César Ángeles Loayza
(Piura, Perú, 1961). Hizo la licenciatura en Literatura y Lingüística en la Universidad Católica del Perú (1990), así como un curso de especialización para docentes iberoamericanos con la Agencia de Cooperación Iberoamericana (AECI), en 1994. Trabaja en docencia y periodismo desde mediados de los 80. Ha publicado en La Última Cena (Lima, 1987): selección de poesía peruana actual, y dos libros individuales de poesía: El Sol a Rayas (Lima, 1989) y A Rojo (Barcelona-Lima, 1996). Asimismo, un libro con dos ensayos: Peligro: Rimbaud / Vallejo y el humor (Lima, 1998). En los últimos cinco años, ha sido catedrático en algunas instituciones universitarias en el Perú, como la Universidad Agraria de La Molina, y la Universidad Femenina (UNIFE). Actualmente se desempeña como docente contratado en la Universidad Los Ángeles de Chimbote (ULADECH), en la Escuela de Educación, donde tiene a su cargo cursos de lenguaje, comunicación y literatura. Se halla, preparando la publicación en España de un amplio volumen recopilatorio con sus ensayos, entrevistas, crónicas de viaje y artículos periodísticos que reúne su labor de 20 años en estos rubros. Asimismo, la publicación de otros dos libros de poesía y prosas cortas: Wandel y Sagrado Corazón.
Camarada Vallejo, estaba
pensando en vos esta mañana de enero
en que pasan caballos y
humanos heridos de todo por calles y plazas
estaba, adornado de cristales lanceolados
incrustados en mi tórax desnudo estaba
sentando en ti en vos en vuesa partícula
profana profana cama
rada Vallejo y vi gobiernos más andenes
derruidos
vi odres de vino más estiércol
totalmente derramados, licuantes y fluidos
por sobre muros ventanas
ilesas rosas
barcos de papel naos y
no oíste hablar de Pessoa sus dobleces
alejados y alejados
del bando de políticos que dejamos
tú y yo, heridos, humanos
hube de ver animales centenarios, César
para silbar en contra de los malos
hube de herirme de cárcel y país
todoroto todohueso todoanimal
cetáceo que me abrumas perorata vana,
balconazos
hube hubimos
de trizarnos en 2,000
y el rojo maíz de ofertorios paganos vino
y vino como lluvia
a matar
las hogueras de la trampa, los mil
millones
de balas y explosiones
con que fraguamos el epílogo,
la historia, el país
de donde venimos y de donde casi
por un descuido de la cresta
no salimos / pero ya salimos
camarada ígneo
remoto de la frente
y comba y comba
tu cabello
ébano y sonrisa tú
te fuiste a la francesa
no sé si sabes cómo cuánto
han ido tras tus pasos
doblegándote, invirtiéndote
y bagatelas y bagatelas
a ti la soga el palo y los difuntos
tardos
no voy ahora a hacerte amenas las visiones
ni las cámaras de tortura sus
aceites, agasajos y banquetes
no voy a poner tiovivos
ahí donde por siglos nos sangramos
tú ya fuiste y ya volviste
abufandado, ligero y joven
tú ya vienes de dos a cinco,
cuando los relojes hánse ido blancos
vienes a velocidad
a velocidad con la risa mural
con el aire, los pájaros ciclópeos
las historias, los senderos
el pan bajo el hombro,
tus moléculas, tus síes, tus nóes
vienes y acá estamos todounido
p a r a r e c i b i r t e
con rosas y venados
está pedro páramo la juana vásquez
pedro rojas los abismos
los cañones los meandros
el agua inmensa de la selva y sus océanos
estamos todos de todo
y para siempre nunca
ya sabes sin palabras, camarada
que de pie y en flujo están los niños
y al fin y sin preguntas nos
pertenecen el mar las montañas y
los pájaros en trino
de rojas barajas
y un azul intenso como
el alma que nos diste
para ganar para ser felices
sin que falte nadie sin que falte nada
Añil Claridad
ORACIÓN POR ABRAHAM VALDELOMAR
Amado hermano,
tú que quitas el pecado del mundo
que estás sentado a la diestra
y siniestra
del padre y el Amauta
no nos dejes trajeados de mentira
en esta herida tierra
de pallares y catetos
Líbranos de todo bien menor
y si es verdad como sabemos
que al navegar con desnudos
pies
sobre el oce ano de una ciudad corrupta
venciste
haz que tu ombligo sea estrella
y que Baco alumbre nuestros
viernes santos
para no echar tierra ajena
a tu memoria
Sabes bien estando arriba
como estás
que en Palacios se Conciertan
traficantes de culebra
a quienes tú y tu palabra
dejaron mortalmente heridos en el Jirón
¡Desnudo Valdelomar!
¡Arráncate las últimas flores
y polifemo muestra nos
tu sexo erguido
para asaltar el cielo!
¡Tú que hablas bis a bis
con César Abraham y con
José María,
no nos dejes caer en la tentación
de olvidar tu alma!
¡Líbranos de ir sin cuerpo
sin lluvia
por la vida!
Y rodea con tu lengua
nuestras piernas
para andar erguidos sobre el mar
como hiciste mago en plena dictadura
antes que empezara la lucha final
¡Oh, joven poeta y eterno
que entre árboles nos miras,
tan en blanco y negro,
no veas sólo nuestras faltas!
Y en la cromática mañana
cuando cante para siempre el Carmelo
has de estar tú y José Carlos,
entre tantos,
sobre clásicas tumbas
de un viejo cementerio ya vencido
y abierto
Tú que quitas el afeite
y los perfumes baratos de esta
Ciudad en Rüinas,
líbranos de todo mal
y con húmeda piel,
mirada inmarcesible,
concédenos comer tu cuerpo,
beber tu sangre
Que sea esta poesía
la alianza nueva y eterna
en la que nos hemos de reencontrar
y que hagan esto en conmemoración tuya,
nuestra,
por los siglos de los siglos,
camarada,
Amén
(Condado de Lemos y Jerusalén, abril Qeer, 2004;by: César Ángeles L.)
hube hubimos
de trizarnos en 2,000
y el rojo maíz de ofertorios paganos vino
y vino como lluvia
a matar
las hogueras de la trampa, los mil
millones
de balas y explosiones
con que fraguamos el epílogo,
la historia, el país
de donde venimos y de donde casi
por un descuido de la cresta
no salimos / pero ya salimos
camarada ígneo
remoto de la frente
y comba y comba
tu cabello
ébano y sonrisa tú
te fuiste a la francesa
no sé si sabes cómo cuánto
han ido tras tus pasos
doblegándote, invirtiéndote
y bagatelas y bagatelas
a ti la soga el palo y los difuntos
tardos
no voy ahora a hacerte amenas las visiones
ni las cámaras de tortura sus
aceites, agasajos y banquetes
no voy a poner tiovivos
ahí donde por siglos nos sangramos
tú ya fuiste y ya volviste
abufandado, ligero y joven
tú ya vienes de dos a cinco,
cuando los relojes hánse ido blancos
vienes a velocidad
a velocidad con la risa mural
con el aire, los pájaros ciclópeos
las historias, los senderos
el pan bajo el hombro,
tus moléculas, tus síes, tus nóes
vienes y acá estamos todounido
p a r a r e c i b i r t e
con rosas y venados
está pedro páramo la juana vásquez
pedro rojas los abismos
los cañones los meandros
el agua inmensa de la selva y sus océanos
estamos todos de todo
y para siempre nunca
ya sabes sin palabras, camarada
que de pie y en flujo están los niños
y al fin y sin preguntas nos
pertenecen el mar las montañas y
los pájaros en trino
de rojas barajas
y un azul intenso como
el alma que nos diste
para ganar para ser felices
sin que falte nadie sin que falte nada
Añil Claridad
ORACIÓN POR ABRAHAM VALDELOMAR
Amado hermano,
tú que quitas el pecado del mundo
que estás sentado a la diestra
y siniestra
del padre y el Amauta
no nos dejes trajeados de mentira
en esta herida tierra
de pallares y catetos
Líbranos de todo bien menor
y si es verdad como sabemos
que al navegar con desnudos
pies
sobre el oce ano de una ciudad corrupta
venciste
haz que tu ombligo sea estrella
y que Baco alumbre nuestros
viernes santos
para no echar tierra ajena
a tu memoria
Sabes bien estando arriba
como estás
que en Palacios se Conciertan
traficantes de culebra
a quienes tú y tu palabra
dejaron mortalmente heridos en el Jirón
¡Desnudo Valdelomar!
¡Arráncate las últimas flores
y polifemo muestra nos
tu sexo erguido
para asaltar el cielo!
¡Tú que hablas bis a bis
con César Abraham y con
José María,
no nos dejes caer en la tentación
de olvidar tu alma!
¡Líbranos de ir sin cuerpo
sin lluvia
por la vida!
Y rodea con tu lengua
nuestras piernas
para andar erguidos sobre el mar
como hiciste mago en plena dictadura
antes que empezara la lucha final
¡Oh, joven poeta y eterno
que entre árboles nos miras,
tan en blanco y negro,
no veas sólo nuestras faltas!
Y en la cromática mañana
cuando cante para siempre el Carmelo
has de estar tú y José Carlos,
entre tantos,
sobre clásicas tumbas
de un viejo cementerio ya vencido
y abierto
Tú que quitas el afeite
y los perfumes baratos de esta
Ciudad en Rüinas,
líbranos de todo mal
y con húmeda piel,
mirada inmarcesible,
concédenos comer tu cuerpo,
beber tu sangre
Que sea esta poesía
la alianza nueva y eterna
en la que nos hemos de reencontrar
y que hagan esto en conmemoración tuya,
nuestra,
por los siglos de los siglos,
camarada,
Amén
(Condado de Lemos y Jerusalén, abril Qeer, 2004;by: César Ángeles L.)
La Guerra Y La Paz (incrustaciones En Una Pared)
y prohíbele juntar las piernas para siempre
la guerra y la paz
"o estás con dios o estás con el diablo”:
te dije que era mentira
pero ya mejor no te digo esto
encorvas tu tronco y sumerges la cabeza
en un hoyo
húmedo, el mar
(Buñuel tiene una escena con avestruz)
y el Papa pontifica / dice:
la paz os dejo,
pero la paz es piedra solitaria
donde orinan los burros o camellos
del desierto
esta paz no es nuestra
no tiene olor / ni sonido / y es una
caja de cuero
muda con folios amarillos:
¿Atahualpa no entendió a Valverde
o al revés?
¿Y de quién fue la paz
y de quién la guerra?
¿Who are you?
¿Atahualpa, and you?
¿Shit!
Sí, prohíbele (verano) juntar las piernas para siempre
que abra bien el ojo / y mire
el escenario en humo y sangre
decenas de individuos sucios y
tatuados
corriendo
huyendo
¿de Atahualpa o del otro?
el Cardenal en Lima
ansía la paz
pero la paz es hueso desabrido / que lamen multiplicados los perros
no juntes las piernas, amor
ábrelas / como el mar
hacia las certezas de hoy
porque el absoluto inexiste
aunque llores / por tocarlo o
pasarle tus perfectos labios temblorosos
mejor bésame y
estudia
la tensión dialéctica de
la piel
abriéndose / cerrándose
en palpitación cardial por ti
por tu belleza fuera de foco:
contornos entreverados como
el cotidiano
una ciudad nerviosa
como tu jadeo
un pito reventado como el tuyo
entre carros y
batallas como las nuestras nocturnas
y diurnahs
sangre derramada
en menstruación de trincheras expectantes
?"la neblina es una solapa super
ficie de orgasmo”
para nacer he nacido y
para nacer hay que morir
el viejo / orden pasa con sus cadáveres
sobre la proa
la neblina invade
Hitchcock menea la cabeza y dice:
?En el cine todo lo que quieras
pero nadie tiene derecho de quitar la vida a otro
Es la culpa / la paz
el Papa pontifica el
Cardenal reclama unión de los peruanos:
El Perú es un pueblo
que quiere paz
?"Ningún cilindro se llena
sin vaciarse”
¿y qué hay al centro de una rueda que gira?
sólo el centro
rubí en vértice
un alma magenta
nacido desnudo entre c a r r o c e r í a s i n c e n d i a d a s
la paz no existe sin la guerra ni el amor
amo la paz no la paz de la oveja
penetraré tus nalgas sólidas
/el mar erguido/
gritarás gritaré
El dominico Valverde solloza al infinito
sol sobre nuestro polvo
y la nave del viejo orden va
sin culpa con sus cadáveres arrastrados
dirás qué riiiiico!
sudaremos
el Imperio será nada
y los tarugos negarán
como aprendieron en el cole-
gio
sólo entonces el ajeno
rosedal
y húmedas espadas hibernando sobre rocas:
todo embarrado de belleza
Poeta En Mecedora
dos.
se nos puede
ir.
las piezas humanas
se
mueven
con pies milimétricos
en un día
negro.
la microscopía
es
riesgosa
porque
te puede trocar en
entomólogo
de puertas clausuradas y
los muchachos y muchachas
no
traspasarán tu opaco umbral
ni virarán sus
desnudas pantorrillas
hacia tu tímida cala-
vera
que mastica cultísimos
libros
en una mecedora amarilla
donde habi-
tas
cual beatle adocenado
mientras los claveles en cadenas
fueron reprimidos
al pie de las rojas / minas
y de los terrones acorazados.
un grito conchesumadre
debajo de los ferrocarriles del Poder que
con zanahorias y
preservativos
infla tu gélida cultura
esa misma Cultura
que yo
coleccioné en estantes para
compulsivamente cada día
bajármela como a patitos
en alocada kermesse
yo el analfabeto o
nosotros
los que te veíamos en tu ventana
paranoica
triturando manzanas en
nuestras manos
al intuirte
sabio, diplomático y
deslizando por las orinadas paredes
del guáter
la ideología que nunca te nutrió
pero que siempre
enarbolaste
como el calzón de tu mejor amante
aquélla que agonizó por
tu amor de a / uno
y tú que soñabas
solitario, culto y
cosmopo-
lita
que ella dexfallecía de love
for you entretusbra-
zos transparentes
entre tuslabios quedecían
p o e m a s
resquebrajados
cual espejo inú-
til ante el ramalazo
de (tu) trágico presente
a veces
cuando te he querido un poco
abracé tu cuerpo fantasmal
y aunque apretados
manteníanse
mis ojos
he visto sobre tu hombro ciudades
prósperas
en un país-vital
obreros a través de la plaza
ocupando palacio de gobierno
artistas y campesinos que arrancaban tubérculos a
la panza de la tierra
negros cholos y chinos curioseando en la
suite de
los hoteles de luxe
y poco
a poco
nuestra ciudad fue otra
ninguno de los hiperyos
que te acosaban
recorrían ya las calles
los viejos monumentos las
sonrisas
enganchadas a
la amargura y a la individualidad
cedieron territorio.
con los ojos / inmóviles
y
abrazado aún a tu mentira
vi un cielo contundente
una rápida / eclosión de
fogatas internas
como jamás la decrépita patria
a la que cada hora
ofrendabas estúpida pleitesía
imaginó. así
al final me quedé a b r a z a n d o e l a i r e
m a r
b o t e l l a s a b a n d o n a d a s
tranquilo y agresivo
descendí en mis contradicciones
desde tu cultísima ventana de
paño púrpura, cardenalicia, feudal
hacia un Perú en filo
un Perú magenta:
brillante, coral rojo
sobre los senos de Diana
EL ACORAZADO POTEMKIM SOMOS TODOS
Para mi padre, Eduardo Ángeles Figueroa,
navegante como yo.
