Vicente Muñoz Álvarez
Vicente Muñoz Álvarez (León, 1966) es un poeta, narrador y editor español. Además de una extensa obra poética y narrativa, ha coordinado distintos libros colectivos, antologías y festivales literarios. Edita desde 1996 el fanzine Vinalia Trippers.
Poesía
Canciones de la gran deriva. (Ateneo Obrero de Gijón, 1999/Origami, 2012)
38 Poemash. (Vinalia Bolsillo, 2000)
Privado. (Baile del Sol, 2005) ISBN 978-84-96225-65-7
Estación del frío. (Eds. del 4 de agosto, 2006) ISBN 978-84-934538-7-9
Parnaso en llamas. (Baile del sol, 2006) ISBN 978-84-96687-12-7
Animales perdidos (Baile del sol, 2012)
Días de Ruta (Ediciones Lupercalia, 2014), Gas.
Antología poética personal 1999-2016 (Ediciones Lupercalia, 2016)
Narrativa
Monstruos y Prodigios (Premio Letras Jóvenes de Castilla y León, 1995, Amargord Ed. 2007))
El pueblo oscuro. (Las palabras del pararrayos, 1996) ISBN 978-84-920963-5-0
Perro de la lluvia (Iralka, 1997) ISBN 978-84-96225-65-7
Buscando la luz. (Vinalia Bolsillo, 1998)
Los que vienen detrás. (DVD ediciones, 2002) ISBN 978-84-95007-66-7
El merodeador. (Baile del sol, 2007)
Marginales. (Eje Ediciones, 2008)
Mi vida en la penumbra (Eclipsados, 2008)
Regresiones (Lupercalia, 2015).
Ensayo
El tiempo de los asesinos (Iralka, 1998)
Cult Movies: Películas para llevarse al infierno (Eutelequia, 2011)
Cult Movies: Películas para la penumbra (Excodra, 2015)
Poemas pertenecientes a Parnaso en llamas,
ed. Baile del Sol, 2006
EROSIÓN
Lo que el tiempo está haciendo de mí
lo que pude haber logrado
el desengaño por lo que la vida representa.
De cómo algunas veces todo es
extremadamente triste
y sientes algo dentro que debes conjurar,
expulsarlo, un exorcismo mediante
el amor la droga o el suicidio.
Mis padres envejeciendo
y dejándose los huevos por mi causa
la inquietud la búsqueda y la combustión
el profundo malestar que abrasa dentro
la incapacidad de ser un hombre cuerdo
y asumir un rol con dignidad.
Mi vida, mi experiencia
y el sentimiento tan amargo
frente al tiempo
LOVE & SEEDS
contruimos
aquella casa
de juguete
sobre una
colina
con ramas
piedras pajas
&
dos semillas
dentro
deseando
intensamente
que
se hiciera real
se hiciera real
&
abrazados
frente al sol
de poniente
consagramos
juntos
el rito
nuestro amor
era un milagro
el ocaso
un sortilegio
aquel hogar
lo más bello
en la tierra
*
un sádico tío
era un auténtico sádico
las 2 de la mañana
yo salía del bar x
había tomado unas cervezas
bajando las escaleras de la calle j
se colocó detrás de mí
era rumano
me puso un cuchillo en la espalda
no te muevas hijoputa
o aquí mismo te mato dijo
no me mates por favor
no me mates supliqué
me codujo
hasta la rampa de un garaje
bajamos unos metros
me pidió la cartera se la di
me acuchilló en el muslo izquierdo
me llevé las manos a la herida
me volvió a pinchar con saña
alcanzó el pulmón derecho
me quedé allí tirado
logré llegar arriba
me llevaron al hospital
le pregunté al médico
si era grave
sí muy grave dijo
me hicieron un neumotorax
estuve ingresado 3 meses
casi no la cuento
casi no salgo de allí
un sádico tío
era un auténtico sádico
le pillaron días después
rumano un asesino
se ensañó conmigo
no me digas por qué
le di todo lo que llevaba
aún tiemblo al recordarlo
la rehabilitación va bien
me encuentro mejor
la noche ya no es para mí
tengo ahora miedo
*
una mujer
de unos 50 años
en la cola
de la estación
de autobuses
un domingo
por la tarde
en madrid
se vuelve
llorando
y me dice
qué mala es
la soledad
la soledad
y a continuación
mientras
la cola avanza
me cuenta
jadeando
su historia
aunque
no es la historia
(de por sí tremenda & triste)
lo que más
me impresiona
sino
la decadencia
que evoca
rodeada
de gente
en madrid
aislada
del mundo
metáfora de
animal perdido
*
parAna T,
princesa de las golosinas.
parArrate.
