a casi un siglo de la calesita
Y se tanteaba el rostro,
los ríos de su cuerpo,
y su mirada iba detrás
de esa mujer que cruza
el parque en dos minutos,
con niño y pan a cuestas
Lo vi arbitrario y tierno,
casi final,
barrido por el viento,
sentado o muerto o vivo
Sólo más tarde
los pájaros y el cielo
me contarán su ausencia.
(Del libro de poemas "Nosotros, sobrevivientes")
"eran tan leves sus creencias que el alma le pesaba toneladas", hermoso y doloroso en estas épocas en que no creemos en casi nada.
ResponderEliminarUn abrazo