“es un hombre fuerte” dijo de mi padre
el anestesiólogo
cuando con mis hermanos y mi madre
lo veíamos a distancia allí entubado
luego de su crisis de oxigenación más difícil
en una isla de r e c u p e r a c i ó n
en el blanco celeste difícil
hospital estatal fap
donde todo iba entre cuyes camellos elefantes y avestruces
de vez en cuando peces
una que otra estrella
y el sol terco a gotas
bajo la almohada de mi padre
en su cama ala 5
(5to piso 4 hijos una esposa)
mi padre después del ataque cerebral
que arremetió
sus 91 peones
como una reina loca sin corazón
un cruel trozo de iceberg
desprendido
para atacar
el buque insignia
de la Armada bolchevique
y yo allí en representación de todos los hijos del planeta
hijos orgánicos
hijos inorgánicos
al pie de esta batalla desigual
la vieja muerte con su bata
blanca sin mácula
un uniforme al fin
como cualquier otro
zarandeando de un extremo a otro
el barco la cama el avión la cuna
la nuca del postrado finalmente
y los corazones múltiples
de todos nosotros
que peleamos con él
jardín de flores erizadas
acuáticas
ante embates de la vieja muerte
bella y desdentada
humana y sangrienta
atlética y desfigurada
te vi muerte
en cada retrato humano
o máscara de cal
que sonreía o lloraba
mi padre también estuvo
en su navegación
difícil
(difícil país difícil papel difícil horizonte)
un día tan maltrecho
como el que más
en sala de cuidados intensivos
junto a un púber de 12 años
desnudo como Paris
al fin de la batalla
que una mano como iceberg
lo empujó al
vacío
sobre calaminas siempre rotas de un primer piso y no sé qué más escuché
y eran solo 2 allí
cama a cama
el niño bonito y mi anciano padre
sin saberse / unidos
por la puta muerte
una dama sin embargo
que tuvo siempre gusto por el mejor vestuario
y manejaba diestra sus cubiertos de hueso
una dama insaciable eso sí
desnuda como la que más
envolviéndote en piel de shushupe
sirena amazónica
imantada hacia el fondo oscuro
de inmensos ríos sin nombre
que se mezclan con el mar
horizonte dorado púrpura cadmio
silencio apenas roto
por loros guacamayos garzas
ayaymamas lechuzas
tucanes manshacos
sacha patos
y demás pajarería
en cada paso del tigre
que empuja árboles lianas
el hocico abierto
baba cayendo en hilachas
impunes
yo no estuve allí
pero me dijeron que en la selva de mi país
por esos días de mi padre y el Potemkim
la muerte mojó
con una joven reina de belleza
estrellada al amanecer en su moto
sangró
y se murió
descerebrada
y todas las lágrimas
de Loreto
no pudieron sanar sus pasos
sus sales luminosas
murió casi tan joven como nació
(Paris se salvó finalmente
sus ojos abiertos
la sonrisa confundida
y sus brazos hélices
de un viento inmisericorde)
aquí no se respeta ni la belleza
de una muchacha (19)
cuando cae la lluvia
cuando todo resbala
cuando nada en la selva suena
cuando nada en la selva suena
cuídate padre
un hombre fuerte
(si tiene razón el anestesiólogo
y todos los que te queremos
inclusive
los que no saben quién eres
allí entubado vendado
rodeado por tus ángeles
bolcheviques)
es un hombre fuerte
y eso lo sabían tus 8 hermanos
tu padre Víctor
tu madre Zoila
el completo callejón de Huaylas
donde anduvimos a caballo
en un poema anterior
(recuerdas?)
nos han dicho
que la audición es lo último que se lesiona
así que escucha este papel estas palabras mudas
escucha nuestro silencio conmovido
al lado tuyo
escucha sobre todo nuestro corazón
esa anticcua imagen para decirlo todo
o para decir nada
y nada entre las olas nocturnas
deste océano
que te reta en cada esquina
elévate con tu escuadra
impónle tu acero
tu cometa
la esencial
la del magenta en nuestros corazones
navega tu inocencia
y otra nave va ahora
rompiendo en trozos la grisura
cómo un barco
lleno de amor se estrella sin piedad
en una autopista perdida / km 60
costa sur de mi país
su sala de máquinas
reventada en pedazos
y aquí los doctores
solo llegaron para recoger
el corazón abierto (“infarto súbito” dijo alguien)
de mi primo Andrés
y ya la arena revoloteaba
en el aire
como si no hubiese pasado nada
pero había pasado todo / y seguía pasando nada
pero había pasado todo / y seguía pasando nada
salgo
como salí esa noche de marzo
del cuarto de r e c u p e r a c i ó n
donde estabas desnudo
respirando por fin otra vez
respirando
tan solamente respirando (¿ves?)
mis hermanos y mi madre sonreían
casi me tropiezo y caigo sobre ti
al besarte la frente
antes de salir
la bata los cables la vida
qué será
solo te digo sin decir
que mientras sonreías
todo estará bien
mientras sonrías
como siempre, o casi, supiste sonreír
y eso padre
lo saben tan bien (aunque callen)
el mar las montañas
los pájaros y javier heraud
que sobrevuelan tu navegación
todos lo saben en verdad
porque al nacer
somos el mismo llanto y grito largos
luego las sonrisas y los aplausos
siempre las sonrisas y los aplausos
recuerda eso
y ahora respira / simple mente res pi ra
co
mo
ha
go
yo
aho
ra
a tu lado
DEL LIBRO CANTOS A LA LUNA
(Inédito)
César Ángeles Loayza
III LOS PÁJAROS Y LA LUNA
Las aves dolmeches
tomaron de tu luz con sus picos
solitarios
y en graznido largo
tren de la muerte
atravesaron rombos y triángulos
que la sola presencia novia de la noche
hizo aparecer
Luna blanca,
luna bruja,
en 2 nalgas duras y perfectas
hallé tu nombre
tatuado en golpes cadenciales
Era ese cuerpo alaridos de placer
y gemía roto
y desamparado
al borde peligroso de mi oído,
o al centro de mis brazos
y mi pecho / que por vos
y tus cometas
late de amor armado
de erección constante
de semen al centro de blancas nalgas
derramado
VIII
De tu mano
aprendí a caminar
en 4 patas
por muelles de luz
que abrías en la noche
contemplaciones aparte
Por tu membrana
vibrante,
por tu voz bruja
ke me perdía la mirada
tú sabrás acaso
Luna blanca, mestiza,
satélite de ajo,
que este infinito poema de amor
empecé a escribirte
desde mi parto
Mi terrible llanto
fue madre el canto primero
sacrificio
que para ti dejé o dije
en altas piedras de los templos
Ahora que no queda ya
nadie por venir
nadie por dejar
une en tu vientre
mi sangre y mi llanto
y si no me ves más
parado de risa en urbana costa
(como en los buenos tiempos
sin nada que pagar)
no temas
que de acero son tus láccrimas
y conformas metales heridos, hirientes,
el océano
No temas Killa, Jonsu, Selene,
Venus, Mond, Ilargi
si cuando vuelvas tu hermoso rostro de pálida arena
no me hallas fiel sobre la orilla
escuchando
nada más y para siempre
los murmullos de tu paso
entre cortados vientos
Componte,
creatura de silencio,
si mil y mil veces
tuviste por todo despertar
mi ausencia
He visto al fin tu faz serena
y de pura calma
bajo tus blancos besos
hombre bueno
hombre muerto
en su canoa entre la paja
me he quedado
como todos
que de amor mueren
para ti se queda el puro corazón
el pukto corazón
y en la mañana
la rica chicha de maíz
más un cordel tendido
lleno de calzones
Luna llena,
blanca playa
maíz dorado
mirada silenciosa
que nada dice
IX VALLEJO CAMINA POR LA LUNA
Todo
Todo te estaba esperando
un hombre tendido
en el desierto
una rosa abriéndose
centro de boca curva perfecta
todo en ese pecho
que no se cansa de verte
emocionado
todo entre los ojos,
en mirada de gato
de libélula
de araña pobre que se estrella
ventanas cerradas
puertas cerradas
en el sombrero todo,
entre las cantinas
el polvo que no cesa
el tren que chilla
la mujer que mira y fuma
los astros
los planetas
las estrellas
el hombre, pregunta y pasa
Amplio bosque de pinos
donde contuve en haz de luz mi vida
Todo sin cesar
en la mañana te aguardaba
y ahora dicen
que no queda mano que comande la marea
que no resta agua solo polvo sobre polvo
lagartijas
huesos más jirones de ropa
sobre prado de espejismos
roto espejo infinito
donde caminar
no amor
no palabras
Ni bailes de la cintura
largamente por el río
Todo te estaba esperando
como a mí
pero ahora que llegaste
el cielo calla
el niño pregunta qué hora es
la mujer murmura
el hombre torna su cabeza
en escena de mares con burbujas
y todo se inclina
y todo se para
Para qué has venido, desamparada,
para qué sino por el ajeno canto de la tierra,
de sus bacilos, sus moléculas, sus partes olvidadas
X MARTÍN ADÁN ENTRE LOS LOCOS
Esto se ha roto una vez
y se ha vuelto a romper
Espejo de la infancia
recorrido incierto,
doblado paso de niño
que se rompe una pata
al doblar una esquina
al doblez de la página
al doblar esta vida
que se parte siempre en pedazos
de risa
y solo plumas y escamas
quedan en tu cara volando
No era que nada me gustase la soledad
o tus labios manzana
sino que de tanto cantar
se (me) iba el hilo
los muros de esta ciudad mojada
los trenes que no cesan
la luz, el foro, el pedal
Intensivas flores que temprano en la mañana
había
Únicamente mi perfil de gato
la campana Catalina
y yo que solo había soñado
tomarte de la mano
Todo continúa siempre ahí
y nada cambia sin poema
escritura rota, abandonada,
como yo
o esta patria, este pueblo
y sin embargo ahí
adherido
Era un hombre niño
que se puso serio
ke kantó a las piedras
a una torre, a una pierna elevada
Estás de pie
al centro de mi lengua
y en el universo entero de ronquidos
es la lluvia de cometas que te busca
el inmenso árbol del amor y la saliva
los animalitos los insectos
y siempre los peces
Pero, luna,
quebrada entre mi pecho
bajo esta sombra sideral que me persigue
no somos nada,
en tu metal me he mirado,
en tus arlequines secretos
Al final no existes
Blanco diluido en pelos de la noche
Retina rota
Página perdida
Termino como soy:
hombre solo que mira sin palabras
sus palabras
y sobre el agua que no cesa
mil rostros como el mío se van huyendo
mil ideas
mil deseos
La frente amplia, pómulos perfectos
y la risa de todos los niños y las niñas
en mi risa reunida
en ese lento transpirar que de siempre me conoces
*
BANDA SONORA DE ESTE LIBRO: Moonlight (sonata) - Beethoven -
POST.facio.
Terminé de escribir este libro hace algunos años. Se halla estructurado en tres partes tituladas ‘Kantos a la luna llena de kalzones’, ‘Mond dreht’ y ‘Selenita’ (que es un largo poema en homenaje al ‘Conde de lemos’, Abraham Valdelomar). Lo que aquí se selecciona y publica está en la citada primera parte. Este libro, como algunos otros, permanece aún inédito.
(oktubre 2016, costa sur del O.P.)
LOS AMANTES DEL ACANTILADO
César Ángeles L.
T E O R E M A
El taxi los deja al pie de un edifico de 4 pisos. Bajan. Él abre la puerta de vidrio y suben las escaleras. Ella va primero, delante. Él la mira mientras suben. Ella se da cuenta y le dice “sapo eres, ¿no?”. Sonríen. Llegan al 3er piso y, con otra llave, él abre la puerta de madera junto a una planta en maceta. Ya adentro, ella deja su bolso y se sienta en una silla, cerca de una ventana abierta, mientras él va a la cocina, abre una botella de algo y le invita una copa. Luego de un breve momento, ella le dice si ha echado algo en el aire.
Él: ¿En el aire?
Ella: Sí, has echado algo, ¿no? Me siento mareada.
Él: Cómo se te ocurre. No seas noica.
Ella: O al trago. En serio, dime, ¡qué le has echado al trago! –grita, con una media sonrisa nerviosa y algo sofocada–.
Él se asusta un poco. Piensa que ella se puede desmayar. “Qué loca”, piensa.
Él: No le he echado nada a nada, oye, relájate.
Ella se va calmando. Piensa muchas cosas a la vez, en rápidas imágenes. Le encanta y le da miedo estar por primera vez en casa de él. Loco este depa, lleno de fotos. Bebe otro sorbo de la copa, enciende un cigarro, y empiezan a conversar. Saben que todo sucederá rápido. Ella no debe volver muy tarde a casa. Vive con su madre y el esposo de su madre a quien llama papá. Poco a poco se van acercando mientras conversan. Hasta que se besan. Se arrojan sobre la amplia cama de una habitación, se enredan en abrazos y caricias, se quitan la ropa, él la acaricia con deseo y suavidad, continúan besándose mientras ella se sienta desnuda sobre él, y hacen el amor. Ella se mueve de arriba abajo, le gusta sentir cómo le acaricia la cintura, la espalda, las caderas, cómo caen sus besos llenándole la cara. “Más fuerte, mételo más fuerte. Así, así” –le susurra ella, como si alguien pudiese escuchar–. Hacen el amor por primera vez, y ella empieza a imaginar un barco que se hunde entre sus piernas desnudas. Imagina que navegan un río muy ancho. Flores y pájaros rozan toda su piel. Siente a un hombre distinto y una penetración que le gustan, y la hacen sudar. Todo está más caliente esa noche en ese cuarto en esa cama entre los 2.
Después de un rato, él la verá en silencio pensando en cosas que ella no sabe aún. Pensará, por ejemplo, en su belleza, en su piel suave y caliente, en sus gestos de arrechura, y le dirá que quiere verla y hablarle eternamente. A ella le gusta, sonríe en silencio, insegura, pensando si había algo en el aire, en la copa, o quizás entre los labios de él.
Más tarde se ponen sus ropas, se besan, salen, bajan las escaleras, caminan por la calle y juntos toman un taxi. Ella se queda medio dormida en el camino, sobre una pierna de él. El auto va por la costanera, las luces de los postes la hacen aparecer y desaparecer, como en una película francesa en blanco y negro, al lado del mar en plena lluvia. Van en el asiento trasero. Él ve un periódico abandonado por alguien. Mira la fecha: 12 de julio del 2012. La portada dice: “Los mayas pronosticaron el fin del mundo para diciembre de este año”. Él la contempla, le acaricia el rostro, le aparta unos cabellos que habían caído sobre su frente curvada. “Si se acabase el mundo ahora mismo ya no me importaría” –piensa–. Van juntos en silencio, soñando entre sí en una ciudad cualquiera de la costa occidental de américa del sur (O. Pacífico). Es de noche cuando esto sucede.