Entre función y función
el títere se guarda en una caja
con las paredes de terciopelo.
Lucas Rodríguez Luis
LOS QUE NOS VELAN
Muy a menudo todo en la vida
suele ser oscuro y triste,
insomnio depresión desolación,
salvo en contadas ocasiones,
cuando nos llega extrañamente
del cielo una iluminación
que recorre nuestra espalda
kundalini
e inunda de fuego nuestro estómago
los ojos la cabeza
un milagro antiguo en nuestras almas.
Quién no ha sido ángel
o santo alguna vez
quién no ha estado borracho
de vida y fuerza alguna vez ?
Esa explosión de luz
que anula la rutina
de sufrir la habitual
opacidad del corazón
esa efímera intuición
de los que velan por nosotros
desde las alturas.
DESPUÉS DE TANTOS AÑOS
Les vi después de tantos años
hablando de incesto y fin de raza
con ojos cansados de niños
que no quieren dormir
Leopoldo Michi y Juan Luis
Castrillo de las Piedras
y el presentimiento ya inequívoco
de la locura
que había en aquella casa
como un aura de ensueño
mientras ellos fumaban y bebían
conjurando a sus fantasmas
y entonando obscenos
mantras de inquietud
y allí estaban los tres
que presagiaban la demencia
de un futuro que al llegar aún fue peor
y yo les miraba o admiraba
y comprendía de sus lágrimas
que jugar a ser maldito
es tan hermoso y arriesgado
porque nadie hay capaz
de confundir al tiempo
sin curtirse luego en el olvido
y réquiem por los santos.
CORAZÓN DE LLUVIA
Uve murió una noche alcoholizado por la lluvia.
Uve pensó: por la boca muere el pez.
Y se ahogó bebiendo lluvia.
Pobre Uve tragalalluvia, Uve de traje oscuro,
que a nadie dijo adiós.
Se le veía siempre triste en su despacho,
con la gabardina chorreando
y el paraguas abierto en una esquina.
Decían que era un tipo extraño, Uve,
adusto solitario introvertido.
Que sus tripas sonaban como a lluvia
que miraba de soslayo
que al caminar dejaba charcos
que atraía siempre el temporal.
Pobre Uve de traje oscuro,
asomado a la ventana con su calva imán de lluvia.
¿ Qué no hubiera hecho por ver brillar el sol ?
Soñaba que se cortaba las venas
y su sangre era de lluvia
que su semen germinaba
en un monstruo de lluvia
que sus manos su nariz
y hasta su corazón eran de lluvia.
Pobre Uve tragalalluvia, de iris encharcados,
de ojos de musgo y de rocío.
Se fue como la espuma,
como el fracaso como el viento,
con su maletín negro de lluvia
y el secreto de su pena dentro
sin decir a nadie adiós.
Salió una noche de su casa
alzó la vista al cielo
y se ahogó bebiendo lluvia.
Buscando su destino
perdiéndose en las nubes.
sin ver brillar el sol.
COLA PARA GENOCIDIO.
Una poesía de Vicente Muñoz Álvarez
para un cuadro de Velpister.
ahí van
de la mano
como ovejas
para el matadero
en fila india
confundidos
desilusionados
ciegos
víctimas
del consumismo
del capitalismo
del desempleo
ahí van
como ovejas
de la mano
para el matadero
De su libro ANIMALES PERDIDOS
Editorial Baile del Sol
JARDÍN INTERIOR
En una terraza
de unos 2 metros
cuadrados
frente
a la autovía
macetas con
tomates pimientos
cilantro maría
las plantas
de mi nuevo jardín.
Nada que ver
con el anterior
exuberante
y frondoso.
Pero todas
las mañanas
al despertarnos
lo regamos juntos.
Y está
dando frutos.
ANIMALES PERDIDOS
No eran buenos tiempos.
Me acababa de separar de mi mujer
y había tenido que dejar mi casa en el campo
y alquilar un apartamento
en el extrarradio de la gran ciudad.