Durante el trayecto, en la radio del auto, suena una canción:
She's Leaving Home, The Beatles
[de “El mar de Mina” - marz 013 lima la p]
N O K T U R N O
Por amor a ti
nací otra vez
curado de todo lo que debía curar
vi lo que siempre vi
como si fuese la primera vez
me abracé a cada cuerpo
que necesitaba ser abrazado
para vivir
me uní al río
a sus algas misteriosas
que siempre vienen del fin del mundo
para caer entre quebradas y
cascadas
también hacia el fin del mundo
hasta mezclarse con
estrellas, con el polvo
dorado de los astros
Por amor a ti
me callé
bajo la tierra
me hundí
hasta morir todas mis muertes
para conocerte
Por amor
dejé de hacer lo que siempre hacía
/revolcándome perdido
del día hacia la noche/
para no cambiar tu calor natural
por el frío de calles orinadas
o planetas
tan solo recorridos en
perdida soledad
Para llegar a ti
adelgacé mi dolor
hasta casi evanescerlo
me convertí en aire tibio
por tu ventana cada noche
mientras dormías
en tu pecho desnudo
Para vivir
escribía en la arena olvidada
de los pueblos
tu nombre y las palabras
que tenía que decirte
como ahora te las estoy diciendo
debí marcharme lejos
para acercame más a ti
perder tu rostro
entre otros miles de rostros
hasta que nadie
ni el hielo del espejo
supiese decir quién era
Por amor a ti
me fui a morir muy lejos
en otros reinos bosques y provincias
corté cada parte de mi cuerpo
(mi cuerpo que nació conmigo)
hasta sangrar
y que la sangre viajase
libre en trenes barcos y carrozas
buscando con tu sangre unirse
Todo ese amor
lo que eres tú reunidamente
me hizo volver de los abismos
mudos
de la red de cementerios
que pueblan los países llamados países
vi la descomposición
incesante
en el alma de la gente
en sus lenguas a cada instante más vacías
de trazos temblorosos
gobernados por la nada
una vida sin muerte
una muerte sin muerte
Me uní a ti
como un niño como un hombre
se une al curvado universo
como un poema
se hunde entre la piel
o como un cuchillo
penetra en tu belleza
para quedarse parasiempre clavado
en el ojo en la lluvia
que día a día
golpea de amor y muerte
que da vida
tu corazón
[de “Al doblar la esquina” - set 013 lima la p]
*
NOTICIA: Estos dos poemas, inseguros como mi primer hablar, van para mis lectores de este annio que termina, por un gran 31 dic. y aún mejores días venideros. Integran el libro inédito Los amantes del acantilado (compuesto entre el año pasado y este, y está dividido en las dos secciones que se indican en paréntesis al final de cada texto respectivo). Como me suele pasar, es aún un libro solitario, caminando en busca de cómplice & lúdico editor. Mientras tanto son parte del aire, allí donde están nuestras más sinceras y hondas repuestas / abrazo, verano 013-014 / desde un inasible lugar del mundo / c.a.l.
POESÍA Y PROSA DEL LIBRO WANDEL
(Inédito)
César Ángeles Loayza
Primera Parte
(Inicio y algunos otros pasajes)
Ayer estuve
niño
y como ayer
lleno de colores todo el cuerpo
El sol en la sonrisa el
mar en la mirada
(esa mujer que años después
me decía al amanecer
hermosas palabras en los ojos)
Era un día verde
con pozo y
toboganes
con asientos de todos los colores
y largo árbol
que salía como brazo de la tierra
Ayer era ayer
y cantaba hasta los aplausos
era 25
y 2 y carnavales
el agua pegada a la ropa
las mujeres y las niñas
y la fiesta
y las bicicletas echando tierra y los
gritos cuando duraban tanto
la orquesta
los aviones los barcos
cargados de regalos
y mis padres subiéndome
al caballo de juguete
Era un día bueno
como hoy que sueño
viéndote venir de agua
entre las aguas
riendo con el pelo volado
desde el mar el rojo mar
como gustábamos decir
en esta muerte
Y era la colección de aves
prisioneras del primo Andrés
y las tierras asesinas
del tío mayor de la familia
el chocolate caliente el pavo
el triste caviar y Belén
Era ayer era feliz
el traje de fieltro no
se daba todavía
y las aves guaneras no
acampaban sobre el sol
ni hilaban tu sombra grande
El ayer de las puertas
el otro día de las ventanas
y el viento golpeando la madera
un cascabel sonando a solas
en el cuarto momentáneamente
abandonado
Un llanto / el grito –todos
los gritos
todo el orín y la mierda del planeta
para ese instante catártico
en que la madre había de
volver
como conjuro vegetal
y olas golpeando a lo lejos
las rocas / inmensas, negras
ignotas
Era el calor Era
ayer
el fuego
la risa que me daba
la vida / -esta vida!
Y ahora mira los azotes
mira la hilera de burros
en la montaña
Mira el hilo sin rumbo
los misterios aunados
mira los paquidermos cuando
pasan
y ese hombre que me
mira interrogado
y no cesa de mirar
Mírame aquí abatido
como rui señor
/tan joven/
mira esta boca
torcida de dolor
y esa arena que
se junta a tu sonrisa
llenando de misterios tu cabeza
tus besos equivocados
el alcohol de las noches
los adioses
los era bueno pero raro
los hasta pronto los
hasta nunca
mi mano extrema desplegándose
sobre acantilado de
tu vientre y tu desprecio
enamorada
infinitamente pequeña pero viva
y con todo revuelto
por dentro / como ayer
que era ser
como era como es
[…]
¿Dónde estás? ¿Dónde
estabas? Mi alma
aún respira la tierra fría
y húmeda que
ayer arrojaron al final de los murmullos
los sepultureros proletarios
del incendio, del azul océano
de tu mirada
No. Ya te fuiste
yéndote por la misma calle
de la primavera.
Te arrancaste
de la era.
Era. Era. Era.
Y gigantes retumbaron
para siempre ya en mis sienes.
Mi cuerpo de cascaj no
ha podido tenerte
solo alguien como vos se
ha podido travestir
de cuervos y cascadas
en la estrella de África revuelta
He visto la danza de esqueletos
sobre el hielo de las cimas,
en onzas de abandono ya trenzadas
y allí marcaron tus pasos
el simple andén de mi locura:
yo que tanto he mirado
tu frágil rostro de valles y marfiles,
línea de olores amados más venenosos girasoles
Puede verse
ahora que arriba, dromedario, el verano,
amplios territorios
de tigres y leopardos
en el frío sueño de la piedra
por violenta mano
puestos finalmente
después de los trabajos y el impredecible
curso de los vientos.
Con la soledad de los que no poseen
vencí tus silencios
lunares
y alcancé al fin tus espléndidos labios de vida
todoherido
casimuerto y mojado
enamorado.
Segunda Parte
(Algunos pasajes)
SVIDRIGÁILOV Y DUNYA
(escrito en el Mercado del Heno)
Luego que hubo caminado largas horas con el viejo gabán negro alrededor del agua, estaba ahora allí con los sueños y las ideas culminadas, el disparo en la cabeza y la obesidad como piedra sin luz al eje del lago. Y pájaros y viento entre los árboles, y la luz diciendo que todo continúa. Svidrigáilov muerto, Ofelia irracional entre flores blancas y humo de incienso, copas de vino quebradas en el camino. Svidrigáilov y la inmarcesible faz de Dunya, eterna, un horizonte azul, la sonrisa ancha, el ceño despejado y los senos blancos de Moscú. Era invierno; un hombre amaba a una mujer, y fueron las lianas, el ciclón de medusas sobre los ojos, y el pueblo desde lo alto de un campanario. Era invierno en los corazones como cuando al margen de la literatura (el joven Werther, por decir) depositaste gatos negros y hambrientos sobre mi pecho de claveles y orquídeas. Svidrigáilov, viejo beodo olvidable, aquí Rodión Románovich Raskólnikov arroja arena sobre tu lomo derrotado; ayer oriné a solas en este bosque y sentí compasión por ti, cancerbero humano, liebre o tigres desatados. Duermo en este lago, mi mano en la orilla, tú en su ajustado ombligo. Este poderoso amanecer es sereno como caravana de insectos en el rojo ángulo de mi camino verde.
HISTORIA DE AMOR
Sonríe, mira largamente sus ojos, está enamorada, cada gesto suyo le emociona, cada músculo, cada leve movimiento del cuerpo le suscita a ella intensa alegría y placer. Cierra sus ojos, siente su olor, la brisa que mueve el sonido de sus palabras inigualable. Expande sus brazos hacia su cuerpo, sabe exactamente que allí lo ha de encontrar. Dos cuerpos abrazados entre la multitud que puebla las calles de Lima. El cielo arriba, abajo, arriba otra vez; y ella siente que camina sobre olas del mar, recónditamente suya. Iglesias están medio vacías (vacas las campanas); varios mendigos y mujeres serranas con sus niños y latas de monedas a medio caer, como siempre. Y ella ahora está en un bosque, aves rojas descienden sobre su cara, sobre su alma. La gente en los negocios o frente a las vitrinas habla de precios, asuntos importados y formas varias de hacerle trampa hacerle trampa al gobierno, los impuestos, la frontera y demás. Y su mano desciende a la de ella. Es la muchacha más feliz, imagina un mundo compartida una antigua canción sonando persistentemente sobre camposantos, haciendo andar a los muertos; Vallejo, el amor, la lluvia, la inocencia hecha conciencia, las cosas ciertas, y ella le da un beso largo. Yo aquí, desde este solitario promontorio, los veo sin paquetes ni encomienda ni nada; sigo con la vista a la pareja confundida de noche entre la gente, un punto apenas; me acaricio los vellos y me siento a pensar sobre una peña enorme, debo cortar mis uñas, están largas; inhalo humo, alguien quema yerba seca alrededor; la luna; mi frente blanca. ¿Cuántos dientes caben en una boca? Estos los míos aumentaron de tamaño, no puedo hablar como antes hablaba. Acá no llega ningún ruido urbano, solo voces ausentes de los elementos. Recuesto mi cuerpo encorvado en otra peña, e invadido de amor por ti empiezo a dormir solitario y solitario. Iba a arañar la arena para estampar mi nombre, y no lo recuerdo, ni el tuyo ni el de nadie. Me acuclillo; el punto ya no está, solo luces que se prenden y se acaban.
HABITACION No 14
Al fin, ya nadie cree en ti, nadie te ve, nadie te señala, al fin, hasta hace muy poco eras el ejemplo del barrio, de tu familia, eras el enamorado ejemplar, el trabajador eficiente, el joven que siempre lleva buenas notas para la firma orgullosa de sus padres, y el cura sonreía, y la monja sonreía, y todos-(te)-sonreían porque eras la rosa más hermosa del pantano, el ñandú, el cigón, el buitre condecorado, la osamenta de cupido, del dios P., y finalmente, ahora mira cómo han llegado tus canos pasos, a tus 25, cómo han llegado al extremo metálico del muelle bajo la luna y sus esponjas, has llegado más muerto que vivo y no ningún olcese para golpearte la boca del estómago, y ahí sin embargo con el viento te has doblado, las luciérnagas en los faroles continuaban, continuaban en su pura rotación, qué tenías que decir ahora, seguro nada, todos te odian, te ignoran, ayer tu familia olvidó tu nombre, en la esquina han impedido tu camino, no hay más fotos tuyas colgadas en paredes o en bragas de tus amantes, nadie en la cocina ha guardado para ti pedazo de pan y leche caliente, nadie, nadie ha venido a rodearte en un abrazo, y tú ya sabías que esto tenía que ser así, lo sabías desde que supiste que no sabías / no podías amar ni a ti ni a nadie, es mejor así, más vale solo que mal acompañado, y cómo duelen las grietas de los muros cuando pasas por ellos tus dedos, cómo duelen las gotas de la lluvia cuando vas y vas solo con largo abrigo azul, cómo duele, arriba, abajo, acá allá, estás solo y por primera vez crees que puedes ser feliz, nadie espera nada de ti, convencidos de que eres un fiasco, que se equivocaron, que parecías pero no, te han expulsado de todos los círculos, te han arrancado las últimas ropas, los últimos centavos, te han puesto en la calle y has llegado hasta aquí ¿qué ves abajo? Peces, mil peces, es como haber llegado a uno de los extremos más alejados del planeta y olvidado y olvidado puedes al fin respirar en calma, ya no deseas nada de nadie, ni nadie desea nada de ti, una luz, un sol, en eso piensas mientras te doblegas desde el estar de pie hasta el estar echado, arrojado, extendido, abatido, humillado, escupido, babeado, maldecido.
*
BANDA SONORA DE ESTE LIBRO: Disorder - Joy Division
POST.facio.
Terminé de escribir Wandel casi al final de mi larga estadía en Europa, viviendo entre España (Madrid, Barcelona) y Alemania (Berlín), y poco antes de volver a América Latina. En este sentido, es un libro que inevitablemente fusiona la experiencia de la migración a otras latitudes, con una lembranza y conexión con mi experiencia anterior, es decir, con mi infancia, y años de adolescencia y formación. De ahí también que, en algunos pocos momentos, haya referencias a lugares de aquella etapa, como a territorios andinos arrasados por terremotos y desprendimientos de los nevados (huaicos), como las ciudades de Yungay, Ranrahirca, o la laguna de Llanganuco, por ejemplo, de donde proviene mi familia paterna. Asimismo, la situación política de guerra interna vivida en el Perú, durante los años 80 y 90, ha llegado a entremezclarse, en mi memoria, con lo anterior.
De cualquier modo, todo lo dicho anteriormente se funde al interior del propio lenguaje poético, por lo que no cabe buscar un lenguaje referencial, sino más bien la transposición de la historia y la realidad que viví mediante la palabra poética.
En verdad, considerando una serie de circunstancias históricas y personales, en los años que van del presente siglo, casi ha sido cambiar un exilio por otro. Como dije, este libro se ha nutrido de mi experiencia vital, en mi país, y durante el viaje que realicé por Europa durante varios años; lo cual, por cierto, incluye amistades, lecturas, trabajos diversos y mutaciones varias.
Wandel está dividido en dos partes. La primera, inicialmente, eran varios poemas con diversos títulos y dimensión, que al final quedaron integrados en un solo largo poema (como un flujo, un grito, o prolongada interlocución). La segunda parte la constituyen prosas que son poesía, y que -es mi esperanza- guardan correspondencias con la primera parte: en tono, temática y trabajo verbal.
El nombre Wandel proviene del alemán, y se traduce como “transformación” (la mía y también las que promuevo en todo sentido). Borges acotó que “La metamorfosis”, de Kafka, se denomina Die Verwandlung en el original alemán, que él tradujo como “La transformación”, criticando la otra traducción con la que ha quedado nombrada esta magistral obra de Kafka. A pesar del tiempo transcurrido desde su concepción, este libro, como algunos otros, permanece aún inédito.
(oktubre 2016, costa sur del O.P.)