Escribía fumaba bebía
y de vez en cuando lloraba
al contemplar asomado a la ventana
la desolación del paisaje:
los bloques inhóspitos de hormigón en la niebla
el cansancio en los ojos de los transeúntes
y el tráfico ensordecedor de la gran avenida.
Por primera vez en 40 años
me encontraba solo en la tierra.
R, la vecina del 6º,
adoptaba animales perdidos.
Se había quedado viuda hacía 2 años
y recogía por la calle
perros vagabundos y enfermos.
Uno de ellos, N, carecía de extremidades
y estaba inmovilizado y ciego.
R le había construido
una especie de cuna acolchada
y le daba en ella de comer con los dedos.
Algunas noches N, agitado en sus sueños,
se caía de su lecho
e incapacitado para cualquier movimiento
aullaba desesperadamente
hasta que R se levantaba
y le volvía a colocar en la cesta.
Yo le escuchaba desde la soledad
de mi cuarto oscuro
y su aullido me desgarraba por dentro:
aquel sollozo infinito y lánguido y triste.
Tumbado en la cama,
incapaz de dormir,
fumaba un cigarro tras otro
y añoraba el norte perdido,
el calor y el rumbo perdido,
naufragando una y otra vez
en los mismos recuerdos.
No eran buenos tiempos:
nada me satisfacía llenaba
todo me estremecía
todo me hacía llorar.
Por primera vez en 40 años
me encontraba solo en la tierra.
Y me gustara o no,
tarde o temprano,
también solo debería reanudar el camino.
Poema del libro "Canciones de la gran deriva"
ZONA
Qué difícil
entender el mundo
tener la conciencia tranquila
cumplir con todo a tiempo
reciclarse estar al día
no desesperarse acobardarse
deprimirse abandonarse
no enfermar
qué fácil
desfallecer
arrojar la toalla
elegir mal el camino
qué pequeños somos
cuánto nos exigen
qué jodido nos lo ponen
y qué fácil es fallar.
Gas. Antología poética personal 1999-2016, de Vicente Muñoz Álvarez
"Gas", diecisiete años de la poesía de Vicente Muñoz, diecisiete años ardiendo por y para la literatura, diecisiete años de fuego de uno de los referentes de la poesía actual en España. Cada poema, una pequeña parte de esa combustión, algo que no se evapora sin más, algo que es necesario respirar y que revienta dentro, como un artefacto preciso, calculado hasta el último milímetro.
Pedro César Alcubilla
OFICIO
piénsatelo bien
antes de escoger
este oficio
llegado a cierto punto
no habrá ya
marcha atrás
pasarás todas
las fases
de una adicción
embriaguez
resaca
mono
penuria
y pagarás
a cambio de la escritura
un alto precio
doy fe
ahora
sigue
el camino
INFANCIA
lo que te contaron
no era verdad
lo que soñaste tampoco
de lo que te prometieron
ni hablar
esas
son las piezas
derribar
para construir
destruir
para edificar
UNFORGIVEN
ser
tú mismo
el mayor
de los crímenes
no
te lo perdonarán
OASIS
esa clarividencia
a veces
esos días
en los que todo pasa por encima de ti
como si nada realmente importara
en los que vives pero no juzgas
sientes pero no sufres
observas pero no piensas
en los que literalmente
todo te resbala
esa filosofía
La negatividad positiva,
reseña de GAS de Vicente Muñoz Álvarez
reseña de GAS de Vicente Muñoz Álvarez
La negatividad positiva, reseña de GAS, Vicente Muñoz Álvarez. Ediciones Lupercalia, 2016.
Por Pablo Malmierca
Escribir sobre veinte años de carrera reducidos a 271 páginas se traduce en una labor difícil, tan difícil como la del antólogo, es este caso el propio autor. Sin embargo, quien mejor que uno mismo para resumir cinco poemarios publicados y dos inéditos que su mano creadora.
Canciones de la gran deriva, Privado, Parnaso en llamas, Animales perdidos y Días de ruta, marcan el camino poético de uno de los grandes poetas subterráneos de las últimas décadas. Vicente Muñoz Álvarez ha conseguido crear una línea narrativa que convierte a GAS, no en una mera selección de textos, más bien podemos hablar de un título diferente en su trayectoria literaria. GAS ofrece su propia visión de las cosas, se lee como un texto unitario, donde el autor muestra su evolución personal y poética. Pues eso es la poesía de Vicente Muñoz Álvarez: una visión introspectiva del mundo que le rodea, que conforme avanza en el libro se va depurando en lo personal y lo formal.
Para quienes no conozcan con anterioridad su obra, GAS despliega una línea cronológica y narrativa, desde el punto de vista existencial, muy clara. Vicente nos guía por su rico y dicotómico mundo, como el lazarillo que acompaña al ciego, en un paseo literario por su poesía tan rico como sugerente, donde la premisa “escribir es quemarse vivo” nos acompaña hasta el final.
Canciones de la gran deriva (1999-2012) es el retrato de un momento, de un lugar, de una persona, predomina la poesía de carácter narrativo y el análisis social. Antes calificaba la poesía de Vicente Muñoz de dicotómica, el mundo, la sociedad analizada es a la vez interior y exterior, introspección y extroversión a partes iguales. Estos dos mundos, este microcosmos y a la vez macrocosmos personal se dan la mano en el poema central “En el puerto”.
Estamos ante una voz poética dominada por la nausea de existir, que encuentra la belleza en lugares donde otros poetas nunca la buscarían, en un fotograma de Nekromantic 2, film necrófilo donde los haya.
Esta voz tiende hacia la sencillez formal, voz despojada que calificaría de metafísica en muchos momentos.
Articulados los distintos libros como parte de un todo, Canciones aparece marcado por el paso del tiempo y el peso que el presente y el pasado pueden tener sobre el futuro, cómo las opciones vitales no pueden llenar el vacío existencial del poeta.
En línea con esta obsesión por el tiempo o la memoria como losas absolutas del presente se abre la segunda parte de GAS, que corresponde al poemario Privado. Se nos invita recogiendo al viejo tópico del Carpe Diem a vivir el presente desde la pluralidad de las vidas que nos quedan dentro. Pero el pasado siempre está ahí, desde la ironía con que se va la niñez, la realidad se convierte en un sueño y el poeta trata de huir del tiempo, del esplín que nos marca. Pero junto a este spleen, siempre introspectivo, vuelve la crítica y la denuncia social.
Fruto del enuii vital la voz poética siente cómo ha perdido el paraíso, como su tiempo ha sido expropiado y desde ahí solo hay un paso hacia la alienación por el trabajo, rechazada de plano.
En este punto aparece el cuerpo, primero como tumba del yo y cárcel interior. Después tras reflejar la deriva interior, tras días de tregua, el cuerpo se transforma en templo contra la agresión exterior, será la única vía de salvación.
Este viaje guiado hacía la poesía de Vicente Muñoz Álvarez tiene su siguiente parada en Parnaso en llamas (2006), el enuii, la sensación de vacío hace partir esta estación de sentimientos negativos como la insatisfacción, la soledad o el resentimiento hacia una búsqueda de la luz fuera de ese interior destrozado, una luz que al final del libro es ya ensoñación.
Hablamos de insatisfacción por lo que pudo ser y no fue, la soledad, los conflictos y el inevitable vacío. La espera se convierte en esperar y no encontrar. La soledad provocada por la obligación de ser todos igual provoca una evasión hacia lo profundo.
El camino del escritor no puede ser otro que crear, disentir y volar, construir su propio camino.
inicio a la vida desde la oscuridad
del miedo hacia la luz
Avanza GAS hacia su siguiente estación Animales perdidos (2012). La voz poética, fuertemente autobiográfica parte de su estado anterior: la soledad. Se rompe su mundo, la pareja, la ciudad se sustituye por el extrarradio.
Continuamos solos pero nunca ajenos al mundo, la denuncia social, la mujer sola en la gran urbe como paradigma de animal perdido.
En este punto aparecen los dos animales capitales: la oveja negra y el perro de lluvia. La literatura se convierte en oficio y salvación, los poemas son la tabla de salvación de nuestro naufragio personal
Frente a la soledad, la resistencia como forma de vida. La memoria erosiona, desgasta, cansa, es el hogar del engaño, lo único que nos queda es el poema. El yo se fragmenta, se rompe, aparecen el poeta y el vendedor como trasuntos del yo poético.