TRES POEMAS DE SAGRADO CORAZÓN
DE CÉSAR ÁNGELES LOAYZA
LOS BRAZOS DE MI PADRE
En los brazos de mi padre
aprendí a amar / si de amor se trata
caminaba o corría en su pecho
como en bosques corren las niñas
buscando al lobo feroz
entre sus brazos con sabor a pelos
de montaña
escuchando la honda voz de la quebrada
rumor del mar
y botes infinitos
donde las estrellas dormían
como liebres en mi paz
y no había entonces
palabra que no pudiera domar
ni soledad que me asustase
/fango, vidrios quebrados, arenas movedizas,
rosas carnívoras/
todo eso fue el centro
de mi padre
cuando yo era aún más pequeñita
y cantaba feliz en la mañana
EL VIENTRE DE MI MADRE
El vientre de mi madre
era, claro, una casa / ¿ya lo dije?
donde alargaba cómodamente mis patitas
Sembrada como estuve en ese barro
crecía alerta a todo
ese líquido azulino fue la bóveda
que dividía mi presencia de la otra realidad
ese temblor ahora lo recuerdo
golpeaba mis mandíbulas nacientes
mis ojos ovalados en su noche
¿Qué hacía esa mujer inflada
esperando en esta costa
el barco sin tripulación que me trajera?
Madre, ¿qué fue de nosotras?
Tu amor no lo recuerdo,
solo el chirrido
y mis uñas rotas
pegadas a tu carne
¿Fuiste tú en verdad mi madre?
¿Aquella de la foto?
¿La que tomó a su recién nacida
en brazos
y dijo las palabras de bienvenida
a este mundo hórrido
con jardines, olas y arco iris sin embargo?
madre, madre:
¿qué demonios significa esta palabra?
A ver si acaban de una vez
empaquetan mi dolor y lo que sea necesario
y me envían lejos
donde mi odio no los pueda exterminar
-
y prohíbele juntar las piernas para siempre
la guerra y la paz
"o estás con dios o estás con el diablo”:
te dije que era mentira
pero ya mejor no te digo esto
encorvas tu tronco y sumerges la cabeza
en un hoyo
húmedo, el mar
(Buñuel tiene una escena con avestruz)
y el Papa pontifica / dice:
la paz os dejo,
pero la paz es piedra solitaria
donde orinan los burros o camellos
del desierto
esta paz no es nuestra
no tiene olor / ni sonido / y es una
caja de cuero
muda con folios amarillos:
¿Atahualpa no entendió a Valverde
o al revés?
¿Y de quién fue la paz
y de quién la guerra?
¿Who are you?
¿Atahualpa, and you?
¿Shit!
Sí, prohíbele (verano) juntar las piernas para siempre
que abra bien el ojo / y mire
el escenario en humo y sangre
decenas de individuos sucios y
tatuados
corriendo
huyendo
¿de Atahualpa o del otro?
el Cardenal en Lima
ansía la paz
pero la paz es hueso desabrido / que lamen multiplicados los perros
no juntes las piernas, amor
ábrelas / como el mar
hacia las certezas de hoy
porque el absoluto inexiste
aunque llores / por tocarlo o
pasarle tus perfectos labios temblorosos
mejor bésame y
estudia
la tensión dialéctica de
la piel
abriéndose / cerrándose
en palpitación cardial por ti
por tu belleza fuera de foco:
contornos entreverados como
el cotidiano
una ciudad nerviosa
como tu jadeo
un pito reventado como el tuyo
entre carros y
batallas como las nuestras nocturnas
y diurnahs
sangre derramada
en menstruación de trincheras expectantes
?"la neblina es una solapa super
ficie de orgasmo”
para nacer he nacido y
para nacer hay que morir
el viejo / orden pasa con sus cadáveres
sobre la proa
la neblina invade
Hitchcock menea la cabeza y dice:
?En el cine todo lo que quieras
pero nadie tiene derecho de quitar la vida a otro
Es la culpa / la paz
el Papa pontifica el
Cardenal reclama unión de los peruanos:
El Perú es un pueblo
que quiere paz
?"Ningún cilindro se llena
sin vaciarse”
¿y qué hay al centro de una rueda que gira?
sólo el centro
rubí en vértice
un alma magenta
nacido desnudo entre c a r r o c e r í a s i n c e n d i a d a s
la paz no existe sin la guerra ni el amor
amo la paz no la paz de la oveja
penetraré tus nalgas sólidas
/el mar erguido/
gritarás gritaré
El dominico Valverde solloza al infinito
sol sobre nuestro polvo
y la nave del viejo orden va
sin culpa con sus cadáveres arrastrados
dirás qué riiiiico!
sudaremos
el Imperio será nada
y los tarugos negarán
como aprendieron en el cole-
gio
sólo entonces el ajeno
rosedal
y húmedas espadas hibernando sobre rocas:
todo embarrado de belleza
Poeta En Mecedora
dos.
se nos puede
ir.
las piezas humanas
se
mueven
con pies milimétricos
en un día
negro.
la microscopía
es
riesgosa
porque
te puede trocar en
entomólogo
de puertas clausuradas y
los muchachos y muchachas
no
traspasarán tu opaco umbral
ni virarán sus
desnudas pantorrillas
hacia tu tímida cala-
vera
que mastica cultísimos
libros
en una mecedora amarilla
donde habi-
tas
cual beatle adocenado
mientras los claveles en cadenas
fueron reprimidos
al pie de las rojas / minas
y de los terrones acorazados.
un grito conchesumadre
debajo de los ferrocarriles del Poder que
con zanahorias y
preservativos
infla tu gélida cultura
esa misma Cultura
que yo
coleccioné en estantes para
compulsivamente cada día
bajármela como a patitos
en alocada kermesse
yo el analfabeto o
nosotros
los que te veíamos en tu ventana
paranoica
triturando manzanas en
nuestras manos
al intuirte
sabio, diplomático y
deslizando por las orinadas paredes
del guáter
la ideología que nunca te nutrió
pero que siempre
enarbolaste
como el calzón de tu mejor amante
aquélla que agonizó por
tu amor de a / uno
y tú que soñabas
solitario, culto y
cosmopo-
lita
que ella dexfallecía de love
for you entretusbra-
zos transparentes
entre tuslabios quedecían
p o e m a s
resquebrajados
cual espejo inú-
til ante el ramalazo
de (tu) trágico presente
a veces
cuando te he querido un poco
abracé tu cuerpo fantasmal
y aunque apretados
manteníanse
mis ojos
he visto sobre tu hombro ciudades
prósperas
en un país-vital
obreros a través de la plaza
ocupando palacio de gobierno
artistas y campesinos que arrancaban tubérculos a
la panza de la tierra
negros cholos y chinos curioseando en la
suite de
los hoteles de luxe
y poco
a poco
nuestra ciudad fue otra
ninguno de los hiperyos
que te acosaban
recorrían ya las calles
los viejos monumentos las
sonrisas
enganchadas a
la amargura y a la individualidad
cedieron territorio.
con los ojos / inmóviles
y
abrazado aún a tu mentira
vi un cielo contundente
una rápida / eclosión de
fogatas internas
como jamás la decrépita patria
a la que cada hora
ofrendabas estúpida pleitesía
imaginó. así
al final me quedé a b r a z a n d o e l a i r e
m a r
b o t e l l a s a b a n d o n a d a s
tranquilo y agresivo
descendí en mis contradicciones
desde tu cultísima ventana de
paño púrpura, cardenalicia, feudal
hacia un Perú en filo
un Perú magenta:
brillante, coral rojo
sobre los senos de Diana
EL ACORAZADO POTEMKIM SOMOS TODOS
Para mi padre, Eduardo Ángeles Figueroa,
navegante como yo.
“es un hombre fuerte” dijo de mi padre
el anestesiólogo
cuando con mis hermanos y mi madre
lo veíamos a distancia allí entubado
luego de su crisis de oxigenación más difícil
en una isla de r e c u p e r a c i ó n
en el blanco celeste difícil
hospital estatal fap
donde todo iba entre cuyes camellos elefantes y avestruces
de vez en cuando peces
una que otra estrella
y el sol terco a gotas
bajo la almohada de mi padre
en su cama ala 5
(5to piso 4 hijos una esposa)
mi padre después del ataque cerebral
que arremetió
sus 91 peones
como una reina loca sin corazón
un cruel trozo de iceberg
desprendido
para atacar
el buque insignia
de la Armada bolchevique
y yo allí en representación de todos los hijos del planeta
hijos orgánicos
hijos inorgánicos
al pie de esta batalla desigual
la vieja muerte con su bata
blanca sin mácula
un uniforme al fin
como cualquier otro
zarandeando de un extremo a otro
el barco la cama el avión la cuna
la nuca del postrado finalmente
y los corazones múltiples
de todos nosotros
que peleamos con él
jardín de flores erizadas
acuáticas
ante embates de la vieja muerte
bella y desdentada
humana y sangrienta
atlética y desfigurada
te vi muerte
en cada retrato humano
o máscara de cal
que sonreía o lloraba
mi padre también estuvo
en su navegación
difícil
(difícil país difícil papel difícil horizonte)
un día tan maltrecho
como el que más
en sala de cuidados intensivos
junto a un púber de 12 años
desnudo como Paris
al fin de la batalla
que una mano como iceberg
lo empujó al
vacío
sobre calaminas siempre rotas de un primer piso y no sé qué más escuché
y eran solo 2 allí
cama a cama
el niño bonito y mi anciano padre
sin saberse / unidos
por la puta muerte
una dama sin embargo
que tuvo siempre gusto por el mejor vestuario
y manejaba diestra sus cubiertos de hueso
una dama insaciable eso sí
desnuda como la que más
envolviéndote en piel de shushupe
sirena amazónica
imantada hacia el fondo oscuro
de inmensos ríos sin nombre
que se mezclan con el mar
horizonte dorado púrpura cadmio
silencio apenas roto
por loros guacamayos garzas
ayaymamas lechuzas
tucanes manshacos
sacha patos
y demás pajarería
en cada paso del tigre
que empuja árboles lianas
el hocico abierto
baba cayendo en hilachas
impunes
yo no estuve allí
pero me dijeron que en la selva de mi país
por esos días de mi padre y el Potemkim
la muerte mojó
con una joven reina de belleza
estrellada al amanecer en su moto
sangró
y se murió
descerebrada
y todas las lágrimas
de Loreto
no pudieron sanar sus pasos
sus sales luminosas
murió casi tan joven como nació
(Paris se salvó finalmente
sus ojos abiertos
la sonrisa confundida
y sus brazos hélices
de un viento inmisericorde)
aquí no se respeta ni la belleza
de una muchacha (19)
cuando cae la lluvia
cuando todo resbala
cuando nada en la selva suena
cuando nada en la selva suena
cuídate padre
un hombre fuerte
(si tiene razón el anestesiólogo
y todos los que te queremos
inclusive
los que no saben quién eres
allí entubado vendado
rodeado por tus ángeles
bolcheviques)
es un hombre fuerte
y eso lo sabían tus 8 hermanos
tu padre Víctor
tu madre Zoila
el completo callejón de Huaylas
donde anduvimos a caballo
en un poema anterior
(recuerdas?)
nos han dicho
que la audición es lo último que se lesiona
así que escucha este papel estas palabras mudas
escucha nuestro silencio conmovido
al lado tuyo
escucha sobre todo nuestro corazón
esa anticcua imagen para decirlo todo
o para decir nada
y nada entre las olas nocturnas
deste océano
que te reta en cada esquina
elévate con tu escuadra
impónle tu acero
tu cometa
la esencial
la del magenta en nuestros corazones
navega tu inocencia
y otra nave va ahora
rompiendo en trozos la grisura
cómo un barco
lleno de amor se estrella sin piedad
en una autopista perdida / km 60
costa sur de mi país
su sala de máquinas
reventada en pedazos
y aquí los doctores
solo llegaron para recoger
el corazón abierto (“infarto súbito” dijo alguien)
de mi primo Andrés
y ya la arena revoloteaba
en el aire
como si no hubiese pasado nada
pero había pasado todo / y seguía pasando nada
pero había pasado todo / y seguía pasando nada
salgo
como salí esa noche de marzo
del cuarto de r e c u p e r a c i ó n
donde estabas desnudo
respirando por fin otra vez
respirando
tan solamente respirando (¿ves?)
mis hermanos y mi madre sonreían
casi me tropiezo y caigo sobre ti
al besarte la frente
antes de salir
la bata los cables la vida
qué será
solo te digo sin decir
que mientras sonreías
todo estará bien
mientras sonrías
como siempre, o casi, supiste sonreír
y eso padre
lo saben tan bien (aunque callen)
el mar las montañas
los pájaros y javier heraud
que sobrevuelan tu navegación
todos lo saben en verdad
porque al nacer
somos el mismo llanto y grito largos
luego las sonrisas y los aplausos
siempre las sonrisas y los aplausos
recuerda eso
y ahora respira / simple mente res pi ra
co
mo
ha
go
yo
aho
ra
a tu lado
2014-2015, AL BORDE
de diciembre, caen instantáneas en la mente. El filósofo de la velocidad, una vez más, trajinando rieles y vientos en dirección contraria. Entre tanto, se desenvuelven manifestaciones con rostros muy jóvenes de mi país, como dudé volver a ver. Sicuris y danzas tomando por asalto zonas céntricas, residenciales, elitistas: av. arequipa, av. javier prado, bloqueadas, taxistas y conductores insanos maldiciendo la protesta en calles y plazas. Que se jodan. He surcado cuadras y cuadras para estos gritos y estos cantos, para entroparme con ellos como un arguedas demolido por el paso del tiempo, licuado en estas voces y sonrisas que son rosas rojas que me miran cómplices, manifestándonos contra este país oficial hundido en su locura colonial, de este mundo aherrojado por áureas e invisibles cadenas del gran capital. Y en medio de todo, amigos al lado, o imágenes de quienes partieron para no volver durante los tiempos de la pólvora y la metralla. Eso mismo que nos lleva a escribir, pintar, componer. Y después dicen que aquellos años de la guerra fueron miedo y demolición nomás. Que sigan hablando. Mentiras de café y pupitres abandonados. Toda guerra es creación en la avenida urgente de la vida y su pacto secreto con la muerte. Todo se tensa y resuelve en microfísica de segundos. Esa fue nuestra educación sentimental y no me corro. Más allá de quienes pretendan negarla o combatirla. Como cuando, este año, debí dejar un trabajo periodístico luego de que un texto, donde resalto a las nuevas promociones de autores y críticos de poesía, padeciera la censura e intervención al chantársele encima una foto a doble página de un viejo grupo setentero con el cual nada tiene que hacer (ni yo ni mi artículo. La versión original y completa puede verse aquí). Así te zampan en una foto en este país, a la manera criolla y sibilina; cosas del poder cultural y mediático, y sus temores a la disidencia. Pero diciembre también nevó, cuando junto a un nuevo amigo y pintor, de Huaraz (tierra de mi padre y de Sarita), armamos a mano, en su taller de retratista y en una sola tarde, mi cuarto libro de poesía Los amantes del acantilado, nacido de una reverberante historia de amor nocturno junto al mar de barranco y sus parques y laderas vecinas, arriba. Con el tiempo, se hizo humo. Quedó la poesía. Inmortal como los besos y metidas que nos dimos a la luz de la luna. Esa tarde, con mi amigo, hicimos seis ejemplares imitando el formato de cd, con su sobre o caja de cartón respectiva, parecido en concepto a mi primer libro. Se sumaron otro amigo y una tímida exalumna a esa improvisada fábrica editorial: fue el equipo de posiciónEditores. Un nuevo libro con diez poemas, yaravíes neourbanos, submarinos, y la poesía volvió a cantar sobre esta ciudad en rüinas. El canto rebelde de los jóvenes calaba en portales de la plaza mayor del centro limensis. El fuego se avivaba en cada cerro de cada esquina. Por último, mi libro recopilatorio de entrevistas y crónicas periodísticas, Cortes Intensivos (1987-2014), con personajes de la escena contemporánea, empezó a tomar forma merced a un proyecto editorial también colectivo. 50 amigos convocados para una PreVenta van haciendo viable este volumen recopilatorio de 200 páginas aprox. con la editorial paracaídas. Una vez más, ellos y ellas estaban allí, inclusive por encima de circunstanciales distancias y silencios, enviándome su compromiso y solidaridad. Por todo eso, por la amistad, el erotismo y el amor, por los vivos y los muertos, por las múltiples batallas y las que queden, por ti y por mí, por nosotros, este brindis bolchevike. Que el corazón del fondo del mar alumbre nuestra paz y nuestras mentes por los días de los días.
para ti, esta poesía / césar:
NOCHE CERRADA
las personas
viven /usualmente/
de espaldas a la vida
viven /cuando viven/
hablando, comiendo, bebiendo,
aman y olvidan olvidan
y aman
y al final
cuando el mar de la muerte
roza sus pies
tiemblan de frío
se acuerdan de (mí
con) una larga sonrisa triste
me miran
y yo no tengo nada
para ofrecerles
nada sino el silencio
nada sino mi mirada
lo que está detrás de la mirada / lo que se olvida
cuando alguien muere
llueve día tras día tras día
sobre mi cuerpo des
nudo . . . . . . . . . .. . . . .
sobre mi pecho de perro
sin amo . . . . . . . . . .. . . . .
cuando eso sucede
un cuerpo de arena
se dobla sobre mi cuerpo de agua
buscando el primer hogar / el primer beso
cuando eso sucede
todo se vuelve barro
el corazón sangra arde
terrible arde sangra
algo así pasó hoy
cuando fría te fuiste
entre mis brazos muriendo
sin diálogos ni una sola
mirada
que como un relámpago maravilloso
abriese el horizonte
deste cruel país donde nacimos
la única palabra
fueron tus labios cerrados
pintados de rojo
imitando torpes el claro poema de eguren
tus labios cerrados
disparo final
para que muera
y nazca
para que sin nadie
muera y nazca
y ya no muera ni nazca
ni yo
ni nadie
ni tú ni
nadie
nazca
LINTON OBSERVADO DESDE EL CIELO
En un pueblo fantasma
ya nada me incomoda
El paisaje de casas empolvadas
me tranquiliza
El viento
que arrastra hierba y ramas
bolas sobre la tierra
me enfría el calor de aquí dentro
Orfeo giró su cabeza
y quedó solo
. . . . . . entre la candela
Yo, prófugo maldecido,
giré mil veces mi cabeza
y solo escuché ventanas
abriéndose cerrándose con violencia
Aquí la cultura ya no existe
El cielo es la barriga
de un fantasma indiferente
Me saco las botas
y camino sobre la tierra dura
el viento trae además garúa y sangría
respiro y me doy cuenta
mis manos se relajan
Este pueblo fantasma es mi oasis
Aquí donde nadie me pregunta
donde nadie me responde
las preguntas que no hago, que no haré
LA CAMA DE CHOPIN
¿Qué haces ahí
Ahora?
Azorado, pelícano, noche
roja estrella refractada
en el mar de tu infancia
De tu infancia
qué te queda sino el polvo
El polvo, dices,
en tu mano el polvo
Y de tus silencios
qué de tus silencios?
Hay orquídea
Entre piedras más negras del mar
Y las olas rompen
Aire que se rasga
como tú y tu alma
y a tus brazos abiertos
vienen
a estrellarse todos los barcos
Oriundo de andanzas
caminas sin camellos en un desierto
blanco
Blancos tus ojos por el sol
Blanca la luna por tu madre
Y qué te queda de tu madre?
Es el cielo
llueve y llueve
sobre tu pecho
abierto llueve
Y qué de los casinos
de los juegos, de la casa,
de tu hermana?
Alguien abre sus ojos
sobre ti
quién
Quién es?
Temes
Es nocturno ya
y todos te dijeron que volverían pronto
Yaces
sobre blanco terciopelo
dejaron la ventana abierta
cae
tu pelo cae sobre tu rostro,
tu mirada
quién
Quién te mira así?
Si al menos supieras su lenguaje
Pasan los trenes sobre ti
y pájaros abren tu vientre
a ti que tanto
. . . . . . te gustaban los pájaros –y su canto–
(y los trenes)
esta mañana
no tiene al fin color reconocible
y caes
en la mañana caes
con tus libros
tus sonatas
el arpegio que aprendiste muy temprano
con ese bello rostro
que despacio iba hacia ti
despacio, muy despacio
oh
si al menos recordara su cabello
su poema
su silencio
A ROJO CUMPLE 20 AÑOS Y BESA LA LUNA
(Antología de poemas y materiales para la crítica)
POR César Ángeles Loayza
Este 2016, mi segundo libro A Rojo (Lima, posición. EDITORES™. 1996) cumplió 20 años y decidí conmemorarlo por diferentes razones. Primero, porque supuso mi cabal expresión, en poesía, de mi experiencia individual y generacional sobre el proceso de la guerra interna vivida en el Perú de los 80 y parte de los 90. Aunque en 1994 viajé fuera del país, aquella convulsa realidad siguió en mí –como tantas otras cosas–, como le sucedió a la mayoría de peruanos-as. Asimismo, recuerdo haber llegado a Madrid –donde tenía una beca– con la mayoría de estos poemas en la maleta. En los dos años siguientes, acabé de darles forma y diagramar todo con un amigo catalán en Barcelona. Sentí que cumplía con expresar, en poesía, mi experiencia y posición a partir de los acontecimientos de aquella época, nuestro tiempo en llamas. Sentí también que cerraba un círculo, y así lo testimonié en la única entrevista que di sobre este libro (Paolo de Lima me solicitó una, vía fax –eran tiempos de papel y tinta–, para el diario El sol; lo que además fue simpática confluencia con el título de mi libro anterior, El sol a rayas, ópera prima con características de libro-objeto).
En realidad, A Rojo me supuso también un tour de force al proponerme realizar una poesía que se sintiese como tal –es decir, con ritmo, imágenes, intensidad y fluidez sincronizadas, entre mi mundo personal y colectivo, y el del potencial lector–, y que a la vez transmitiese, de manera directa o indirecta, aquella realidad explosiva de los 80-90. No me compete decir si lo logré o no, sino que prefiero reproducir debajo algunos comentarios críticos que aparecieron en su momento; los que cito, también, como memoria de aquella experiencia y agradecimiento a sus autores (se hace lo anterior manteniendo la fidelidad a los textos originales, con ligeras modificaciones gramaticales en algunos pocos casos: todas con la respectiva autorización).
Por otro lado, como dije, se trata de un libro culminado al otro lado del Atlántico, en tierras distantes y extrañas. Lo cual me permitió un distanciamiento mínimo que, como se suele decir, potencia cierta capacidad crítica que se torna difícil al estar en medio de una tormenta. Esto es relativo, en verdad, pero fue un hecho vivido en mi caso. Al mismo tiempo, me supuso un esfuerzo de imaginación significativo recrear todo desde realidades tan diferentes como el Madrid y, sobre todo, la Barcelona (mi segunda ciudad de corazón) posteriores a la movida española, cuando la fiesta post franquismo aún tenía cromáticas cenizas en el aire, y se hallaban en un plano tan distinto a lo vivido en el Perú de entonces.
A Rojo fue recibido, como dije, con algunos comentarios periodísticos que valoré y valoro, para luego advenir un silencio notable. Digo esto porque, como se sabe, aunque la guerra interna fue cerrándose –por diversos factores– en los años 90, es hacia el desenlace quebrado y corrupto de la dictadura fujimorista, y comienzos del nuevo siglo, cuando al compás de un retorno a la democracia.representativa burguesa se anima el ambiente cultural, y aparecen diversas manifestaciones críticas, académicas y creativo.artísticas sobre aquel período, que tuvo como protagonistas beligerantes al Estado y al PCP-‘Sendero Luminoso’, con los resultados ya conocidos. En dicho panorama de revisión y recreación de la conflagración interna, surgieron miradas sobre aquella época con una ola de publicaciones de diverso tipo. A Rojo fue una de las primeras realidades verbales, en poesía, en atreverse a expresar dicho período y cómo fue vivido por algunos de la promoción 80. Así y todo, considero que fue invisibilizado en la exégesis literaria ulterior. No especularé sobre razones o motivos. Solo señalo este hecho, y lo dejo a consideración de los lectores. Para lo cual, acompaño las referidas noticias críticas con una antología de poemas de este libro (quien lo desee leer completo comuníquese conmigo), y adjunto su versión en alemán a cargo del amigo y académico Marco T. Bosshard, quien organizó la presentación de A Rojo, en formato bilingüe, en Berlín: alucinante ciudad donde radiqué luego de España.
La penúltima cuestión que da sentido a esta celebración es que en el Perú se vive una coyuntura –una más– donde la izquierda legal, como en aquellos lejanos 80, alcanzó cierto protagonismo que la llevó a tener veinte representantes en el parlamento actual. En este momento, el fujimorato reciclado, y su aliado, el oficialista partido Peruanos Por el Kambio (PPK: siglas, claro, de su propio presidente Pedro Pablo Kuczynski) que surgió para la coyuntura electoral, se encargan de reproducir y profundizar el modelo de capitalismo dependiente que ha sido la constante de este país durante el siglo XX. Evidentemente, con las variantes de época que establece la realidad a fines de dicho siglo, con el triunfante capitalismo multinacional y el simultáneo desmoronamiento del bloque soviético, el modelo hegemónico neoliberal ha impuesto a escala a mundial sus coordenadas socio.culturales consiguientes y otros daños colaterales. La situación internacional ha repercutido en el Perú, como no podía ser de otro modo en un mundo cada vez más, desigualmente, interrelacionado. En dicho proceso, y en lo que va del presente siglo, la izquierda legal nativa buscó reconstituirse agrupándose, intermitentemente, tras algún caudillo que apareciese como outsider, y que cultive en las masas populares la imagen de algo diferente que viabilice x fin la auténtica democracia y justicia mayoritarias. Lo cual, por supuesto, fue otro cruel espejismo político, y la izquierda se fue articulando cada vez más con el sistema imperante. De ahí que no sorprende su apoyo a una serie de candidatos de la derecha peruana –con alegre participación en estos gobiernos, además–, incluso a un militar acusado de matanzas en tiempos de la "guerra sucia" como Ollanta Humala y, para rematarla, a un lobista representante del capital extranjero como el actual presidente Kuczynski.
Por todo eso y más, consideré muy pertinente conmemorar los 20 años de mi segunda creatura verbal. Los poemas de este libro, con sus virtudes y caídas –si las hubiera– expresan la autenticidad, la voz y el corazón de una parte de mi generación. Fue concebido como un homenaje a quienes han vivido mil batallas, en diversos frentes, contra las artimañas y tramposa educación de la historia peruana oficial, y a favor de la rebelión en sintonía con la tradición radical de la literatura peruana contemporánea. No es verdad que nuestro tiempo formativo de aquellos años se defina solo ni principalmente x la muerte, la sangre derramada o el miedo. Hubo también elementos constructivos, esperanzadores y renovadores en diferentes campos de la sociedad. Quienes ocultan esto lo hacen adrede, a sabiendas de que tergiversan la historia vivida, para apuntalar la democracia de papel que se (nos) vende.
He vuelto sobre las páginas de este libro con la misma fe de cuando envié el machote x avión a lima la P, en 1996, para que algunos amigos de entonces, y mi padre, se encargasen de hacerlo realidad, y presentarlo en sociedad, además, como correspondía a un recién nacido, robusto como un volcán. Que sus llamas y lava sigan corriendo en el río de nuestra poesía, y que se unan al mar de los mejores hermanos y hermanas, algunos de quienes tomaron el cielo x asalto en este impío año que termina. Sea este homenaje, ofrenda silenciosa, un responso colectivo y ritual propiciatorio para un nuevo año verdaderamente nuevo. Para eso también, erecto como un solo hombre y su bandera, está A Rojo pleno de humor y vitalidad a sus 20 años. La poesía no se vende. AbraSados seáis, forever&ever youngs.
dic 2016, virreinato del perú
* * *
A ROJO de César Ángeles Loayza
ANTOLOGÍA PERSONAL
1/2 EDAD
llueve. las rocas ahora semejan topacios. Eres
un blanco animal durmiendo sobre la hierba.
labios rojos. Desnuda. llueve poco en verdad.
Camino entre los árboles. Pienso que el sonido
de mis pasos puede despertarte. Mi armadura
pesa y gime con la lluvia. Me detengo
al filo de una planicie, abajo corre el río. Está
cargado. Ruge. El viento organiza la ópera del follaje.
Recuerdo los poemas más hermosos y pienso en
ti. Duermes. la última caricia te la hice
con el extremo de mi espada. De tu ombligo
brotó un hilo azul de agua dulce. Sonreíste
diciéndome que entre nosotros ahora habitaba
un dragón. Me estremecí con tu sonrisa. No
te reconocí, creo. tuve que voltear a ver otras
luces, urgentemente. Pero entonces arreció la neblina. No vi
nada.
Y te dormiste. Y llovió. He imaginado más de
una vez la escena. Decapitándote con el borde de
mi escudo. Amándote de modo patológico.
Me imaginé dibujando tu nombre con la
punta de mi lengua en una pared, sujeto por una
nube de fuerza. Sicótico, esquizofrénico, raro. Me
imaginé arrancándote los labios incendiados para incrustarlos
en el pecho de una paloma. E imaginé la muerte
del dragón cayendo en un pozo.
Vi el río y supe que no haría
nada. la lluvia fue menguando. Des
tellos de luz
empezaron a brincar sobre las gotas. Algunos
perforaban las seminubes.
El cielo dijo un sol intenso. Volví hacia
ti. Aún dormías pero cambiaste de
posición. Algunos pétalos te abrigaban. Te contemplé
segundos pensando mil cosas. te abracé
imaginariamente y fui sobre mi caballo. Calcé
mi celada y enrumbé en otra
dirección. Eres un banco animal durmiendo sobre
la hierba o una porción de nieve (o un conejo) entre
los árboles alumbrados por el sol.