Ese pesimismo ahonda en el texto. Todos estamos muertos y pagamos la hipoteca de estar vivos. Aunque no todo es negativo, como he dicho el poema es salvación al igual que el amor hacia el otro, dar y recibir. Llegamos así al paradigma de la libertad, dos perros vagabundos viviendo en pareja en el bosque, ajenos al mundo.
GAS como poemario unitario tiende a despojarse de todo lo accesoria, en lo formal y en el contenido:
la budeidad
del bosque
de piedra
Y así,
las palabras
son semillas
que germinan
como flores
carnívoras
en el subconsciente
Si es la palabra la que nos salva, Días de ruta (2014) se convierte en la apuesta suicida por la literatura. Vivimos sin libertad, domina la ley del más fuerte, la herencia nos determina. La solución es escribir poesía o perderse en el mundo, no existen más opciones.
Es este el punto donde los opuestos cobran todo su significado, Vicente como vendedor vive en un mundo de soledad, melancolía, frustración, donde convergen ideas recurrentes: el suicidio, la servidumbre o el miedo. Un camino equivocado donde todo se convierte en pura teleología, importa el fin, la meta. Y es ese fin el que le lleva al fondo, al final de ese otro, y en ese momento nace su verdadero oficio, su adicción, la escritura que se transforma en embriaguez y su correspondiente resaca, en penuria.
Se convierte en Días de ruta la escritura en biorritmo vital del autor, el uso de contrarios nos sumerge en sus altibajos. Frente al vendedor, el poeta recicla la mugre de la sociedad, loes poetas son los perros de lluvia: marginados, iluminados, auténticos.
Hablábamos al principio de que escribir es quemarse vivo, en este libro el alma del hombre ya está ardiendo. La realidad nos ancla al suelo y el sueño nos hace alzar el vuelo.
Podríamos resumir la voz poética de Vicente Muñoz Álvarez con una dicotomía: la negatividad positiva. Todo se reduce a un juego de máscaras donde la rutina del otro, del vendedor, se diluye en la identidad que proporciona la poesía. Llegamos así al gran axioma que marca transversalmente GAS, “Yo es otro”, y es la noche la que aporta paz y tranquilidad al poeta.
Hasta aquí la primera gran parte de GAS que funciona como un todo, un camino introspectivo, de búsqueda continua, para llegar al puerto que marca Lobos de mar. La voz poética ha pasado de vivir en una gran deriva a ser un experto marinero.
El destino aparece marcado por la palabra, piedras que unidas dan destino a la poesía. Estamos ante un libro mucho más experiencial que el resto, la realidad es mentira y nuestra obligación es construirla de nuevo, una realidad habitada por hombres lobo-cordero. El comienzo de lo nuevo siempre es la pérdida, lo nuevo que no sabemos buscar. Todo es cambiante a nuestro alrededor, no hay nada inmutable, incluso el amor. El pasado se presenta como nostalgia, lo que permanece es la tristeza que queda en el corazón. Esa relatividad hace que el yo sea la única tabla de salvación frente al mundo, un yo que en su interior es una marea cambiante y en el exterior el mayor crimen para los demás. Debemos tener la libertad de elegir, de ser. Al final no somos más que pantalla de nuestra vida, perdemos la capacidad de ser actores. Todos nuestros actos son una mera distracción para olvidarnos de la muerte.
El éxito y el fracaso siempre van de la mano y oscilan, el tópico del Fortuna imperatix mundi en todo su esplendor.
La poética de Vicente puede resumirse en dos versos de este poemario:
…te has desnudado
y vaciado sobre el papel
La conclusión del poeta no puede ser más clara, el amor es la salvación del hombre, lo demás ceniza. Quedan algunos amigos, amores, poetas, algunos lobos de mar.
Finaliza GAS con Libro de haikus. Recopila todos los temas que obsesionan a Vicente Muñoz Álvarez: dualidad, paso del tiempo, amor, mundo, muerte…
Se produce la decantación absoluta de su poesía, proceso iniciado en el principio de la antología. La antítesis como figura central que recorre toda la producción de Vicente Muñoz Álvarez, que nos hace oscilar entre la realidad y el deseo, la vida y la literatura. Pues eso es GAS, nada más y nada menos que se diría, vida y literatura en estado puro.GAS
https://pagmalmierca.wordpress.com/2016/10/29/la-negatividad-positiva-resena-de-gas-de-vicente-munoz-alvarez/
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