SIN TITULO
la soledad transita
acorazada
entre helechos y árboles
de espaldas
aquí la mayoría dormita
el pequeño burgo
no olvida una bacinica bajo
la cama
porque las noches suelen enfriar demasiado
aquí se juega a la traición mayor
y se llora generalmente o
se sonríe con lágrimas invisibles
reposo herido
sobre una roca del mar
mi primer amor perdió conmigo
la virginidad y
se me adhirió parasiempre,
estrella roja sobre piedra bajo las olas
ella sangraba
como sangró mi amigo
en DINCOTE varias noches
pero ella sangraba de hijos microscópicos
y él de las botas del mejor oficial
canción
la vida no siempre es una canción
SIN TITULO[1]
yo maté al sheriff
Bob Marley
Sad Linton separó delicadamente
las persianas tembladoras (por el viento)
de la frente de Victoria
estaba radiante y
hermosa
perfecta como bosque de acero sobre la sup
erficie del mar
Villano y Lizbel aguardaban serenos
abrevando
y con las sillas sobre sus lomos de tierra
Sad la tomó de la cintura (suave como
cerezo) y
la ubicó sobre la yegua Lizbel
de un brinco trepó después sobre Villano
estaban las escopetas y las cantimploras
donde debían estar
Sad y Victoria se besaron quizá
por última vez
e iniciaron el trote hacia el Chase Manhattan
Bank
sería el robo más inolvidable
del milenio
–¡Silencio, carajo! -gritó Linton
desde la puerta del Chase
–¡Rápido! ¡Todos contra la pared! -remató, agitando la escopeta como cuchillo
y todos
aburridos funcionarios y aburrida clientela
acataron en silencio de muerte
Victoria dejó la calle
y avanzó hacia el sillón del geren
te
Sad retrocedió hacia afuera
mirando como ardilla o puercoespín
(ya era una leyenda)
ella, radiante y hermosa,
piano de esmeralda sobre el sol,
encañonó radicalmente al apuesto director del Chase
–Abra la bóveda
–No tengo la llave
–Tiene cinco segundos -rastrilló
Sad encendió un hamilton
Villano y Lizbel se comían sus piojos particulares
el director del Bank era calvo
y su frente reprodujo perlas sin descanso
al tercer segundo caminó hacia la bóveda
Victoria, detrás
cuando la bóveda fue abierta
Victoria Linton observó boba decenas de cráneos-paracas
MONEY
TIME IS MONEY
THE POWER OF THE MONEY
-pensó así en varias consignas
pro lucro
automáticamente escupió al piso
–¡Coloque todo en este saco! -ordenó
–¡Apúrate! -gritó Linton
el director cumplió perfeccionista y
luego fue encerrado
en la vacía bóveda
ella corrió hacia la puerta y pusieron todo
sobre los caballos
montaron y torcieron los arneces
alguien fue tras ellos brincando iracundo sobre los
2 guardianes muertos
y antes de que acertase un bang en la Victoria's nuca
Sad Linton
le atinó un puñal rojo (rubí)
en el ombligo peludo
“así mueren los traidores” -recordó acremente
y trotaron en polvo
rumbo al sol
al mar
a las cervezas (cerezas)
al
amor
[1] Esta composición corresponde a la serie de canciones -serial- cuyo protagonista es Linton. Ello se publicó en libro, en diciembre de 1989.
SAIMAA
Tu cabeza llena de trompetas
y tambores
tu vagina con violines
tus pechos plenos de platillos tu
boca en arpas y armónicas tu
sombrero de notas
musicales tu
desnudo de eléctricos pianos
recorridos
y por supuesto
tus ojos y tus manos
de tomates alcachofas
raíces
gusanos
y piedritas
EN ITALIA
Sin vergüenza en un campo italiano. Desnudos con Lucía
en el campo italiano. Lucía recoge el saco de granos.
Veo la luz reflejarse en su espalda, en ambas nalgas,
Donde una ranura oscura provoca imaginar su sexo, sus
vellos, sus aguas eróticas.
La piel refleja la luz solar. Lucía tiene cabellos como
crines que vuelan cuando la llamo y ve que soy yo.
Habíame dejado la barba.
Ahora sentado en esta tierra que ella pisa, los mismos
pies que desayuné de madrugada.
Sin vergüenza desnudos los dos, cultivando este campo
de trigo que será nuestro algún día. Mantenemos –con otros
campesinos de manos más callosas– a la
vida que bulle en la ciudad.
Este instante solo tengo ojos para contemplar su cuerpo.
Dejo de trabajar.
(Antología de poemas y materiales para la crítica)
POR César Ángeles Loayza
Este 2016, mi segundo libro A Rojo (Lima, posición. EDITORES™. 1996) cumplió 20 años y decidí conmemorarlo por diferentes razones. Primero, porque supuso mi cabal expresión, en poesía, de mi experiencia individual y generacional sobre el proceso de la guerra interna vivida en el Perú de los 80 y parte de los 90. Aunque en 1994 viajé fuera del país, aquella convulsa realidad siguió en mí –como tantas otras cosas–, como le sucedió a la mayoría de peruanos-as. Asimismo, recuerdo haber llegado a Madrid –donde tenía una beca– con la mayoría de estos poemas en la maleta. En los dos años siguientes, acabé de darles forma y diagramar todo con un amigo catalán en Barcelona. Sentí que cumplía con expresar, en poesía, mi experiencia y posición a partir de los acontecimientos de aquella época, nuestro tiempo en llamas. Sentí también que cerraba un círculo, y así lo testimonié en la única entrevista que di sobre este libro (Paolo de Lima me solicitó una, vía fax –eran tiempos de papel y tinta–, para el diario El sol; lo que además fue simpática confluencia con el título de mi libro anterior, El sol a rayas, ópera prima con características de libro-objeto).
En realidad, A Rojo me supuso también un tour de force al proponerme realizar una poesía que se sintiese como tal –es decir, con ritmo, imágenes, intensidad y fluidez sincronizadas, entre mi mundo personal y colectivo, y el del potencial lector–, y que a la vez transmitiese, de manera directa o indirecta, aquella realidad explosiva de los 80-90. No me compete decir si lo logré o no, sino que prefiero reproducir debajo algunos comentarios críticos que aparecieron en su momento; los que cito, también, como memoria de aquella experiencia y agradecimiento a sus autores (se hace lo anterior manteniendo la fidelidad a los textos originales, con ligeras modificaciones gramaticales en algunos pocos casos: todas con la respectiva autorización).
Por otro lado, como dije, se trata de un libro culminado al otro lado del Atlántico, en tierras distantes y extrañas. Lo cual me permitió un distanciamiento mínimo que, como se suele decir, potencia cierta capacidad crítica que se torna difícil al estar en medio de una tormenta. Esto es relativo, en verdad, pero fue un hecho vivido en mi caso. Al mismo tiempo, me supuso un esfuerzo de imaginación significativo recrear todo desde realidades tan diferentes como el Madrid y, sobre todo, la Barcelona (mi segunda ciudad de corazón) posteriores a la movida española, cuando la fiesta post franquismo aún tenía cromáticas cenizas en el aire, y se hallaban en un plano tan distinto a lo vivido en el Perú de entonces.
A Rojo fue recibido, como dije, con algunos comentarios periodísticos que valoré y valoro, para luego advenir un silencio notable. Digo esto porque, como se sabe, aunque la guerra interna fue cerrándose –por diversos factores– en los años 90, es hacia el desenlace quebrado y corrupto de la dictadura fujimorista, y comienzos del nuevo siglo, cuando al compás de un retorno a la democracia.representativa burguesa se anima el ambiente cultural, y aparecen diversas manifestaciones críticas, académicas y creativo.artísticas sobre aquel período, que tuvo como protagonistas beligerantes al Estado y al PCP-‘Sendero Luminoso’, con los resultados ya conocidos. En dicho panorama de revisión y recreación de la conflagración interna, surgieron miradas sobre aquella época con una ola de publicaciones de diverso tipo. A Rojo fue una de las primeras realidades verbales, en poesía, en atreverse a expresar dicho período y cómo fue vivido por algunos de la promoción 80. Así y todo, considero que fue invisibilizado en la exégesis literaria ulterior. No especularé sobre razones o motivos. Solo señalo este hecho, y lo dejo a consideración de los lectores. Para lo cual, acompaño las referidas noticias críticas con una antología de poemas de este libro (quien lo desee leer completo comuníquese conmigo), y adjunto su versión en alemán a cargo del amigo y académico Marco T. Bosshard, quien organizó la presentación de A Rojo, en formato bilingüe, en Berlín: alucinante ciudad donde radiqué luego de España.
La penúltima cuestión que da sentido a esta celebración es que en el Perú se vive una coyuntura –una más– donde la izquierda legal, como en aquellos lejanos 80, alcanzó cierto protagonismo que la llevó a tener veinte representantes en el parlamento actual. En este momento, el fujimorato reciclado, y su aliado, el oficialista partido Peruanos Por el Kambio (PPK: siglas, claro, de su propio presidente Pedro Pablo Kuczynski) que surgió para la coyuntura electoral, se encargan de reproducir y profundizar el modelo de capitalismo dependiente que ha sido la constante de este país durante el siglo XX. Evidentemente, con las variantes de época que establece la realidad a fines de dicho siglo, con el triunfante capitalismo multinacional y el simultáneo desmoronamiento del bloque soviético, el modelo hegemónico neoliberal ha impuesto a escala a mundial sus coordenadas socio.culturales consiguientes y otros daños colaterales. La situación internacional ha repercutido en el Perú, como no podía ser de otro modo en un mundo cada vez más, desigualmente, interrelacionado. En dicho proceso, y en lo que va del presente siglo, la izquierda legal nativa buscó reconstituirse agrupándose, intermitentemente, tras algún caudillo que apareciese como outsider, y que cultive en las masas populares la imagen de algo diferente que viabilice x fin la auténtica democracia y justicia mayoritarias. Lo cual, por supuesto, fue otro cruel espejismo político, y la izquierda se fue articulando cada vez más con el sistema imperante. De ahí que no sorprende su apoyo a una serie de candidatos de la derecha peruana –con alegre participación en estos gobiernos, además–, incluso a un militar acusado de matanzas en tiempos de la "guerra sucia" como Ollanta Humala y, para rematarla, a un lobista representante del capital extranjero como el actual presidente Kuczynski.
Por todo eso y más, consideré muy pertinente conmemorar los 20 años de mi segunda creatura verbal. Los poemas de este libro, con sus virtudes y caídas –si las hubiera– expresan la autenticidad, la voz y el corazón de una parte de mi generación. Fue concebido como un homenaje a quienes han vivido mil batallas, en diversos frentes, contra las artimañas y tramposa educación de la historia peruana oficial, y a favor de la rebelión en sintonía con la tradición radical de la literatura peruana contemporánea. No es verdad que nuestro tiempo formativo de aquellos años se defina solo ni principalmente x la muerte, la sangre derramada o el miedo. Hubo también elementos constructivos, esperanzadores y renovadores en diferentes campos de la sociedad. Quienes ocultan esto lo hacen adrede, a sabiendas de que tergiversan la historia vivida, para apuntalar la democracia de papel que se (nos) vende.
He vuelto sobre las páginas de este libro con la misma fe de cuando envié el machote x avión a lima la P, en 1996, para que algunos amigos de entonces, y mi padre, se encargasen de hacerlo realidad, y presentarlo en sociedad, además, como correspondía a un recién nacido, robusto como un volcán. Que sus llamas y lava sigan corriendo en el río de nuestra poesía, y que se unan al mar de los mejores hermanos y hermanas, algunos de quienes tomaron el cielo x asalto en este impío año que termina. Sea este homenaje, ofrenda silenciosa, un responso colectivo y ritual propiciatorio para un nuevo año verdaderamente nuevo. Para eso también, erecto como un solo hombre y su bandera, está A Rojo pleno de humor y vitalidad a sus 20 años. La poesía no se vende. AbraSados seáis, forever&ever youngs.
dic 2016, virreinato del perú
* * *
A ROJO de César Ángeles Loayza
ANTOLOGÍA PERSONAL
1/2 EDAD
llueve. las rocas ahora semejan topacios. Eres
un blanco animal durmiendo sobre la hierba.
labios rojos. Desnuda. llueve poco en verdad.
Camino entre los árboles. Pienso que el sonido
de mis pasos puede despertarte. Mi armadura
pesa y gime con la lluvia. Me detengo
al filo de una planicie, abajo corre el río. Está
cargado. Ruge. El viento organiza la ópera del follaje.
Recuerdo los poemas más hermosos y pienso en
ti. Duermes. la última caricia te la hice
con el extremo de mi espada. De tu ombligo
brotó un hilo azul de agua dulce. Sonreíste
diciéndome que entre nosotros ahora habitaba
un dragón. Me estremecí con tu sonrisa. No
te reconocí, creo. tuve que voltear a ver otras
luces, urgentemente. Pero entonces arreció la neblina. No vi
nada.
Y te dormiste. Y llovió. He imaginado más de
una vez la escena. Decapitándote con el borde de
mi escudo. Amándote de modo patológico.
Me imaginé dibujando tu nombre con la
punta de mi lengua en una pared, sujeto por una
nube de fuerza. Sicótico, esquizofrénico, raro. Me
imaginé arrancándote los labios incendiados para incrustarlos
en el pecho de una paloma. E imaginé la muerte
del dragón cayendo en un pozo.
Vi el río y supe que no haría
nada. la lluvia fue menguando. Des
tellos de luz
empezaron a brincar sobre las gotas. Algunos
perforaban las seminubes.
El cielo dijo un sol intenso. Volví hacia
ti. Aún dormías pero cambiaste de
posición. Algunos pétalos te abrigaban. Te contemplé
segundos pensando mil cosas. te abracé
imaginariamente y fui sobre mi caballo. Calcé
mi celada y enrumbé en otra
dirección. Eres un banco animal durmiendo sobre
la hierba o una porción de nieve (o un conejo) entre
los árboles alumbrados por el sol.
SIN TITULO
la soledad transita
acorazada
entre helechos y árboles
de espaldas
aquí la mayoría dormita
el pequeño burgo
no olvida una bacinica bajo
la cama
porque las noches suelen enfriar demasiado
aquí se juega a la traición mayor
y se llora generalmente o
se sonríe con lágrimas invisibles
reposo herido
sobre una roca del mar
mi primer amor perdió conmigo
la virginidad y
se me adhirió parasiempre,
estrella roja sobre piedra bajo las olas
ella sangraba
como sangró mi amigo
en DINCOTE varias noches
pero ella sangraba de hijos microscópicos
y él de las botas del mejor oficial
canción
la vida no siempre es una canción
SIN TITULO[1]
yo maté al sheriff
Bob Marley
Sad Linton separó delicadamente
las persianas tembladoras (por el viento)
de la frente de Victoria
estaba radiante y
hermosa
perfecta como bosque de acero sobre la sup
erficie del mar
Villano y Lizbel aguardaban serenos
abrevando
y con las sillas sobre sus lomos de tierra
Sad la tomó de la cintura (suave como
cerezo) y
la ubicó sobre la yegua Lizbel
de un brinco trepó después sobre Villano
estaban las escopetas y las cantimploras
donde debían estar
Sad y Victoria se besaron quizá
por última vez
e iniciaron el trote hacia el Chase Manhattan
Bank
sería el robo más inolvidable
del milenio
–¡Silencio, carajo! -gritó Linton
desde la puerta del Chase
–¡Rápido! ¡Todos contra la pared! -remató, agitando la escopeta como cuchillo
y todos
aburridos funcionarios y aburrida clientela
acataron en silencio de muerte
Victoria dejó la calle
y avanzó hacia el sillón del geren
te
Sad retrocedió hacia afuera
mirando como ardilla o puercoespín
(ya era una leyenda)
ella, radiante y hermosa,
piano de esmeralda sobre el sol,
encañonó radicalmente al apuesto director del Chase
–Abra la bóveda
–No tengo la llave
–Tiene cinco segundos -rastrilló
Sad encendió un hamilton
Villano y Lizbel se comían sus piojos particulares
el director del Bank era calvo
y su frente reprodujo perlas sin descanso
al tercer segundo caminó hacia la bóveda
Victoria, detrás
cuando la bóveda fue abierta
Victoria Linton observó boba decenas de cráneos-paracas
MONEY
TIME IS MONEY
THE POWER OF THE MONEY
-pensó así en varias consignas
pro lucro
automáticamente escupió al piso
–¡Coloque todo en este saco! -ordenó
–¡Apúrate! -gritó Linton
el director cumplió perfeccionista y
luego fue encerrado
en la vacía bóveda
ella corrió hacia la puerta y pusieron todo
sobre los caballos
montaron y torcieron los arneces
alguien fue tras ellos brincando iracundo sobre los
2 guardianes muertos
y antes de que acertase un bang en la Victoria's nuca
Sad Linton
le atinó un puñal rojo (rubí)
en el ombligo peludo
“así mueren los traidores” -recordó acremente
y trotaron en polvo
rumbo al sol
al mar
a las cervezas (cerezas)
al
amor
[1] Esta composición corresponde a la serie de canciones -serial- cuyo protagonista es Linton. Ello se publicó en libro, en diciembre de 1989.
SAIMAA
Tu cabeza llena de trompetas
y tambores
tu vagina con violines
tus pechos plenos de platillos tu
boca en arpas y armónicas tu
sombrero de notas
musicales tu
desnudo de eléctricos pianos
recorridos
y por supuesto
tus ojos y tus manos
de tomates alcachofas
raíces
gusanos
y piedritas
EN ITALIA
Sin vergüenza en un campo italiano. Desnudos con Lucía
en el campo italiano. Lucía recoge el saco de granos.
Veo la luz reflejarse en su espalda, en ambas nalgas,
Donde una ranura oscura provoca imaginar su sexo, sus
vellos, sus aguas eróticas.
La piel refleja la luz solar. Lucía tiene cabellos como
crines que vuelan cuando la llamo y ve que soy yo.
Habíame dejado la barba.
Ahora sentado en esta tierra que ella pisa, los mismos
pies que desayuné de madrugada.
Sin vergüenza desnudos los dos, cultivando este campo
de trigo que será nuestro algún día. Mantenemos –con otros
campesinos de manos más callosas– a la
vida que bulle en la ciudad.
Este instante solo tengo ojos para contemplar su cuerpo.
Dejo de trabajar.
DEL LIBRO CANTOS A LA LUNA
(Inédito)
César Ángeles Loayza
III LOS PÁJAROS Y LA LUNA
Las aves dolmeches
tomaron de tu luz con sus picos
solitarios
y en graznido largo
tren de la muerte
atravesaron rombos y triángulos
que la sola presencia novia de la noche
hizo aparecer
Luna blanca,
luna bruja,
en 2 nalgas duras y perfectas
hallé tu nombre
tatuado en golpes cadenciales
Era ese cuerpo alaridos de placer
y gemía roto
y desamparado
al borde peligroso de mi oído,
o al centro de mis brazos
y mi pecho / que por vos
y tus cometas
late de amor armado
de erección constante
de semen al centro de blancas nalgas
derramado
VIII
De tu mano
aprendí a caminar
en 4 patas
por muelles de luz
que abrías en la noche
contemplaciones aparte
Por tu membrana
vibrante,
por tu voz bruja
ke me perdía la mirada
tú sabrás acaso
Luna blanca, mestiza,
satélite de ajo,
que este infinito poema de amor
empecé a escribirte
desde mi parto
Mi terrible llanto
fue madre el canto primero
sacrificio
que para ti dejé o dije
en altas piedras de los templos
Ahora que no queda ya
nadie por venir
nadie por dejar
une en tu vientre
mi sangre y mi llanto
y si no me ves más
parado de risa en urbana costa
(como en los buenos tiempos
sin nada que pagar)
no temas
que de acero son tus láccrimas
y conformas metales heridos, hirientes,
el océano
No temas Killa, Jonsu, Selene,
Venus, Mond, Ilargi
si cuando vuelvas tu hermoso rostro de pálida arena
no me hallas fiel sobre la orilla
escuchando
nada más y para siempre
los murmullos de tu paso
entre cortados vientos
Componte,
creatura de silencio,
si mil y mil veces
tuviste por todo despertar
mi ausencia
He visto al fin tu faz serena
y de pura calma
bajo tus blancos besos
hombre bueno
hombre muerto
en su canoa entre la paja
me he quedado
como todos
que de amor mueren
para ti se queda el puro corazón
el pukto corazón
y en la mañana
la rica chicha de maíz
más un cordel tendido
lleno de calzones
Luna llena,
blanca playa
maíz dorado
mirada silenciosa
que nada dice
IX VALLEJO CAMINA POR LA LUNA
Todo
Todo te estaba esperando
un hombre tendido
en el desierto
una rosa abriéndose
centro de boca curva perfecta
todo en ese pecho
que no se cansa de verte
emocionado
todo entre los ojos,
en mirada de gato
de libélula
de araña pobre que se estrella
ventanas cerradas
puertas cerradas
en el sombrero todo,
entre las cantinas
el polvo que no cesa
el tren que chilla
la mujer que mira y fuma
los astros
los planetas
las estrellas
el hombre, pregunta y pasa
Amplio bosque de pinos
donde contuve en haz de luz mi vida
Todo sin cesar
en la mañana te aguardaba
y ahora dicen
que no queda mano que comande la marea
que no resta agua solo polvo sobre polvo
lagartijas
huesos más jirones de ropa
sobre prado de espejismos
roto espejo infinito
donde caminar
no amor
no palabras
Ni bailes de la cintura
largamente por el río
Todo te estaba esperando
como a mí
pero ahora que llegaste
el cielo calla
el niño pregunta qué hora es
la mujer murmura
el hombre torna su cabeza
en escena de mares con burbujas
y todo se inclina
y todo se para
Para qué has venido, desamparada,
para qué sino por el ajeno canto de la tierra,
de sus bacilos, sus moléculas, sus partes olvidadas
X MARTÍN ADÁN ENTRE LOS LOCOS
Esto se ha roto una vez
y se ha vuelto a romper
Espejo de la infancia
recorrido incierto,
doblado paso de niño
que se rompe una pata
al doblar una esquina
al doblez de la página
al doblar esta vida
que se parte siempre en pedazos
de risa
y solo plumas y escamas
quedan en tu cara volando
No era que nada me gustase la soledad
o tus labios manzana
sino que de tanto cantar
se (me) iba el hilo
los muros de esta ciudad mojada
los trenes que no cesan
la luz, el foro, el pedal
Intensivas flores que temprano en la mañana
había
Únicamente mi perfil de gato
la campana Catalina
y yo que solo había soñado
tomarte de la mano
Todo continúa siempre ahí
y nada cambia sin poema
escritura rota, abandonada,
como yo
o esta patria, este pueblo
y sin embargo ahí
adherido
Era un hombre niño
que se puso serio
ke kantó a las piedras
a una torre, a una pierna elevada
Estás de pie
al centro de mi lengua
y en el universo entero de ronquidos
es la lluvia de cometas que te busca
el inmenso árbol del amor y la saliva
los animalitos los insectos
y siempre los peces
Pero, luna,
quebrada entre mi pecho
bajo esta sombra sideral que me persigue
no somos nada,
en tu metal me he mirado,
en tus arlequines secretos
Al final no existes
Blanco diluido en pelos de la noche
Retina rota
Página perdida
Termino como soy:
hombre solo que mira sin palabras
sus palabras
y sobre el agua que no cesa
mil rostros como el mío se van huyendo
mil ideas
mil deseos
La frente amplia, pómulos perfectos
y la risa de todos los niños y las niñas
en mi risa reunida
en ese lento transpirar que de siempre me conoces
*
BANDA SONORA DE ESTE LIBRO: Moonlight (sonata) - Beethoven -
POST.facio.
Terminé de escribir este libro hace algunos años. Se halla estructurado en tres partes tituladas ‘Kantos a la luna llena de kalzones’, ‘Mond dreht’ y ‘Selenita’ (que es un largo poema en homenaje al ‘Conde de lemos’, Abraham Valdelomar). Lo que aquí se selecciona y publica está en la citada primera parte. Este libro, como algunos otros, permanece aún inédito.
(oktubre 2016, costa sur del O.P.)
LOS AMANTES DEL ACANTILADO
César Ángeles L.
T E O R E M A
El taxi los deja al pie de un edifico de 4 pisos. Bajan. Él abre la puerta de vidrio y suben las escaleras. Ella va primero, delante. Él la mira mientras suben. Ella se da cuenta y le dice “sapo eres, ¿no?”. Sonríen. Llegan al 3er piso y, con otra llave, él abre la puerta de madera junto a una planta en maceta. Ya adentro, ella deja su bolso y se sienta en una silla, cerca de una ventana abierta, mientras él va a la cocina, abre una botella de algo y le invita una copa. Luego de un breve momento, ella le dice si ha echado algo en el aire.
Él: ¿En el aire?
Ella: Sí, has echado algo, ¿no? Me siento mareada.
Él: Cómo se te ocurre. No seas noica.
Ella: O al trago. En serio, dime, ¡qué le has echado al trago! –grita, con una media sonrisa nerviosa y algo sofocada–.
Él se asusta un poco. Piensa que ella se puede desmayar. “Qué loca”, piensa.
Él: No le he echado nada a nada, oye, relájate.
Ella se va calmando. Piensa muchas cosas a la vez, en rápidas imágenes. Le encanta y le da miedo estar por primera vez en casa de él. Loco este depa, lleno de fotos. Bebe otro sorbo de la copa, enciende un cigarro, y empiezan a conversar. Saben que todo sucederá rápido. Ella no debe volver muy tarde a casa. Vive con su madre y el esposo de su madre a quien llama papá. Poco a poco se van acercando mientras conversan. Hasta que se besan. Se arrojan sobre la amplia cama de una habitación, se enredan en abrazos y caricias, se quitan la ropa, él la acaricia con deseo y suavidad, continúan besándose mientras ella se sienta desnuda sobre él, y hacen el amor. Ella se mueve de arriba abajo, le gusta sentir cómo le acaricia la cintura, la espalda, las caderas, cómo caen sus besos llenándole la cara. “Más fuerte, mételo más fuerte. Así, así” –le susurra ella, como si alguien pudiese escuchar–. Hacen el amor por primera vez, y ella empieza a imaginar un barco que se hunde entre sus piernas desnudas. Imagina que navegan un río muy ancho. Flores y pájaros rozan toda su piel. Siente a un hombre distinto y una penetración que le gustan, y la hacen sudar. Todo está más caliente esa noche en ese cuarto en esa cama entre los 2.
Después de un rato, él la verá en silencio pensando en cosas que ella no sabe aún. Pensará, por ejemplo, en su belleza, en su piel suave y caliente, en sus gestos de arrechura, y le dirá que quiere verla y hablarle eternamente. A ella le gusta, sonríe en silencio, insegura, pensando si había algo en el aire, en la copa, o quizás entre los labios de él.
Más tarde se ponen sus ropas, se besan, salen, bajan las escaleras, caminan por la calle y juntos toman un taxi. Ella se queda medio dormida en el camino, sobre una pierna de él. El auto va por la costanera, las luces de los postes la hacen aparecer y desaparecer, como en una película francesa en blanco y negro, al lado del mar en plena lluvia. Van en el asiento trasero. Él ve un periódico abandonado por alguien. Mira la fecha: 12 de julio del 2012. La portada dice: “Los mayas pronosticaron el fin del mundo para diciembre de este año”. Él la contempla, le acaricia el rostro, le aparta unos cabellos que habían caído sobre su frente curvada. “Si se acabase el mundo ahora mismo ya no me importaría” –piensa–. Van juntos en silencio, soñando entre sí en una ciudad cualquiera de la costa occidental de américa del sur (O. Pacífico). Es de noche cuando esto sucede.
Durante el trayecto, en la radio del auto, suena una canción:
She's Leaving Home, The Beatles
[de “El mar de Mina” - marz 013 lima la p]
N O K T U R N O
Por amor a ti
nací otra vez
curado de todo lo que debía curar
vi lo que siempre vi
como si fuese la primera vez
me abracé a cada cuerpo
que necesitaba ser abrazado
para vivir
me uní al río
a sus algas misteriosas
que siempre vienen del fin del mundo
para caer entre quebradas y
cascadas
también hacia el fin del mundo
hasta mezclarse con
estrellas, con el polvo
dorado de los astros
Por amor a ti
me callé
bajo la tierra
me hundí
hasta morir todas mis muertes
para conocerte
Por amor
dejé de hacer lo que siempre hacía
/revolcándome perdido
del día hacia la noche/
para no cambiar tu calor natural
por el frío de calles orinadas
o planetas
tan solo recorridos en
perdida soledad
Para llegar a ti
adelgacé mi dolor
hasta casi evanescerlo
me convertí en aire tibio
por tu ventana cada noche
mientras dormías
en tu pecho desnudo
Para vivir
escribía en la arena olvidada
de los pueblos
tu nombre y las palabras
que tenía que decirte
como ahora te las estoy diciendo
debí marcharme lejos
para acercame más a ti
perder tu rostro
entre otros miles de rostros
hasta que nadie
ni el hielo del espejo
supiese decir quién era
Por amor a ti
me fui a morir muy lejos
en otros reinos bosques y provincias
corté cada parte de mi cuerpo
(mi cuerpo que nació conmigo)
hasta sangrar
y que la sangre viajase
libre en trenes barcos y carrozas
buscando con tu sangre unirse
Todo ese amor
lo que eres tú reunidamente
me hizo volver de los abismos
mudos
de la red de cementerios
que pueblan los países llamados países
vi la descomposición
incesante
en el alma de la gente
en sus lenguas a cada instante más vacías
de trazos temblorosos
gobernados por la nada
una vida sin muerte
una muerte sin muerte
Me uní a ti
como un niño como un hombre
se une al curvado universo
como un poema
se hunde entre la piel
o como un cuchillo
penetra en tu belleza
para quedarse parasiempre clavado
en el ojo en la lluvia
que día a día
golpea de amor y muerte
que da vida
tu corazón
[de “Al doblar la esquina” - set 013 lima la p]
*
NOTICIA: Estos dos poemas, inseguros como mi primer hablar, van para mis lectores de este annio que termina, por un gran 31 dic. y aún mejores días venideros. Integran el libro inédito Los amantes del acantilado (compuesto entre el año pasado y este, y está dividido en las dos secciones que se indican en paréntesis al final de cada texto respectivo). Como me suele pasar, es aún un libro solitario, caminando en busca de cómplice & lúdico editor. Mientras tanto son parte del aire, allí donde están nuestras más sinceras y hondas repuestas / abrazo, verano 013-014 / desde un inasible lugar del mundo / c.a.l.
POESÍA Y PROSA DEL LIBRO WANDEL
(Inédito)
César Ángeles Loayza
Primera Parte
(Inicio y algunos otros pasajes)
Ayer estuve
niño
y como ayer
lleno de colores todo el cuerpo
El sol en la sonrisa el
mar en la mirada
(esa mujer que años después
me decía al amanecer
hermosas palabras en los ojos)
Era un día verde
con pozo y
toboganes
con asientos de todos los colores
y largo árbol
que salía como brazo de la tierra
Ayer era ayer
y cantaba hasta los aplausos
era 25
y 2 y carnavales
el agua pegada a la ropa
las mujeres y las niñas
y la fiesta
y las bicicletas echando tierra y los
gritos cuando duraban tanto
la orquesta
los aviones los barcos
cargados de regalos
y mis padres subiéndome
al caballo de juguete
Era un día bueno
como hoy que sueño
viéndote venir de agua
entre las aguas
riendo con el pelo volado
desde el mar el rojo mar
como gustábamos decir
en esta muerte
Y era la colección de aves
prisioneras del primo Andrés
y las tierras asesinas
del tío mayor de la familia
el chocolate caliente el pavo
el triste caviar y Belén
Era ayer era feliz
el traje de fieltro no
se daba todavía
y las aves guaneras no
acampaban sobre el sol
ni hilaban tu sombra grande
El ayer de las puertas
el otro día de las ventanas
y el viento golpeando la madera
un cascabel sonando a solas
en el cuarto momentáneamente
abandonado
Un llanto / el grito –todos
los gritos
todo el orín y la mierda del planeta
para ese instante catártico
en que la madre había de
volver
como conjuro vegetal
y olas golpeando a lo lejos
las rocas / inmensas, negras
ignotas
Era el calor Era
ayer
el fuego
la risa que me daba
la vida / -esta vida!
Y ahora mira los azotes
mira la hilera de burros
en la montaña
Mira el hilo sin rumbo
los misterios aunados
mira los paquidermos cuando
pasan
y ese hombre que me
mira interrogado
y no cesa de mirar
Mírame aquí abatido
como rui señor
/tan joven/
mira esta boca
torcida de dolor
y esa arena que
se junta a tu sonrisa
llenando de misterios tu cabeza
tus besos equivocados
el alcohol de las noches
los adioses
los era bueno pero raro
los hasta pronto los
hasta nunca
mi mano extrema desplegándose
sobre acantilado de
tu vientre y tu desprecio
enamorada
infinitamente pequeña pero viva
y con todo revuelto
por dentro / como ayer
que era ser
como era como es
[…]
¿Dónde estás? ¿Dónde
estabas? Mi alma
aún respira la tierra fría
y húmeda que
ayer arrojaron al final de los murmullos
los sepultureros proletarios
del incendio, del azul océano
de tu mirada
No. Ya te fuiste
yéndote por la misma calle
de la primavera.
Te arrancaste
de la era.
Era. Era. Era.
Y gigantes retumbaron
para siempre ya en mis sienes.
Mi cuerpo de cascaj no
ha podido tenerte
solo alguien como vos se
ha podido travestir
de cuervos y cascadas
en la estrella de África revuelta
He visto la danza de esqueletos
sobre el hielo de las cimas,
en onzas de abandono ya trenzadas
y allí marcaron tus pasos
el simple andén de mi locura:
yo que tanto he mirado
tu frágil rostro de valles y marfiles,
línea de olores amados más venenosos girasoles
Puede verse
ahora que arriba, dromedario, el verano,
amplios territorios
de tigres y leopardos
en el frío sueño de la piedra
por violenta mano
puestos finalmente
después de los trabajos y el impredecible
curso de los vientos.
Con la soledad de los que no poseen
vencí tus silencios
lunares
y alcancé al fin tus espléndidos labios de vida
todoherido
casimuerto y mojado
enamorado.
Segunda Parte
(Algunos pasajes)
SVIDRIGÁILOV Y DUNYA
(escrito en el Mercado del Heno)
Luego que hubo caminado largas horas con el viejo gabán negro alrededor del agua, estaba ahora allí con los sueños y las ideas culminadas, el disparo en la cabeza y la obesidad como piedra sin luz al eje del lago. Y pájaros y viento entre los árboles, y la luz diciendo que todo continúa. Svidrigáilov muerto, Ofelia irracional entre flores blancas y humo de incienso, copas de vino quebradas en el camino. Svidrigáilov y la inmarcesible faz de Dunya, eterna, un horizonte azul, la sonrisa ancha, el ceño despejado y los senos blancos de Moscú. Era invierno; un hombre amaba a una mujer, y fueron las lianas, el ciclón de medusas sobre los ojos, y el pueblo desde lo alto de un campanario. Era invierno en los corazones como cuando al margen de la literatura (el joven Werther, por decir) depositaste gatos negros y hambrientos sobre mi pecho de claveles y orquídeas. Svidrigáilov, viejo beodo olvidable, aquí Rodión Románovich Raskólnikov arroja arena sobre tu lomo derrotado; ayer oriné a solas en este bosque y sentí compasión por ti, cancerbero humano, liebre o tigres desatados. Duermo en este lago, mi mano en la orilla, tú en su ajustado ombligo. Este poderoso amanecer es sereno como caravana de insectos en el rojo ángulo de mi camino verde.
HISTORIA DE AMOR
Sonríe, mira largamente sus ojos, está enamorada, cada gesto suyo le emociona, cada músculo, cada leve movimiento del cuerpo le suscita a ella intensa alegría y placer. Cierra sus ojos, siente su olor, la brisa que mueve el sonido de sus palabras inigualable. Expande sus brazos hacia su cuerpo, sabe exactamente que allí lo ha de encontrar. Dos cuerpos abrazados entre la multitud que puebla las calles de Lima. El cielo arriba, abajo, arriba otra vez; y ella siente que camina sobre olas del mar, recónditamente suya. Iglesias están medio vacías (vacas las campanas); varios mendigos y mujeres serranas con sus niños y latas de monedas a medio caer, como siempre. Y ella ahora está en un bosque, aves rojas descienden sobre su cara, sobre su alma. La gente en los negocios o frente a las vitrinas habla de precios, asuntos importados y formas varias de hacerle trampa hacerle trampa al gobierno, los impuestos, la frontera y demás. Y su mano desciende a la de ella. Es la muchacha más feliz, imagina un mundo compartida una antigua canción sonando persistentemente sobre camposantos, haciendo andar a los muertos; Vallejo, el amor, la lluvia, la inocencia hecha conciencia, las cosas ciertas, y ella le da un beso largo. Yo aquí, desde este solitario promontorio, los veo sin paquetes ni encomienda ni nada; sigo con la vista a la pareja confundida de noche entre la gente, un punto apenas; me acaricio los vellos y me siento a pensar sobre una peña enorme, debo cortar mis uñas, están largas; inhalo humo, alguien quema yerba seca alrededor; la luna; mi frente blanca. ¿Cuántos dientes caben en una boca? Estos los míos aumentaron de tamaño, no puedo hablar como antes hablaba. Acá no llega ningún ruido urbano, solo voces ausentes de los elementos. Recuesto mi cuerpo encorvado en otra peña, e invadido de amor por ti empiezo a dormir solitario y solitario. Iba a arañar la arena para estampar mi nombre, y no lo recuerdo, ni el tuyo ni el de nadie. Me acuclillo; el punto ya no está, solo luces que se prenden y se acaban.
HABITACION No 14
Al fin, ya nadie cree en ti, nadie te ve, nadie te señala, al fin, hasta hace muy poco eras el ejemplo del barrio, de tu familia, eras el enamorado ejemplar, el trabajador eficiente, el joven que siempre lleva buenas notas para la firma orgullosa de sus padres, y el cura sonreía, y la monja sonreía, y todos-(te)-sonreían porque eras la rosa más hermosa del pantano, el ñandú, el cigón, el buitre condecorado, la osamenta de cupido, del dios P., y finalmente, ahora mira cómo han llegado tus canos pasos, a tus 25, cómo han llegado al extremo metálico del muelle bajo la luna y sus esponjas, has llegado más muerto que vivo y no ningún olcese para golpearte la boca del estómago, y ahí sin embargo con el viento te has doblado, las luciérnagas en los faroles continuaban, continuaban en su pura rotación, qué tenías que decir ahora, seguro nada, todos te odian, te ignoran, ayer tu familia olvidó tu nombre, en la esquina han impedido tu camino, no hay más fotos tuyas colgadas en paredes o en bragas de tus amantes, nadie en la cocina ha guardado para ti pedazo de pan y leche caliente, nadie, nadie ha venido a rodearte en un abrazo, y tú ya sabías que esto tenía que ser así, lo sabías desde que supiste que no sabías / no podías amar ni a ti ni a nadie, es mejor así, más vale solo que mal acompañado, y cómo duelen las grietas de los muros cuando pasas por ellos tus dedos, cómo duelen las gotas de la lluvia cuando vas y vas solo con largo abrigo azul, cómo duele, arriba, abajo, acá allá, estás solo y por primera vez crees que puedes ser feliz, nadie espera nada de ti, convencidos de que eres un fiasco, que se equivocaron, que parecías pero no, te han expulsado de todos los círculos, te han arrancado las últimas ropas, los últimos centavos, te han puesto en la calle y has llegado hasta aquí ¿qué ves abajo? Peces, mil peces, es como haber llegado a uno de los extremos más alejados del planeta y olvidado y olvidado puedes al fin respirar en calma, ya no deseas nada de nadie, ni nadie desea nada de ti, una luz, un sol, en eso piensas mientras te doblegas desde el estar de pie hasta el estar echado, arrojado, extendido, abatido, humillado, escupido, babeado, maldecido.
*
BANDA SONORA DE ESTE LIBRO: Disorder - Joy Division
POST.facio.
Terminé de escribir Wandel casi al final de mi larga estadía en Europa, viviendo entre España (Madrid, Barcelona) y Alemania (Berlín), y poco antes de volver a América Latina. En este sentido, es un libro que inevitablemente fusiona la experiencia de la migración a otras latitudes, con una lembranza y conexión con mi experiencia anterior, es decir, con mi infancia, y años de adolescencia y formación. De ahí también que, en algunos pocos momentos, haya referencias a lugares de aquella etapa, como a territorios andinos arrasados por terremotos y desprendimientos de los nevados (huaicos), como las ciudades de Yungay, Ranrahirca, o la laguna de Llanganuco, por ejemplo, de donde proviene mi familia paterna. Asimismo, la situación política de guerra interna vivida en el Perú, durante los años 80 y 90, ha llegado a entremezclarse, en mi memoria, con lo anterior.
De cualquier modo, todo lo dicho anteriormente se funde al interior del propio lenguaje poético, por lo que no cabe buscar un lenguaje referencial, sino más bien la transposición de la historia y la realidad que viví mediante la palabra poética.
En verdad, considerando una serie de circunstancias históricas y personales, en los años que van del presente siglo, casi ha sido cambiar un exilio por otro. Como dije, este libro se ha nutrido de mi experiencia vital, en mi país, y durante el viaje que realicé por Europa durante varios años; lo cual, por cierto, incluye amistades, lecturas, trabajos diversos y mutaciones varias.
Wandel está dividido en dos partes. La primera, inicialmente, eran varios poemas con diversos títulos y dimensión, que al final quedaron integrados en un solo largo poema (como un flujo, un grito, o prolongada interlocución). La segunda parte la constituyen prosas que son poesía, y que -es mi esperanza- guardan correspondencias con la primera parte: en tono, temática y trabajo verbal.
El nombre Wandel proviene del alemán, y se traduce como “transformación” (la mía y también las que promuevo en todo sentido). Borges acotó que “La metamorfosis”, de Kafka, se denomina Die Verwandlung en el original alemán, que él tradujo como “La transformación”, criticando la otra traducción con la que ha quedado nombrada esta magistral obra de Kafka. A pesar del tiempo transcurrido desde su concepción, este libro, como algunos otros, permanece aún inédito.
(oktubre 2016, costa sur del O.P.)
TRES POEMAS DE SAGRADO CORAZÓN
DE CÉSAR ÁNGELES LOAYZA
LOS BRAZOS DE MI PADRE
En los brazos de mi padre
aprendí a amar / si de amor se trata
caminaba o corría en su pecho
como en bosques corren las niñas
buscando al lobo feroz
entre sus brazos con sabor a pelos
de montaña
escuchando la honda voz de la quebrada
rumor del mar
y botes infinitos
donde las estrellas dormían
como liebres en mi paz
y no había entonces
palabra que no pudiera domar
ni soledad que me asustase
/fango, vidrios quebrados, arenas movedizas,
rosas carnívoras/
todo eso fue el centro
de mi padre
cuando yo era aún más pequeñita
y cantaba feliz en la mañana
EL VIENTRE DE MI MADRE
El vientre de mi madre
era, claro, una casa / ¿ya lo dije?
donde alargaba cómodamente mis patitas
Sembrada como estuve en ese barro
crecía alerta a todo
ese líquido azulino fue la bóveda
que dividía mi presencia de la otra realidad
ese temblor ahora lo recuerdo
golpeaba mis mandíbulas nacientes
mis ojos ovalados en su noche
¿Qué hacía esa mujer inflada
esperando en esta costa
el barco sin tripulación que me trajera?
Madre, ¿qué fue de nosotras?
Tu amor no lo recuerdo,
solo el chirrido
y mis uñas rotas
pegadas a tu carne
¿Fuiste tú en verdad mi madre?
¿Aquella de la foto?
¿La que tomó a su recién nacida
en brazos
y dijo las palabras de bienvenida
a este mundo hórrido
con jardines, olas y arco iris sin embargo?
madre, madre:
¿qué demonios significa esta palabra?
A ver si acaban de una vez
empaquetan mi dolor y lo que sea necesario
y me envían lejos
donde mi odio no los pueda exterminar
E L Ñ O B A R I T U A L
En un sueño lobo me perdí contigo, padre, un sueño donde me
abrazabas de la cintura dejándome suavemente en el agua tibia del
cántaro partido, donde todo estaba listo para mi baño en leche
miel y flores silvestres halladas bajo la panza de los cervatos. No
temas, me dijiste, rozando mis oídos con tu piel tosca, arena de
playa, lastimando rosa de mi rostro tu barba recién podada por
la mañana. Sujeta a tu pecho hondo te dije no me sueltes, papá,
quiero quedarme contigo. Sonreíste en silencio y tomándome por
entero en el cuenco sin fondo de tus manos me fuiste
introduciendo en el agua cada vez más tibia y cercenada. “Eres mi
niña veneno” musitaste, y mi largo pelo mojado revoloteó sobre
púberes pechos, y yo sólo quería quedarme así parasiempreunida
a tu inmensocuerpodesnudo. ( R u i d o s a f u e r a ). “No es para
siempre” agregaste, “un día ya te irás”, y yo pensé que era otro
juego cruel de las palabras, mi cuerpecito temblando entre tu beso
y el agua que no cesaba de llenarme, limpiando cada mancha o
cada ojera, aquel instante eterno, cuando una mano tuya penetró
de lleno el agua y abrió la llave para que frío el chorro
terminara de cortar mis quejas y palabras, y estuve muda de
miedo alegría y gritos ( A h, q u i e n l l e g a )
me dejé secar todita en un paño grande y blanco como esta luz
que nos llenaba, hasta sacarme en vilo del cántaro por fin vacío.
Una voz conocida golpeó la puerta de nuestro bosque de
mayólicas y fluorescentes, y pájaros negros picotearon
otra vez mi limpia soledad. Entonces bajo el pardo eco de esos
gritos luminosa juré que nadie tendría poder para arrancarme de
tu piel. Me miraste sin pausa, herido gigante, y en el punto de
decir una palabra que no venía besaste cada gota de agua que
chorreaba larga por mi pecho. Te paraste, dos tres pasos, para
abrir la puerta. La maldita puerta negra, de la inmensa noche
madre.
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